Revista Internacional de Sociología 82 (2)
abril-junio, e249
ISSN: 0034-9712, eISSN: 1988-429X
https://doi.org/10.3989/ris.2024.82.22-086

CONVERGENCIA DE GÉNERO EN EL USO DEL TIEMPO EN EL PAÍS VASCO. UN ANÁLISIS A PARTIR DE 25 AÑOS DE LA ENCUESTA DE PRESUPUESTOS DEL TIEMPO (1993-2018)

GENDER CONVERGENCE IN THE USE OF TIME IN THE BASQUE COUNTRY. AN ANALYSIS FROM 25 YEARS OF THE BASQUE TIME USE SURVEY (1993-2018)

Joan García Román

Centre d’Estudis Demogràfics, CERCA, Bellaterra

https://orcid.org/0000-0003-2254-5450

RESUMEN

Aunque siguen existiendo diferencias de género en el uso del tiempo, en las últimas décadas se ha dado, en la mayoría de sociedades, una convergencia en el tiempo que hombres y mujeres dedican a actividades que tradicionalmente han reflejado la división de roles en el hogar. Este artículo explora cómo ha cambiado el uso del tiempo de las mujeres y hombres en el País Vasco durante un período de 25 años (1993-2018), en el transcurso del cual ha mejorado la posición social de las mujeres en términos de educación superior, participación en el mercado laboral y acceso a ocupaciones más prestigiosas. Los resultados muestran una reducción de la brecha de género patente, sobre todo, en actividades de trabajo, tanto el no remunerado como el remunerado y, en menor medida, en el ocio y el cuidado. Aun así, las diferencias de género siguen existiendo y los datos más recientes muestran una ralentización en el proceso de convergencia.

PALABRAS CLAVE: 
Uso del tiempo; género; trabajo no remunerado; educación superior; empleo femenino
ABSTRACT

Although there are still gender differences in the use of time, in recent decades there has been a convergence in the time that men and women dedicate to activities that traditionally reflect the division of roles in the home. This article explores how women’s and men’s time use has changed in the Basque Country over a 25-year period (1993-2018) where women’s status has improved in terms of higher education, labour market participation and access to more prestigious occupations. The results show a reduction in the gender gap, especially in unpaid and paid work activities, but also in leisure and care. Even so, gender differences are still significant and the most recent data show a slowdown in the convergence process.

KEYWORDS: 
Time use; gender; unpaid work; high education; female employment

Recibido: 05.10.2022. Aceptado: 15.01.2024. Publicado: 11.06.2024

Cómo citar este artículo/Citation: García Román, Joan 2024. Convergencia de género en el uso del tiempo en el País Vasco. Un análisis a partir de 25 años de la Encuesta de Presupuestos del Tiempo (1993-2018). Revista Internacional de Sociología 82(2):e249. https://doi.org/10.3989/ris.2024.82.22-086

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

En las últimas décadas se ha producido, en la mayoría de las sociedades, una convergencia en el uso del tiempo de hombres y mujeres (Kan et al. 2022Kan, Man-Yee, Muzhi Zhou, Kamila Kolpashnikova, Ekaterina Hertog, Shohei Yoda and Jiweon Jun. 2022. «Revisiting the Gender Revolution: Time on Paid Work, Domestic Work, and Total Work in East Asian and Western Societies 1985–2016». Gender & Society 36(3): 368-396. doi: 10.1177/08912432221079664.; Altintas y Sullivan 2016Altintas, Evrim and Oriel, Sullivan. 2016. «Fifty Years of Change Updated: Cross-National Gender Convergence in Housework». Demographic Research 35: 455-470. doi: 10.4054/DemRes.2016.35.16.; Kan, Sullivan and Gershuny 2011Kan, Man-Yee, Oriel Sullivan and Jonathan Gershuny. 2011. «Gender Convergence in Domestic Work: Discerning the Effects of Interactional and Institutional Barriers from Large-Scale Data». Sociology 45(2): 234-251. doi: 10.1177/0038038510394014.). Aun así, las brechas de género en ciertas actividades siguen siendo significativas. Las mujeres dedican más tiempo al trabajo no remunerado, mientras los hombres dedican más tiempo al trabajo remunerado y, en menor medida, al tiempo de ocio (Kan et al. 2022Kan, Man-Yee, Muzhi Zhou, Kamila Kolpashnikova, Ekaterina Hertog, Shohei Yoda and Jiweon Jun. 2022. «Revisiting the Gender Revolution: Time on Paid Work, Domestic Work, and Total Work in East Asian and Western Societies 1985–2016». Gender & Society 36(3): 368-396. doi: 10.1177/08912432221079664.). En el caso del trabajo no remunerado, la brecha de género ha decrecido de forma considerable en las tareas de trabajo doméstico debido, principalmente, a la reducción del tiempo dedicado por las mujeres, ya que los hombres, si bien han incrementado su dedicación a dichas tareas, no han llegado a compensar la disminución observada entre las mujeres. La convergencia de género en el uso del tiempo forma parte de lo que se ha denominado ‘la revolución de género’, que hace referencia a los cambios acontecidos en las relaciones de género en las esferas privadas y públicas, entre los que destacan la salida de las mujeres del hogar y su mayor protagonismo en la esfera pública (Goldscheider, Bernhardt and Lappegård 2015Goldscheider, Frances, Eva Bernhardt and Trude Lappegård. 2015. «The Gender Revolution: A Framework for Understanding Changing Family and Demographic Behavior». Population and Development Review 41(2): 207-239. doi: 10.1111/j.1728-4457.2015.00045.x.).

Uno de los motores de la revolución de género es el aumento del nivel educativo de la población, que ha sido uno de los grandes cambios sociales que se han producido en las últimas décadas a nivel mundial. Aunque la expansión educativa ha tenido lugar en toda la población, esta mejora ha sido mucho más acentuada entre la población femenina, lo que ha supuesto que las mujeres tengan mayores niveles educativos que los hombres en la mayoría de las sociedades occidentales (Esteve et al. 2016Esteve, Albert, Christine R. Schwartz, Jan van Bavel, Iñaki Permanyer, Martin Klesmen, and Joan García Román. 2016. «The End of Hypergamy: Global Trends and Implications: The End of Hypergamy: Global Trends and Implications». Population and Development Review 42(4): 615-625. doi: 10.1111/padr.12012.). En la mayoría de países del mundo, las mujeres están acumulando más años de escolaridad y capital humano que los hombres.

La mejora del nivel educativo y el incremento de mayor capital humano han ido acompañadas de una generalización de la participación de la mujer en el mercado laboral. El capital humano de las mujeres es mayor, su participación en el mercado laboral aumenta y lo hace en condiciones cada vez más ventajosas. Con la convergencia en el capital humano de hombres y mujeres, la productividad se vuelve similar, por lo que se cuestiona la especialización de roles que promovía la tradicional división de roles en la pareja (Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.).

Este trabajo se centra en el contexto del País Vasco, para el cual disponemos de una extensa serie de encuestas de empleo del tiempo que permite analizar cómo ha cambiado el uso del tiempo de hombres y mujeres y la posición social de la mujer en un período de 25 años, entre 1993 y 2018 (EUSTAT 2015EUSTAT. 2015. Dos décadas de cambio social en la CA de Euskadi a través del uso del tiempo. Encuesta de Presupuestos de Tiempo, 1993-2013. Vitoria-Gasteiz. EUSTAT.). Como el conjunto de España, el País Vasco se caracteriza por un cierto retraso en la mejora de la condición de la mujer respecto otros países occidentales y por ser una sociedad en que priman los roles de género más tradicionales. No obstante, se han producido importantes avances en las últimas décadas.

Tendencias recientes en el uso del tiempo de mujeres y hombres

 

El reparto del tiempo de hombres y mujeres ha sido tradicionalmente una forma de medir la división de roles en el hogar. Un reparto que, a pesar de tomar especial transcendencia en el trabajo no remunerado, no puede dejar de lado el tiempo dedicado por hombres y mujeres a otras actividades, como el trabajo remunerado o el tiempo de ocio, cuya disponibilidad y discordancia también es símbolo de la igualdad de género. En general, las diferencias de género en actividades esenciales como dormir, comer o el cuidado personal son pequeñas (García Román y Gracia 2022García Román, Joan and Pablo Gracia. 2022. «Gender Differences in Time Use across Age Groups: A Study of Ten Industrialized Countries, 2005–2015». PLOS ONE 17(3): e0264411. doi: 10.1371/journal.pone.0264411.).

