ARTÍCULO
Luis César Torres Nabel
Universidad Pedagógica Nacional, México
RESUMEN
El artículo discute las últimas hipótesis de que en las redes sociales e Internet la influencia social es espontánea y accidental, lo que contradice las viejas hipótesis de la programación inicial de todo movimiento social a partir de un ejercicio de influencia estratégica y previamente definida. La discusión parte del análisis de los actores más influyentes en el movimiento #YoSoy132 en la red social Twitter en México.
Palabras clave: Influencia social; Movimientos sociales; Redes sociales; Twitter; #YoSoy132.
ABSTRACT
The article discusses the latest hypothesis that social networks and Internet social influence is spontaneous and accidental, which contradicts the old hypothesis of the initial programming of all social movements from a previously defined strategic influence. The discussion starts from analyzing of the most influential players in the movement #YoSoy132 on social network Twitter in México.
Keywords: Social Influence; Social Movements; Social Networks; Twitter; #YoSoy132.
Recibido:29/05/2013 / Aceptado: 23/12/2013 / Publicado: 14/05/2015
Cómo citar este artículo / Citation: Torres Nabel, L.C. 2015. “¿Quién programa las redes sociales en Internet? El caso de Twiter en el movimiento #Yosoy132 México”, Revista Internacional de Sociología, 73 (2), doi: http://dx.doi.org/10.3989/2013.05.29.
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CONTENIDOS
Introducción Top
El artículo propone discutir, a partir del caso sobre el movimiento #YoSoy132 originado en Twitter en el proceso electoral de 2012 en México, la idea –surgida desde los primeros estudios (Norris 1999Norris, P. 1999. “¿Quién navega?¿La nueva tecnología transformará la democracia virtual?” Pp. en Democracy.com?, edited by Elaine Kamarck. Cambridge, Massachusetts: Hollis.; Dertouzos 1997Dertouzos, M. 1997. What Will Be: How the New Information Marketplace will Change our Lives. San Francisco: Harper.; Budge 1996Budge, I. 1996. The New Challenge of Direct Democracy. Oxford: Polity Press.; Negroponte 1995Negroponte, N. 1995. Being digital. New York: Knopf.; Rheingold 1993Rheingold, H. 1993. Homesteading on the Electronic Frontier. Reading, MA: Addison-Wesley.) sobre la influencia de Internet en la política– de que los acontecimientos que se gestan en redes sociales de Internet implican participación política horizontal que deviene en movimientos sociales masivos sin jerarquía alguna. La discusión parte del análisis de diecisiete actores (influyentes en la red social Twitter) en torno a los cuales se gestó la popularidad mediática del movimiento #YoSoy132, y que posteriormente devino en otras acciones colectivas tradicionales, tales como marchas, acampadas, asambleas, etc.
Asimismo, se analizan diversos aspectos teóricos de reciente factura (Watts 2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.; Watts & Dodds 2007Watts, D. & P. Dodds. 2007. “Influentials, Networks, and Public Opinion Formation”. Journal of Consumer Research 34:441-458. http://dx.doi.org/10.1086/518527 ) sobre la influencia en las redes sociales, específicamente la hipótesis de que en las redes sociales e Internet la influencia social es espontánea y accidental, lo que contradice las viejas hipótesis (Keller & Berry 2003Keller, E. & J. Berr. 2003. The influentials: one American in ten tells the other nine how to vote, where to eat, and what to buy. New York: Free Press.; Weimann 1994Weimann, G. 1994. The lnfluentials: People Who influence people. New York: University of New York Press.; Merton 1968Merton, R. 1968.”Patterns of influence: local and cosmopolitan influentials”. Pp. 441-472 in Social Theory and Social structure, edited by R. Merton. New York: Free Press.; Lazarsfield et al. 1968Lazarsfeld, P., B. Bernard & G. Hazel. 1968. The people’s choice; how the voter makes up his mind in a presidential campaign. New York: Columbia University Press.; Rogers 1962Rogers, E. 1962. Diffusion of innovations. New York: Free Press.) de la programación inicial de todo movimiento social a partir de un ejercicio de influencia estratégica y previamente definida.
Las redes sociales de Internet y la falacia de la horizontalidad política y la igualdadTop
Desde hace más de veinte años los científicos sociales han estado promoviendo la idea de que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) democratizarían las relaciones políticas de los seres humanos. Tal es el caso de Rheingold (1993Rheingold, H. 1993. Homesteading on the Electronic Frontier. Reading, MA: Addison-Wesley.), el cual sostenía que los nuevos sistemas de comunicación estaban democratizando las tecnologías usadas para intercambiar ideas, movilizar al público y reforzar el capital social. Por su parte, Grossman (1995Grossman, L. 1995. The Electronic Republic. New York: Penguin Books.) anticipaba que las oportunidades de acortar la distancia entre gobernados y gobierno se podrían dar usando la nueva tecnología de comunicación. A su vez, Negroponte (1995Negroponte, N. 1995. Being digital. New York: Knopf.) y Dertouzos (1997Dertouzos, M. 1997. What Will Be: How the New Information Marketplace will Change our Lives. San Francisco: Harper.) creían que la democracia virtual prometía una amplia gama de maneras de lograr que los usuarios se conviertieran en voces autorizadas en un mundo digital; otros como Budge (1996Budge, I. 1996. The New Challenge of Direct Democracy. Oxford: Polity Press.) afirmaban que la red facilitaría la democracia directa y, en la misma línea, Norris (1999Norris, P. 1999. “¿Quién navega?¿La nueva tecnología transformará la democracia virtual?” Pp. en Democracy.com?, edited by Elaine Kamarck. Cambridge, Massachusetts: Hollis.) anticipaba que el uso de la red favorecerá y alentará nuevas formas de activismo político. En suma, nos proponían escenarios donde el activismo mediante la red representaba un tipo distinto de participación política que diferiría significativamente de actividades convencionales, tales como trabajar para los partidos políticos, organizar movimientos sociales populares o cabildear con los funcionarios electos. Se creía que reduciendo drásticamente las barreras para el involucramiento político, haciendo más equitativos algunos de los obstáculos financieros y ampliando las oportunidades, tanto para el debate político como para la diseminación de información y la interacción grupal, más personas se comprometerían hacia la vida pública. La red prometía proveer nuevas formas de comunicación horizontal y vertical que facilitaran y enriquecieran la deliberación en la esfera pública.
