La importancia y centralidad concedida al grupo de iguales en las relaciones entre jóvenes ha llevado a obviar la diversidad de las agrupaciones juveniles, así como otras formas de
The literature on youth sociality has emphasized the centrality of the peer group in youth relationships, pointing at its important functions to the passage to adult life. However, this symbolic monopoly of the peer group (group primary relationships) has led to the neglect of the plurality of youth groupings, as much as other forms of youth sociality that might be relevant in the lives of young people, including interpersonal relations and secondary groupings. Through the analysis of in-depth interviews with young people, carried out in 1994 and 2017, the most important figurations are identified and their characteristics and dynamics described. Results show that the peer group (base group) shares relevance with other forms of less intimate, but not less important, sociality, secondary groups, as well as with interpersonal relationships, as dyads. Furthermore, the current relevance of affinity relationships and some transformations in gender composition of youth groupings are also shown.
Las relaciones juveniles han sido consideradas como un elemento clave para entender los procesos sociales, identitarios, subculturales, incluso psicológicos, característicos de la juventud. No obstante, su estudio se enfoca excesivamente en el grupo de iguales, o bien se tratan de manera genérica, sin explicitar las formas que toman. El análisis en profundidad de las formas de
La literatura sobre socialidad juvenil ha enfatizado desde hace tiempo la importancia y centralidad del grupo de iguales.
La posterior investigación desde planteamientos funcionalistas (
Sin embargo, algunos indicios muestran que el papel central otorgado al grupo de iguales en la socialización juvenil sería ya diferente. En primer lugar, las y los jóvenes participan de varios grupos al tiempo (
En tercer lugar, muchas investigaciones basadas en sociogramas señalan que un porcentaje significativo de personas jóvenes y adolescentes aparecen aisladas (
Como se puede apreciar, las dinámicas y agrupaciones juveniles quedan condicionadas por los cambios sociales y las tendencias sociales más generales. En ese sentido, los denominados ‘procesos de individualización’ de nuestra sociedad occidental (
Las transformaciones sociales y políticas de las últimas décadas han generado unos cambios sustantivos en la realidad juvenil española. La juventud se enfrenta a trayectorias cada vez más caóticas que dan lugar a transiciones bloqueadas o fallidas (
Seguramente, el cambio de mayor trascendencia para las actuales relaciones entre jóvenes deriva del incremento de las posibilidades de contactar con personas con las que no se tiene interacción directa, fruto del desarrollo de Internet y las redes sociales virtuales, lo que favorece el crecimiento de las redes juveniles y las relaciones por afinidad (
La predominancia del modelo del grupo de iguales dificulta la comprensión de las relaciones juveniles. Por un lado, invisibiliza la complejidad de las relaciones entre jóvenes, que pueden relacionarse con distintos grupos, con distinta intensidad y en diferentes espacios: instituto, barrio, deporte, aficiones compartidas, etc. Por otro, no tiene en cuenta las diferencias de género (
Teniendo en cuenta, pues, esta complejidad relacional, la pertenencia múltiple a diversos grupos y la reducción de la importancia de las cliques, podría ser más útil entender la socialidad juvenil desde el concepto de ‘entramado’ (
El entramado permite pensar las agrupaciones como abiertas, de geometrías variables o incluso inexistentes, compuestas por individuos con características diferenciadas (de clase, género, edad, etc.) y relaciones jerárquicas, en que las interacciones generan diferentes resultados mediados por los
El entramado es un espacio complejo por el gran número de interrelaciones establecidas en su interior; extenso o amplio, porque requiere entender las posiciones de todas las personas para comprender las del resto; y dinámico, porque su estructura cambia y se desarrolla continuamente. Es importante considerar las interrelaciones entre grupos debidas a la membresía compartida de sus integrantes, las relaciones interpersonales o incluso intergrupales; también la posición de las diferentes agrupaciones en la estructura de estos conjuntos de relaciones.
