Revista Internacional de Sociología 80 (4)
octubre-diciembre, e218
ISSN: 0034-9712, eISSN: 1988-429X
https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.4.M22-007

CAPITAL SOCIAL, BRECHAS DIGITALES Y TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL DEL CAPITAL CULTURAL EN COMUNIDADES URBANAS ESTADOUNIDENSES DESFAVORECIDAS: UN ESTUDIO EXPLORATORIO

SOCIAL CAPITAL, DIGITAL DIVIDES, AND INTERGENERATIONAL TRANSMISSION OF CULTURAL CAPITAL IN DISADVANTAGED URBAN AMERICAN COMMUNITIES: AN EXPLORATORY STUDY

Wenhong Chen

University of Texas at Austin

https://orcid.org/0000-0003-0521-2267

Xiaoqian Li

Illinois Institute of Technology

https://orcid.org/0000-0002-0780-1658

Elyse Huang

University of Texas at Austin

https://orcid.org/0000-0003-0024-0584

Resumen

Este estudio busca contribuir al modelo de red clásico del capital cultural, basándose en las teorías del capital social y la literatura sobre brecha digital e inclusión. Pretende examinar la influencia del capital social y las conexiones digitales en el capital cultural de los padres de comunidades urbanas marginadas en dos aspectos: el conocimiento cultural de estos y la participación cultural intergeneracional. A partir de una encuesta a hogares de una población de extremadamente desfavorecida, que vive en comunidades de viviendas públicas de una gran ciudad estadounidense, los resultados muestran que los padres con mayor capital social poseen mayor conocimiento cultural, que puede aumentar su participación cultural intergeneracional. Sin embargo, el capital social de estos no tiene efectos directos en la participación cultural intergeneracional. En cambio, los resultados sugieren que el acceso a Internet por sí solo no es suficiente para que la inclusión digital en las comunidades desfavorecidas aumente el capital cultural.

Palabras clave: 
Brechas Digitales; Capital Cultural; Capital Social; Conocimiento Cultural; Participación Cultural; Transmisión Intergeneracional
Abstract

Advancing the classic network model of cultural capital, this study draws on social capital theories and digital divide and inclusion literature to examine the implications of social capital and digital connections for parents’ cultural capital in marginalized urban communities in two aspects: parents’ cultural knowledge and intergenerational cultural participation. Drawing on a household survey of an extremely disadvantaged population living in public housing communities in a major American city, results show that parents with greater social capital command greater cultural knowledge, which in turn can increase their intergenerational cultural participation. Parents’ social capital, however, has no direct impacts on intergenerational cultural participation. By contrast, the findings suggested that internet access alone is not enough for digital inclusion to increase cultural capital.

Keywords: 
Cultural Capital; Cultural Knowledge; Cultural Participation; Social Capital; Digital Divides; Intergenerational Transmission

Recibido: 15.12.2021. Aceptado: 14.09.2022. Publicado: 28.12.2022

WENHONG CHEN es profesor asociado de Estudios de Medios y Sociología, codirector fundador del Centro para Industrias de Entretenimiento y Medios y académico distinguido en el Centro Robert Strauss para Seguridad y Derecho Internacional en la Universidad de Texas, en Austin. El Dr. Chen tiene más de 90 publicaciones, incluidos artículos en revistas de primer nivel en los campos de estudios de comunicación y medios, sociología y administración.

XIAOQIAN LI es profesor asistente de estudios de comunicación y medios en el Instituto de Tecnología de Illinois. Su investigación se encuentra en la intersección de los efectos sociales y de salud de las tecnologías de la información y la comunicación y las desigualdades digitales, tanto en contextos locales como globales. Ha publicado artículos en revistas en el campo de la comunicación y los estudios de medios.

ELYSE HUANG es doctora por la Escuela de Periodismo y Medios de la Universidad de Texas, en Austin. Sus intereses de investigación incluyen la participación en las redes sociales y la comunicación política global. Ha publicado artículos en revistas en el campo de las comunicaciones internacionales y los estudios periodísticos.

Cómo citar este artículo/Citation: Chen, W.; X. Li y E. Huang. 2022. Capital social, brechas digitales y transmisión intergeneracional del capital cultural en comunidades urbanas estadounidenses desfavorecidas: un estudio exploratorio. Revista Internacional de Sociología 80(4):e218. https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.4.M22-007

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

Tanto el capital social como el capital cultural son conceptos prolíficos gracias a los amplios rasgos de sus definiciones y a su posición estratégica para la movilidad social. Se ha comprobado que la transmisión intergeneracional del capital cultural de padres a hijos tiene impactos significativos en la participación de los padres en la educación, el mercado laboral y en el estatus futuro de sus hijos (Davies y Rizk 2018Davies, Scott y Jessica Rizk. 2018. “The Three Generations of Cultural Capital Research: A Narrative Review”. Review of Educational Research 88(3): 331-65. https://doi.org/10.3102/0034654317748423.; Hill y Taylor 2004Hill, Nancy E. y Lorraine C. Taylor. 2004. “Parental School Involvement and Children’s Academic Achievement: Pragmatics and Issues”. Current Directions in Psychological Science 13(4): 161-64. https://doi.org/10.1111/j.0963-7214.2004.00298.x.; Kohl, Lengua, McMahon 2000Kohl, Gwynne O., Liliana J. Lengua y Robert J. McMahon. 2000. “Parent Involvement in School Conceptualizing Multiple Dimensions and Their Relations with Family and Demographic Risk Factors”. Journal of School Psychology 38(6): 501-23. https://doi.org/10.1016/S0022-4405(00)00050-9.), ya que el capital cultural se ha utilizado como control de acceso institucional (gatekeeping), así como en las admisiones universitarias o en la organización de su reclutamiento (Davies, Maldonado y Zarifa 2014Davies, Scott, Vicky Maldonado y David Zarifa. 2014. “Effectively Maintaining Inequality in Toronto: Predicting Student Destinations in Ontario Universities”. Canadian Review of Sociology/Revue Canadienne de Sociologie 51(1): 22-53. https://doi.org/10.1111/cars.12032.).

Tanto el capital social como el capital cultural han inspirado muchos estudios, incluyendo una creciente literatura sobre el modelo de red del capital cultural (Bourdieu 1984Bourdieu, Pierre. 1984. Distinction: A Social Critique of the Judgement of Taste. Cambridge, US: Harvard University Press.; Erikson 1996Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51.; Chen 2013Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265.). Sin embargo, pocos estudios han examinado el papel del capital social en la transmisión intergeneracional del capital cultural por parte de los padres en las comunidades desfavorecidas, una dimensión clave para la formación del capital cultural y una parte importante del llamado “concerted cultivation1Concerted cultivation incluye una variedad de prácticas estructuradas, como la participación de los padres en eventos escolares y la interacción con el profesorado para conciliar las actividades familiares y escolares. (Lareau 2011Lareau, Annette. 2011. Unequal Childhoods: Class, Race, and Family Life. Oakland, US: University of California Press.). El debate sobre la relación entre el capital social y el capital cultural se ha centrado principalmente en las clases altas o medias, y no en los miembros de grupos desfavorecidos. De igual forma, pocos estudios incluyen varios aspectos del capital cultural para un análisis más completo de la interesante relación entre los recursos culturales, el conocimiento y la participación. Además, aunque las tecnologías digitales han transformado la producción, la distribución y el consumo cultural, las implicaciones que las desigualdades digitales tienen para el capital cultural aún no han recibido tanta atención como la que se ha prestado al capital social o a otras formas de capital.