Las tendencias recientes en el uso del tiempo muestran una convergencia en la distribución de hombres y mujeres (Kan, Sullivan and Gershuny 2011: 201Kan, Man-Yee, Oriel Sullivan and Jonathan Gershuny. 2011. «Gender Convergence in Domestic Work: Discerning the Effects of Interactional and Institutional Barriers from Large-Scale Data». Sociology 45(2): 234-251. doi: 10.1177/0038038510394014.; Sayer 2016Sayer, Liana. 2016. «Trends in Women’s and Men’s Time Use, 1965–2012: Back to the Future?» Pp. 43-77 en Gender and Couple Relationships. Vol. 6, National Symposium on Family Issues, editado por S.M. McHale, V. King, J. Van Hook, y A. Booth. Cham: Springer International Publishing.). Sin embargo, las mujeres siguen siendo las principales responsables del trabajo doméstico y del cuidado, mientras que la brecha de género en el trabajo remunerado y el ocio sigue siendo favorable a los hombres (England 2010England, Paula. 2010. «The Gender Revolution: Uneven and Stalled». Gender & Society 24(2): 149-166. doi: 10.1177/0891243210361475.; Kan, Sullivan and Gershuny 2011Kan, Man-Yee, Oriel Sullivan and Jonathan Gershuny. 2011. «Gender Convergence in Domestic Work: Discerning the Effects of Interactional and Institutional Barriers from Large-Scale Data». Sociology 45(2): 234-251. doi: 10.1177/0038038510394014.; Pailhé, Solaz and Stanfors 2021Pailhé, Ariane, Anne Solaz and Maria Stanfors. 2021. «The Great Convergence: Gender and Unpaid Work in Europe and the United States». Population and Development Review 47(1): 181-217. doi: 10.1111/padr.12385). La reducción de las diferencias de género en el trabajo doméstico se ha producido, especialmente, por la disminución del tiempo dedicado por parte de las mujeres y por un ligero incremento en las actividades domésticas por parte de los hombres, pero sobre todo por una reducción del tiempo total dedicado a la actividad en el hogar (Pailhé, Solaz and Stanfors 2021Pailhé, Ariane, Anne Solaz and Maria Stanfors. 2021. «The Great Convergence: Gender and Unpaid Work in Europe and the United States». Population and Development Review 47(1): 181-217. doi: 10.1111/padr.12385; Sullivan, Gershuny and Robinson 2018Sullivan, Oriel, Jonathan Gershuny and John P. Robinson. 2018. «Stalled or Uneven Gender Revolution? A Long-Term Processual Framework for Understanding Why Change Is Slow: Stalled or Uneven Gender Revolution?». Journal of Family Theory & Review 10(1): 263-279. doi: 10.1111/jftr.12248.; Altintas and Sullivan 2016Altintas, Evrim and Oriel, Sullivan. 2016. «Fifty Years of Change Updated: Cross-National Gender Convergence in Housework». Demographic Research 35: 455-470. doi: 10.4054/DemRes.2016.35.16.; Kan, Sullivan and Gershuny 2011Kan, Man-Yee, Oriel Sullivan and Jonathan Gershuny. 2011. «Gender Convergence in Domestic Work: Discerning the Effects of Interactional and Institutional Barriers from Large-Scale Data». Sociology 45(2): 234-251. doi: 10.1177/0038038510394014.). Las mejoras en la tecnología que han permitido disponer de más equipamientos y más eficientes, la externalización de algunas tareas o los cambios en los estándares (limpieza del hogar, cuidado de la ropa, consumo de alimentos precocinados, etc.) explican la menor dedicación a las tareas domésticas en el conjunto del hogar (Gershuny and Harms 2016Gershuny, Jonathan and Teresa, Atttracta Harms. 2016. «Housework Now Takes Much Less Time: 85 Years of US Rural Women’s Time Use». Social Forces 95(2): 503-524. doi: 10.1093/sf/sow073.; Leopold, Skopek and Schulz 2018Leopold, Thomas, Jan Skopek and Florian Schulz. 2018. «Gender Convergence in Housework Time: A Life Course and Cohort Perspective». Sociological Science 5: 281-303. doi: 10.15195/v5.a13.).

En lo referente al trabajo de cuidado, su naturaleza es diferente a la del trabajo doméstico (Sullivan 2021Sullivan, Oriel. 2021. «The Gender Division of Housework and Child Care». Pp. 342-54 en Schneider, Norbert and Michaela Kreyenfeld Research Handbook on the Sociology of the Family. Cheltenham: Edward Elgar Publishing.). Aunque se trate en ambos casos de trabajo no remunerado, el cuidado, principalmente el de niños y niñas, resulta una actividad más apetecible y más complicada de posponer para los padres y madres. Por ello, ha aumentado en las últimas décadas para ambos géneros (Fernandez-Lozano 2019Fernandez-Lozano, Irina. 2019. «Fathers as Solo Caregivers in Spain: A Choice or a Need?» Journal of Family Issues 40(13): 1755-1785. doi: 10.1177/0192513X19842214.; Shirani, Henwood and Coltart 2012Shirani, Fiona, Karen Henwood and Carrie Coltart. 2012. «“Why Aren’t You at Work?”: Negotiating Economic Models of Fathering Identity». Fathering: A Journal of Theory, Research, and Practice about Men as Fathers 10(3): 274-290. doi: 10.3149/fth.1003.274.; England and Srivastava 2013England, Paula and Anjula Srivastava. 2013. «Educational Differences in US Parents’ Time Spent in Child Care: The Role of Culture and Cross-Spouse Influence». Social Science Research 42(4): 971-988. doi: 10.1016/j.ssresearch.2013.03.003.; Bianchi, Robinson and Milkie 2006Bianchi, Suzanne M., John P. Robinson y Melissa A. Milkie. 2006. Changing rhythms of American family life. New York: Russel Sage.). Aun así, la participación de los hombres en el cuidado de los niños y niñas no se ha producido de manera simétrica en todas las tareas, sino que se ha incrementado en aquellas más interactivas y apetecibles (jugar, actividades educacionales), quedando para las madres las tareas más arduas como cambiar pañales o arreglar a los niños y/o niñas para ir al colegio (Borràs, Ajenjo and Moreno-Colom 2021Borràs, Vicent, Marc Ajenjo and Sara Moreno-Colom. 2021. «More Time Parenting in Spain: A Possible Change towards Gender Equality?». Journal of Family Studies 27(1): 1-16. doi: 10.1080/13229400.2018.1440618.; Sullivan 2013Sullivan, Oriel. 2013. «What Do We Learn About Gender by Analyzing Housework Separately From Child Care? Some Considerations From Time-Use Evidence: Gender, Housework, Child Care». Journal of Family Theory & Review 5(2): 72-84. doi: 10.1111/jftr.12007.; Bianchi, Robinson and Milkie 2006Bianchi, Suzanne M., John P. Robinson y Melissa A. Milkie. 2006. Changing rhythms of American family life. New York: Russel Sage.).

En cuanto al tiempo del cuidado de personas adultas, se trata de un tiempo generalmente subestimado en las encuestas de empleo del tiempo y que pocas personas entrevistadas reportan en el diario de 24 horas, con lo que se obtienen estimaciones muy bajas (Sayer 2016Sayer, Liana. 2016. «Trends in Women’s and Men’s Time Use, 1965–2012: Back to the Future?» Pp. 43-77 en Gender and Couple Relationships. Vol. 6, National Symposium on Family Issues, editado por S.M. McHale, V. King, J. Van Hook, y A. Booth. Cham: Springer International Publishing.; Durán and Rogero-García 2009Durán, Maria Ángeles y Jesús Rogero-García. 2009. «La investigación sobre el uso del tiempo». Cuadernos Metodológicos Vol. 44. Madrid: CIS. Madrid: CIS.). Las evidencias disponibles muestran que las mujeres dedican más tiempo a las actividades de cuidado de otras personas adultas (Swinkels et al. 2017Swinkels, Joukje, Theo van Tilburg, Ellen Verbakel and Marjolein Broese van Groenou. 2017.«Explaining the Gender Gap in the Caregiving Burden of Partner Caregivers». Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences 74 (2): 309-317. doi: 10.1093/geronb/gbx036.). Dado el crecimiento de la esperanza de vida y la proporción de población de mayor edad con necesidades de cuidado, es de prever que se incremente la demanda de cuidado informal y crezca el tiempo dedicado a esta actividad (Spijker and Zueras 2020Spijker, Jeroen and Pilar Zueras. 2020. «Old-Age Care Provision in Spain in the Context of a New System of Long-Term Care and a Lingering Economic Crisis». Journal of Population Ageing 13(1):41-62. doi: 10.1007/s12062-018-9232-8.).

También se observa una disminución en la diferencia entre el tiempo medio que hombres y mujeres dedican al trabajo remunerado, fruto de la mayor participación femenina en el mercado de trabajo (Stanfors and Goldscheider 2017Stanfors, Maria and Frances Goldscheider. 2017. «The Forest and the Trees: Industrialization, Demographic Change, and the Ongoing Gender Revolution in Sweden and the United States, 1870-2010». Demographic Research 36: 173-226. doi: 10.4054/DemRes.2017.36.6.; Sayer 2016Sayer, Liana. 2016. «Trends in Women’s and Men’s Time Use, 1965–2012: Back to the Future?» Pp. 43-77 en Gender and Couple Relationships. Vol. 6, National Symposium on Family Issues, editado por S.M. McHale, V. King, J. Van Hook, y A. Booth. Cham: Springer International Publishing.;). Sin embargo, el tiempo dedicado por ellas sigue siendo inferior, debido en parte a que tienen una mayor propensión a reducir la jornada laboral con la maternidad (Grunow, Schulz and Blossfeld 2012Grunow Daniela, Florian Schulz and Hans-Peter, Blossfeld. 2012. «What Determines Change in the Division of Housework over the Course of Marriage?». International Sociology 27(3): 289-307. doi: 10.1177/0268580911423056.; Stone 2007Stone, Pamela. 2007. Opting out: Why women really quit careers and head home. Berkeley: University of California Press.).