Aunque la complejidad de la socialidad juvenil suele ser reconocida, no es habitual que se concrete en tipos de agrupaciones juveniles específicas. La complejidad aparece de forma metafórica, iluminando alguna de sus partes o características, pero no se busca señalar sus estructuras. Para el estudio de los tipos de agrupaciones juveniles, proponemos el concepto de ‘figuración’ (
La investigación sobre socialidad juvenil permite destacar algunas dimensiones importantes que podrían orientar la construcción de distintas figuraciones juveniles. Primero, las agrupaciones se diferencian por el espacio social donde surgen. Una primera distinción clásica diferencia grupos formales e informales (
Segundo, las agrupaciones juveniles se distinguen por las actividades que realizan en común. En parte, son propias de sus espacios de origen, si bien los grupos de jóvenes cobran importancia subjetiva cuando traspasan esos espacios de origen y acceden a espacios de ocio y diversión. Es ahí cuando las y los jóvenes generan las experiencias compartidas y se desarrolla un mayor vínculo (
Tercero, los estudios de juventud han mostrado la importancia del grado de confianza como elemento articulador de las relaciones juveniles. Se distingue entre amigos y amigas, colegas y compañeros y compañeras (
Cuarto, el tamaño del grupo es también relevante, como bien analizó
Sexto, las agrupaciones juveniles evolucionan a lo largo del periodo, lo que podemos vincular con una perspectiva de trayectoria vital (
Por otro lado, existen en la literatura algunas tipologías de agrupaciones juveniles (
El grupo de iguales o clique (
El grupo mixto es una pandilla de tamaño grande propia de la adolescencia, cuyo objetivo fundamental es el acceso a los espacios festivos.
El grupo por afinidad, cuyos miembros comparten una actividad electiva, tiende a ser mixto, tener un tamaño mayor y suele tener menor confianza. Suele ser más frecuente en las clases medias y varía en el grado de formalidad.
La diada, de confianza máxima, es más frecuente entre las jóvenes e implica encuentros separados del ocio festivo juvenil.
La pareja se caracteriza por la intimidad sexual y la realización de diversidad de actividades en común y proyección hacia la emancipación conjunta.
Por supuesto, cada persona joven concreta participa normalmente en varios tipos al tiempo, compatibilizando con más o menos dificultad las actividades propias de cada uno, necesarias para su mantenimiento efectivo (
El objetivo del presente estudio es la identificación de figuraciones juveniles. Para ello, se parte de dos investigaciones cualitativas previas llevadas a cabo por cada uno de los dos autores de este trabajo, una realizada en 1994 (
En ambas investigaciones, el guion incluía preguntas sobre las características de las diferentes relaciones con iguales de la persona entrevistada. En 2017, se incluyó además el dibujo y explicación de la ego-red por parte de las personas entrevistadas. En 2017, se dividieron las entrevistas entre Madrid y Zaragoza, con mayor presencia de jóvenes de clase trabajadora, mientras que, en 1994, se centraron en Madrid y su área metropolitana y predominan perfiles de clase media.
1994 | 2017 | TOTAL | |
---|---|---|---|
Madrid | 28 | 9 | 37 |
Zaragoza | - | 9 | 9 |
Mujer | 17 | 8 | 25 |
Hombre | 11 | 10 | 21 |
Clase trabajadora | 4 | 7 | 11 |
Clase media | 20 | 11 | 31 |
Sin datos de clase | 4 | - | 4 |
Total | 28 | 18 | 46 |
Total de agrupaciones | 97 | 90 | 187 |
Media por persona entrevistada | 3,5 | 5 | 4,1 |
Fuente: elaboración propia
Muchos autores y autoras han destacado el interés del análisis secundario de materiales cualitativos, destacando sus potencialidades y limitaciones (ver
El objetivo del estudio precisa pasar de una lógica cualitativa a una mixta, que incorpora elementos del análisis de contenido cuantitativo y de la teoría fundamentada (
El segundo paso fue la codificación de cada agrupación en una serie de dimensiones y categorías (ver
Origen | Género | Tamaño | Actividades | (hasta 3) | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
