Revista Internacional de Sociología 80 (3)
julio-septiembre, e210
ISSN: 0034-9712, eISSN: 1988-429X
https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.3.21.29

LAS CREENCIAS QUE JUSTIFICAN LA DESIGUALDAD MODERAN LA RELACIÓN ENTRE EL ESTATUS SOCIOECONÓMICO Y EL APOYO A LA REDISTRIBUCIÓN

INEQUALITY-JUSTIFYING BELIEFS MODERATE THE RELATIONSHIP BETWEEN SOCIOECONOMIC STATUS AND SUPPORT FOR REDISTRIBUTION

Efraín García-Sánchez

Universidad de Granada
Universidad de São Paulo

https://orcid.org/0000-0002-8097-5822

Sofia de Carvalho Galvão

Universidad de São Paulo

https://orcid.org/0000-0003-0593-1982

Resumen

Este artículo examina la interacción entre el estatus socioeconómico y las creencias que justifican la desigualdad en lo relativo al apoyo a la redistribución. Utilizando datos de una encuesta de São Paulo (Brasil) (N=928), encontramos que el apoyo a la redistribución estuvo negativamente asociado con el estatus socioeconómico subjetivo; pero estuvo positivamente relacionada con el estatus socioeconómico objetivo. Además, las creencias que justifican la desigualdad moderaron esta relación. Por un lado, el efecto negativo del estatus subjetivo sobre el apoyo a la redistribución fue más fuerte para las personas que apoyan las creencias que justifican la desigualdad. Por otro lado, el efecto positivo entre el estatus objetivo y el apoyo a la redistribución solo ocurrió para las personas que rechazaron estas creencias. Los resultados sugieren que el efecto del estatus socioeconómico sobre el apoyo a la redistribución depende del grado de apoyo a las creencias ideológicas que justifican la desigualdad.

Palabras claves: 
Desigualdad económica; Estatus socioeconómico; Estatus subjetivo; Ideología; Redistribución
Abstract

This article evaluates the interaction between socioeconomic status and inequality-justifying beliefs on support for redistribution. Using survey data from São Paulo (Brazil) (N=928), we found that support for redistribution was negatively associated with subjective socioeconomic status; but was positively related to objective socioeconomic status. In addition, system-justifying beliefs moderated this relationship. On the one hand, the negative effect of subjective status on support for redistribution was stronger for people who support system-justifying beliefs. On the other hand, the positive effect between objective status and support for redistribution occurred only for people who rejected these beliefs. The results suggest that the effect of socioeconomic status on support for redistribution depends on the degree of support for system-justifying beliefs.

Keywords: 
Economic inequality; Ideology; Socioeconomic status; Subjective status; Redistribution

Recibido: 03.02.2022. Aceptado: 01.02.2022. Publicado: 07.10.2022

EFRAÍN GARCÍA-SÁNCHEZ Investigador colaborador en el Núcleo de Estudios de la Violencia, Departamento de Sociología, Universidad de São Paulo, Brasil; e investigador posdoctoral en el Laboratorio de Psicología Social de la Desigualdad, Universidad de Granada, España.
SOFIA DE CARVALHO GALVÃO Estudiante de pregrado en Ciencias Sociales en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (USP).

Cómo citar este artículo/Citation: García-Sánchez, E. y S. de Carvalho Galvão. 2022. Las creencias que justifican la desigualdad moderan la relación entre el estatus socioeconómico y el apoyo a la redistribución. Revista Internacional de Sociología 80(3):e210. https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.3.21.29