En cuanto a las actividades de ocio, la tendencia general es que los hombres dediquen más tiempo al ocio (García Román y Gracia 2022García Román, Joan and Pablo Gracia. 2022. «Gender Differences in Time Use across Age Groups: A Study of Ten Industrialized Countries, 2005–2015». PLOS ONE 17(3): e0264411. doi: 10.1371/journal.pone.0264411.). La principal divergencia entre hombres y mujeres reside en la calidad del tiempo dedicado a la actividad, más que a la cantidad. Y es que el tiempo de ocio de las mujeres es más probable que coincida con otras actividades y se vea interrumpido con lo que puede ser menos relajante y más estresante (Craig and Mullan 2013Craig, Lyn and Kilian Mullan. 2013. «Parental Leisure Time: A Gender Comparison in Five Countries». Social Politics: International Studies in Gender, State & Society 20(3): 329-357. doi: 10.1093/sp/jxt002.; Mattingly and Sayer 2006Mattingly, Marybeth J. and Liana C. Sayer. 2006. «Under Pressure: Gender Differences in the Relationship Between Free Time and Feeling Rushed». Journal of Marriage and Family 68(1): 205-221. doi: 10.1111/j.1741-3737.2006.00242.x.; Sayer 2005Sayer, Liana. 2005. «Gender, Time and Inequality: Trends in Women’s and Men’s Paid Work, Unpaid Work and Free Time». Social Forces 84(1): 285-303. doi: 10.1353/sof.2005.0126., 2016Sayer, Liana. 2016. «Trends in Women’s and Men’s Time Use, 1965–2012: Back to the Future?» Pp. 43-77 en Gender and Couple Relationships. Vol. 6, National Symposium on Family Issues, editado por S.M. McHale, V. King, J. Van Hook, y A. Booth. Cham: Springer International Publishing.; Mattingly and Blanchi 2003Mattingly, Marybeth J. and Suzanne M. Blanchi. 2003. «Gender Differences in the Quantity and Quality of Free Time: The U.S. Experience». Social Forces 81(3): 999-1030. doi: 10.1353/sof.2003.0036.).

A pesar de la significativa reducción de las diferencias de género en el uso del tiempo, se observa una cierta ralentización de esta tendencia en los datos más recientes, lo que ha llevado a algunos autores y autoras a considerar que la revolución de género, que conduciría a la igualación de los roles de hombres y mujeres en el trabajo remunerado y no remunerado, estaría incompleta o estancada (Goldscheider, Bernhardt and Lappegård 2015Goldscheider, Frances, Eva Bernhardt and Trude Lappegård. 2015. «The Gender Revolution: A Framework for Understanding Changing Family and Demographic Behavior». Population and Development Review 41(2): 207-239. doi: 10.1111/j.1728-4457.2015.00045.x.; England 2010England, Paula. 2010. «The Gender Revolution: Uneven and Stalled». Gender & Society 24(2): 149-166. doi: 10.1177/0891243210361475.; Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.).

Las mejoras en educación y ocupación como motor para una mayor equidad en el uso del tiempo

 

Como se ha mencionado anteriormente, en las últimas décadas se ha producido en todas las sociedades occidentales una mejora de la posición social de la mujer (Goldscheider, Bernhardt and Lappegård 2015Goldscheider, Frances, Eva Bernhardt and Trude Lappegård. 2015. «The Gender Revolution: A Framework for Understanding Changing Family and Demographic Behavior». Population and Development Review 41(2): 207-239. doi: 10.1111/j.1728-4457.2015.00045.x.). Uno de los motores de este cambio ha sido el incremento del nivel educativo y del capital humano que ello conlleva. Si bien la expansión educativa se ha producido en toda la población, esta mejora ha sido mucho más marcada entre la población femenina, de tal manera que se ha roto el patrón tradicional de mayor nivel de instrucción masculino, invirtiéndose de forma significativa la brecha de género (Esteve et al. 2016Esteve, Albert, Christine R. Schwartz, Jan van Bavel, Iñaki Permanyer, Martin Klesmen, and Joan García Román. 2016. «The End of Hypergamy: Global Trends and Implications: The End of Hypergamy: Global Trends and Implications». Population and Development Review 42(4): 615-625. doi: 10.1111/padr.12012.; Van Bavel 2013Van Bavel, Jan. 2013. «The reversal of gender inequality in education, union formation and fertility in Europe». Vienna Yearbook of Population Research 10: 127-154. doi: 10.1553/populationyearbook2012s127.; Katayama et al. 2011Katayama, Hiromichi, Assad Redouane and Sheena Bell. 2011. Global education digest 2011: Comparing education statistics across the world. Montreal: UNESCO Institute for Statistics.; Dorius and Firebaugh 2010Dorius, Shawn F. and Glenn Firebaugh. 2010. «Trends in Global Gender Inequality». Social Forces 88(5): 1941-1968. doi: 10.1353/sof.2010.0040.). La expansión educativa se manifestó, en primer término, en una generalización de la escolarización y en un incremento de los años de enseñanza, que es prácticamente universal en los países europeos occidentales, entre ellos España (Ortiz y Rodríguez Menés 2016Ortiz, Luis and Jorge Rodríguez Menés. 2016. «Expansión educativa y devaluación parcial de los títulos. Efectos negativos de la expansión educativa sobre el logro ocupacional en España, por niveles educativos y campos de estudio». Observatorio social de la Caixa: 1-15. https://elobservatoriosocial.fundacionlacaixa.org/ca/-/expansion-educativa-y-devaluacion-parcial-de-los-titulos [Consultado 11/03/2024].; Katayama et al. 2011Katayama, Hiromichi, Assad Redouane and Sheena Bell. 2011. Global education digest 2011: Comparing education statistics across the world. Montreal: UNESCO Institute for Statistics.). Actualmente, la brecha educativa de género se ha reducido, sobre todo en la educación superior, en que la presencia femenina ha superado ampliamente a la de los hombres en muchas especialidades (Klesment and Van Bavel 2016Klesment, Martin and Jan Van Bavel. 2016. «The Reversal of the Gender Gap in Education, Motherhood, and Women as Main Earners in Europe». European Sociological Review 33 (3): 465-481. doi: 10.1093/esr/jcw063.; Stoet and Geary 2020Stoet, Gijsbert and David C. Geary. 2020. «Gender Differences in the Pathways to Higher Education». Proceedings of the National Academy of Sciences 117(25): 14073-14076. doi: 10.1073/pnas.2002861117.).

La mejora del nivel educativo de la población femenina ha incentivado la incorporación generalizada de la mujer al mercado de trabajo, y ha incrementado el coste de oportunidad de que permanezcan al cuidado del hogar (Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.; Bianchi, Robinson and Milkie 2006Bianchi, Suzanne M., John P. Robinson y Melissa A. Milkie. 2006. Changing rhythms of American family life. New York: Russel Sage.; Lewis 2001Lewis, Jane. 2001. «The Decline of the Male Breadwinner Model: Implications for Work and Care». Social Politics: International Studies in Gender, State & Society 8 (2): 152-169. doi: 10.1093/sp/8.2.152.). Por ello, es entre las mujeres con mayor educación que primero se producen los cambios y en que se evidencian con más fuerza (Goldin 2006Goldin, Claudia. 2006. The Quiet Revolution That Transformed Women’s Employment, Education, and Family. w11953. Cambridge, MA: National Bureau of Economic Research. doi: 10.3386/w11953.). Las tasas de ocupación femenina han crecido de manera continua desde los años sesenta del siglo pasado y lo han hecho, especialmente, entre las mujeres en unión y con hijos y/o hijas (Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.; Bianchi, Robinson and Milkie 2006Bianchi, Suzanne M., John P. Robinson y Melissa A. Milkie. 2006. Changing rhythms of American family life. New York: Russel Sage.).

El incremento de la participación de la mujer en el mercado laboral ha conllevado el declive del modelo tradicional de familia conocido como el breadwinner model, que ha sido reemplazado por un modelo basado en el doble ingreso (Lewis, Campbell and Huerta 2008Lewis, Jane, Mary Campbell and Carmen Huerta. 2008. «Patterns of Paid and Unpaid Work in Western Europe: Gender, Commodification, Preferences and the Implications for Policy». Journal of European Social Policy 18(1): 21-37. 10.1177/0958928707084450.: Dema 2006Dema, Sandra. 2006. Una pareja, dos salarios: el dinero y las relaciones de poder en las parejas de doble ingreso. Madrid: CIS, Siglo XXI.; Gershuny, Bittman and Brice 2005Gershuny, Jonathan, Michael Bittman and John Brice. 2005. «Exit, Voice, and Suffering: Do Couples Adapt to Changing Employment Patterns?». Journal of Marriage and Family 67(3): 656-665. doi: 10.1111/j.1741-3737.2005.00160.x.). Aunque la participación laboral de las mujeres siempre ha existido, el trabajo femenino, y más concretamente la contribución de la mujer a los ingresos del hogar, había sido considerado tradicionalmente como secundario o para gastos menores, lo que comportaba una dependencia de la mujer de los ingresos del hombre (Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.; Goldin 2006Goldin, Claudia. 2006. The Quiet Revolution That Transformed Women’s Employment, Education, and Family. w11953. Cambridge, MA: National Bureau of Economic Research. doi: 10.3386/w11953., 2021Goldin, Claudia. 2021. Career and Family: Women’s Century-Long Journey toward Equity. Princeton: Princeton University Press.; Hakim 1996Hakim, Catherine. 1996. «Labour Mobility and Employment Stability: Rhetoric and Reality on the Sex Ferential in Labour-Market Behaviour». European Sociological Review 12(1): 1-31. doi: 10.1093/oxfordjournals.esr.a018171.). El modelo de pareja de doble ingreso se ha generalizado y ha pasado a ser el mejor valorado, mientras que las opiniones favorables al modelo tradicional han disminuido (Adler y Lenz 2023Adler, Marina A. and Karl Lenz. 2023. The Changing Faces of Families: Diverse Family Forms in Various Policy Contexts. 1.a ed. London: Routledge.; Castro Martín y Seiz 2014Castro Martín, Teresa y Marta Seiz. 2014. «La transformación de las familias en España desde una perspectiva socio-demográfica». VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España. Madrid: Fundación FOESSA.; Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.; Dema 2006Dema, Sandra. 2006. Una pareja, dos salarios: el dinero y las relaciones de poder en las parejas de doble ingreso. Madrid: CIS, Siglo XXI.).