Basándonos en una encuesta a hogares de poblaciones de difícil acceso y extremadamente desfavorecidas que viven en comunidades de viviendas públicas en una gran ciudad estadounidense, examinamos las implicaciones del capital social y las desigualdades digitales para el capital cultural en dos aspectos: el conocimiento cultural de los padres y la participación cultural intergeneracional. Los resultados muestran que los padres de entornos desfavorecidos que poseen mayor capital social muestran un mayor conocimiento cultural, lo que, a su vez, puede impulsar la participación cultural intergeneracional. Sin embargo, el capital social de los padres no tiene un impacto directo en la participación cultural intergeneracional. Además, el acceso a Internet y la frecuencia de uso del móvil no tienen un impacto significativo en el conocimiento cultural de los padres ni en la transmisión cultural intergeneracional. Los padres con más actividad en Internet a través del ordenador tienen una mayor participación cultural con sus hijos, y aquellos padres con mayores habilidades digitales tienen más conocimiento cultural. Por último, pero no por ello menos importante, existe una importante brecha educativa y una desventaja hispana en el conocimiento cultural de los padres, mientras que los padres de mayor edad tienen una mayor participación cultural intergeneracional.

EL CAPITAL CULTURAL PARENTAL Y LA TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL

 

La teoría sobre las formas de capital de Bourdieu (1979Bourdieu, Pierre. 1979. “Symbolic Power”. Critique of Anthropology 4(13-14): 77-85. https://doi.org/10.1177/0308275X7900401307., 1984Bourdieu, Pierre. 1984. Distinction: A Social Critique of the Judgement of Taste. Cambridge, US: Harvard University Press., 1996)Bourdieu, Pierre. 1996. The Rules of Art: Genesis and Structure of the Literary Field. Redwood City, US: Stanford University Press. destaca la transmisión del capital económico, social y cultural vía intergeneracional a la hora de obtener ventajas educativas y laborales. Bourdieu teorizó sobre el capital cultural como la posesión por parte de un individuo de conocimientos, competencias, habilidades y prácticas culturales en tres modalidades: el capital cultural objetivado, institucionalizado e incorporado. El capital cultural objetivado se refiere a la posesión de bienes culturales (por ejemplo, libros, arte y otros recursos culturales). El capital cultural institucionalizado se presenta en forma de diplomas y títulos educativos. Por su parte, el capital cultural incorporado tiene la forma de disposiciones mentales y corporales aprendidas a través de la socialización familiar primaria y la socialización secundaria en la escuela u otras experiencias sociales. A través de las experiencias vividas y las interacciones sociales, el capital cultural incorporado incluye la inclinación cognitiva y el desempeño corporal como “habitus” interiorizados y difíciles de adquirir sin una práctica prolongada o a través de actividades similares (Bourdieu 1996Bourdieu, Pierre. 1996. The Rules of Art: Genesis and Structure of the Literary Field. Redwood City, US: Stanford University Press.). Este habitus puede consistir en un conjunto de hábitos, habilidades y relaciones en forma de esquemas cognitivos y corporales, incluyendo comportamientos como la manera de andar y la postura, prácticas lingüísticas como el acento, la cadencia, el ritmo, el vocabulario, los gustos estéticos y las “formas de evaluarse a sí mismo y a los demás a través de categorías como refinado/vulgar y masculino/femenino” (Ignatow y Robinson 2017: 961Ignatow, Gabe y Laura Robinson. 2017. “Pierre Bourdieu: Theorizing the Digital”. Information, Communication & Society 20(7): 950-66. https://doi.org/10.1080/1369118X.2017.1301519.). El capital cultural obtenido a través de la experiencia en la infancia a menudo da forma a la comprensión del éxito de los individuos y los prepara para el ámbito académico y el mercado laboral.

Al poner el capital cultural en primer plano, el trabajo de Bourdieu ofrece una comprensión del mismo basada en el tipo de reproducción intergeneracional de las desigualdades sociales. Si bien, el enfoque clasista del capital cultural ha recibido una serie de críticas. En primer lugar, se alega que ni el capital social ni el cultural son exclusivos de los miembros de la clase alta o media. Estudios recientes muestran que padres de bajos ingresos tienen altas expectativas educativas para sus hijos (Davis-Kean 2005Davis-Kean, Pamela E. 2005. “The Influence of Parent Education and Family Income on Child Achievement: The Indirect Role of Parental Expectations and the Home Environment”. Journal of Family Psychology 19(2): 294-304. https://doi.org/10.1037/0893-3200.19.2.294.), les proporcionan ayuda con los deberes (Lee y Bowen 2006Lee, Jung-Sook y Natasha K. Bowen. 2006. “Parent Involvement, Cultural Capital, and the Achievement Gap Among Elementary School Children”. American Educational Research Journal 43(2): 193-218. https://doi.org/10.3102/00028312043002193.) y se preocupan por su rendimiento académico y su comportamiento en la escuela (Huang et al. 2018Huang, Gejun, Xiaoqian Li, Wenhong Chen y Joseph D. Straubhaar. 2018. “Fall-Behind Parents? The Influential Factors on Digital Parenting Self-Efficacy in Disadvantaged Communities”. American Behavioral Scientist 62(9): 1186-1206. https://doi.org/10.1177/0002764218773820.). Sin embargo, el valor de los recursos culturales, el conocimiento y su práctica en las comunidades de clase trabajadora o baja, u otras comunidades marginadas, a menudo se pasan por alto o se descartan (Davies y Rizk 2018Davies, Scott y Jessica Rizk. 2018. “The Three Generations of Cultural Capital Research: A Narrative Review”. Review of Educational Research 88(3): 331-65. https://doi.org/10.3102/0034654317748423.). Como la mayor parte de la investigación sobre la estratificación cultural tiende a concentrarse en las medidas de la cultura de alto estatus (Yaish y Katz-Gerro 2012Yaish, Meir y Tally Katz-Gerro. 2012. “Disentangling ‘Cultural Capital’: The Consequences of Cultural and Economic Resources for Taste and Participation”. European Sociological Review 28(2): 169-85. https://doi.org/10.1093/esr/jcq056.), no se analizan las asociaciones entre la cultura popular o de bajo nivel y la estratificación social.

En segundo lugar, la flexibilidad conceptual del capital cultural se traduce en medidas de varios aspectos relacionados pero separados del capital cultural, como el gusto cultural, el conocimiento y la participación (Jæger 2009Jaeger, M. M. 2009. “Equal Access but Unequal Outcomes: Cultural Capital and Educational Choice in a Meritocratic Society”. Social Forces 87(4): 1943-71. https://doi.org/10.1353/sof.0.0192.; Yaish y Katz-Gerro 2012Yaish, Meir y Tally Katz-Gerro. 2012. “Disentangling ‘Cultural Capital’: The Consequences of Cultural and Economic Resources for Taste and Participation”. European Sociological Review 28(2): 169-85. https://doi.org/10.1093/esr/jcq056.). La complejidad conceptual y teórica del capital cultural exige la inclusión de más de un aspecto del capital cultural para obtener una visión más completa de la transmisión intergeneracional de sus ventajas (Kingston 2001Kingston, Paul W. 2001. “The Unfulfilled Promise of Cultural Capital Theory”. Sociology of Education 74: 88-99. https://doi.org/10.2307/2673255.). La investigación previa muestra que la posesión y la transmisión del capital cultural por parte de los padres tiene efectos independientes en la acumulación de capital cultural y humano de los hijos (Jæger 2009Jaeger, M. M. 2009. “Equal Access but Unequal Outcomes: Cultural Capital and Educational Choice in a Meritocratic Society”. Social Forces 87(4): 1943-71. https://doi.org/10.1353/sof.0.0192.). Sin embargo, pocos estudios han examinado simultáneamente dos o más medidas de capital cultural (Yaish y Katz-Gerro 2012Yaish, Meir y Tally Katz-Gerro. 2012. “Disentangling ‘Cultural Capital’: The Consequences of Cultural and Economic Resources for Taste and Participation”. European Sociological Review 28(2): 169-85. https://doi.org/10.1093/esr/jcq056.). En tercer lugar, a excepción del jazz y los museos de arte, la participación cultural de los estadounidenses en la cultura de alto nivel (highbrow) (por ejemplo, ópera, clubs de lectura, etc.) y de medio nivel (middlebrow) (por ejemplo, asuntos artesanales, teatros musicales y sitios históricos) ha disminuido desde la década de 1980 en casi todos los grupos de edad, género y educación (Chen 2013Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265.; DiMaggio y Mukhtar 2004DiMaggio, Paul y Toqir Mukhtar. 2004. “Arts Participation as Cultural Capital in the United States, 1982-2002: Signs of Decline?”. Poetics 32(2): 169-94. https://doi.org/10.1016/j.poetic.2004.02.005.). Sin embargo, es importante tener en cuenta que el auge de las tecnologías digitales y los medios de comunicación ha cambiado los patrones tanto de la producción como de la participación cultural (Chen 2015Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265.).