Al respecto, se podría discutir que todos y cada uno de estos escenarios se ha cumplido, basta con ver los artículos publicados en los últimos cinco años (2008-2012) al respecto del nuevo y poderoso impacto de Internet en el activismo político y la democracia a partir de los dispositivos de red social (como Twitter, Facebook, etc.) a los que se han atribuido niveles de influencia e impacto mayores que a ningún otro medio de comunicación en la historia. De tal manera que enumerando desde los acontecimientos en Islandia en 2008 con su singular revolución de las cacerolas y su posterior ejercicio de “WikiConstitución” (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Gunnarson 2009Gunnarson, V. 2009. “Iceland’s Rainbow Revolution”. The Reykjavik Grapavine. Consulta el 25 de enero de 2013 (Disponible en: http://www.grapevine.is/Home/ReadArticle/icelands-rainbow-revolution).) la denominada “Primavera árabe”, el caso de las protestas en Túnez (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; De León & Jones 2011(De) León, J. & C. Jones. 2011. Tunisia and Egypt: Unrest and Revolution. NY: Global Politic Studies.) y Egipto (Allagui & Kuebler 2011Allagui, I. & J. Kuebler. 2011. “The Arab spring and the role of ICT’s”. International Journal of Communication 5:1435-1442.; Aourag & Alexander 2011Aourag, M & A. Alexander. 2011. “The Egyptian experience: sense and non-sense of the Internet revolution”. International Journal of Communication 5:1344-1358.; Eltantaey & Wiest 2011Eltantaey, N. & J. Wiest. 2011. “Social media in the Egyptian revolution: reconsidering resource mobilization theory”. International Journal of Communication 5:1207-1224.) a finales de 2010, los indignados españoles –Movimiento 15-M– (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; 2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.) y norteamericanos –Occupy Wall Street– (Constanza-Chock 2012Constanza-Chock, S. 2012. “Preliminary findings: occupy research demographic and political participation survey 2012”. Occupy Research. Consulta (http://www.occupyresearch.net/).; Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Tarrow 2011Tarrow, S. 2011. “Why Occupy Wall Street is not a tea party of the left”. Foreing Affairs, Snapshot, 10 octubre 2011. Consulta (Disponible en: http://www.foreignaffairs.com/articles/136401/sidney-tarrow/why-occupy-wall-street-is-not-the-tea-party-of-the-left.) y la incipiente “Primavera mexicana” –específicamente con el movimiento #YoSoy132– (Mauleón 2012Mauleón, H. 2012. “De la red las calles”. Nexos. (Disponible en: http://www.nexos.com.mx/?P=leerartículo&Article=2102909).); existe suficiente evidencia para documentar el sueño de la democracia virtual a partir de nuevas relaciones horizontales que enriquecen la deliberación en la esfera pública.
Sin embargo, viendo al detalle algunos de estos acontecimientos –principalmente el movimiento #YoSoy132 en México–, y a la luz de algunos estudios relacionados (Cha et al. 2010Cha, M., H. Haddadi, F. Benevenuto & P. Gummad. 2010. “Measuring user influence on Twitter: the million follower fallacy”. Pp 10-17 in Proceedings of the Fourth International AAAI Conference on Weblogs and Social Media, compiled by Marti Hearst. Washington, DC: AAAI Press.; Wu et al. 2011Wu, S., J. M. Hofman, Winter Mason, D. Watts. 2011. “Who says what to whom on Twitter”, World Wide Web Conference Committee (IW3C2), April 2011, India.; Morales et al. 2012Morales, A., J. Losada & R. Benito. 2012. “Users structure and behavior on an online social network during a political protest”. Physica A 391:5244-5253. http://dx.doi.org/10.1016/j.physa.2012.05.015 ) podemos plantear que no hay tal horizontalidad a la hora de la “deliberación” sobre los asuntos públicos. Al respecto de la deliberación y, en general, de la acción colectiva, algunos autores importantes en el estudio tanto del capital social (Putnam 2000Putnam, R. 2000. Bowling alone: the collapse and revival of American community. New York: Simon & Schuester.; Castells 1996Castells, M. 1996. The rise of the network society. Cambridge: Blackwell Books. ; Van Alstyne y Brynjolfsson 1997Van Alstyne, M. & E. Brynjolfsson. 1997. Electronic communities: global village or cyberbalkanization? MIT Sloan School of Management Working paper, Massachusetts Institute for Technology, Cambridge, MA. ; Bimber 1998Bimber, B. 1998. “The Internet and political transformation: populism, community, and accelerated pluralism”. Polity 31:133-160. http://dx.doi.org/10.2307/3235370 ; Shapiro & Leone 1999Shapiro, A. & R. Leone. 1999. The control revolution. New York: Public Affairs.; y Sunstein 2001Sunstein, C. 2001. Republic.com. Princeton: Princeton University Press.) como de los movimientos sociales (Diani 2000Diani, M. 2000. “Social Movement Networks Virtual and Real”. Information, Communication and Society 3:386-401. http://dx.doi.org/10.1080/13691180051033333 ; 2011Diani, M. 2011. “Networks and Internet into Perspective”. Swiss Political Science Review 17:469-474. http://dx.doi.org/10.1111/j.1662-6370.2011.02040.x; Aldon & Staggenborg 2004Aldon, M. and S. Staggenborg. 2004. “Leadership in Social Movements”. Pp. 171-196 in The Blackwell Companion to Social Movements, edited by David Snow, Sarah Soule and Hanspeter Kriesi. Oxford: Blackwell.; González-Bailón & Ning 2013González-Bailón, S. and W. Ning. 2013. “The Bridges and Brokers of Global Campaigns in the Context of Social Media”. SSRN Scholarly Paper ID 2268165, Social Science Research Network, Rochester. Fecha de consulta: 22 de marzo de 2013. (Disponible en http://papers.ssrn.com/abstract=2268165).), han estado poniendo en duda la deliberación mediante redes digitales, enfatizando sobre todo en que el impacto de las mismas está determinado por el contexto, el tipo de organización y el tipo de lazos que se establecen en la estructura de red.