Sin embargo, las mejoras educativas y de ocupación de la población femenina no siempre se han traducido en una mejor posición social. En términos educativos, el acceso a la educación superior no se ha producido por igual en todos los campos, sino que ha tenido lugar en mayor medida en estudios y ocupaciones que se han considerado tradicionalmente más feminizados, como las profesiones sanitarias o la enseñanza (Mandel and Semyonov 2014Mandel, Hadas and Moshe Semyonov. 2014. «Gender Pay Gap and Employment Sector: Sources of Earnings Disparities in the United States, 1970–2010». Demography 51(5): 1597-1618. 10.1007/s13524-014-0320-y.; Blau, Brummund and Liu 2013Blau, Francine D., Peter Brummund and Albert Yung-Hsu Liu. 2013. «Trends in Occupational Segregation by Gender 1970–2009: Adjusting for the Impact of Changes in the Occupational Coding System». Demography 50(2): 471-492. doi: 10.1007/s13524-012-0151-7.; Van Bavel 2013Van Bavel, Jan. 2013. «The reversal of gender inequality in education, union formation and fertility in Europe». Vienna Yearbook of Population Research 10: 127-154. doi: 10.1553/populationyearbook2012s127.). Estas ocupaciones tienen unos ingresos potenciales menores que reducen el poder en la negociación de roles en el hogar (Grow and Van Bavel 2015Grow, André and Jan, Van Bavel. 2015. «Assortative Mating and the Reversal of Gender Inequality in Education in Europe: An Agent-Based Model». PLOS ONE 10(6): e0127806. doi: 10.1371/journal.pone.0127806.). Por otro lado, la ocupación femenina y la carrera laboral femenina se ven afectadas en muchos casos por la penalización que induce la maternidad (Klesment and Van Bavel 2016Klesment, Martin and Jan Van Bavel. 2016. «The Reversal of the Gender Gap in Education, Motherhood, and Women as Main Earners in Europe». European Sociological Review 33 (3): 465-481. doi: 10.1093/esr/jcw063.). También hay que tener en cuenta las preferencias y elecciones individuales entre vida laboral y familiar que llevan a muchas mujeres a priorizar, en muchos casos, la vida familiar a la laboral (Goldin 2021Goldin, Claudia. 2021. Career and Family: Women’s Century-Long Journey toward Equity. Princeton: Princeton University Press.; Hakim 2000Hakim, Catherine. 2000. Work-Lifestyle Choices in the 21st Century: Preference Theory. Oxford: Oxford University Press.).

Objetivos y contexto del estudio

 

El principal objetivo de este estudio es analizar los cambios en el uso del tiempo de mujeres y hombres y explorar las dos cuestiones siguientes: en primer lugar, si realmente dichos cambios se han producido, y, en segundo lugar, en caso de que así sea, si estos son imputables a modificaciones en las características de la población o de comportamiento de esta. Para ello, se utiliza una fuente única en el Estado español para el estudio del uso del tiempo como es la Encuesta de Presupuestos del Tiempo del País Vasco, llevada a cabo por el Instituto de Estadística de la comunidad autónoma desde 1993. La disponibilidad de una serie de datos que abarca 25 años, con información cada cinco años, permite tener una visión de la evolución de las diferencias de género en un período en el que se han producido importantes cambios en la sociedad española y, por extensión, en la sociedad vasca. Aunque con cierto retraso en comparación con otras sociedades, la sociedad española ha visto un acceso generalizado de la mujer a la educación superior y al mercado de trabajo que se ve reflejado en una transición del modelo tradicional (male breadwinner) a la pareja de doble ingreso (López-Rodríguez y Gutiérrez Palacios 2023López-Rodríguez, Fermín and Rodolfo Gutiérrez Palacios. 2023. «Cambios en la composición educativa y equilibrios de empleo de las parejas en España». Revista Española de Sociología 32(3): a180. 10.22325/fes/res.2023.180.; García Román 2020García Román, Joan. 2020. «La división de los roles de género en las parejas en las que solo trabaja la mujer en Estados Unidos y España / The Division of Gender Roles in Female Breadwinner Couples in the United States and Spain». Revista Española de Investigaciones Sociológicas 170: 73-94. doi: 10.5477/cis/reis.170.73.). Las parejas han dado un paso hacia la “modernidad” que se ha visto reflejado en una distribución más igualitaria del tiempo (Ayuso 2019Ayuso, Luis. 2019. «Nuevas imágenes del cambio familiar en España». Revista Española de Sociología 28(2): 269-287. doi: 10.22325/fes/res.2018.72; Ajenjo y García Román 2014Ajenjo, Marc y Joan, García Román. 2014. «Cambios en el uso del tiempo de las parejas ¿Estamos en el camino hacia una mayor igualdad?». Revista Internacional de Sociología 72(2): 453-476. doi: 10.3989/ris.2012.05.28.; Domínguez Folgueras 2012Domínguez-Folgueras, Marta. 2012. «La división del trabajo doméstico en las parejas españolas. Un análisis de uso del tiempo». Revista Internacional de Sociología 70(1): 153-179. doi: 10.3989/ris.2009.08.26.; 2015Domínguez-Folgueras, Marta. 2015. «Parenthood and domestic division of labor in Spain, 2002– 2010». Revista Española de Investigaciones Sociológicas 149: 45-62. doi: 10.5477/cis/reis.149.45.; Esping Andersen 2009Esping Andersen, Gosta. 2009. The incomplete revolution. Cambridge: Polity Press.; Domínguez-Folgueras y Castro-Martin 2008Domínguez-Folgueras, Marta y Teresa Castro-Martin. 2008. «Women’s Changing Socioeconomic Position and Union Formation in Spain and Portugal». Demographic Research 19: 1513-1550. doi: 10.4054/DemRes.2008.19.41.).

Aun así, se siguen manteniendo valores más tradicionales que en otras sociedades y sigue vigente el rol de la mujer como principal responsable de las tareas de cuidado del hogar (Moreno Mínguez 2021Moreno Mínguez, Almudena. 2021. «Hacia una sociedad igualitaria: valores familiares y género en los jóvenes en Alemania, Noruega y España». Revista Internacional de Sociología 79(3): e190. doi: 10.3989/ris.2021.79.3.19.70.; Sevilla-Sanz 2010Sevilla-Sanz, Almudena. 2010. «Household Division of Labor and Cross-Country Differences in Household Formation Rates». Journal of Population Economics 23(1): 225-249. doi: 10.1007/s00148-009-0254-7.). Como han demostrado estudios recientes, algunas transiciones del ciclo de vida, en especial la entrada en la maternidad o paternidad, van acompañadas de una tradicionalización de los comportamientos, aunque los ideales sobre maternidad y paternidad puedan ser más igualitarios (Domínguez- Folgueras, Jurado Guerrero y Botía-Morillas 2018Domínguez-Folgueras, Marta, Teresa Jurado-Guerrero and Carmen Botía-Morillas. 2018. «Against the Odds? Keeping a Nontraditional Division of Domestic Work After First Parenthood in Spain». Journal of Family Issues 39(7): 1855-1879. doi: 10.1177/0192513X17729399.; Abril et al. 2015Abril Paco, Patricia Amigot, Carmen Botía-Morillas, Marta Domínguez-Folgueras, María José González, Teresa Jurado-Guerrero, Irene Lapuerta, Teresa MartínGarcía, Jordi Monferrer y Marta Seiz. 2015. «Ideales igualitarios y planes tradicionales: análisis de parejas primerizas en España / Egalitarian Ideals and Traditional Plans: Analysis of First- Time Parents in Spain». Revista Española de Investigaciones Sociológicas 150: 3-22. doi: 10.5477/cis/reis.150.3.). Por otro lado, las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar siguen siendo débiles en comparación con otros países europeos y, aunque puedan parecer generosas en cuanto a tiempo total, son mayormente no remuneradas (Domínguez-Folgueras, González y Lapuerta 2022Domínguez-Folgueras, Marta, M. José González and Irene Lapuerta. 2022. «The Motherhood Penalty in Spain: The Effect of Full- and Part-Time Parental Leave on Women’s Earnings». Social Politics: International Studies in Gender, State & Society 29(1): 164-189. doi: 10.1093/sp/jxab046.; Romero-Balsas, Meil y Rogero-García 2022Romero-Balsas, Pedro, Gerardo Meil and Jesús Rogero-García. 2022. «Is Spanish parental leave “traditionalising” the gender distribution of childcare and housework?». Journal of Family Research 34(3): 983-1001. doi: 10.20377/jfr745.; Romero-Balsas, Rogero-García and Meil 2022Romero-Balsas, Pedro, Jesús Rogero-García y Gerardo Meil. 2022. «Permisos parentales no remunerados y escuelas infantiles: ¿son recursos de conciliación sustitutivos o complementarios? / Unpaid Parental Leave and Nursery Schools: Are They Substitute or Complementary Resources?». Revista Española de Investigaciones Sociológicas 177: 111-126. doi: 10.5477/cis/reis.177.111.; Wall y Escobedo 2013Wall, Karin and Anna Escobedo. 2013. «Parental Leave Policies, Gender Equity and Family Well-Being in Europe: A Comparative Perspective». Pp. 103-129 en Family Well-Being. Vol. 49, Social Indicators Research Series, editado por A. Moreno Minguez. Dordrecht: Springer Netherlands.). El acceso a permisos no remunerados puede incentivar la adopción de roles más tradicionales en la pareja cuando estos se alargan en el tiempo (Romero-Balsas, Meil and Rogero-García 2022Romero-Balsas, Pedro, Gerardo Meil and Jesús Rogero-García. 2022. «Is Spanish parental leave “traditionalising” the gender distribution of childcare and housework?». Journal of Family Research 34(3): 983-1001. doi: 10.20377/jfr745.). Esto repercute en la carrera laboral de las mujeres, que es más propensa a interrupciones y a un ajuste en sus horas de trabajo que la trayectoria de los hombres (González y Jurado 2015González, Maria José y Teresa, Jurado. 2015. Padres y madres corresponsables. Una utopía real. Madrid: Catarata.).