En esta investigación, nos centramos en dos aspectos del capital cultural: el conocimiento cultural y la participación cultural. Erickson (1996)Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51. señala que la capacidad de tener conversaciones basadas en el dominio del conocimiento cultural puede ser la moneda de cambio para la movilidad social, ya que los grupos de estatus utilizan el capital cultural como mecanismo de control del acceso. DiMaggio y Ostrower (1990)DiMaggio, Paul y Francie Ostrower. 1990. “Participation in the Arts by Black and White American”. Social Forces 68(3): 753-78. miden la participación cultural a través de la asistencia a actividades culturales (es decir, la visita a museos, galerías, espectáculos, exposiciones, lugares históricos, parques o monumentos; la asistencia a espectáculos de música, danza o teatro en vivo, o a eventos o festivales de arte, artesanía o música), mostrando un efecto independiente de la participación en la cultura de alto nivel en los resultados escolares de los niños, controlando por la clase social y la capacidad individual. Los padres de clase media y alta transfieren capital cultural a sus hijos a través de las actividades culturales “incorporadas a los planes de estudio y a las categorías cognitivas con las que los profesores perciben, juzgan y recompensan a sus alumnos” (Davies y Rizk 2018: 349Davies, Scott y Jessica Rizk. 2018. “The Three Generations of Cultural Capital Research: A Narrative Review”. Review of Educational Research 88(3): 331-65. https://doi.org/10.3102/0034654317748423.). Lareau (2002)Lareau, Annette. 2002. “Invisible Inequality: Social Class and Childrearing in Black Families and White Families”. American Sociological Review 67(5): 747-76. https://doi.org/10.2307/3088916. situó al capital cultural en el nexo entre la clase, las familias y las escuelas, y se centró en las estrategias de los padres para utilizar el capital cultural con el objetivo de alinear las actividades familiares y escolares para conseguir ventajas de sus hijos en el sistema educativo. Jæger (2009)Jaeger, M. M. 2009. “Equal Access but Unequal Outcomes: Cultural Capital and Educational Choice in a Meritocratic Society”. Social Forces 87(4): 1943-71. https://doi.org/10.1353/sof.0.0192. utilizó un estudio de panel danés de dos olas y mostró que el rendimiento educativo de los niños y niñas se veía afectado por la socialización de los padres (posesión de capital cultural por parte de estos), la inversión de los padres (transmisión intergeneracional del capital cultural de padres a hijos) y la inversión de los hijos (conversión del capital cultural de estos en rendimiento educativo).

SOCIAL CAPITAL

 

El capital social es otro concepto que ha generado mucha literatura desde la década de 1990, con intensos debates sobre sus patrones, causas y efectos, así como sobre sus mediciones y niveles de análisis (Moody y Paxton 2009Moody, James y Pamela Paxton. 2009. “Building Bridges: Linking Social Capitaland Social Networks to Improve Theory and Research”. American Behavioral Scientist 52(11): 1491-1506.; Lin 1999aLin, Nan. 1999a. “Building a Network Theory of Social Capital”. Connections 22(1): 28-51.; Coleman 1988Coleman, James S. 1988. “Social Capital in the Creation of Human Capital.” American Journal of Sociology 94:S95-S120.; Portes 1998Portes, Alejandro. 1998. “Social Capital: Its Origins and Applications in Modern Sociology”. Annual Review of Sociology 24: 1-24.). Por ejemplo, la definición global de capital social de Putnam (1995Putnam, Robert. 1995 “Tuning in, Tuning out: The Strange Disappearance of Social Capital in America”. PS: Political Science & Politics 28(4): 664-683.; 2000)Putnam, Robert. 2000. Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community. New York: Simon & Schuster. abarca la confianza generalizada, la participación en asociaciones voluntarias y el compromiso cívico y las redes sociales, entre otros. El enfoque de Coleman (1988)Coleman, James S. 1988. “Social Capital in the Creation of Human Capital.” American Journal of Sociology 94:S95-S120. destaca el valor del capital social como bienes públicos, que reside en ciertos aspectos de la estructura social derivado de sus funciones, especialmente la confianza en el entorno social, las normas, las obligaciones y las sanciones colectivas que pueden facilitar o constreñir la acción. Bourdieu (1985) entendió el capital social como “los vínculos con una red duradera de relaciones institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuos”. El capital social puede arrojar luz sobre los mecanismos a través de los cuales las personas acumulan y movilizan el capital cultural (Bottero y Crossley 2011Bottero, Wendy y Nick Crossley. 2011. “Worlds, Fields and Networks: Becker, Bourdieu and the Structures of Social Relations”. Cultural Sociology 5(1): 99-119. https://doi.org/10.1177/1749975510389726.).

En la investigación empírica, una de las operacionalizaciones del capital social hace referencia a la diversidad de la red y, más concretamente, a la variedad de personas en puestos de distinto estatus que un individuo conoce (Erickson 2003Erickson, Bonnie H. 2003. “Social Networks: The Value of Variety”. Contexts 2(1): 25-31. https://doi.org/10.1525/ctx.2003.2.1.25 ; Lin 1999bLin, Nan. 1999b. “Social Networks and Status Attainment”. Annual Review of Sociology 25(1): 467-87. https://doi.org/10.1146/annurev.soc.25.1.467.). Una red diversa de lazos con personas en niveles sociales variados tiene la ventaja de facilitar el acceso a los diversos recursos integrados en estas posiciones, incluyendo una amplia gama de información, ideas y recursos; lo que, a su vez, contribuye a un mayor acceso a puestos de trabajo, estatus e ingresos (Chen 2013Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265., Marsden 1987Marsden, Peter V. 1987. “Core Discussion Networks of Americans”. American Sociological Review 52(1): 122-31. https://doi.org/10.2307/2095397.). Esta idea se inspira en la tesis de Granovetter de “la fuerza de los lazos débiles” (The strength of weak ties) (1973Granovetter, Mark S. 1973. “The Strength of Weak Ties”. American Journal of Sociology 78(6): 1360-80.) sobre cómo las personas con más lazos débiles, es decir, que tienen diversos lazos más allá de un círculo pequeño, estrecho y homogéneo de familiares y amigos cercanos, tenían más probabilidades de tener información novedosa sobre opciones de puestos de trabajo. Por el contrario, los vínculos fuertes tienden a encerrar a las personas en una cámara de eco con información, gustos y conocimientos similares. Por ello, los lazos débiles son fuertes en términos de su diversidad de ubicaciones sociales.

Desarrollando un modelo de red de capital cultural, Erickson (1996)Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51. destaca la implicación del capital cultural en la diversidad de la red y muestra que las personas adquieren una amplia gama de conocimientos culturales a partir de una red personal con diversas conexiones. En comparación, una red homogénea con miembros de ocupaciones o intereses similares puede ser una debilidad en cuanto al acceso a un conocimiento cultural variado o a la interacción con prácticas culturales diversas. El capital social, en este sentido de red, se relaciona con el capital cultural al tener un amplio rango de formas de conocimiento cultural potencialmente útiles, ya que es probable que las personas con diferentes ocupaciones estén expuestas a diferentes formas de conocimiento y prácticas culturales (Weeden y Grusky 2005Weeden, Kim A. y David B. Grusky. 2005. “The Case for a New Class Map”. American Journal of Sociology 111(1): 141-212. https://doi.org/10.1086/428815.). Aunque algunos estudios han demostrado que tener vínculos diversos puede aumentar el conocimiento cultural (Chen 2015Chen, Wenhong. 2015. “Mediatizing the Network Model of Cultural Capital: Network Diversity, Media Use, and Cultural Knowledge along and across Ethnic Boundaries”. Social Networks 40: 185-96. https://doi.org/10.1016/j.socnet.2014.10.003.), no está claro cómo el capital social puede aumentar la participación cultural intergeneracional. Entonces,

Pregunta 1: ¿cómo se relaciona el capital social de los padres con la participación cultural padres-hijos?