CONTENIDO

La desigualdad económica se ha incrementado progresivamente en los últimos años, con efectos perjudiciales sobre el bienestar de las sociedades (Alvaredo et al. 2018Alvaredo, F., Chancel, L., Piketty, T., Saez, E. y Zucman, G. 2018. World Inequality Report 2018. Cambridge: Harvard University Press.; Wilkinson y Pickett 2017Wilkinson, R. G. y Pickett, K. E. 2017. “The Enemy between Us: The Psychological and Social Costs of Inequality”. European Journal of Social Psychology 47(1): 11-24. https://doi.org/10.1002/ejsp.2275.). Para el año 2020, Brasil representa uno de los países más desiguales de la región latinoamericana, de modo que el 1 % más rico de la población concentra el 26,6 % de los ingresos del país, mientras que el 50 % más pobre controla el 10,1 % de los recursos (World Inequality Database 2021World Inequality Database. 2021. “Income Inequality, Brazil, 1980-2021”. Consulta 30 de diciembre de 2021 (https://wid.world/country/brazil/).). Para mitigar estas desigualdades, se necesita la intervención institucional con el fin de redistribuir los recursos de forma más equitativa en la sociedad (Atkinson 2015Atkinson, A. B. 2015. Inequality. What Can Be Done? London, England: Harvard University Press.). Sin embargo, la efectiva implementación de estas medidas redistributivas depende de las actitudes hacia la desigualdad y la motivación de las personas para exigir su aplicación mediante políticas públicas (Hing et al. 2019Hing, L. S. S., Wilson, A. E., Gourevitch, P., English, J. y Sin, P. 2019. “Failure to Respond to Rising Income Inequality: Processes That Legitimize Growing Disparities”. Daedalus 148(3): 105-35. https://doi.org/10.1162/DAED_a_01752.).

Las actitudes hacia la desigualdad y la motivación para reducirla están asociadas con diferentes motivaciones ligadas a factores estructurales e individuales. A nivel estructural, el estatus socioeconómico informa a las personas de su posición social, lo que les motiva a apoyar políticas que favorezcan sus intereses personales. Por tanto, las personas con mayor (vs. menor) nivel socioeconómico se benefician más del sistema económico y, por tanto, legitiman la desigualdad y se oponen a la redistribución (Caricati 2017Caricati, L. 2017. “Testing the Status-Legitimacy Hypothesis: A Multilevel Modeling Approach to the Perception of Legitimacy in Income Distribution in 36 Nations”. Journal of Social Psychology 157(5): 532-40. https://doi.org/10.1080/00224545.2016.1242472.; Brandt et al. 2020Brandt, M. J. et al. 2020. “Subjective Status and Perceived Legitimacy across Countries”. European Journal of Social Psychology 50(5): 921-42. https://doi.org/10.1002/ejsp.2694.; Brandt 2013Brandt, M. J. 2013. “Do the Disadvantaged Legitimize the Social System? A Large-Scale Test of the Status-Legitimacy Hypothesis”. Journal of Personality and Social Psychology 104: 765-85. https://doi.org/10.1037/a0031751.).

Sin embargo, la motivación para apoyar la redistribución no solo se activa por intereses personales (o de clase), sino que depende de otros procesos psicosociales. Por un lado, teniendo en cuenta que la desigualdad es una cuestión relacional, no es suficiente con examinar los recursos materiales objetivos, sino que se necesita examinar el papel de las percepciones subjetivas sobre el estatus social en relación con otras personas. Así, el estatus socioeconómico subjetivo constituye una dimensión adicional en la formación de actitudes hacia la desigualdad (Brown-Iannuzzi, Lundberg, y McKee 2017Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2017. “The Politics of Socioeconomic Status: How Socioeconomic Status May Influence Political Attitudes and Engagement”. Current Opinion in Psychology 18: 11-14. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.06.018.; Brown-Iannuzzi et al. 2015Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. Kay. A. C. y Payne, B. K. 2015. “Subjective Status Shapes Political Preferences”. Psychological Science 26(1): 15-26. https://doi.org/10.1177/0956797614553947.).