En resumen, en este estudio se analizan, en primer lugar, los cambios en el uso del tiempo en la población del País Vasco en los últimos 25 años, prestando atención a cómo han cambiado las diferencias de género; y, en segundo lugar, se evalúa la relación de los cambios en el uso del tiempo y los cambios en las características de la población, entre las que destacamos el nivel educativo, la relación con la actividad y la ocupación.

Datos y metodología

 

Los datos utilizados pertenecen a la Encuesta de Presupuestos de Tiempo (EPT) del País Vasco. La EPT es una encuesta única en el Estado español para analizar el uso del tiempo de la población, ya que proporciona información para un extenso período temporal y con una frecuencia estable. La primera edición de la EPT se llevó a cabo en 1993 y se ha realizado cada cinco años hasta 2018. Se trata de una encuesta que recopila información sobre el uso del tiempo de las personas entrevistadas mediante un diario de actividades en que se reportan todas las actividades llevadas a cabo durante 24 horas. El diario de actividades es el instrumento más fiable y creíble de recogida de datos de uso del tiempo (Sevilla 2014Sevilla, Almudena. 2014. «On the Importance of Time Diary Data and Introduction to a Special Issue on Time Use Research». Review of Economics of the Household 12(1): 1-6. doi: 10.1007/s11150-014-9242-0.; Durán y Rogero-García 2009Durán, Maria Ángeles y Jesús Rogero-García. 2009. «La investigación sobre el uso del tiempo». Cuadernos Metodológicos Vol. 44. Madrid: CIS. Madrid: CIS.; Gershuny 2000Gershuny, Jonathan. 2000. Changing times: work and leisure in post-industrial society. Oxford: Oxford University Press.). La metodología aplicada en la recogida de información no sigue estrictamente las recomendaciones de EUROSTAT para la realización de encuestas de uso del tiempo, ya que no se recogen datos a lo largo de todo el año, sino que únicamente en dos períodos determinados (primavera y otoño). Por otro lado, no cumplimentan el diario todos los miembros del hogar mayores de una determinada edad, sino que solo se selecciona una persona por hogar de 10 años o más. Sin embargo, resulta muy útil disponer de una fuente consolidada que proporciona una extensa serie de información y una frecuencia determinada.

El Instituto de Estadística del País Vasco (EUSTAT) es el encargado de la realización de la EPT, que tiene como objeto de estudio la población de 10 años o más. Los seleccionados cumplimentan un diario de actividades y un cuestionario en el cual se facilita información sobre el hogar en que reside e información sociodemográfica personal. La muestra en cada una de las ediciones realizadas hasta el momento incorpora alrededor de 5000 participantes, con un mínimo en la segunda edición (1997-98) de 5023 y un máximo de 5746 en la cuarta (2008). Para las seis ediciones disponibles, se han entrevistado un total de 33 015 personas. EUSTAT publicó un monográfico con los principales resultados de las cinco primeras ediciones de la encuesta, en el cual se analizó el cambio social en el País Vasco a través del uso del tiempo (EUSTAT 2015EUSTAT. 2015. Dos décadas de cambio social en la CA de Euskadi a través del uso del tiempo. Encuesta de Presupuestos de Tiempo, 1993-2013. Vitoria-Gasteiz. EUSTAT.). En el presente estudio nos centramos en un grupo de edad concreto -las personas de 35 a 59 años- y se realiza un análisis detallado de la relación entre los cambios en el uso del tiempo y el incremento de capital humano de la población en general, y de la población femenina en particular. Desafortunadamente, la variable de edad en las bases de microdatos disponibles solo consta de cuatro grandes grupos. El grupo seleccionado es el que mejor se ajusta al objetivo del estudio, ya que se trata del tramo de edad en que la gran mayoría de personas entrevistadas ya han completado su educación y son más propensos a formar parte de la población activa. La tabla 1 muestra el tamaño de la muestra de cada edición y la distribución por nivel educativo de hombres y mujeres.

Tabla 1.  Tamaño de cada muestra por nivel educativo y género. Población 35-59
Nivel educativo
Género Año N Primaria Medio Superior
Mujeres 1993 897 71,3 % 20,7 % 7,9 %
1998 937 56,6 % 28,5 % 14,9 %
2003 1042 46,6 % 31,4 % 22,0 %
2008 1460 39,1 % 34,7 % 26,2 %
2013 1223 24,4 % 41,3 % 34,3 %
2018 1287 15,4 % 41,3 % 43,4 %
Hombres 1993 1134 60,1 % 27,1 % 12,9 %
1998 1209 46,2 % 33,9 % 19,9 %
2003 982 41,8 % 36,3 % 22,0 %
2008 1416 35,2 % 40,6 % 24,2 %
2013 1109 28,9 % 46,3 % 24,8 %
2018 1259 16,4 % 50,9 % 32,7 %

Fuente: Encuesta de Presupuesto del Tiempo. EUSTAT

Variables dependientes
 

A partir de la información recogida en el diario de actividades, se obtiene el tiempo dedicado por cada individuo a las siguientes actividades, que corresponden con la categorización más agregada de las actividades (un dígito) de la base de datos de la encuesta difundida por EUSTAT:

  • necesidades fisiológicas: actividades relativas al mantenimiento y al cuidado de la propia persona, tales como comer, dormir o asearse;

  • trabajo remunerado: trabajo profesional y tiempo de formación;

  • trabajo doméstico: actividades no remuneradas realizadas para el mantenimiento y bienestar del propio hogar y de sus miembros, incluyendo actividades rutinarias como preparar la comida, lavar y planchar la ropa, hacer la compra y también actividades extraordinarias de reparación, mantenimiento, cuidado de plantas y animales o gestiones administrativas;

  • cuidados: actividades no remuneradas de cuidados a personas menores o a personas mayores miembros del hogar. Incluye actividades de acompañamiento, entretenimiento, ayuda, juegos y vigilancia;

  • socializar: actividades relativas a la relación social con miembros de otros hogares, parientes, amigos o vecinos, incluyendo relaciones de ayuda a personas de otros hogares. También comprende las actividades de ayuda o participación voluntaria no remunerada en entidades, asociaciones u organizaciones de cualquier tipo: religioso, político, cultural o recreativo;

  • ocio activo: prácticas de actividad física con o sin competición, juegos deportivos, paseos en el exterior con o sin resultado productivo (caza y pesca), así como actividades de ocio que utilizan el PC o Internet para conseguir sus objetivos;

  • ocio pasivo: incluye aficiones, lecturas de libros y revistas, audición de radio y música, otras actividades relacionadas con los medios de comunicación, visitas a museos y otros espectáculos como espectador, actividades de relajación, etc.;

  • desplazamientos: desplazamientos por cualquier motivo.

Variables independientes
 

Las variables independientes utilizadas son aquellas que permiten medir el capital humano y la participación en el mercado laboral de las personas entrevistadas En la EPT del País Vasco, se dispone de tres variables:

  • nivel educativo: Primaria, medio, superior;

  • relación con la actividad: personas ocupadas, paradas, inactivas;

  • ocupación: sin ocupación, nivel bajo y medio (personal administrativo, trabajadores y trabajadoras de servicios, trabajadores y trabajadoras cualificadas operadoras, trabajadores y trabajadoras no cualificadas), nivel alto (personal directivo, profesionales y personal técnico).