Hipótesis 1: el capital social parental está relacionado positivamente con su conocimiento cultural.

ACCESO DIGITAL, HABILIDADES Y ACTIVIDADES

 

Algunos investigadores han conceptualizado las brechas digitales como un problema de desigualdad en tres niveles: las brechas en términos de acceso a las tecnologías y medios digitales (Attewell 2001Attewell, Paul. 2001. “Comment: The First and Second Digital Divides”. Sociology of education 74(3): 252-259.), los diferentes niveles de habilidades digitales, usos y actividades (Leguina y Downey 2021Leguina, Adrian, y John Downey. 2021. “Getting Things Done: Inequalities, Internet Use and Everyday Life”. New Media & Society 23(7): 1824-1849.; Hargittai 2002Hargittai, E. 2002, April. “Second-Level Digital Divide: Differences in People’s Online Skills”. First Monday 7(4). Retrieved April 17, 2008, from http://firstmonday.org/issues/issue7_4/hargittai/index.html ), y las diferencias en los resultados y beneficios generados por el uso digital (Ragnedda et al. 2020Ragnedda, Massimo, Maria Laura Ruiu y Felice Addeo. 2020. “Measuring Digital Capital: An Empirical Investigation”. New Media & Society 22(5): 793-816.; Ragnedda 2018Ragnedda, Massimo. 2018. “Conceptualizing Digital Capital”. Telematics and Informatics 35(8): 2366- 2375.). Las brechas digitales siguen siendo significativas en muchas comunidades desfavorecidas y pueden tener importantes implicaciones en la formación del capital humano, social y cultural y en la obtención de un determinado estatus (Gómez 2021Gómez, Daniel Calderon. 2021. “The Third Digital Divide and Bourdieu: Bidirectional Conversion of Economic, Cultural, and Social Capital to (and From) Digital Capital among Young People in Madrid”. New Media & Society 23(9): 2534-2553.; Li y Chen 2021Li, Xiaoqian y Wenhong Chen. 2021. “Core Tech Support Networks and Digital Inequalities in American Disadvantaged Urban Communities”. Journal of Computer-Mediated Communication 26(2): 91-107. https://doi.org/10.1093/jcmc/zmaa019.; Chen y Wellman 2005Chen, Wenhong y Barry Wellman. 2005. “Charting Digital Divides: Comparing Socioeconomic, Gender, Life Stage, and Rural-Urban Internet Access and Use in Five Countries”. Pp. 467-98. Editado por William H. Dutton, Brian Kahin, Ramon O’Callaghan y Andrew W. Wyckoff . Transforming Enterprise: The Economic and Social Implications of Information Technology. Cambridge, US: MIT Press.). Las necesidades educativas y sociales en la infancia se ven afectadas por la adquisición de ordenadores e Internet en los hogares, hasta el punto de que los hogares urbanos pobres contratan Internet para sus hijos, a veces, a expensas de otras compras importantes (Katz y Gonzalez 2016Katz, Vikki S. y Carmen Gonzalez. 2016. “Toward Meaningful Connectivity: Using Multilevel Communication Research to Reframe Digital Inequality: Multilevel Research on Digital Inequality”. Journal of Communication 66(2): 236-49. https://doi.org/10.1111/jcom.12214., véase también Huang et al. 2018Huang, Gejun, Xiaoqian Li, Wenhong Chen y Joseph D. Straubhaar. 2018. “Fall-Behind Parents? The Influential Factors on Digital Parenting Self-Efficacy in Disadvantaged Communities”. American Behavioral Scientist 62(9): 1186-1206. https://doi.org/10.1177/0002764218773820.). Los padres de las comunidades de vivienda pública tenían el doble de probabilidades que quienes no eran padres de contratar un servicio de Internet más rápido (Chen et al. 2021Chen, Wenhong, Xiaoqian Li, Gejun Huang y Joseph Straubhaar. 2021. “If You Built a Sandbox: How Children, Network Diversity, and Community Interventions Are Related to Google Fiber Signup in Disadvantaged Urban Communities”. Telematics and Informatics 60: 101580. https://doi.org/10.1016/j.tele.2021.101580.). Por su parte, los niños y niñas de las comunidades desfavorecidas dan a sus padres, con menor fluidez digital, el apoyo tecnológico tan necesario para adoptar las tecnologías digitales (Li, Chen y Straubhaar 2018Li, Xiaoqian, Wenhong Chen y Joseph D. Straubhaar. 2018. “Concerns, Skills, and Activities: Multilayered Privacy Issues in Disadvantaged Urban Communities”. International Journal of Communication 12(0): 22.).

Aun así, la relación entre las brechas digitales y el capital cultural no ha recibido tanta atención como la que se ha prestado al capital social o a otras formas de capital. Se ha debatido sobre si las tecnologías digitales normalizan o movilizan la participación cultural. Por un lado, investigaciones basadas en una serie de análisis transversales realizados entre 2001 y 2010 en Bélgica sugieren que tener acceso a Internet en casa contribuyó a una más frecuente participación cultural de alto nivel, especialmente entre las cohortes más jóvenes (Van Steen, Vlegels y Lieven 2015Van Steen, Astrid, Jef Vlegels, and John Lievens. 2015. “On Intergenerational Differences in Highbrow Cultural Participation. Is the Internet at Home an Explanatory Factor in Understanding Lower Highbrow Participation among Younger Cohorts?” Information, Communication & Society 18(6):595-607. https://doi.org/10.1080/1369118X.2014.967268.). Basándose en los datos de una encuesta nacional de Estados Unidos, Chen (2013)Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265. apoya la tesis de la movilización: las tecnologías móviles hacen que la participación cultural sea más accesible y asequible para los miembros de estratos sociales más amplios en términos de etnia, educación y geografía. Por otro lado, la tesis de la normalización sostiene que las tecnologías mantienen e incrementan las ventajas de los más favorecidos, normalizando las desigualdades sociales con la adopción de nuevas tecnologías (DiMaggio y Bonikowski 2008DiMaggio, Paul y Bart Bonikowski. 2008. “Make Money Surfing the Web? The Impact of Internet Use on the Earnings of U.S. Workers”. American Sociological Review 73(2): 227-50. https://doi.org/10.1177/000312240807300203.). Más que un ecualizador entre clases, el capital cultural digital suele actuar como capital simbólico que refuerza la estratificación social (Lamont y Molnár 2002Lamont, Michèle y Virág Molnár. 2002. “The Study of Boundaries in the Social Sciences”. Annual Review of Sociology 28(1): 167-95. https://doi.org/10.1146/annurev.soc.28.110601.141107.). Siguiendo la lógica de Bourdieu, los grupos dominantes desarrollan formas diferenciadas de capital cultural digital y dominan el manejo de la tecnología en comparación con otras clases (Ollier-Malaterre, Jacobs y Rothbard 2019Ollier-Malaterre, Ariane, Jerry A. Jacobs y Nancy P. Rothbard. 2019. “Technology, Work, and Family: Digital Cultural Capital and Boundary Management”. Annual Review of Sociology 45(1): 425-47. https://doi.org/10.1146/annurev-soc-073018-022433.). Los grupos dominantes adquieren un “habitus” digital específico para desarrollar conectividad digital y una exposición selectiva para ellos y sus descendientes (Ollier-Malaterre, Rothbard y Berg 2013Ollier-Malaterre, Ariane, Nancy P. Rothbard y Justin M. Berg. 2013. “When Worlds Collide in Cyberspace: How Boundary Work in Online Social Networks Impacts Professional Relationships”. Academy of Management Review 38(4): 645-69. https://doi.org/10.5465/amr.2011.0235.). Si las tesis de la normalización y la movilización se centran en quiénes se beneficiarían más de la conectividad digital, ambas destacan la importancia fundamental de tener acceso y utilizar tecnologías digitales como Internet o teléfonos móviles. Así,

Pregunta 2: ¿los padres conectados digitalmente tienen una mayor participación cultural padres-hijos?