Por otra parte, las personas tienen otras motivaciones psicológicas además de los intereses materiales. Por ejemplo, en ciertas circunstancias, las personas con un bajo nivel socioeconómico también pueden estar motivadas para justificar el statu quo, incluso si esto resulta contrario a sus propios intereses (Vargas-Salfate et al. 2018Vargas-Salfate, S., Paez, D., Liu, J. H., Pratto, F., y Gil de Zúñiga, H.. 2018. “A Comparison of Social Dominance Theory and System Justification: The Role of Social Status in 19 Nations”. Personality and Social Psychology Bulletin 44(7): 1060-76. https://doi.org/10.1177/0146167218757455.; Sengupta, Osborne y Sibley 2014Sengupta, N. K., Osborne, D. y Sibley, C. G. 2014. “The Status-Legitimacy Hypothesis Revisited: Ethnic-Group Differences in General and Dimension-Specific Legitimacy”. British Journal of Social Psychology n/a-n/a. https://doi.org/10.1111/bjso.12080.; Henry y Saul 2006Henry, P. J. y Saul, A. 2006. “The Development of System Justification in the Developing World”. Social Justice Research 19(3): 365-78. https://doi.org/10.1007/s11211-006-0012-x.). Del mismo modo, las ideologías o sistemas de creencias que justifican las desigualdades se encuentran asociadas a la motivación de legitimar la desigualdad y resistir el cambio social (Jost y Hunyady 2005Jost, J. T. y Hunyady, O. 2005. “Antecedents and Consequences of System-Justifying Ideologies”. Current Directions in Psychological Science 14(5): 260-65. https://doi.org/10.1111/j.0963-7214.2005.00377.x.). Estas creencias que justifican la desigualdad representan ideologías que definen “cómo debería ser” la realidad y guían las decisiones políticas de las personas.

Sin embargo, en las ciencias sociales, las motivaciones situacionales (que abogan por el interés personal o de clase) y las ideológicas (que se enfocan en visiones de mundo) suelen ser estudiadas de forma separada. Las discusiones sobre el estatus socioeconómico (o clase social) se han abordado desde una perspectiva más sociológica, mientras que las cuestiones ideológicas a nivel individual han adoptado una mirada más psicológica y política. Además, la influencia del estatus socioeconómico se ha concentrado más sobre las condiciones objetivas de vida que sobre las percepciones subjetivas del estatus social. Por tanto, examinar las percepciones subjetivas del estatus socioeconómico junto con las creencias que justifican la desigualdad podría ampliar la comprensión de los mecanismos psicológicos que influyen en las actitudes hacia la desigualdad y la redistribución.

El objetivo de este artículo es examinar la interacción entre el estatus socioeconómico (objetivo y subjetivo) y las creencias que justifican la desigualdad en lo referente al apoyo a la redistribución. En este sentido, se discuten dos aproximaciones teóricas complementarias que explican las actitudes hacia la redistribución. Por un lado, teorías del intercambio social y de la elección racional, que plantean que las personas toman decisiones deliberadas para maximizar su beneficio personal (Emerson 1976Emerson, R. M. 1976. “Social Exchange Theory”. Annual Review of Sociology 2(1): 335-62. https://doi.org/10.1146/annurev.so.02.080176.002003.; Sears and Funk 1991Sears, D. y Funk, C. L. 1991. “The Role of Self-Interest in Social and Political Attitudes”. Advancees in Experimental Social Psychology 24: 1-91. https://doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60327-5.); y por otro, teorías cognitivas y motivacionales de la psicología social en las que se propone que las personas se adhieren a creencias ideológicas para explicar y justificar el statu quo (Jost and Banaji 1994Jost, J. T. y Banaji, M. R. 1994. “The Role of Stereotyping in System-Justification and the Production of False Consciousness”. British Journal of Social Psychology 33(1): 1-27.; Lerner 1980Lerner, M. 1980. The Belief in a Just World: A Fundamental Delusion. New York: Springer.). Por otra parte, el estatus socioeconómico subjetivo cobra especial importancia, en la medida que tiene un efecto único, además del estatus objetivo, para explicar actitudes sociales y respuestas individuales (Brown-Iannuzzi, Lundberg y McKee 2021Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2021. “Economic Inequality and Socioeconomic Ranking Inform Attitudes toward Redistribution”. Journal of Experimental Social Psychology 96(May): 104180. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2021.104180.; Brown-Iannuzzi et al. 2017Brown-Iannuzzi, J. L., Dotsch. R., Cooley, E. y Payne, B. K. 2017. “The Relationship Between Mental Representations of Welfare Recipients and Attitudes Toward Welfare”. Psychological Science 28(1): 92-103. https://doi.org/10.1177/0956797616674999.; Adler et al. 2000Adler, N. E., Epel, E. S., Castellazzo, G. y Ickovics, J. R. 2000. “Relationship of Subjective and Objective Social Status with Psychological and Physiological Functioning: Preliminary Data in Healthy, White Women”. Health Psychology 19(6): 586-92. https://doi.org/10.1037/0278-6133.19.6.586.).