Variables de control:
 

Además del género (hombre/mujer), las variables de control utilizadas están relacionadas con la composición del hogar y el momento del ciclo de vida en que se encuentra la persona entrevistada. Hay que tener en cuenta que todos los componentes de la muestra pertenecen al grupo de edad 35-59 años y que, como se ha explicado anteriormente, los datos disponibles no permiten desagregar la edad con más detalle. Específicamente, se han resumido las características de los individuos en las siguientes variables:

  • estatus de pareja: viviendo en pareja o no;

  • presencia de hijos y/o hijas menores en el hogar o no.

Además, se utiliza el día de la semana (laborable o fin de semana) para controlar las diferentes rutinas diarias. Aun así, el análisis se realiza sin distinguir el día de la semana, de manera que las estimaciones corresponden a un día medio calculado a partir de los siete días de la semana. En todas las estimaciones y modelos, se utiliza la variable de ponderación que permite ajustar la muestra a la proporción real que representa cada día de la semana, ya que viernes, sábado y domingo están sobrerrepresentados en la muestra.

Estrategia analítica
 

En un primer punto, se exploran los cambios en el uso del tiempo acontecidos a lo largo de 25 años (1993-2018) en la población vasca, con especial atención a las diferencias de género. Posteriormente, se analizan los cambios que se han producido en las características de la población en el mismo período de estudio. En este caso, los principales factores que se evalúan son aquellos que pueden incidir de manera sustancial en la situación de la mujer y que pueden contribuir a una convergencia en el uso del tiempo. Como se ha mencionado con anterioridad, los factores que se han podido analizar a partir de la EPT son tres: nivel de estudios, empleabilidad y el prestigio ocupacional.

En el siguiente apartado, se realiza un análisis de descomposición de las diferencias en el tiempo dedicado a cada actividad entre 1993 y 2018, para estimar qué parte de estas se pueden explicar por los cambios en las características de la población y que parte se deben a factores no capturados en el modelo, ya sea porque se deben a un cambio de comportamiento o porque se explicarían por otras variables no analizadas. Para ello, se utiliza el método de Oaxaca-Blinder (Oaxaca 1973)Oaxaca, Ronald. 1973. «Male-Female Wage Differentials in Urban Labor Markets». International Economic Review, 14(3), 693-709. doi: 10.2307/2525981. Este método estima regresiones para cada actividad en los períodos de observación de la siguiente manera:

T t = α t + β t X t + ε  

donde T representa los valores de las variables dependientes, en nuestro caso el tiempo dedicado a cada actividad; α es la constante en el momento t; β representa los coeficientes de la regresión; X, las variables independientes y de control, que corresponden a las características sociodemográficas de los individuos de la muestra, y ε corresponde al término de error. Aplicando las regresiones en 1993 y 2018 y tomando como referencia las características de 1993, se pueden descomponer las diferencias entre los dos períodos de la siguiente manera:

T 2018 - T 1993 = α 2018 - α 1993 + β 2018 - χ 1993 χ 1993 + β 2018 χ 2018 - χ 1993  

De la ecuación se deduce un término debido a cambios estructurales β 2018 ( χ 2018 - χ 1993 ) y un término debido a cambios en los coeficientes ( β 2018 - β 1993 ) 1993 que corresponde a la parte no explicada por la variación en la composición de los grupos, es decir, se puede atribuir a cambios de comportamiento.

En el último apartado, se analiza cómo ha evolucionado la brecha de género en cada actividad según el nivel educativo. En este caso, para cada actividad se calculan, en primer lugar, las medias por nivel educativo y, en un segundo paso, se llevan a cabo regresiones OLS por cada combinación de nivel educativo y año. En los modelos estimados, la principal variable de interés es el género, cuyo coeficiente nos indica la estimación de la brecha de género en cada actividad por nivel educativo y año. En todas las regresiones, se controla por el resto de variables independientes y de control.

RESULTADOS

 

Cambios en el uso del tiempo de mujeres y hombres

 

El uso del tiempo de hombres y mujeres ha cambiado significativamente en algunas actividades en el período de observación. La figura 1 muestra cómo se ha reducido la brecha de género en dos actividades que reflejan la convergencia en el uso del tiempo de hombres y mujeres: trabajo remunerado y trabajo doméstico.

Figura 1.  Tiempo medio diario destinado a cada actividad según el género. Población: 35-59
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Fuente: elaboración propia a partir de la EPT de Eustat (1993-2018)

En cuanto al trabajo remunerado, el tiempo dedicado por los hombres se ha mantenido estable, con una dedicación media alrededor de los 300 minutos, con la excepción de 2013, cuando, debido a la crisis económica, se redujo hasta 217 minutos. En cambio, entre la población femenina la media diaria ha aumentado significativamente pasando de 127 minutos en 1993 a 218 minutos 25 años después. Como resultado, la brecha de género ha disminuido de casi 200 minutos a menos de 90 en el período de observación.

En relación con el trabajo doméstico, también se observa una convergencia del tiempo dedicado por hombres y mujeres y un decrecimiento significativo de la brecha de género, aunque, debido a variaciones, en distinta dirección. Así, las mujeres han reducido a casi la mitad el tiempo medio dedicado a trabajo doméstico (de 327 a 170 minutos). La disminución entre las mujeres ha ido acompañada de un ligero incremento de 22 minutos entre los hombres (de 60 a 82 minutos), lo que ha supuesto que la brecha haya pasado de 267 a 88 minutos, es decir, se ha reducido a un tercio.

Respecto al resto de actividades, las magnitudes son menores al tiempo medio dedicado a trabajo remunerado y doméstico. La excepción es el tiempo destinado al cuidado personal, que sí supone una importante cantidad de tiempo, pero para el cual no se observan diferencias de género significativas. La tendencia temporal parece indicar un ligero aumento del tiempo empleado en la actividad de aproximadamente 30 minutos, tanto para hombres como para mujeres, en el período de estudio. En cuanto al tiempo dedicado a desplazamientos, la tendencia parece indicar que la brecha de género se ha reducido, posiblemente como consecuencia de la movilidad asociada a la mayor participación de la mujer en el mercado laboral. Así, si en 1993 los hombres dedicaban 65 minutos y las mujeres 50 minutos a desplazamientos, en 2018 ambos dedican alrededor de 70 minutos.

El tiempo destinado al trabajo de cuidado muestra un sesgo de género, como era de prever. Las mujeres dedican más tiempo en todas las observaciones y, aunque las tareas de cuidado no corresponden únicamente al de personas menores, se observa un aumento del tiempo tanto para las madres como para los padres. Este resultado está en la línea de tendencia pronosticada por las nuevas normas de maternidad y paternidad que predicen un interés de pasar más tiempo con los hijos e hijas. Según se desprende de la EPT, las mujeres han aumentado el tiempo de cuidado de 27 minutos a 60, mientras que los hombres lo han hecho de 13 a 39.

Por último, en relación con las actividades de ocio, los hombres dedican más tiempo a los tres tipos analizados. La evolución general muestra que crece el ocio activo y decrece el ocio pasivo, sobre todo entre los hombres. En cuanto a las diferencias de género, la tendencia parece indicar una ligera convergencia en ocio pasivo como consecuencia de la mayor disminución del tiempo dedicado por los hombres. Los hombres han reducido en casi una hora el tiempo dedicado a ocio pasivo (de 181 a 124 minutos), mientras que las mujeres han reducido en 26 minutos (de 146 a 120 minutos). Menos concluyente es la tendencia de la brecha de género en ocio activo, ya que las estimaciones presentan oscilaciones poco claras a lo largo del período de observación. De forma similar, no se aprecian cambios significativos en la brecha de género en tiempo social, aunque, en este caso, la tendencia temporal parece mostrar un ligero decrecimiento del tiempo medio para ambos géneros.

Cambios en el capital humano de la población

 

Las características sociodemográficas de la población vasca han cambiado de forma considerable en los 25 años que cubren los datos de la EPT. Estos cambios han supuesto un incremento del capital humano de la población en general y, de forma más relevante, entre la población femenina. Nos centraremos en tres variables recogidas en la encuesta, como son el nivel educativo alcanzado, la relación con la actividad y la ocupación. Aunque es complicado tener datos plenamente armonizados y comparables, las tendencias de las estimaciones a partir de la EPT siguen la misma dirección que las que muestran otras fuentes como los censos de población o la encuesta de población activa.

La distribución de la población por nivel educativo muestra claramente que el acceso a la educación superior ha crecido constantemente para ambos sexos y, por el contrario, ha decrecido la población sin estudios o con estudios primarios. En 1993, únicamente el 14,1 % de los hombres y el 9,7 % de las mujeres en el País Vasco en el grupo de edad 35-59 tenían estudios superiores. 25 años después, el porcentaje entre los hombres llega al 31,9 % y entre las mujeres al 42,6 %. Por lo tanto, aunque ha crecido para ambos géneros, el incremento ha sido mucho más rápido entre la población femenina, que desde 2008 presenta un porcentaje superior a la población masculina. En 1993, la población con estudios primarios o inferiores era cercana al 60 % para los hombres y al 70 % de las mujeres, mientras que en 2018 se encontraba por debajo del 20 % en ambos casos. La población con estudios medios ha crecido de forma similar, tanto para hombres como para mujeres, duplicando sus porcentajes y situándose cerca del 50 % entre los hombres y del 40 % entre las mujeres.