(91 %) | (97 %) | (86 %) | (77 %) | ||||
Instituto | 79 | Femenino | 38 | Grande (+10) | 15 | Quedar | 120 |
Universidad | 42 | Masculino | 24 | Mediano (6-9) | 80 | Salir | 64 |
Asociación | 10 | Mixto | 123 | Pequeño (3-5) | 41 | Educativas | 26 |
Barrio | 10 | Sin datos | 2 | Diada | 50 | Política | 13 |
Campamentos | 10 | Sin datos | 1 | Viajes | 12 | ||
Pueblo estacional | 8 | Deporte | 9 | ||||
Pueblo de origen | 6 |
|
|
Cultural | 6 | ||
Cultural | 4 | (90 %) | (98 %) | Voluntariado | 2 | ||
Deporte | 4 | Pareja | 21 | Emergente | 10 | No se ven | 2 |
Fiesta | 4 | Intimidad | 74 | En declive | 44 | Relación online | 2 |
Familia | 2 | Amistad | 78 | Estable | 114 | Religiosas | 2 |
Trabajo | 2 | Secundario | 24 | Sin datos | 19 | Campamentos | 1 |
Internet | 1 | Ultras | 1 | ||||
Religión | 1 | ||||||
Sin datos | 4 |
Fuente: elaboración propia
Esta codificación fue igualmente realizada de forma independiente por ambos autores, y dio lugar a importantes tasas de acuerdo en todas las variables y categorías (ver
Posteriormente, se buscaron recurrencias entre las distintas agrupaciones identificadas, tratando de llegar a la construcción de figuraciones características de la socialidad juvenil. Se constató que los determinantes principales de las figuraciones son el origen, la composición de género y el nivel de confianza. Sin embargo, en algunas de las figuraciones una sola categoría define con claridad la figuración (por ejemplo, la conformada en el trabajo). En la dimensión de origen, se apreció que, por economía clasificatoria, tenía sentido agrupar sus categorías en tres por su diferente impacto sobre la socialidad juvenil: espacios cercanos (instituto, barrio, pueblo de origen o familia), no cercanos o de afinidad (asociación, religión, deporte, cultural, fiesta, internet) y universidad. El resto de categorías (tamaño, actividades y evolución) han sido utilizadas sobre todo para caracterizar y desarrollar cada una de estas figuraciones, salvo en el caso de la universidad. En la presentación de estas figuraciones (
Origen | Confianza | Género | Grupos definidos por una característica | |
---|---|---|---|---|
|
Intimidad | Grupo base mixto | Grupo base | Pareja, diada, pueblo estacional, trabajo |
No intimidad | Grupo secundario mixto | Grupo secundario no mixto | ||
|
Intimidad | Grupo base por afinidad | ||
No intimidad | Grupo por afinidad | |||
|
Intimidad | Afinidad universitaria | ||
No intimidad | Universidad (estudios) | |||
Universidad (fiesta) |
Fuente: elaboración propia
La construcción de esta tipología es más una herramienta de comprensión que una propuesta cerrada. En ambas investigaciones, las entrevistas en profundidad fueron diversificadas, buscando saturación y representatividad estructural (
Por tanto, en nuestro estudio la emergencia de una figuración no nos dice nada sobre su difusión en la población, pero no se puede negar su existencia. Nuestro objetivo es establecer los tipos de agrupaciones existentes bajo el concepto de figuración sin señalar su predominancia cuantitativa.
A continuación, se presentan las figuraciones encontradas y se describen en su contexto habitual de aparición en las vidas de los participantes a partir de la lectura hermenéutica de las entrevistas.
Las figuraciones resultantes se muestran en la
El acceso a la universidad da lugar a figuraciones particulares, seguramente por crearse en un momento de mayor madurez personal y porque permite vincularse con personas alejadas de sus espacios cercanos habituales. Suelen ser mixtos y de menor intimidad y distinguimos entre grupos centrados en los estudios, en la fiesta y en afinidad de intereses.
Por último, para muchos y muchas jóvenes son importantes los grupos que se crean estacionalmente o en lugares de segunda residencia (pueblos, lugares de veraneo). Asimismo, encontramos que, para quienes han accedido de forma regular al trabajo, los grupos que surgen de esa actividad pueden cobrar importancia, aunque no sean grupos de gran intimidad.