En el caso de Putnam (2000Putnam, R. 2000. Bowling alone: the collapse and revival of American community. New York: Simon & Schuester.) se cuestiona si el capital social se está erosionando a partir de la nueva dinámica de la sociedad moderna y en especial a partir de la masificación de los medios de comunicación como Internet. Así, Putnam hace énfasis en cuál es el impacto de las redes sociales electrónicas para la erosión del capital social actual, ante lo cual expone que estas redes fomentan el aislamiento, la “balcanización”[1] más que la cooperación. Este tipo de advertencia también la hicieron Castells (1996Castells, M. 1996. The rise of the network society. Cambridge: Blackwell Books. ), Van Alstyne y Brynjolfsson (1997Van Alstyne, M. & E. Brynjolfsson. 1997. Electronic communities: global village or cyberbalkanization? MIT Sloan School of Management Working paper, Massachusetts Institute for Technology, Cambridge, MA. ), Bimber (1998Bimber, B. 1998. “The Internet and political transformation: populism, community, and accelerated pluralism”. Polity 31:133-160. http://dx.doi.org/10.2307/3235370 ), Shapiro & Leone (1999Shapiro, A. & R. Leone. 1999. The control revolution. New York: Public Affairs.) y Sunstein (2001Sunstein, C. 2001. Republic.com. Princeton: Princeton University Press.).
Por su parte, los estudiosos de los movimientos sociales (González-Bailón & Ning 2013González-Bailón, S. and W. Ning. 2013. “The Bridges and Brokers of Global Campaigns in the Context of Social Media”. SSRN Scholarly Paper ID 2268165, Social Science Research Network, Rochester. Fecha de consulta: 22 de marzo de 2013. (Disponible en http://papers.ssrn.com/abstract=2268165).; Diani 2000Diani, M. 2000. “Social Movement Networks Virtual and Real”. Information, Communication and Society 3:386-401. http://dx.doi.org/10.1080/13691180051033333 y 2011Diani, M. 2011. “Networks and Internet into Perspective”. Swiss Political Science Review 17:469-474. http://dx.doi.org/10.1111/j.1662-6370.2011.02040.x; Aldon & Staggenborg 2004Aldon, M. and S. Staggenborg. 2004. “Leadership in Social Movements”. Pp. 171-196 in The Blackwell Companion to Social Movements, edited by David Snow, Sarah Soule and Hanspeter Kriesi. Oxford: Blackwell.) enfatizan el hecho de que el poder de las redes sociales parece mayor entre los simpatizantes de organizaciones de movimientos que actúan principalmente sobre una base profesional, y en nombre de causas que tienen una gran resonancia en la opinión pública, que en movimientos revolucionarios radicales cuya fuerza parece ser más la acción cara a cara o la acción digital disruptiva y violenta –p. ej. el ciberterrorismo– (Torres Nabel 2007Torres Nabel, L. C. 2007. “Blogs de protesta en el conflicto postelectoral de México en 2006”. Pp. 104-118 en Ciberoamérica en red. Escotomas y fosfenos 2.0, editado por M. Cárdenas & M. Mora. Barcelona: Editorial UOC. y 2009Torres Nabel, L. C. 2009. “Ciberprotestas y consecuencias políticas: reflexiones sobre el caso de Internet Necesario en México”. Razón y palabra 70. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/TORRES_REVISADO.pdf; Constanza-Chock 2001Constanza-Chock, S. 2001. “Mapping the repertoire of electronic contention”. Pp. 173-191 in Representing Resistance: Media, Civil Disobedience and the Global Justice Movement, edited by Andrew Opel and Donnalyn Pompper. NJ: Greenwood.; Weiman 2006Weimann, G. 2006. Terror on the Internet. The new arena, the new challenges. NY: USIP Press Books.).
Sin embargo, para los fines del presente artículo, el tema del capital social y la acción colectiva no requiere de análisis específico, ya que lo que importa es la influencia y el impacto político de los actores que hacen uso de las redes sociales, independientemente de la calidad de sus argumentos.
En las redes sociales, existen jerarquías que determinan la estructura y el comportamiento de las movilizaciones sociales y las protestas políticas. Al entrar al detalle de las interacciones entre los actores que se manifiestan sobre tal o cual cuestión mediante alguna plataforma de red social, nos damos cuenta de que existen actores centrales y secundarios, actores puente, etc. y que cada uno cumple una función en la estructura de red; de que algunos de estos tienen un factor de influencia más amplio y contundente que los otros a partir de una serie de variables, y que dicho factor puede o no ser predeterminado o meramente accidental (Watts 2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.).