Pregunta 3: ¿tienen los padres conectados digitalmente un mayor conocimiento cultural?

CONOCIMIENTO CULTURAL Y PARTICIPACIÓN

 

La transmisión intergeneracional del capital cultural intergeneracional puede verse afectada por el propio capital cultural de los padres, las experiencias y la esperanza de alcanzar un determinado estatus a través de actividades que merecen la inversión de los recursos familiares para el crecimiento y el éxito de su descendencia (Davies y Rizk 2018Davies, Scott y Jessica Rizk. 2018. “The Three Generations of Cultural Capital Research: A Narrative Review”. Review of Educational Research 88(3): 331-65. https://doi.org/10.3102/0034654317748423.). Utilizando una encuesta telefónica representativa a nivel nacional de la población judía israelí (N=1005), Yaish y Katz-Gerro (2012)Yaish, Meir y Tally Katz-Gerro. 2012. “Disentangling ‘Cultural Capital’: The Consequences of Cultural and Economic Resources for Taste and Participation”. European Sociological Review 28(2): 169-85. https://doi.org/10.1093/esr/jcq056. demuestran el impacto del capital cultural de los padres en los gustos culturales de sus hijos y su participación, ya que estos fueron alentados por aquellos a participar en ciertas actividades culturales. Al llevar a sus hijos a ciertas actividades culturales, los padres hacen esfuerzos activos por orientar las prácticas culturales de sus hijos, lo que contribuye a la transmisión cultural intergeneracional (Kallunki 2022Kallunki, J. 2022. “Cultural Reproduction in Finland: Symmetric Intergenerational Transmission of Cultural Orientations”. Acta Sociologica.https://doi.org/10.1177/00016993211070980.). Entonces,

Pregunta 4: ¿están relacionados el conocimiento cultural de los padres y la participación cultural intergeneracional?

DATOS Y MÉTODOS

 

Los datos proceden de una encuesta censal realizada en 2015 y 2016 en 1825 hogares de 18 comunidades de vivienda pública de una gran ciudad de Estados Unidos. El equipo de investigación entregó cuestionarios autoadministrados bilingües en inglés y español, papel y lápiz a todos los hogares, puerta por puerta. Solo un residente adulto por hogar podía participar en la encuesta. Un total de 402 hogares participaron en la encuesta, con una tasa de respuesta del 22 %. Estas comunidades de viviendas públicas encuestadas tienen unos ingresos extremadamente bajos, con una media de 11 000 dólares anuales por hogar, y la mayoría de los residentes están marginados racial y étnicamente, no tienen un alto nivel de estudios y a menudo no forman parte de la población activa (Chen y Li 2021Chen, Wenhong y Xiaoqian Li. 2021. “Digital Inequalities in American Disadvantaged Urban Communities: Access, Skills, and Expectations for Digital Inclusion Programs.” Information, Communication & Society: 1-18.).

Esta investigación se centra en el conocimiento cultural y la transmisión intergeneracional del capital cultural de los padres con, al menos, un hijo o hija menor de 18 años que vive en el mismo hogar. Alrededor del 27’4 % de los hogares (N = 110) cumplían estos criterios. Las estadísticas descriptivas muestran que los encuestados eran mayoritariamente mujeres, hispanos y jóvenes (tabla 1).

Tabla 1.  Estadísticos descriptivos
Variable Media Desviación estándar Mín. Máx. Obs.
Participación cultural padres-hijos 17’286 5’835 8 32 105
Conocimiento cultural parental 31’891 20’363 0 80 110
Edad 39’233 12’529 20 76 86
Mujer 0’898 0’304 0 1 108
Raza y etnicidad
Hispano/a 0’490 0’502 0 1 102
Afroamericano/a 0’330 0’473 0 1 103
Educación
Secundaria completa o GED 0’381 0’488 0 1 105
Estudios universitarios o superiores 0’343 0’477 0 1 105
Empleado 0’243 0’431 0 1 107
Capital social 4’437 3’965 0 16 103
Usuario de Internet 0’818 0’387 0 1 110
Acceso a Internet en el hogar 0’387 0’489 0 1 106
Propiedad de un teléfono inteligente 0’636 0’483 0 1 110
Habilidades digitales básicas 39’284 25’956 0 69 102
Actividades en Internet 33’444 13’007 13 65 90
Actividades en los móviles 35’272 12’321 11 55 103

VARIABLES DEPENDIENTES: PARTICIPACIÓN CULTURAL PADRES-HIJOS Y CONOCIMIENTO CULTURAL PARENTAL

 

Participación cultural de padres e hijos. Se preguntó a los padres con qué frecuencia realizaban ocho actividades con sus hijos, utilizando una escala de 4 puntos (1 = nunca a 4 = a menudo). Los ítems incluían “ir a un museo o galería de arte”, “visitar un centro o museo de ciencias”, “visitar una biblioteca”, “visitar un zoo o un acuario”, “ver una película en un teatro”, “asistir a una actuación en directo de música como clásica, rock, country o rap”, “asistir a una actuación en directo como una obra de teatro, danza u ópera” y “asistir a un evento deportivo”. Tanto el análisis factorial como el α de Cronbach apoyan la construcción de un índice. La participación cultural de padres e hijos ha sido medida mediante la suma de las puntuaciones de los ocho ítems (M = 17’29, SD = 5’84, α de Cronbach = 0’90).

Conocimiento cultural. Basándose en Erickson (1996)Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51. y Chen (2013)Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265., la encuesta preguntó a los padres si sabían algo sobre 25 personas famosas, quiénes eran y qué hacían, incluyendo políticos, atletas, líderes empresariales, artistas y músicos de diferentes ámbitos culturales (1 = Sí, 0 = No). El conocimiento cultural de los padres se midió por el número total de nombres de los que el encuestado sabía algo, estandarizado en una escala de 1 a 100 (M = 31’89, SD = 20’36).

VARIABLES INDEPENDIENTES Y DE CONTROL

 

Capital social. Utilizando el generador de posiciones, medimos el capital social como diversidad de la red a través de la variedad de ocupaciones en las que una persona conocía a alguien, es decir, el número total de ocupaciones a las que tenía acceso (Hampton, Goulet y Purcell 2011Hampton, Keith, Lauren Sessions Goulet y Kristen Purcell. 2011. “Social Networking Sites and Our Lives”. Pew Research Center: Internet, Science & Tech. Consulta 9 de diciembre de 2021 (https://www.pewresearch.org/internet/2011/06/16/social-networking-sites-and-our-lives/).; Chen y Tan 2009Chen, Wenhong y Justin Tan. 2009. “Understanding Transnational Entrepreneurship Through a Network Lens: Theoretical and Methodological Considerations”. Entrepreneurship Theory and Practice 33(5): 1079-91. https://doi.org/10.1111/j.1540-6520.2009.00335.x.; Erickson 1996Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51.; Lin y Dumin 1986Lin, Nan y Mary Dumin. 1986. “Access to Occupations through Social Ties”. Social Networks 8(4): 365-85. https://doi.org/10.1016/0378-8733(86)90003-1.). Esta variable recoge el acceso del encuestado a una serie de contactos situados a lo largo de la jerarquía del estatus ocupacional (Ganzeboom y Treiman 1996Ganzeboom, Harry B. G. y Donald J. Treiman. 1996. “Internationally Comparable Measures of Occupational Status for the 1988 International Standard Classification of Occupations”. Social Science Research 25(3): 201-39. https://doi.org/10.1006/ssre.1996.0010.). Se dio a los encuestados una lista de 16 ocupaciones y se les preguntó si conocían a alguien por su nombre en cada una de esas ocupaciones. Las 16 ocupaciones hacían referencia a personas cuidadoras de niños a tiempo completo, conserjes, taxistas, peluqueras, operarias en una fábrica, agricultoras, agentes de policía, contables, trabajadoras sociales, empresarias o propietarias de una pequeña empresa, programadoras informáticas, enfermeras, periodistas, profesoras de secundaria, gestoras personales y abogadas. El capital social se midió por la puntuación de la suma de las 16 ocupaciones en las que el encuestado conocía a alguien en cada una de esas ocupaciones (M = 4’44, SD = 4’00).