La
DENOMINACIÓN FINAL | 1994 | 2017 | TOTAL GENERAL |
---|---|---|---|
Pareja | 13 |
8 |
21 |
Diada | 11 |
18 |
29 |
Grupo base | 10 |
9 |
19 |
Grupo base mixto | 2 |
4 |
6 |
Grupo base por afinidad | 3 |
8 |
11 |
Grupos secundario no mixto | 14 |
3 |
17 |
Grupo secundario mixto | 12 |
11 |
23 |
Grupo por afinidad | 8 |
9 |
17 |
Universidad (estudios) | 7 |
9 |
16 |
Universidad (fiesta) | 12 |
2 |
14 |
Grupo por afinidad universitaria | 1 |
4 |
5 |
Pueblo estacional | 3 |
4 |
7 |
Trabajo | 1 |
1 |
2 |
TOTAL | 97 |
90 |
187 |
Fuente: elaboración propia
Para el análisis de estas figuraciones, distinguiremos entre época del instituto y los momentos posteriores. A su vez, la primera la diferenciaremos en figuraciones constituidas en espacios cercanos frente a los no cercanos, y la segunda entre trayectorias universitarias y no universitarias centradas en el trabajo.
La época del instituto está marcada por la organización del tiempo del día a día cotidiano, entre la mañana en el aula y el tiempo más libre de la tarde, cuando se pueden realizar distintas actividades. El fin de semana abre un tiempo de libertad y la posibilidad de desarrollar actividades excepcionales: salidas al campo, fiestas, voluntariado, quedar con amigos y amigas, visitar la segunda residencia o el pueblo, etc. Por ello, podemos diferenciar entre los grupos construidos a partir del espacio académico, formal, y aquellos dados en otros espacios, como los del vecindario o barrio, pero también los que se generan alrededor de una determinada actividad, por afinidad: deporte, actividades religiosas, culturales,
El
En esta figuración, hay una percepción de similitud y cercanía: “Yo creo que lo que nos une es que somos iguales, no voy a decir que somos la misma persona en diferentes cuerpos, pero somos el mismo tipo de persona, eso es lo que nos une” (E13, 2017, M). Esto se puede entender como una homofilia de clase reforzada por la segregación espacial escolar. El género altera las actividades más frecuentes, con una predominancia masculina en el deporte y femenina en las actividades expresivas.
Algunas agrupaciones encontradas son
El grupo base puede incluir algunas
También observamos que las formas de hablar de las relaciones dentro de los grupos base femeninos de los años 90 parecen dar más valor a las relaciones diádicas, mientras que los hombres valoran más la relación con el grupo. Así, mientras que los hombres tendían más a referirse a grupos, los grupos femeninos estarían conformados más como una asociación de relaciones diádicas.
Las relaciones de
También en los grupos más grandes, una pareja puede implicar una menor relación con el resto de miembros: “Yo habitualmente cuando voy con ella, no siempre, vamos solos por ahí y algunas veces estamos todos, pero casi siempre estoy yo con ella y en otros momentos con los amigos” (E16, H, 1994).
Los
También se establecen relaciones secundarias con otros grupos o jóvenes del mismo género y pueden establecerse
Que estas relaciones tengan un nivel de confianza menor no significa que carezcan de importancia. La diferencia que los y las jóvenes establecen entre el “amigo” y el “amigote” (
Aquí encontramos una diferencia tendencial de clase. Entre los y las jóvenes de clase obrera de 2017, parece haber una confluencia entre el grupo base y el grupo secundario mixto hacia actividades esencialmente festivas -en los años posteriores al instituto-. Ya hemos mencionado el caso de E14 (H, 2017), cuyo grupo posteriormente ha incluido chicas. Esto podría tener que ver con la mayor importancia subjetiva del ocio festivo en estos grupos sociales. En las y los entrevistados de clase media, el grupo secundario mixto siempre aparece reflejado como un espacio de confianza menos importante y se suele convertir en un grupo debilitado y residual. Un ejemplo es E15 (M, 2017), que ha pasado de un grupo mixto con más de ocho miembros a un espacio conformado con otras tres chicas del instituto, pero ha perdido el resto de relaciones de esa época. Todas las chicas que se mantienen en el grupo comparten una similar trayectoria formativa.