Midiendo la influencia en las redes socialesTop
Antes de medir la influencia que tiene o no la actividad que se desarrolla en una plataforma de red (p. ej. Twitter) tenemos que definir la del concepto “influencia” en una plataforma específica –“la influencia en Twitter”–. Desde 1955 con los trabajos de Lazarsfeld & Katz sobre los “líderes de opinión” se inauguró el análisis sobre la influencia personal que cada uno de los individuos tiene a partir de su ubicación y recursos en la estructura social, cuestión que siguieron en diversos estudios Rogers (1962Rogers, E. 1962. Diffusion of innovations. New York: Free Press.) con su teoría de la difusión de las innovaciones y su análisis de los “innovadores”, Lazarsfield et al. (1968Lazarsfeld, P., B. Bernard & G. Hazel. 1968. The people’s choice; how the voter makes up his mind in a presidential campaign. New York: Columbia University Press.), Merton (1968Merton, R. 1968.”Patterns of influence: local and cosmopolitan influentials”. Pp. 441-472 in Social Theory and Social structure, edited by R. Merton. New York: Free Press.), Weimann (1994Weimann, G. 1994. The lnfluentials: People Who influence people. New York: University of New York Press.), Keller & Berry (2003Keller, E. & J. Berr. 2003. The influentials: one American in ten tells the other nine how to vote, where to eat, and what to buy. New York: Free Press.) –que han analizado las características y el comportamiento de los “influyentes”–, Rand (2004) sobre los influyentes digitales, Gladwell (2002Gladwell, M. 2002. The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference. Boston: Back Bay Books.) acerca de los genios, o Watts (2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.) y Watts & Dodds (2007Watts, D. & P. Dodds. 2007. “Influentials, Networks, and Public Opinion Formation”. Journal of Consumer Research 34:441-458. http://dx.doi.org/10.1086/518527 ) sobre los influyentes accidentales.
Por tanto, es complicado medir la influencia, el impacto y la trascendencia de las redes sociales en la política, ya que al hacerlo habría que incorporar una serie de variables que den pie a indicadores claros y objetivos. Dichas variables, a su vez, han salido a la par de los fenómenos analizados en estudios diversos. Bond et al (2012Bond, R., C. Fariss, J. Jones, A. Kramer, C. Marlow. 2012. “A 61-million-person experiment in social influence and political mobilization”. Nature 489:295-298. http://dx.doi.org/10.1038/nature11421) realizaron un experimento en el que a partir del análisis de 60.055.176 mensajes en Facebook lograron establecer que las relaciones online tienen efectos políticos (específicamente influencia social) a partir de los vínculos fuertes entre los actores de redes previamente establecidas; cuestión que implica un futuro debate entre las visiones sobre qué tipo de vínculos funcionan mejor para determinado tipo de redes y en qué tipo de plataformas, ya que en otro estudio (Wu et al. 2011Wu, S., J. M. Hofman, Winter Mason, D. Watts. 2011. “Who says what to whom on Twitter”, World Wide Web Conference Committee (IW3C2), April 2011, India.) refieren que la ubicación en la jerarquía en Twitter determina el impacto y la influencia de ciertos mensajes, enriqueciendo la idea de que los líderes de opinión (innovadores, influyentes) programan las redes de influencia (Burt 1999Burt, R. 1999. “The social capital of opinion leaders”. Annals AAPSS 566:37-54. http://dx.doi.org/10.1177/0002716299566001004). Las jerarquías implican la diferenciación entre distintos actores, por ejemplo (Wu et al. 2011Wu, S., J. M. Hofman, Winter Mason, D. Watts. 2011. “Who says what to whom on Twitter”, World Wide Web Conference Committee (IW3C2), April 2011, India.) entre usuarios de Twitter que son algún tipo de “celebridad” (famosos de la farándula, del deporte, de la política, de la sociedad ), “medios de comunicación” (periodistas, reporteros, o en general el perfil del medio de comunicación), “organizaciones” (empresas, ONG, etc.) y “bloggers” (usuarios que difunden sus blog en Twitter). Entre ellos se establecen procesos de intercambio y diseminación de información. Por otra parte Cha et al. (2010Cha, M., H. Haddadi, F. Benevenuto & P. Gummad. 2010. “Measuring user influence on Twitter: the million follower fallacy”. Pp 10-17 in Proceedings of the Fourth International AAAI Conference on Weblogs and Social Media, compiled by Marti Hearst. Washington, DC: AAAI Press.) establecen una serie de indicadores que posibilitan la medición en Twitter: a) número de seguidores, b) número de retweets y c) número de menciones.
¿Quién programa la red en Twitter? las jerarquías, la influencia y el poderTop
En toda estructura de red, y en ese sentido en lo que se denomina “sociedad-red”, existen actores sociales que gracias a su posición y jerarquía tienen una serie de recursos y ventajas informativas que les permiten ejercer influencia y poder sobre los otros; estos actores se determinan “programadores” y “enlaces” (switchers) (Castells 2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.). Los “programadores” tienen la capacidad de construir redes y de programar/reprogramar las mismas a partir de los objetivos que les asignen. Por su parte los “enlaces” tienen la capacidad de conectar diferentes redes y asegurar su cooperación compartiendo objetivos y combinando recursos.
Estos dos mecanismos no son privativos de élites políticas o económicas como en otras configuraciones sociales. En dicho caso son mecanismos que explican el comportamiento de ciertos actores sociales en determinados acontecimientos.
Estos mecanismos de “programación/reprogramación y enlace” determinan la dinámica y los efectos de diversas movilizaciones sociales mediante plataformas digitales como Twitter y Facebook, sin embargo, en estudios recientes se discute la hipótesis de si estos mecanismos son prediseñados por los actores o simplemente se encuentran con ellos de forma accidental (Watts 2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.; Watts & Dodds 2007Watts, D. & P. Dodds. 2007. “Influentials, Networks, and Public Opinion Formation”. Journal of Consumer Research 34:441-458. http://dx.doi.org/10.1086/518527 ) a partir de otros mecanismos mucho más “arbitrarios”, tales como el “contagio social, las cascadas de información y la información desregulada” (Torres Nabel 2013aTorres Nabel, L. C. 2013a. “Los mecanismos de lo político en las redes sociales de Internet”. Aposta. Revista de ciencias sociales 58. Consulta (Disponible en: http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/tnabel1.pdf).), que implican un impacto contraintuitivo basado principalmente en el poder del contexto y los sesgos cognitivos de los usuarios de Internet, llevados por ideas poco razonadas basadas en la visceralidad de las emociones y la facilidad de transmisión mediante retweets o likes con la rapidez de un clic.