Acceso y uso de Internet. Se tuvo en cuenta tanto el acceso a Internet en el hogar como en el móvil. Preguntamos: “¿Tiene conexión a Internet en el hogar donde vive actualmente?” y “¿Tiene un teléfono inteligente?”. Menos del 40 % de la muestra analizada tenía acceso a Internet en casa y el 64 % tenía acceso a Internet móvil. También medimos si los encuestados utilizaban Internet de alguna manera y el 82 % de los encuestados declararon ser usuarios de Internet.

Habilidades digitales. Se proporcionó a los encuestados una lista de 23 ítems relativos a tareas básicas de informática e Internet. Los ítems se adaptaron a partir de un cuestionario diseñado originalmente por una organización local de inclusión digital sin ánimo de lucro dirigida a minorías étnicorraciales de bajos ingresos. Las preguntas originales eran binarias y planteaban si los encuestados habían realizado de forma independiente tareas básicas de informática e Internet, como “crear símbolos, por ejemplo, $ @”, “crear una cuenta de correo electrónico”, “realizar una búsqueda en Google”, “hacer una compra online de forma segura”, “crear una cuenta en las redes sociales”, etc. Además de ello, pedimos a los encuestados que respondieron afirmativamente que evaluaran su nivel de competencia en una escala de tres puntos: “malo”, “regular” o “bueno”. Las habilidades digitales básicas fueron un índice basado en la puntuación sumada de los 23 ítems en una escala de 4 puntos (0 = No, 1 = mal, 2 = regular, 3 = bien; M =39’28, SD = 25’96, α de Cronbach = 0’98).

Frecuencia de las actividades en Internet y en el móvil. La frecuencia del uso de Internet se midió mediante la puntuación de la suma de 13 tipos de actividades de Internet con el ordenador, incluyendo la búsqueda de información sobre salud, publicación de fotos, visita a sitios web del gobierno, búsqueda de información sobre el trabajo o investigar sobre un producto o servicio, comprar en línea, calificación de un producto o servicio, creación y subida de vídeos y música, bancos en línea, publicación de información sobre el trabajo o un currículum en línea y escribir en blogs, en una escala de 5 puntos (1 = nunca a 5 = diariamente o más a menudo; M =33’44, SD =13’00, α de Cronbach = 0’91). La frecuencia de las actividades con el móvil se midió mediante la suma de 11 tipos de actividades con el teléfono móvil, entre las que se incluían enviar mensajes de texto o mensajes a amigos o familiares, llamar o chatear por vídeo con amigos o familiares, obtener información sobre noticias, tiempo, deportes o acciones, acceder a una red social, ver películas o programas de televisión, obtener información sobre un evento al que se iba a asistir, comprar, descargar una aplicación, jugar a juegos de aplicaciones, enviar o publicar un selfi y realizar tareas relacionadas con el trabajo o la escuela, en una escala de 5 puntos (de 1 = nunca a 5 = diariamente o más a menudo; M=35’27, SD=12’32, α de Cronbach = 0’89).

Las variables sociodemográficas incluyen edad, género, etnia o raza, educación y empleo. La edad ha sido medida de manera continua (M = 39’23, SD = 12’53). El género de manera binaria, si bien las mujeres representaban casi el 90 % de la muestra analizada. El origen étnico se midió originalmente con cuatro categorías, pero se agruparon en tres: hispanos (49 %), afroamericanos (33 %) y blancos no hispanos y otros (18 %). La educación se midió en tres categorías: menos de la escuela secundaria (28 %), escuela secundaria completada o GED (38 %), estudios universitarios o superiores (34 %). La situación laboral se midió como variable binaria y el 24 % tenía trabajo.

RESULTADOS

 

Se ha utilizado una serie de modelos de regresión OLS para examinar las relaciones entre capital social, brechas digitales y capital cultural. En la tabla 2 se presentan los resultados sobre la participación cultural intergeneracional y en la tabla 3 sobre el conocimiento cultural parental. En ambas tablas, el modelo 1 contiene variables sociodemográficas, el modelo 2 añade el capital social y las variables digitales, mientras que el modelo 3 tiene en cuenta, además, la relación entre el conocimiento cultural parental y la participación cultural intergeneracional, respectivamente. La multicolinealidad no ha sido motivo de preocupación según los valores VIF y de tolerancia.

Tabla 2.  Regresión OLS de la participación cultural padres-hijos
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3
Coef. Error est. Coef. Error est. Coef. Error est.
Edad 0’169** (0’052) 0’107 (0’063) 0’175* (0’068)
Mujer 0’545 (2’003) 0’783 (2’226) 2’222 (2’070)
Hispano/a 0’794 (1’757) 2’309 (1’967) 0’484 (1’942)
Afroamericano/a 2’510 (1’754) 3’721 (1’986) 1’696 (1’880)
Secundaria completa o GED 1’009 (1’605) 0’154 (1’698) -0’150 (1’677)
Estudios universitarios o superiores -1’171 (1’886) -2’673 (2’083) -1’320 (2’328)
Desempleado -0’283 (1’551) -0’505 (1’658) 0’798 (1’559)
Capital social 0’034 (0’203) -0’025 (0’199)
Usuario de Internet -2’845 (2’621)
Acceso a Internet en el hogar 1’399 (1’409)
Propiedad de un teléfono inteligente -0’704 (1’509)
Habilidades digitales básicas -0’070 (0’043)
Capital social 0’247** (0’072)
Usuario de Internet -0’056 (0’075)
Conocimiento cultural parental 0’092* (0’043) 0’076 (0’048)
Constante 9’006** (3’101) 10’282* (4’466) 2’907 (4’261)
N 74 72 61
R cuadrado ajustado 0’106* 0’125 0’211*

*** p<0’001, ** p<0’01, * p<0’05

Tabla 3.  Regresión OLS del conocimiento cultural parental
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3
Coef. Error est. Coef. Error est. Coef. Error est.
Edad 0’115 (0’161) 0’134 (0’187) 0’144 (0’212)
Mujer 2’553 (6’267) 0’763 (6’434) -4’236 (6’137)
Hispano/a -12’513* (5’495) -15’784** (5’367) -16’533** (5’201)
Afroamericano/a -8’954 (5’486) -14’869** (5’578) -8’984 (5’431)
Secundaria completa o GED 8’209 (5’021) 8’766 (4’770) 4’508 (4’897)
Universitarios o superiores 15’424* (5’900) 15’741** (5’745) 4’213 (6’851)
Desempleado 1’714 (4’851) -1’240 (4’789) -3’504 (4’576)
Capital social 1’250* (0’563) 0’854 (0’573)
Usuario de Internet 14’512 (7’407)
Acceso a Internet en el hogar -3’638 (4’077)
Propiedad de un teléfono inteligente -3’654 (4’339)
Habilidades digitales básicas 0’278* (0’125)
Capital social -0’300 (0’231)
Usuario de Internet 0’084 (0’222)
Participación cultural 0’764* (0’363) 0’658 (0’414)
Constante 24’819* (9’700) 2’371 (13’460) 18’493 (12’321)
N 74 72 61
R cuadrado ajustado 0’184** 0’286*** 0’340**