Por otro lado, es frecuente tener relaciones por afinidad, exteriores al instituto y al barrio, más comunes en las clases medias con un capital cultural familiar alto. Los grupos por afinidad se generan en actividades ajenas a los espacios escolares, aunque parte de estas relaciones por afinidad pueden darse dentro del centro escolar. En algunos casos, estos grupos coexisten con los académicos, pero existe la posibilidad de que se conviertan en el principal espacio de relación. Son normalmente mixtos y se construyen a partir de un gusto, actividad o característica compartida de sus miembros: grupos
En los espacios de afinidad, existe una mayor posibilidad de que se produzca un alejamiento de una normatividad hegemónica juvenil, pues pueden desarrollarse actitudes, valores e iconografías diferentes a lo dado en lo orgánico. Esto puede ser importante para aquellas y aquellos jóvenes que no encajen bien en los espacios escolares. La especificidad de la alternativa que pueden suponer los espacios afines proviene de las actividades realizadas en común y las relaciones que permiten establecer estas actividades. Lo alternativo es ampliamente diverso: puede ser subcultural, feminista, religioso, político, etc. Por ejemplo, E6 (H, 2017), puesto que le gustaba “jugar a la imaginación”, no encajó tanto dentro de los grupos masculinizados del instituto; creó primero un grupo base entre aquellos que tenían afinidades parecidas en su entorno escolar y más adelante ha encontrado un espacio muy basado en la proxémica; nótese el uso de “cuidarse” y “quererse”: “Son gente muy guay, cada uno tiene su rollo, casi coincide, hay muchas partes que tocan, les une la fiesta, el buen rollo, el cuidarse, el quererse… Como dice Pedro, ‘somos gente que no tenía amigos y nos juntamos’…”.
Las relaciones configuradas en estos espacios dependerán de la base de su creación, que puede ser muy diversa. Distinguimos entre los
Se puede apreciar que, en la actualidad, las relaciones que se establecen en los grupos por afinidad son más frecuentes y mucho más importantes, de forma que, mientras que en la década de los 90 se limitaban a realizar las actividades para las que se creaban, ahora tienden a ser fuente de identidad, con una mayor carga en valores o discursos. Esto se puede ejemplificar con la comparación del caso de E6 ya visto (H, 2017) con el de E6 (H, 1994): “Yo antes me iba con gente que su este era salir por el campo, a lo mejor de acampada, meterse en historias de cursillos de monitor, de... lo que pasa es que ya lo dejé...”.
Finalmente, sobre todo en los años 90, encontramos los grupos
El fin del periodo del instituto supone la puesta a prueba de los grupos basados en los espacios escolares, pues implica la discontinuidad de las relaciones continuas obligatorias. Aquí distinguiremos entre la socialidad de la juventud universitaria y las opciones con un acercamiento más rápido al mundo laboral, distinción que maximiza las diferencias de socialidad.
Las personas jóvenes que no acceden o abandonan la universidad y se relacionan antes con el mercado laboral suelen provenir de familias obreras y pueden vivir distintas trayectorias de socialidad a partir de este punto: centrados en el ocio festivo, atravesando cierta situación de soledad, viviendo una emancipación tradicional y aquellos que persisten en los grupos de afinidad. Estas trayectorias están relacionadas con la forma de entrada al mercado laboral.
Los grupos de instituto dentro de las capas populares, en el caso de que se mantengan tras terminar la etapa, parecen tener una fuerte orientación al ocio festivo. Pueden reclutar nuevos miembros en esta actividad festiva e incluso reconstituirse por completo. Son grupos normalmente homogenéricos que suelen alcanzar un alto nivel de confianza -incluso si provienen de un grupo secundario mixto-, en los que la fiesta parece compensar las dificultades de este momento vital.