En ambas perspectivas, ya sea que las redes se programen por líderes influyentes o bien por influyentes accidentales, en todo acontecimiento suscitado en Internet se dejan huellas de inicio y desarrollo, así como de su comportamiento y de las secuelas. Al respecto, en un estudio de 2010Centola, D. 2010. “The Spread of Behavior in an Online Social Network Experiment”. Science 329:1194-1197. http://dx.doi.org/10.1126/science.1185231, Centola menciona que las redes sociales con bajos índices de cohesión y lazos fuertes (lo cual quiere decir que no implican lazos de parentesco o amistosos constantes en el tiempo) que son las que se conforman típicamente en Internet y específicamente en Twitter, a partir de un grupo de desconocidos, suelen ser fácilmente inundadas por el “contagio” (que puede ser tan amplio como la comunidad global de Twitter) de una diversidad de temáticas que rápidamente se vuelven trending topic, pero igualmente son cortas en el tiempo y desbancadas por otras rápidamente.
En suma, existe un relativo consenso en cuanto a que las redes sociales en Internet sigan teniendo, de manera premeditada o accidental, un cierto tipo de programación y sobre todo un grupo de actores que sobresalen de la masa, y que, quieran o no, se vuelven las cabezas visibles de los acontecimientos, de las protestas, de los movimientos sociales.
Los programadores del movimiento #YoSoy132 en TwitterTop
Comparado con los acontecimientos ocurridos en Islandia en 2008, con su singular revolución de las cacerolas y su posterior ejercicio de “WikiConstitución” (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Gunnarson 2009); la denominada “Primavera árabe”; el caso de las protestas en Túnez (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; De León & Jones 2011(De) León, J. & C. Jones. 2011. Tunisia and Egypt: Unrest and Revolution. NY: Global Politic Studies.) y Egipto (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Eltantaey & Wiest 2011Eltantaey, N. & J. Wiest. 2011. “Social media in the Egyptian revolution: reconsidering resource mobilization theory”. International Journal of Communication 5:1207-1224.; Allagui & Kuebler 2011Allagui, I. & J. Kuebler. 2011. “The Arab spring and the role of ICT’s”. International Journal of Communication 5:1435-1442.; Aourag & Alexander 2011Aourag, M & A. Alexander. 2011. “The Egyptian experience: sense and non-sense of the Internet revolution”. International Journal of Communication 5:1344-1358.) a finales de 2010; los indignados españoles (Movimiento 15-M) (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; 2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.) y norteamericanos (Occupy Wall Street) (Constanza-Chock 2012Constanza-Chock, S. 2012. “Preliminary findings: occupy research demographic and political participation survey 2012”. Occupy Research. Consulta (http://www.occupyresearch.net/).; Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Tarrow 2011Tarrow, S. 2011. “Why Occupy Wall Street is not a tea party of the left”. Foreing Affairs, Snapshot, 10 octubre 2011. Consulta (Disponible en: http://www.foreignaffairs.com/articles/136401/sidney-tarrow/why-occupy-wall-street-is-not-the-tea-party-of-the-left.); el incipiente movimiento #YoSoy132 puso a México en el mapa de las redes sociales como herramienta de lucha y organización de sectores sociales ávidos de cambio. La también llamada “Primavera mexicana”, en alusión a las protestas ocurridas en Túnez y Egipto entre 2010-2013 que a su vez aluden a la Primavera del 68 en Praga, constituye el último acontecimiento de los movimientos sociales en México, tanto por su origen como por su comportamiento y convocatoria.
La génesis del movimiento #YoSoy132
Los orígenes del movimiento #YoSoy132 se retrotraen a la negativa de la televisión nacional TV Azteca de transmitir el primer debate presidencial de las elecciones de 2012 en México ante la opción de trasmitir un partido de fútbol. El primero de mayo de 2012 la tuitera @lvloon “posteó” lo siguiente: “Quién se apunta a la #MArchaAntiEPN”, emitiendo la primera vez el hashtag (etiqueta) #MarchaAntiEPN en alusión al candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto. Ante la poca respuesta @lvloon propuso la idea a @julioastillero (Julio Hernández López columnista del diario La Jornada) que con sus 55.000 seguidores de entonces le dio un empujón de difusión al hashtag #MArchaAntiEPN.
Diez días después volvió a aparecer el mencionado hashtag con un mensaje del tuitero @AlanPonce29, que logró diseminarse rápido y con cierta amplitud –cerca de 2000 retuits–. La etiqueta de Twitter era acompañada de mensajes de repudio al regreso del viejo partido caciquil (PRI) que gobernó al país durante 70 años. Además, la idea pronto llegó a los simpatizantes de los candidatos opositores (especialmente a los del candidato de la coalición de izquierda, Andrés Manuel López Obrador) que a su vez trataron de “puentear” la información a grupos de ciberactivistas como la famosa legión “Anonymous”, que con sus cuentas de activistas mexicanos @anonopshispano y @AnonymousMexi ampliaron la difusión.
Desde el otro bando ideológico (el partido Acción Nacional y su candidata Josefina Vázquez Mota) un actor difuso bajo la cuenta @jan_herzog vinculado a la Universidad Iberoamericana –para unos un actor individual, para otros un actor colectivo– retomó la idea y la diseminó con lo que se consideró un discurso de “odio” y alta virulencia (Mauleón 2012Mauleón, H. 2012. “De la red las calles”. Nexos. (Disponible en: http://www.nexos.com.mx/?P=leerartículo&Article=2102909).). Para el 11 de mayo la etiqueta #MarchaAntiEPN era trending topic nacional. Ese mismo día el candidato del PRI aludido, Enrique Peña Nieto, se presentaría en la Universidad Iberoamericana (UIA) en un acto de campaña. El acto acarreó una sentida protesta de los estudiantes que acudieron, la misma que preveían días antes mediante un “evento” en Facebook llamado “Los candidatos a la Presidencia en la UIA”, en cuyo foro ya se hablaba de incomodar al candidato del PRI[2]. La respuesta mediática fue abrumadora. La idea promovida por #MArchaAntiEPN, diferentes actores asociados a los otros candidatos presidenciales y diversos activistas y periodistas se inmiscuyeron. Por su parte, el representante del partido aludido, Pedro Joaquín Coldwell, defendió a su candidato y empezó con una estrategia de desacreditación de los estudiantes de la UIA, los mismos que contestaron (131 en total) con un vídeo colgado en la plataforma Youtube donde, credencial en mano, se identificaban como estudiantes comprometidos con sus ideas y no acarreados políticos. Esa noche la etiqueta #131alumnosdelaibero se convirtió en trending topic global.