Figura 2.  Distribución de la población según el nivel educativo por género. Población: 35-59
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Fuente: elaboración propia a partir de la EPT de Eustat (1993-2018)

La distribución de la población según la relación con la actividad ha variado significativamente entre la población femenina y se observan pocos cambios entre la masculina. La figura 3 muestra que las curvas para los hombres (líneas discontinuas) son prácticamente planas en todo el período de observación. La población masculina ocupada está en torno al 90 %, aunque con una pequeña bajada en 2013 debido a la incidencia de la crisis económica. Pero lo más relevante ha sido el constante crecimiento de la ocupación entre la población femenina, que ha pasado del 34,5 % en 1993 al 78 % en 2018. Además, se observa una reducción drástica de la brecha de género, que ha pasado de 50 puntos porcentuales a 10. El crecimiento de la proporción de mujeres ocupadas se ha producido en detrimento del grupo de mujeres inactivas, que refleja una mayor propensión a estar ocupadas en las nuevas generaciones. En 1993, el porcentaje de mujeres no activas estaba cercano al 60 % y ha pasado al 9,5 % en 2018. El paro entre las mujeres también ha crecido ligeramente, como consecuencia de la mayor participación en el mercado de trabajo. En 2018 se situaba en el 12,5 % (8,7 % entre los hombres) y tuvo un máximo del 15,3 % en 2013 (15,5 % para los hombres).

Figura 3.  Distribución de la población según la relación con la actividad por género. Población: 35-59
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Fuente: elaboración propia a partir de la EPT de Eustat (1993-2018)
Figura 4.  Distribución de la población según cualificación de la ocupación por género. Población: 35-59
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Fuente: elaboración propia a partir de la EPT de Eustat (1993-2018)

La tercera característica analizada corresponde a la distribución de población según la categoría de la ocupación. Tal y como se ha comentado para la relación con la actividad, los cambios observados son mucho más importantes entre la población femenina que entre la masculina. Así, la proporción de mujeres en ocupaciones de alta cualificación (que incluye a personal directivo, técnico y profesionales) ha pasado del 6,9 % al 34,7 % en el período de observación. Este último porcentaje incluso supera a la población masculina, que era del 30,6 % en 2018.

Así pues, podemos concluir que, en el período analizado, se ha producido un incremento del capital humano de la población en general y una significativa reducción de la brecha de género en el nivel educativo, fruto del mayor ritmo de mejora entre la población femenina. También ha habido una convergencia de género en el terreno laboral y ocupacional, donde los puntos de partida eran significativamente peores para las mujeres.

Descomposición de los cambios en el uso del tiempo (1993-2018)

 

Una vez descritos los principales cambios observados en el uso del tiempo y en las características de la población, en este apartado se analiza qué parte de los cambios observados se pueden explicar por cambios en la composición de la población, que, como se ha visto en los apartados anteriores, ha variado substancialmente en cuanto a nivel educativo, empleo y prestigio ocupacional. La figura 5 muestra, para cada género, la parte explicada y no explicada en las diferencias de tiempo dedicado a cada actividad entre 1993 y 2018. En este caso, no se muestran las diferencias en el cuidado personal ni en los desplazamientos, puesto que no se observan diferencias de género significativas.

Figura 5.  Descomposición de las diferencias en el tiempo dedicado a cada actividad entre 1993 y 2018 por hombres y mujeres
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Nota: descomposición a partir del método Oaxaca-Blinder (Oaxaca 1973Oaxaca, Ronald. 1973. «Male-Female Wage Differentials in Urban Labor Markets». International Economic Review, 14(3), 693-709. doi: 10.2307/2525981). Las variables explicativas incluidas en el modelo son: nivel educativo, relación con la actividad, prestigio ocupacional, presencia de hijos y/o hijas menores en el hogar, estatus de pareja, día de la semana.

La descomposición corrobora que los principales cambios se han producido en el uso del tiempo de las mujeres y, mayormente, en el tiempo dedicado al trabajo remunerado y doméstico. Por otro lado, la parte explicada por los cambios en las características de la población es mayor entre la población femenina, mientras que entre los hombres las diferencias entre los dos períodos, ya de por sí menores, se deberían a cambios de comportamiento o a otras variables que no se han valorado.

Los cambios en la composición de la población femenina explicarían en gran medida el incremento del tiempo dedicado al trabajo remunerado. Además, si los cambios se debieran únicamente a cambios en la composición, el aumento hubiera sido aún mayor (116 minutos), pero los factores no explicados lo contrarrestan en 25 minutos. En lo referente al trabajo doméstico, la diferencia total es de 158 minutos, de la cual el 55 % se debe a cambios en la composición (88 minutos).

Respecto al tiempo de cuidado, la variación entre 1993 y 2018 se atribuye principalmente a factores no explicados tanto para hombres como para mujeres. Del mismo modo, la mayoría de los cambios en actividades de ocio se deben a factores no explicados. La excepción es el descenso en tiempo de ocio de las mujeres, cuya disminución se debe en el 80 % a cambios en la composición de la población.

Brecha de género en el uso del tiempo por nivel educativo

 

En este apartado, se toma el nivel educativo como uno de los principales factores explicativos de los cambios en el uso del tiempo de la población. La figura 6 muestra cómo ha evolucionado el tiempo dedicado a cada actividad por nivel educativo y género. En primer lugar, hay que destacar las considerables diferencias por nivel educativo entre las mujeres, mientras que entre los hombres prácticamente no existen diferencias entre los tres niveles educativos considerados.

Figura 6.  Tiempo medio diario destinado a cada actividad según género y nivel educativo. Población: 35-59
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Fuente: elaboración propia a partir de la EPT de Eustat (1993-2018)

El tiempo dedicado al trabajo remunerado presenta una tendencia con ciertas oscilaciones, tanto para los hombres como para las mujeres, en los distintos niveles educativos. La variación más clara se observa entre las mujeres de nivel educativo bajo, con un incremento de 45 minutos en el período de observación. También se aprecia un descenso del tiempo dedicado por los hombres en todos los niveles educativos y también por las mujeres de nivel educativo alto.

En cuanto a trabajo doméstico, se observa un decrecimiento significativo en los tres niveles educativos para las mujeres. Este es especialmente relevante entre las mujeres de nivel educativo bajo, que partían además de una situación en que se dedicaban casi seis horas diarias a la actividad. Nuevamente, y de forma más evidente aún, entre los hombres no hay diferencias significativas por nivel educativo.

Los tiempos dedicados a los cuidados de otras personas crecen en todos los niveles educativos, tanto para los hombres como para las mujeres, pero en este caso es entre la población del nivel educativo alto que el aumento es mayor.

En cuanto al tiempo de ocio, la población con nivel educativo superior tiende a dedicar más tiempo al ocio activo, mientras que la población con nivel educativo bajo dedican más tiempo al ocio pasivo.

A continuación, se analiza cómo ha evolucionado la brecha de género en cada nivel educativo a partir de modelos multivariables en que se controla por el resto de variables independientes y las variables de control. Los valores del coeficiente de la variable ‘género’ se toman como estimación de la brecha y se representan en la figura 7. Valores en azul significan que los hombres dedican más tiempo a la actividad y en rojo que son las mujeres las que más le dedican. Los valores no significativos a nivel de confianza del 95 % se muestran en negro.

Figura 7.  Evolución de la brecha de género por nivel educativo. Población: 35-59
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**Las estimaciones corresponden al coeficiente de la variable género en los modelos regresión múltiple calculados para cada combinación de año y nivel educativo. En todos los modelos, se controla por la relación con la actividad, la ocupación, el estatus de pareja y la presencia de y/o hijas menores de 18 años en el hogar y día de la semana (laborable o fin de semana).

La figura 7 muestra una reducción de la brecha de género en la mayoría de actividades y niveles educativos. Asimismo, confirma que es en el trabajo doméstico en que se aprecia más claramente la evolución, ya que en este ámbito se ha dado un decrecimiento general de la brecha de género en todos los niveles educativos. Es especialmente relevante el caso de la población con un nivel educativo bajo, pero, como se ha mencionado anteriormente, su situación de partida era muy desfavorable, con una brecha de género que ascendía a 222 minutos. 25 años después, esta se ha reducido a menos de la mitad. Para los otros dos niveles educativos, la brecha de género se redujo principalmente en los años noventa y se observa un cierto estancamiento en la convergencia en el período más reciente.

Sucede lo mismo en el tiempo dedicado al trabajo remunerado, en el que se observa una ralentización en la convergencia, e incluso un aumento de la brecha de género en la última observación. También se aprecia un estancamiento en la reducción de la brecha de género en el tiempo dedicado a los cuidados, pero en este caso la brecha (la mujer dedica más tiempo) es mayor entre la población con estudios secundarios o superiores.

En el tiempo de ocio, se ha producido una convergencia en el ocio pasivo y la socialización, y un descenso en el ocio activo, aunque este sigue siendo significativo en todos los niveles educativos.