Además, hay una tendencia a enlazarse dentro del mercado laboral, en el que se establecen relaciones que pueden estar o no estructuradas por la edad. Estos son los grupos de
Los grupos de afinidad de la clase obrera, por el contrario, mantienen una fuerte cohesión social. Además de la actividad en común, pueden incluir el desarrollo de una cierta perspectiva conjunta que tiende a mantener unidos a sus participantes. Es el ejemplo de los grupos
En la universidad se mantiene, en cierta manera, la organización sociotemporal del instituto, aunque menos rígida. La disciplina horaria se relaja y las fronteras de días y horas se difuminan. Muchas actividades alternativas que antes estaban fuera de lo académico, como la asociación política, se incluyen dentro de este espacio.
Las relaciones que se establecen en la universidad se basan en mayor medida en la homofilia y la afinidad y menos en el contacto orgánico, en buena medida porque se perciben grandes diferencias entre jóvenes que acuden de entornos sociales muy diferentes. En la siguiente cita, se enfatiza la individualización de las relaciones en la universidad, la ruptura de la solidaridad y homogeneidad del instituto, resultado precisamente de formas distintas de ver la vida: “Te metes aquí [en la Facultad] y ya es otro mundo, es que es totalmente diferente al instituto, y te das cuenta de que, no sé, la gente va mucho a lo suyo, demasiado, y como que le dan demasiada importancia a cosas que no tienen que dárselas” (E7, M, 1994). Cuenta mucho menos el contacto cotidiano y la experiencia común -aunque sigue siendo necesaria- y aumenta la importancia de tener gustos y pensamientos compartidos. La carrera implica ya un cierto grado de afinidad.
Las relaciones en la universidad generan figuraciones específicas. Algunos grupos están enfocados al trabajo académico, realizan la mayor parte de su actividad conjunta dentro de los muros de la universidad y, con el tiempo, van cristalizando en grupos más o menos estables (
Algunos de estos grupos universitarios pueden estar centrados en la fiesta, la actividad del ocio y la socialización común (
La tercera figuración que encontramos en la universidad son los
Al llegar a la universidad, suele haber una reconfiguración de las relaciones anteriores. Algunos y algunas jóvenes pierden el contacto con los grupos anteriores debido a que el grado de afinidad con las personas de la universidad es mucho mayor. La universidad es considerada un espacio de “apertura mental” frente a las relaciones anteriores:
En estos casos, el grupo mixto del instituto se convierte en un grupo debilitado, y el grupo base del instituto, si existe, se mantiene como un grupo de confianza, cada miembro realizando distintas carreras al tiempo -como en el caso mencionado de E15 (M, 2017)-. Así se reconfigura el grupo base como un grupo de apoyo mutuo, homogéneo en el género, que suele realizar actividades que facilitan la sociabilidad, como quedar a comer o tomar algo, pero sin interferir en la actividad académica universitaria.
Otros equilibran las antiguas agrupaciones con nuevas amistades de la universidad. Para otros la experiencia pasada es central para sus relaciones y el grupo pasado mantiene su protagonismo. Estas diferencias tienen un componente claro de clase. Las personas que provienen de entornos populares suelen conservar las amistades anteriores. Incluso se menciona un cierto choque cultural o moral con las y los compañeros de la universidad. Se ven las formas de relacionarse de este espacio como algo superficial o que no se entiende bien, como señalaba E7 (M, 1994) más arriba.
En los grupos de afinidad universitaria, algunos y algunas jóvenes ya provienen de grupos alternativos durante la época del instituto, en cuyo caso su persistencia dependerá de en qué grado pueda conectarse la antigua actividad con las nuevas. De hecho, aunque estos grupos iniciales son permeables a los discursos de los grupos universitarios, requieren de capitales culturales o simbólicos más importantes, que les permiten sostener actividades diversas, como el teatro, la música, la política, etc., menos accesibles en los institutos.
Estos espacios por afinidad generan una forma de socialidad festiva, alternativa a la de los grupos orgánicos, en los que hay personas de ideas y afinidades parecidas y que comparten redes y espacios comunitarios. En algunos casos, aparece una crítica generalizada a la fiesta “consumista” (E1, H, 2017) por ostentosa, cara, machista y alienante y se busca una fiesta que represente los valores de los grupos alternativos, aunque en la práctica no tiene tanta diferencia con la fiesta hegemónica.