Tras esta vorágine de simpatizantes, surgió una nueva etiqueta, #YoSoy132, cuyo cuño se atribuye a la analista política Denisse Dresser, pero que parte de la idea inicial de otro tuitero, @aochoad, que sin embargo fue etiquetado formalmente en la plataforma por @1ricardovargas. Del 14 de mayo al 2 de julio #YoSoy132 alcanzó 4.207.387 menciones, tanto de su etiqueta inicial como de otras que le hacían alusión: #MarchaYoSoy132, #debateyosoy132, etc. (Mauleón 2012Mauleón, H. 2012. “De la red las calles”. Nexos. (Disponible en: http://www.nexos.com.mx/?P=leerartículo&Article=2102909).) En la misma línea, la etiqueta #MarchaAntiEPN llegó a 705.341 menciones junto con otras etiquetas que la aludían como #AztecavsEPN, #2daMarchaAntiEPN, etc.
Análisis del impacto del movimiento #Yosoy132
El acontecimiento del #YoSoy132 tuvo un impacto muy definido en el proceso electoral de 2012 en México. De acuerdo con la metodología propuesta por Torres Nabel (2010Torres Nabel, L. C. 2010. “Redes sociales y efectos políticos. Reflexiones sobre el impacto de Twitter México”. Sociología y tecnociencia. Revista digital de sociología del sistema tecnocientífico 0:63-75. Fecha de consulta: 13 de febrero de 2013. (Disponible en: http://sites.google.com/site/sociologiaytecnociencia/Numero0-Volumen2/rsst-0-2-torres).) se puede considerar que alcanzó un alto impacto mediático, tanto por el índice de citación –4.207.387 menciones (solo en Twitter)– cómo por la opinión que generó en el espacio público en el transcurso de un año (Tabla 1).
Tabla 1. Impacto mediático #Yosoy132. Mayo 2012-mayo 2013. | ||||||||||||||||
Fuente: Google[3] |
A nivel “político” el impacto también es considerable, dadas las marchas, asambleas y diversos tipos de protestas en las que han estado implicados. A la fecha, es difícil tener cifras exactas, tanto de estos actos como de los involucrados en los mismos, lo cual en si representaría un objeto digno de una investigación más profunda.
Sin embargo, para el presente texto se centró el análisis en los actores clave del fenómeno en Twitter partiendo de la idea de Castells (2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.) de que hay agentes que programan/reprograman y enlazan a la red para que posteriormente saliera a las calles.
Método de análisis del impacto del movimiento #YoSoy132
El método seguido para el análisis del impacto del movimiento #YoSoy132 parte de la identificación, descripción y explicación de los actores más influyentes del mismo. Para tal efecto se desarrolló un procedimiento que incluyó diversas técnicas y tipos de análisis que se exponen a continuación:
Tabla 2. Actores Twitter movimiento YoSoy132 (N=276). | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Fuente: Elaboración propia con datos de http://tweetlevel.edelman.com. |
Figura 1. Visualización movimiento #YoSoy132. Centralidad de los actores principales (N=276). Fuente: Elaboración propia. |
Resultados del análisis del impacto del movimiento #Yosoy132Top
A partir de los índices, indicadores y jerarquías desarrollados mediante los programas Tweetlevel y Ucinet se construyó la Tabla 3 en la que se describe con detalle a cada uno de los 17 actores más influyentes de la red inicial del movimiento #YoSoy132.
Tabla 3. Movimiento #YoSoy132: Actores principales (N=17). | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Fuente: Desarrollado a partir de los datos de http://tweetlevel.edelman.com/ |
A su vez, con las jerarquías y los indicadores desarrollados a partir del programa Tweetlevel, se desarrolló un cuadrante que articula y permite visualizar el lugar que cada actor tiene en el espectro de la influencia social en Twitter a partir de dos variables: influencia y popularidad (Figura 2).
Figura 2. Las jerarquías en Twitter. Actores #YoSoy132. Fuente: Desarrollado a partir de los datos de http://teetlevel.edelman.com/. |
Los otros indicadores que aparecen en la Tabla 3 se dividieron en dos a partir del análisis de dos tipos de redes creadas en todo fenómeno social: a) “red sociocéntrica”, se centra en la interacción dentro del grupo, recoge información de los miembros de un grupo, acerca de sus relaciones con el resto de miembros (McCarthy 2008McCarthy, C. 2008. Seminario de redes sociales. Universidad de Guadalajara.); b) “red egocéntrica”, se centra en los efectos de la red en las actitudes individuales, conductas y condiciones, recoge información sobre el respondiente (“ego”) acerca de sus interacciones con los miembros de la red (“alteri”) (McCarthy 2008McCarthy, C. 2008. Seminario de redes sociales. Universidad de Guadalajara.).
En el presente estudio se tomó como “red sociocéntrica” al análisis de los actores en su conducta global en toda la “tweetósfera” para saber su ubicación en la misma y su nivel de influencia. Por otra parte, se tomó como “red egocéntrica” el análisis de los 276 actores en relación con el fenómeno estudiado a partir de las 3 etiquetas referidas.