*** p<0’001, ** p<0’01, * p<0’05

El modelo 1 de la tabla 2 muestra que la edad era la única variable sociodemográfica significativa en la participación cultural intergeneracional (b = 0’169, p<0’01). Los padres de mayor edad tienen una participación cultural más frecuente que los más jóvenes. Por el contrario, la etnia, la educación y la situación laboral no tienen un impacto significativo. En cuanto a la pregunta 1, el modelo 2 revela que el capital social no tiene un efecto significativo en la participación cultural intergeneracional. En cuanto a la pregunta 2, el modelo 2 permite ver que el acceso a Internet en el hogar, la posesión de un teléfono inteligente o el uso de Internet no influyen significativamente en la participación cultural intergeneracional. Es decir, el acceso digital no aumenta necesariamente la participación cultural de padres e hijos. En cuanto a la pregunta 2, el modelo 3 indica que los padres que utilizan Internet con más frecuencia tienen niveles significativamente mayores de participación cultural intergeneracional. Sin embargo, los padres con mayores habilidades digitales o actividades móviles no demuestran una mayor participación cultural de padres e hijos. En cuanto a la pregunta 4, el conocimiento cultural de los padres se relaciona positivamente con la participación cultural de padres e hijos en el modelo 2 (b = 0’092, p<0’05) cuando se controla por las variables sociodemográficas, de capital social y de acceso a Internet. Sin embargo, en el modelo 3, que tiene en cuenta las habilidades digitales y la frecuencia de las actividades en Internet y en el móvil, la relación entre el conocimiento cultural parental y la participación cultural intergeneracional perdió significación estadística.

En el modelo 1 de la tabla 3 se puede observar que los padres hispanos tienen un conocimiento cultural significativamente menor en comparación con los padres blancos de origen no hispano (b= -12’513, p<0’05), mientras que los padres con un nivel de estudios universitario o superior tienen un conocimiento cultural significativamente mayor en comparación con los que tienen un nivel de estudios inferior a la secundaria. El modelo 2 apoya la hipótesis 1 de que el capital social de los padres está relacionado de forma significativa y positiva con su conocimiento cultural (b=1’250, p<0’05). Sin embargo, cuando en el modelo 3 se tienen en cuenta las habilidades digitales y la frecuencia de las actividades en Internet y en el móvil, la relación entre el capital social y el conocimiento cultural de los padres pierde significación estadística. Por lo tanto, la hipótesis 1 solo se comprueba parcialmente. En cuanto a la pregunta 3, el modelo 2 pone de manifiesto que el acceso a Internet en el hogar, la posesión de un teléfono inteligente o el uso de Internet no afectan significativamente al conocimiento cultural de los padres. El modelo 3 sugiere que los padres con mayores habilidades digitales tienen un conocimiento cultural significativamente mayor. Sin embargo, un mayor número de actividades en Internet o en el móvil no potencia el conocimiento cultural. En cuanto a la pregunta 4, la participación cultural intergeneracional presenta una asociación significativa y positiva con el conocimiento cultural de los padres en el modelo 2 (b = 0’764, p<0’05) cuando se controla por variables sociodemográficas, de capital social y de acceso a Internet. Sin embargo, en el modelo 3, al considerar las habilidades digitales y la frecuencia de las actividades en Internet y en el móvil, la relación entre ambas deja de ser significativa.

CONCLUSIÓN Y DISCUSIÓN

 

Los guardianes o controladores del acceso (gatekeepers) que toman las decisiones de admisión o contratación validan ciertos tipos de capital social y cultural, lo que les convierte en relevantes para la movilidad social. Por un lado, la transmisión del capital cultural no es determinista, manteniendo a las personas en la posición de clase de sus padres. El proceso de reproducción cultural es dinámico, requiere de mucho tiempo y a veces es complejo, ya que invertir en experiencias culturales y competencias consideradas valiosas hoy puede no ser rentable mañana, debido a los rápidos cambios tecnológicos y sociales (Cucchiara 2013Cucchiara, Maia. 2013. “Are We Doing Damage?” Choosing An Urban Public School in an Era of Parental Anxiety”. Anthropology & Education Quarterly 44(1): 75-93.). Por otra parte, algunos estudios han demostrado que aquellos privilegiados en recursos económicos, sociales y digitales son capaces de transmitir diferentes formas de capital y ventajas intergeneracionales a sus descendientes. Pocos estudios han examinado empíricamente las relaciones entre capital social y cultural en las comunidades desfavorecidas, y aún menos han tenido en cuenta las implicaciones de las desigualdades digitales en dichas comunidades.

A partir de los datos de una encuesta realizada en 18 comunidades de viviendas públicas de una gran ciudad estadounidense, este estudio aborda estas importantes lagunas de conocimiento. Esta investigación, aunque exploratoria, ha generado resultados interesantes y ha hecho varias contribuciones con implicaciones académicas y prácticas. Nos centramos en el conocimiento cultural de los padres en entornos desfavorecidos y en la participación cultural intergeneracional junto a sus hijos. En primer lugar, los resultados apoyan parcialmente el modelo de red del capital cultural (Chen 2013Chen, Wenhong. 2013. “The Implications of Social Capital for the Digital Divides in America”. The Information Society 29(1): 13-25. https://doi.org/10.1080/01972243.2012.739265.; Erickson 1996Erickson, Bonnie H. 1996. “Culture, Class, and Connections”. American Journal of Sociology 102(1): 217-51.). Los padres con mayor capital social tienen un conocimiento cultural significativamente mayor, si bien no existe una mayor participación cultural intergeneracional. Además, cuando se tienen en cuenta las habilidades digitales de padres y la frecuencia de las actividades en Internet y en el móvil, el capital social de estos deja de ser significativo para su conocimiento cultural.

En segundo lugar, la conectividad digital también ofrece un panorama complicado. Por un lado, el acceso a Internet en el hogar, la posesión de un teléfono inteligente, usar Internet de alguna manera o la frecuencia de uso del móvil no afecta significativamente al conocimiento cultural o a la participación cultural intergeneracional. Los resultados sugieren que el acceso a Internet, por sí solo, no es suficiente para mover “la aguja” del capital cultural, ni en términos de aumentar el conocimiento cultural de los padres ni para facilitar la participación cultural intergeneracional. Los resultados también apuntan a un efecto limitado de la propiedad y el uso de teléfonos inteligentes en el conocimiento cultural y la transmisión intergeneracional del capital cultural en las comunidades desfavorecidas. Por otro lado, los padres con mayor actividad en Internet a través del ordenador tienen una mayor participación cultural intergeneracional, y los padres con mayores habilidades digitales tienen más conocimiento cultural.

En tercer lugar, nuestros resultados arrojan luz sobre la interrelación, raramente estudiada, entre los dos aspectos del capital cultural. El conocimiento cultural de los padres y la participación cultural padres-hijos se refuerzan mutuamente. Sin embargo, cuando se tienen en cuenta las competencias digitales y la frecuencia de la actividad en Internet y en el móvil, su relación pierde significatividad estadística. Estas conclusiones tienen dos implicaciones. Por un lado, es lógico que el existente conocimiento cultural de los padres les ayude a participar en actividades culturales con sus hijos. En cambio, también es plausible que, especialmente en comunidades desfavorecidas, los padres puedan adquirir más conocimiento cultural junto a sus hijos o incluso a partir de su participación cultural. Por otra parte, la conversión de estos dos aspectos del capital cultural podría implicar mecanismos complejos y variar según los contextos.