En este artículo, planteamos que el estatus socioeconómico (objetivo y subjetivo) será un predictor del apoyo a la redistribución, pero esta relación dependerá de las creencias ideológicas que justifican la desigualdad. Este enfoque permite avanzar en el debate sobre la relación entre variables estructurales e individuales en la formación de actitudes hacia la desigualdad. Primero, planteamos que el nivel socioeconómico objetivo y subjetivo tendrá efectos únicos e independientes sobre el apoyo a la redistribución, lo cual refuerza la importancia de explorar las percepciones subjetivas del estatus. Segundo, examinamos cómo las creencias que justifican la desigualdad condicionan el efecto del estatus socioeconómico sobre el apoyo a la redistribución; lo cual indica que las actitudes hacia la desigualdad se construyen en la interacción entre variables situacionales e individuales. Tercero, analizamos esta idea en el contexto brasileño, caracterizado por altos niveles de desigualdad y polarización política en torno a la implementación de medidas redistributivas. A pesar de su relevancia, este debate ha sido poco explorado en el contexto brasileño y latinoamericano, por lo cual proporcionamos datos empíricos para comprender algunas dinámicas específicas de esta región.

ESTATUS SOCIOECONÓMICO Y APOYO A LA REDISTRIBUCIÓN

 

El estatus socioeconómico es una categoría clave para comprender las actitudes hacia la desigualdad. Desde la teoría de intercambio social, se plantea que las personas realizan evaluaciones racionales de costos y beneficios de sus comportamientos para maximizar su bienestar (Emerson 1976Emerson, R. M. 1976. “Social Exchange Theory”. Annual Review of Sociology 2(1): 335-62. https://doi.org/10.1146/annurev.so.02.080176.002003.). En este sentido, los modelos clásicos de decisión racional plantean que las personas con menor (vs. mayor) estatus socioeconómico apoyarán más la redistribución, puesto que se beneficiarían más de estas medidas (Meltzer y Richard 1981Meltzer, A. H. y Richard, S. F. 1981. “A Rational Theory of the Size of Government”. Journal of Political Economy 89(5): 914-27.; Sears y Funk 1991Sears, D. y Funk, C. L. 1991. “The Role of Self-Interest in Social and Political Attitudes”. Advancees in Experimental Social Psychology 24: 1-91. https://doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60327-5.). Diferentes estudios confirman que las personas con mayor estatus socioeconómico tienden a justificar más la desigualdad y, en consecuencia, rechazan la implementación de medidas redistributivas (Méndez y Waltenberg 2018Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2018. “Desigualdade de Renda e Demanda Por Redistribuição Caminham Juntas Na América Latina No Período 1997-2015”. Dados 61(4): 341-84. https://doi.org/10.1590/001152582018162.; Schmidt-Catran 2016Schmidt-Catran, A. W. 2016. “Economic Inequality and Public Demand for Redistribution: Combining Cross-Sectional and Longitudinal Evidence”. Socio-Economic Review 14(1): 119-40. https://doi.org/10.1093/ser/mwu030.; Brandt 2013Brandt, M. J. 2013. “Do the Disadvantaged Legitimize the Social System? A Large-Scale Test of the Status-Legitimacy Hypothesis”. Journal of Personality and Social Psychology 104: 765-85. https://doi.org/10.1037/a0031751.; Dallinger 2010Dallinger, U. 2010. “Public Support for Redistribution: What Explains Cross-National Differences?”. Journal of European Social Policy 20(4): 333-49. https://doi.org/10.1177/0958928710374373.). Así, las preferencias redistributivas estarían motivadas por el interés personal (self-interest), es decir, por la motivación de maximizar el beneficio personal y reducir las pérdidas.