En los indicadores de “red sociocéntrica” podemos ver cuatro tipos de actores sociales cuya categorización se desarrolló a partir de la descripción de los propios perfiles de los usuarios y del conocimiento público.
De estos, en un 50% de los casos (9) se trata de actores con gran prestigio social y dedicados al uso y manejo de la información de modo profesional (“periodistas”); el 33% son “tuiteros independientes”; otro 11% (2) se compone de actores más ambiguos, posiblemente ligados a organizaciones partidistas, y denominados “tuiteros partidistas” y, finalmente, un 6% se pueden denominar “activistas” (Tabla 4).
Tabla 4.Frecuencias: actores, jerarquías, seguidores, participación, influencia y poder. Movimiento #YoSoy132 en Twitter (N=17). χ2., p=1. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Fuente:Elaboración propia |
En la misma Tabla 4 se pueden apreciar otros aspectos que delimitan el perfil de los actores principales en el fenómeno #YoSoy132. Por un lado tenemos a las jerarquías en Twitter, en donde se da cuenta de que el 56% son iniciadores de idea seguidos por el 39% de amplificadores, cuestión que se avala con el número de seguidores. Se trata de actores de menos de 10000 seguidores (78%) pero no menos de 5000 (Tablas 3 y 4). Esto se enfatiza en el nivel de participación, el cual es mediano (53%) por 29% que es alto. (Tabla 4).
En suma, se pude caracterizar a los actores más participativos del #YoSoy132 a partir de las etiquetas como agentes con influencia alta (65%) y poder medio (53%), (Tabla 4).
Discusión del caso: el debate sobre la influencia de las redes socialesTop
Los resultados del análisis desarrollado para el grupo de tuiteros que participaron en las etiquetas más representativas del #YoSoy132 en Twitter nos presentan una serie de posibilidades de interpretación así como una serie de dudas, en confrontación con la percepción colectiva a un año de su aparición en mayo de 2012.
La interpretación nos remite inicialmente al debate teórico (Watts 2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.; Watts & Dodds 2007Watts, D. & P. Dodds. 2007. “Influentials, Networks, and Public Opinion Formation”. Journal of Consumer Research 34:441-458. http://dx.doi.org/10.1086/518527 ) sobre si los actores influyentes en las redes sociales son, en muchas ocasiones, meros accidentes de la dinámica social, cuestión que alienta a muchos en la interpretación de estos fenómenos como auténticas revoluciones, en las cuales cualquier individuo con la jerarquía social y los recursos mínimos (en este caso, un dispositivo y conexión a Internet) es capaz de provocar debate sobre asuntos públicos, difundirlo y contagiar a miles de personas a opinar al respecto, e incluso salir a las calles. Situación que contrasta con la vieja interpretación de los movimientos sociales donde hay necesidad de una serie de recursos humanos y económicos por un lado (McAdam et al. 1996McAdam D., J. McCarthy & M. Zald. 1996. Comparative Perspectives on Social Movements. Cambridge: Cambridge University Press. http://dx.doi.org/10.1017/CBO9780511803987 ) así como de posiciones jerárquicas y acceso a la información (Gladwell 2002Gladwell, M. 2002. The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference. Boston: Back Bay Books.; Burt 1999Burt, R. 1999. “The social capital of opinion leaders”. Annals AAPSS 566:37-54. http://dx.doi.org/10.1177/0002716299566001004) para influir en la opinión pública.
Al respecto, día a día surgen nuevos acontecimientos que nutren esta hipótesis, sin embargo, en el presente análisis nos damos cuenta, a partir de la descripción de los 17 actores más activos en tres de los hashtags (Tabla 3) ligados al movimiento #YoSoy132, de que se trata de actores con un gran prestigio social dentro y fuera de Internet y con muchos recursos, ya que el 50% son periodistas y el 94% tienen más de 10.000 seguidores, ambas cuestiones estadísticamente significativas con una χ2- p=1.
En la misma línea, según la metodología de Tweetlevel (expuesta líneas arriba) los 17 actores más activos son en su mayoría iniciadores de idea (53%) y amplificadores (41%), lo que implica que son “cerebros creativos” que están detrás de muchas de las ideas que pululan en la red, en el caso de los primeros, y autores con grandes ventajas informativas y económicas con acceso a grandes audiencias en el caso de los segundos (cuestión que es muy evidente en la Figura 1), ubicándose en los niveles más altos de influencia y popularidad.
De otra parte se encuentra la gran masa crítica de los 276 actores analizados, que manifiestan una clara tendencia a agruparse a partir de los 17 actores principales y que, a su vez, los dividen en 3 grandes núcleos de influencia (Figura 2), distribución que se ha tomado como prueba de lo que según algunos estudios (Watts 2007Watts, D. 2007. “Challenging the Influentials Hypothesis”. Word of Mouth Marketing Association 3:202-211.; Watts, D. & P. Dodds 2007Watts, D. & P. Dodds. 2007. “Influentials, Networks, and Public Opinion Formation”. Journal of Consumer Research 34:441-458. http://dx.doi.org/10.1086/518527 ; Newman et alNewman, M. E. J., S. H. Strogatz, and D. J. Watts. 2001. “Random Graphs with Arbitrary Degree Distributions and Their Applications”. Physical Review E 6402: 026118. http://dx.doi.org/10.1103/PhysRevE.64.026118. 2001) se define como actores “hiperinfluyentes”.
En suma, parece ser que en el caso del #YoSoy132 en México, el movimiento, siguiendo a Castells (2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.), los programadores/reprogramadores y los switchers del mismo son actores claros y con una estrategia evidente, con recursos y capacidad de movilización. En la misma idea, no se trata de una gran masa de actores con relaciones horizontales de creación y difusión, lo que implicaría que el movimiento puede tener vectores evidentes de una estrategia mayor, que dado el contexto electoral donde se gestó, pudieron formar parte de una estrategia partidista-electoral.