Como último hallazgo relevante, identificamos una sustancial variación con la edad en la participación cultural intergeneracional, así como una brecha hispana y una brecha educativa en el conocimiento cultural. Los padres más jóvenes tuvieron una participación cultural menos frecuente con sus hijos. Este resultado coincide con el hallazgo de un estudio belga que muestra que los padres menores de 40 años son menos propensos a participar en actividades culturales de alto nivel (Van Steen, Vlegels y Lievens 2015Van Steen, Astrid, Jef Vlegels, and John Lievens. 2015. “On Intergenerational Differences in Highbrow Cultural Participation. Is the Internet at Home an Explanatory Factor in Understanding Lower Highbrow Participation among Younger Cohorts?” Information, Communication & Society 18(6):595-607. https://doi.org/10.1080/1369118X.2014.967268.). En cuanto a la etnicidad, los padres hispanos tienen un conocimiento cultural significativamente menor en comparación con los padres blancos. Los padres con estudios universitarios de alguna clase tienen un conocimiento cultural significativamente mayor, pero no una mayor participación cultural intergeneracional, en comparación con los padres con un nivel de estudios inferior a la escuela secundaria. Yaish y Katz-Gerro (2012)Yaish, Meir y Tally Katz-Gerro. 2012. “Disentangling ‘Cultural Capital’: The Consequences of Cultural and Economic Resources for Taste and Participation”. European Sociological Review 28(2): 169-85. https://doi.org/10.1093/esr/jcq056. demostraron que la educación de los padres afectaba a los gustos culturales de los hijos y a su participación, y que los recursos económicos determinaban la participación cultural más que los gustos.

La presente investigación tiene limitaciones que pueden ser abordadas en investigaciones futuras. En primer lugar, la muestra es pequeña y transversal, lo que dificulta la generalización de los resultados. Investigaciones futuras deben considerar muestras más amplias y representativas y, preferiblemente, estudios longitudinales. En segundo lugar, la investigación futura podría explorar las conexiones del conocimiento cultural y la participación por parte del capital cultural de alto nivel (highbrow) y bajo nivel (lowbrow), así como otros géneros culturales. En tercer lugar, aunque centramos nuestra medición del capital social en el probado y ampliamente adoptado generador posicional, estudios futuros pueden considerar la posibilidad de ampliar aún más la medición de capital social. El hecho de que el capital cultural circule a través de los vínculos interpersonales, y la medida en que lo haga, depende a menudo de los temas, la naturaleza de los vínculos y los contextos. Además de la ocupación, la diversidad de la red puede tener miembros de diversos orígenes en términos de género, generación, etnia, educación o ubicación geográfica (Chen 2015Chen, Wenhong. 2015. “Mediatizing the Network Model of Cultural Capital: Network Diversity, Media Use, and Cultural Knowledge along and across Ethnic Boundaries”. Social Networks 40: 185-96. https://doi.org/10.1016/j.socnet.2014.10.003.; Côté 2012Côté, Rochelle R. 2012. “Networks of Advantage: Urban Indigenous Entrepreneurship and the Importance of Social Capital”. Pp. 73-101. Edtitado por David Newhouse, Kevin FitzMaurice, Tricia McGuire-Adams y Daniel Jetté. Well-being in the Urban Aboriginal Community. Toronto, Canada: Thompson Educational Pub. ). Dado que la mayoría de los trabajos sobre el capital social y el capital cultural se han realizado a nivel individual, sería interesante examinar cómo el capital social a nivel comunitario o nacional podría tener implicaciones para el capital cultural.

En cuarto lugar, estudios futuros podrían considerar las interrelaciones entre el capital social, el capital cultural y el capital digital. Las tecnologías digitales pueden afectar a la acumulación y transmisión del capital cultural de manera relevante. La literatura existente ha proporcionado varias definiciones de capital digital, como la acumulación de competencias digitales y tecnología digital (Ragnedda 2018Ragnedda, Massimo. 2018. “Conceptualizing Digital Capital”. Telematics and Informatics 35(8): 2366- 2375.) y el ecosistema tecnológico digital de los individuos, que da forma y guía su compromiso con las tecnologías (Park 2017Park, Sora. 2017. Digital Capital. London, UK: Palgrave Macmillan UK.), o las formas emergentes de “habitus” digital en términos de conciencia, motivación y habilidad necesarias para navegar por un mundo social cada vez más digitalizado y conectado (Ollier-Malaterre, Jacobs y Rothbard 2019Ollier-Malaterre, Ariane, Jerry A. Jacobs y Nancy P. Rothbard. 2019. “Technology, Work, and Family: Digital Cultural Capital and Boundary Management”. Annual Review of Sociology 45(1): 425-47. https://doi.org/10.1146/annurev-soc-073018-022433.). Por lo tanto, las habilidades digitales, la conciencia de la privacidad y los esfuerzos para desarrollar perfiles en las redes sociales, con el tiempo llegarán a ser aspectos importantes del capital digital que reflejen y mejoren el estatus y los recursos de las personas. Y, lo que es más importante, las tecnologías digitales han creado nuevas vías para el desarrollo de diferentes formas de capital y habitus, así como nuevos campos que complican o desafían las estructuras de poder existentes (Martin 2003Martin, Steven P. 2003. “Is the Digital Divide Really Closing? A Critique of Inequality Measurement In”. IT & Society 1(4): 1-13.).

Por último, pero no menos importante, aunque nuestro estudio exploratorio solo identifica algunos factores que afectan a la participación cultural intergeneracional, como la edad, la frecuencia de las actividades en Internet y el conocimiento cultural -la variable en sí misma,como dimensión importante del capital cultural- es relevante para ser usada en futuras investigaciones. Las críticas apuntan al énfasis excesivo de los rendimientos instrumentales del capital cultural en la consecución de un estatus tangible, como la admisión o la finalización de los estudios en una universidad de élite o el empleo obtenido (Sheng 2014Sheng, Xiaoming. 2014. “Parental Expectations Relating to Children’s Higher Education in Urban China: Cultural Capital and Social Class”. Journal of Sociology 50(4): 560-76. https://doi.org/10.1177/1440783312467096.; Grayson 2011Grayson, J. Paul. 2011. “Cultural Capital and Academic Achievement of First Generation Domestic and International Students in Canadian Universities”. British Educational Research Journal 37(4): 605-30. https://doi.org/10.1080/01411926.2010.487932.; Dumais y Ward 2010Dumais, Susan y Aaryn Ward. 2010. “Cultural Capital and First-Generation College Success”. Poetics 38: 245-65. https://doi.org/10.1016/j.poetic.2009.11.011.; Brook 2008Brook, Scott. 2008. “Cultural Capital and Cultural Diversity: Some Problems in Ghassan Hage’s Account of Cosmopolitan Multiculturalism”. Journal of Australian Studies 32(4): 509-20. https://doi.org/10.1080/14443050802471418.). Por el contrario, los rendimientos expresivos del capital cultural sobre el afecto, el bienestar y las relaciones requieren una mayor atención por parte de futuros estudios. La participación cultural intergeneracional sirve tanto para la transmisión intergeneracional de recursos como para el tiempo de calidad con la familia, lo que puede tener implicaciones a largo plazo para el desarrollo del curso de la vida (Lee y Chen 2017Lee, Kyung Sun y Wenhong Chen. 2017. “A Long Shadow: Cultural Capital, Techno-Capital and Networking Skills of College Students.” Computers in Human Behavior 70: 67-73. ).

Creemos que nuestros hallazgos tienen implicaciones para los responsables políticos y los profesionales que trabajan con comunidades desfavorecidas. En primer lugar, aunque la socialización familiar sigue siendo el primer, y quizás principal, lugar de transmisión intergeneracional del capital cultural, las escuelas u otras instituciones comunitarias pueden desempeñar un papel importante en la formación del capital social, cultural y digital, así como en la movilidad social. El diseño de eventos que puedan facilitar la participación cultural multigeneracional beneficiaría tanto a los niños y niñas como a los padres. En segundo lugar, es importante incorporar la formación y las actividades de capital cultural a la formación en habilidades digitales, especialmente para los padres de las comunidades desfavorecidas. Esperamos que este trabajo exploratorio inspire más estudios y de mayor envergadura sobre la intersección del capital social, cultural y digital en las comunidades desfavorecidas y más allá.

AGRADECIMIENTOS

 

Estamos agradecidos con los residentes y el personal de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Austin, así como con los socios de la comunidad por su apoyo, que hizo posible este proyecto de investigación. La investigación ha sido apoyada por la Austin Pathway Foundation 2015-2017.

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NOTAS

 
[1]

Concerted cultivation incluye una variedad de prácticas estructuradas, como la participación de los padres en eventos escolares y la interacción con el profesorado para conciliar las actividades familiares y escolares.