Sin embargo, el interés personal no siempre determina las preferencias distributivas. Por ejemplo, el aumento de la desigualdad económica en 26 países a lo largo del tiempo no aumentó el apoyo a la redistribución, tal como sugieren los modelos de decisión racional basados en el interés personal (Luebker 2014Luebker, M. 2014. “Income Inequality, Redistribution, and Poverty: Contrasting Rational Choice and Behavioral Perspectives”. Review of Income and Wealth 60(1): 133-54. https://doi.org/10.1111/roiw.12100.). Asimismo, otros estudios han encontrado que la desigualdad económica objetiva no ha modificado las preferencias redistributivas en diferentes países del mundo a lo largo del tiempo (Breznau y Hommerich 2019Breznau, N. y Hommerich, C. 2019. “No Generalizable Effect of Income Inequality on Public Support for Governmental Redistribution among Rich Democracies 1987-2010”. Social Science Research 81: 170-91. https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2019.03.013.; Van Heuvelen 2017Van Heuvelen, T. 2017. “Unequal Views of Inequality: Cross-National Support for Redistribution 1985-2011”. Social Science Research 64: 43-66. https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2016.10.010.). Aunque el apoyo a la redistribución de recursos aumentó ligeramente después de la crisis económica en Europa, estos cambios no se asociaron a la desigualdad económica y se manifestaron de manera similar en diferentes grupos sociales (Gonthier 2017Gonthier, F. 2017. “Parallel Publics? Support for Income Redistribution in Times of Economic Crisis”. European Journal of Political Research 56(1): 92-114. doi: 10.1111/1475-6765.12168.). Por otra parte, en América Latina sí hubo un mayor apoyo a la redistribución en los países más desiguales y en los momentos de mayor desigualdad (Méndez y Waltenberg 2018Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2018. “Desigualdade de Renda e Demanda Por Redistribuição Caminham Juntas Na América Latina No Período 1997-2015”. Dados 61(4): 341-84. https://doi.org/10.1590/001152582018162.), aunque las medidas redistributivas en la región siguen siendo limitadas. Por tanto, es importante revisar el papel de las motivaciones vinculadas al nivel socioeconómico según los contextos específicos.