Consideraciones finales: implicaciones teóricas al impacto político de las redes socialesTop
El análisis de lo que derivó en el movimiento #YoSoy132 no pretendió criticar los acontecimientos posteriores que lo definieron, ni las “luchas” en las que se inmiscuyen quienes lo mantienen activo. El análisis se circunscribió a los hechos suscitados en la red social Twitter a partir de las etiquetas multicitadas líneas arriba. Asimismo, los hallazgos producidos van más en la línea del debate teórico sobre si las plataformas tecnológicas de red social posibilitan relaciones más horizontales y procesos más consensuados del debate público. Las evidencias surgidas del caso apuntan a que no hay tal horizontalidad, van más con la idea del contagio programado y reprogramado de ideas con una clara estrategia política. Similar a lo que ocurrió en 2006, también con un proceso electoral de fondo, donde, mediante un blog, un grupo de ciudadanos independientes y partidistas protestaron a partir de la creencia de que hubo fraude electoral (Torres Nabel 2011Torres Nabel, L. C. 2011. “Diseminación de creencias conspirativas en la blogósfera. La elección presidencial de 2006”. Espiral 50:141:182.).
En la misma línea, los elementos surgidos del análisis de la red que se configuró con la idea del #YoSoy132 centra el debate sobre el alcance y el impacto de estas nuevas plataformas de la ciudadanía como herramientas para frenar el abuso de poder y promover la democracia. En este caso dado, a partir de ciertos elementos teóricos, podemos considerar a las mismas (las plataformas de red social como Twitter y Facebook) como “conmutadores” que, similares a los puentes, posibilitan la relación entre diversos segmentos (en este caso, de actores e ideas), pero también de bucles o loops que repiten, fractalizan y duplican arbitrariamente sentencias de información previamente programada por actores con intereses secundarios o derivados a la sentencia misma; lo cual se debe a múltiples causas que pueden explicarse por alguno o varios de los mecanismos detallados por Torres Nabel (2013Torres Nabel, L. C. 2013b. “Cómo analizar redes sociales en Internet. El caso Twitter en México”. Pp. 192-207 en Investigar las redes sociales. Comunicación total en la sociedad de la ubicuidad, editado por M. Cárdenas & M. Mora. México, DF: ITESM.), tales como “simplificación”, “visceralización” (spleen), “contagio” o “fractalización”.
En suma, el estudio de las redes sociales y el grado de ebullición que han provocado diversos acontecimientos alrededor del planeta, más allá de la promesa perfectamente registrada y analizada por Castells (2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.) de ser “redes de indignación y esperanza”, constituyen interesantes ejercicios de análisis y debate teórico sobre el poder de los contextos ante las mismas herramientas. Casos como el mexicano, más allá de los innumerables textos de algarabía sobre el movimiento #YoSoy132 y su calificación prematura de “Primavera mexicana”. En contextos como el del caso árabe (específicamente Egipto) parece poco probable que el impacto de la acción colectiva viniera de los vínculos débiles que se obtuvieron de la difusión a gran escala propagada por las redes sociales como Facebook o Twitter, a diferencia de la influencia que poseen las relaciones familiares o los poderosos lazos del islam (Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Allagui & Kuebler 2011Allagui, I. & J. Kuebler. 2011. “The Arab spring and the role of ICT’s”. International Journal of Communication 5:1435-1442.; Aourag & Alexander 2011Aourag, M & A. Alexander. 2011. “The Egyptian experience: sense and non-sense of the Internet revolution”. International Journal of Communication 5:1344-1358.; Eltantaey & Wiest 2011Eltantaey, N. & J. Wiest. 2011. “Social media in the Egyptian revolution: reconsidering resource mobilization theory”. International Journal of Communication 5:1207-1224.. De igual forma, el impacto de las redes provoca otras con un impacto disperso como el de los indignados españoles –Movimiento 15-M– (Castells 2009Castells, M. 2009. Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.; 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.) y norteamericanos –Occupy Wall Street– (Constanza-Chock 2012Constanza-Chock, S. 2012. “Preliminary findings: occupy research demographic and political participation survey 2012”. Occupy Research. Consulta (http://www.occupyresearch.net/).; Castells 2012Castells, M. 2012. Redes de Indignación y Esperanza. Madrid: Alianza Editorial.; Tarrow 2011Tarrow, S. 2011. “Why Occupy Wall Street is not a tea party of the left”. Foreing Affairs, Snapshot, 10 octubre 2011. Consulta (Disponible en: http://www.foreignaffairs.com/articles/136401/sidney-tarrow/why-occupy-wall-street-is-not-the-tea-party-of-the-left., o un impacto sui géneris como el #YoSoy132, donde (cuando menos, en lo analizado en este estudio( podemos ver que su gestación en Twitter estuvo influida por actores con alta jerarquía informativa y tendencias ideológicas y hasta partidistas claras; situación muy común en la mayoría de los movimientos sociales a lo largo de la historia. En este caso parece ser que una línea de investigación futura trate el fenómeno del #YoSoy132 más como una campaña política que como movimiento social, donde los actores y sus roles están más orientados a la influencia mediática que a crear capital social útil en la acción colectiva de largo aliento. Al final, es posible que tengamos que ver los fenómenos políticos en Twitter más como debate público que como construcción de acción colectiva, dados los costos individuales y colectivos de una y otra cuestión.
LUIS CÉSAR TORRES NABEL es Profesor Titular de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara en México. Es Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara, México, y Máster en e-learning por la Universidad Oberta de Catalunya. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, México.
NOTASTop
[1] Entendiendo a esta como la separación de los sujetos del entorno social y la propensión a solo pelear y no escuchar otras voces. |
[2]http://www.eluniversal.com.mx/nacion/196450.html |
[3] https://www.google.com.mx/search?q=%23yosoy132&biw=1366&bih=667&tbm=vid&source=lnms&sa=X&ei=Anz4VPXTHoPDggTisIPYAQ&ved=0CAkQ_AUoAw&dpr=1#q=%23yosoy132&pws=0 |
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