CONCLUSIONES

 

La Encuesta de Presupuestos del Tiempo del País Vasco (EPT) permite el análisis del comportamiento de la población a partir del uso del tiempo y de las características sociodemográficas en un amplio período temporal, en el cual han tenido lugar importantes cambios sociales (EUSTAT 2015EUSTAT. 2015. Dos décadas de cambio social en la CA de Euskadi a través del uso del tiempo. Encuesta de Presupuestos de Tiempo, 1993-2013. Vitoria-Gasteiz. EUSTAT.). Según la EPT, en la misma línea de lo observado en otros países, en el País Vasco se han dado cambios en el uso del tiempo de hombres y mujeres que han supuesto una convergencia en este ámbito. Se trata de cambios que cuestionan el modelo tradicional de división de roles en el hogar y que han sido más relevantes en el campo de las tareas domésticas y en el trabajo remunerado. La brecha de género en el trabajo doméstico ha disminuido drásticamente y no solo entre la población con mayor nivel de estudios, sino que también ha decrecido, de forma aún más pronunciada, entre los de niveles educativos más bajos, que eran los que presentaban una situación extraordinariamente desigual en 1993.

La reducción de la brecha de género es un hecho importante, pero hay que tener en cuenta que se debe, principalmente, a la reducción del tiempo total que los hogares dedican a estas tareas y que ha permitido a las mujeres liberar tiempo que dedicaban a esta actividad. La mayor contribución de los hombres es muy limitada y no compensa el decrecimiento observado entre la población femenina. Asimismo, hay que recordar que los datos disponibles no han permitido controlar por un factor muy relevante en la reducción como es la externalización del trabajo doméstico. Una externalización que, en la mayoría de casos, recae sobre una mujer, con lo que se mantendría el estereotipo del trabajo doméstico como un campo feminizado.

Pero los cambios en el tiempo dedicado a las tareas domésticas no se pueden entender sin tener en cuenta los cambios en el nivel educativo de la población y en el mercado laboral. La población con un nivel de estudios bajos se ha reducido drásticamente y ha aumentado la población con estudios superiores. La expansión de la educación superior ha acontecido de forma más acentuada entre la población femenina, lo que ha provocado el reverso de la brecha de género en educación, tal y como se ha dado en la mayoría de las sociedades occidentales. La población femenina también ha progresado significativamente en su participación en el mercado laboral y esto también ha supuesto una reducción en la brecha de género de las tasas de ocupación de hombres y mujeres. Además, se ha incrementado el acceso a ocupaciones de mayor prestigio entre las mujeres. En conclusión, el capital humano de las mujeres ha crecido significativamente y, partiendo de una situación mucho más atrasada que en otros contextos a inicios de los años noventa, se han producido importantes progresos. Así, el coste de oportunidad para las mujeres de permanecer en casa a cargo de las tareas del hogar aumenta.

Como consecuencia de la mayor participación femenina en el mercado laboral, también se ha producido una convergencia en el tiempo dedicado al trabajo remunerado, aunque inferior a la observada en el trabajo doméstico. Asimismo, aunque la magnitud es mucho menor, se ha producido una ligera convergencia en otras actividades, como los cuidados y el tiempo de ocio. En el caso de los cuidados, la reducción de desigualdades se ha dado en un período en que, tanto padres como madres, han incrementado el tiempo compartido con sus hijos e hijas, tal y como se ha observado en otros países. En cuanto a las actividades de ocio, la reducción de las diferencias de género es muy positiva si tenemos en cuenta la relación de estas con el bienestar personal. Igualmente es positivo que se reduzcan en las actividades de ocio más activo.

Pero, a pesar del progreso que ha tenido lugar en las últimas décadas, la brecha de género en el uso del tiempo sigue existiendo y las diferencias en ciertas actividades siguen siendo muy significativas. Además, en los datos más recientes se observa una ralentización del proceso de convergencia en los grupos en que se inició y entre los cuales las diferencias de género ya eran menores en las primeras etapas estudiadas. Así, entre la población con más educación, que inició el proceso de convergencia con anterioridad y que suele ser la más igualitaria, la brecha de género en el trabajo doméstico y el trabajo remunerado persiste e incluso ha crecido, según las últimas estimaciones. Parece ser que el progreso de capital humano de la población femenina no se traslada siempre a una distribución más simétrica de tareas en el hogar y de actividades en su conjunto. Esto podría deberse, en parte, a que las mejoras del nivel educativo de los hombres y las mujeres no se han producido en los mismos ámbitos profesionales y las oportunidades en el mercado de trabajo no son las mismas. En este sentido, futuras investigaciones deberían tener en cuenta el campo de estudio entre la población con estudios superiores.

Pero, más allá de la segregación por género en los campos de los estudios superiores, también sigue existiendo una tendencia al mantenimiento de roles de género tradicionales que otorgan a la mujer el rol principal en el trabajo no remunerado. El giro hacia roles más tradicionales se agrava con la respuesta a ciertas transiciones y eventos que han de afrontar las familias. Según estudios recientes sobre las repuestas de las familias a los retos en el uso del tiempo ocasionados por la situación generada por la pandemia de covid-19, las alteraciones han afectado más el tiempo de las mujeres y se ha producido, en muchos casos, una tradicionalización de los roles de género (Farré et al. 2020Farré, Lídia, Yarine Fawaz, Libertad González y Jennifer Graves. 2020. «How the COVID-19 Lockdown Affected Gender Inequality in Paid and Unpaid Work in Spain». en IZA Discussion Papers. Vol. 13434. Bonn: Institute of Labor Economics (IZA). y Seiz 2021Seiz, Marta. 2021. «Equality in Confinement: Nonnormative Divisions of Labor in Spanish Dual- Earner Families During the Covid-19 Lockdown». Feminist Economics 27(1-2): 345-361. doi: 10.1080/13545701.2020.1829674. para España; Giurge, Whillans and Yemiscigil 2021Giurge, Laura M., Ashley V. Whillans and Ayse Yemiscigil. 2021. «A Multicountry Perspective on Gender Differences in Time Use during COVID-19». Proceedings of the National Academy of Sciences 118(12): e2018494118. doi: 10.1073/pnas.2018494118. para varios países; Hudde, Hank and Jacob 2021Hudde, Ansgar, Karsten Hank and Marita Jacob. 2021. «Gender Role Attitudes Cannot Explain How British Couples Responded to Increased Housework Demands during the COVID-19 Pandemic». Socius: Sociological Research for a Dynamic World 7: 1-21. doi: 10.1177/23780231211064395. para Reino Unido; Pasqualini et al. 2022Pasqualini, Marta, Marta Dominguez Folgueras, Emanuele Ferragina, Olivier Godechot, Ettore Recchi and Mirna Safi. 2022. «Who Took Care of What? The Gender Division of Unpaid Work during the First Year of the COVID-19 Pandemic in France». Demographic Research 46: 1007-1036. doi: 10.4054/DemRes.2022.46.34. para Francia; Steinmetz et al. 2022Steinmetz, Stephanie, Leen Vandecasteele, Florence Lebert, Marieke Voorpostel and Oliver Lipps. 2022. «The Gendered Consequences of the COVID 19 Lockdown on Unpaid Work in Swiss Dual Earner Couples with Children». Gender, Work & Organization 29(6): 2034-2051. doi: 10.1111/gwao.12875. para Suiza).

En términos de la denominada ‘revolución de género’, la evolución observada para el País Vasco sigue la pauta prevista que se produjo en otras sociedades. En este sentido, se ha producido una mayor implicación de la mujer en la vida pública, como refleja el incremento del tiempo dedicado al trabajo remunerado y una mayor participación en el mercado de trabajo. Sin embargo, la revolución sigue lejos de completarse y la mayor implicación del hombre en la esfera privada, en este caso mediada por la participación en las tareas de trabajo doméstico, está evolucionando más lentamente.

Hay que reseñar algunas limitaciones del presente estudio, debido a los datos disponibles y que podrían mejorar el análisis. Como se menciona anteriormente, no existe en la encuesta información acerca de la disponibilidad de servicio doméstico externo o de ayuda familiar que contribuyan a las tareas domésticas o de cuidado. Los datos tampoco permiten la desagregación de la población por edades o disponer de más información acerca de la composición familiar. Tampoco se dispone de información sobre los ingresos, que serían un mejor indicador del poder de negociación en la pareja. Por otro lado, la información sociodemográfica se limita a la persona entrevistada que reporta el diario de actividades y se desconocen las características de las y los cónyuges para aquellas personas que se encuentran en unión.

En definitiva, a pesar de los avances observados en los últimos 25 años en el País Vasco, ya que la brecha en capital humano acumulado disminuye cada vez más, e incluso podemos decir que se ha revertido, el camino hacia la reducción total de la brecha de género en la distribución del tiempo de hombres y mujeres está aún lejos de alcanzarse.

FINANCIACIÓN

 

Este artículo se ha realizado con apoyo del Programa Ramón y Cajal (RYC2018-024808-I) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Forma parte del proyecto I+D+i “Tiempo de trabajo en el empleo y en el hogar: desestandarización y convergencia de género” (TEMPHO) del Ministerio de Ciencia e Innovación (PID2020-118770RB-I00).

DECLARACIÓN CONFLICTO DE INTERESES:

 

El autor de este artículo declara no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.

DECLARACIÓN DE CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA:

 

Joan García Román: conceptualización, análisis formal, investigación, metodología, administración de proyecto, redacción-borrador original, redacción-revisión.

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