El conjunto de figuraciones y procesos analizados señalan una rica sinergia de entramados y dinámicas entre jóvenes que nos permiten aportar una visión más completa y compleja de la socialidad juvenil, más allá del tradicional énfasis en el grupo de iguales. Las personas jóvenes se relacionan entre sí mediante figuraciones diferentes. La relevancia subjetiva de cada una de ellas es distinta, pero no por ello menos importante: cada figuración aporta experiencias, aprendizajes, afectividades y apoyos complementarios y no sustituibles entre sí.
Por otro lado, la perspectiva analítica permite mostrar que el grado de confianza, el tamaño, el origen y la configuración de género del grupo son dimensiones que generan diferencias significativas a la hora de constituir figuraciones grupales. Así, los espacios de confianza que se crean en el grupo base son importantes para la generación de solidaridades grupales, pero no sustituyen a los espacios de afectividad e intimidad de las diadas, homogenéricas o mixtas, como señalaron ya
La consideración de figuraciones específicas tras el final de la enseñanza secundaria nos permite mostrar los cambios en las pertenencias grupales y las especificidades de las agrupaciones laborales y, sobre todo, universitarias. El carácter más abierto de la universidad, así como la heterogeneidad de los componentes, abre posibilidades de vinculación inéditas y formas de relación de mayor madurez, no lastradas por dinámicas adolescentes. Sin embargo, no todas las personas jóvenes participan del mismo modo de estas nuevas posibilidades, y son distintas las interrelaciones que se producen entre los grupos que se producen en el ámbito universitario y los grupos previos de las y los jóvenes.
La comparación entre las relaciones juveniles de los años 90 y las actuales permite apreciar algunas tendencias que podríamos relacionar con las trasformaciones sociales. En primer lugar, se ha podido constatar el crecimiento de las relaciones por afinidad, no necesariamente a costa de las figuraciones de origen orgánico. Las relaciones por afinidad permiten construir espacios alejados de los propios del entorno socioeconómico de los centros escolares y la construcción de subculturas propias distintas a las de los espacios formales. Por ello, son enormemente diversas, por tipo de actividad, por origen de los participantes y por las dinámicas que pueden establecer con los grupos orgánicos. Este tipo de relaciones ya está presente en los años 90, lo que podemos relacionar con los mencionados procesos de individualización; pero es potenciado por las posibilidades de las nuevas tecnologías de la comunicación
En segundo lugar, apreciamos una tendencia clara hacia procesos de socialización más similares por género. Apreciamos una menor presencia de grupos homogenéricos, que se aprecia en la reducción de grupos base no mixtos. Las separaciones por género de la primera adolescencia parecen acabar mucho antes. Es de destacar, en este sentido, el aumento de las diadas mixtas, como relaciones de intimidad no sexual entre personas de distinto sexo. Podemos relacionar este cambio con el proceso de emancipación femenina y las transformaciones de los roles de género en general, así como con la educación en igualdad de género, que da lugar a una percepción de menores diferencias entre hombres y mujeres (
Por último, la tendencia a la homofilia es evidente en ambos momentos históricos, entendida como agrupación entre personas con similares tipos de capital. Empieza ya en los centros educativos por la segmentación escolar, que hace que determinados perfiles de jóvenes se sientan más o menos cómodos. Esto puede llevar a la construcción de nuevos espacios de socialidad en el exterior de la institución, por afinidad, que tendrán lógicamente un elevado grado de homofilia.
Estos análisis, aunque centrados en las relaciones juveniles, pueden tener implicaciones más amplias. A pesar de la mayor presencia actual de agrupaciones por afinidad, la mayoría de las relaciones entre jóvenes siguen teniendo un carácter predominantemente primario, de gran intensidad emocional, procedan o no del grupo de iguales, lo que las aleja de la superficialidad que se supone a las relaciones líquidas (
Precisamente por esta fuerza de unos lazos supuestamente débiles (
Para identificar las citas, se utiliza el número, el año de realización y el género de la persona entrevistada.