Existen diferentes motivos por los cuales las personas pueden desviarse de su interés personal a la hora de apoyar la redistribución. Primero, el estatus socioeconómico subjetivo recoge otra dimensión del estatus social que moviliza procesos psicológicos que afectan la percepción social de sí mismo y de los demás, influyendo en las actitudes sociales (Kraus y Park 2017Kraus, M. W. y Park, J. W. 2017. “The Structural Dynamics of Social Class”. Current Opinion in Psychology 18: 55-60. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.07.029.). Así, el estatus socioeconómico comprende diferentes procesos de socialización política, acceso a recursos sociales y oportunidades de desarrollo que influencian los comportamientos y actitudes de las personas que no se reducen al interés personal (Manstead 2018Manstead, A. 2018. “The Psychology of Social Class: How Socioeconomic Status Impacts Thought, Feelings, and Behaviour”. British Journal of Social Psychology 57(2): 267-91. https://doi.org/10.1111/bjso.12251.). En este sentido, distintos estudios han encontrado que las percepciones subjetivas sobre la realidad y la posición social de las personas predicen mejor las preferencias redistributivas que otras variables objetivas (Gimpelson y Treisman 2018Gimpelson, V. y Treisman, D. 2018. “Misperceiving Inequality”. Economics & Politics 30(1): 27-54. https://doi.org/10.1111/ecpo.12103.; Hauser y Norton 2017Hauser, O. P. y Norton, M. I., 2017. “(Mis)Perceptions of Inequality”. Current Opinion in Psychology 18: 21-25. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.07.024.). Por ejemplo, algunos estudios experimentales han mostrado que el apoyo a la redistribución aumentó cuando las personas se dieron cuenta de que su estatus socioeconómico era menor del que pensaban (Cruces, Perez-Truglia y Tetaz 2013Cruces, G., Perez-Truglia, R. y Tetaz, M. 2013. “Biased Perceptions of Income Distribution and Preferences for Redistribution: Evidence from a Survey Experiment”. Journal of Public Economics 98: 100-112. https://doi.org/10.1016/j.jpubeco.2012.10.009.) y se redujo cuando creyeron tener un mayor estatus socioeconómico del que poseían en realidad (Dawtry, Sutton y Sibley 2015Dawtry, R. J., Sutton , R. M. y Sibley, C. G. 2015. “Why Wealthier People Think People Are Wealthier, and Why It Matters”. Psychological Science 26(9): 1389-1400. https://doi.org/10.1177/0956797615586560.). Otros estudios experimentales han encontrado que las personas que se perciben a sí mismas con un estatus subjetivo más alto (vs. más bajo) justifican más la desigualdad y apoyan menos la redistribución (Brown-Iannuzzi, Lundberg y McKee 2021Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2021. “Economic Inequality and Socioeconomic Ranking Inform Attitudes toward Redistribution”. Journal of Experimental Social Psychology 96(May): 104180. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2021.104180.; Brown-Iannuzzi et al. 2015Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. Kay. A. C. y Payne, B. K. 2015. “Subjective Status Shapes Political Preferences”. Psychological Science 26(1): 15-26. https://doi.org/10.1177/0956797614553947.); tienen más prejuicios hacia las personas que reciben asistencia social (Brown-Iannuzzi et al. 2017Brown-Iannuzzi, J. L., Dotsch. R., Cooley, E. y Payne, B. K. 2017. “The Relationship Between Mental Representations of Welfare Recipients and Attitudes Toward Welfare”. Psychological Science 28(1): 92-103. https://doi.org/10.1177/0956797616674999.), y creen que las personas que apoyan la redistribución son menos competentes o más irracionales a la hora de evaluar los asuntos sociales (Brown-Iannuzzi et al. 2021Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B., Kay, A. C. y Payne, B. K. 2021. “A Privileged Point of View: Effects of Subjective Socioeconomic Status on Naïve Realism and Political Division”. Personality and Social Psychology Bulletin 47(2): 241-56. https://doi.org/10.1177/0146167220921043.). Por tanto, la percepción subjetiva del estatus socioeconómico cobra especial importancia a la hora de orientar las actitudes hacia la desigualdad.

Un segundo motivo para alejarse del interés personal es planteado por la teoría en la creencia en el mundo justo y la justificación del sistema (Jost and Banaji 1994Jost, J. T. y Banaji, M. R. 1994. “The Role of Stereotyping in System-Justification and the Production of False Consciousness”. British Journal of Social Psychology 33(1): 1-27.; Lerner 1980Lerner, M. 1980. The Belief in a Just World: A Fundamental Delusion. New York: Springer.). Desde esta aproximación teórica, en ciertas circunstancias, las personas con bajo estatus socioeconómico también pueden llegar a justificar el statu quo como una forma de reducir la disonancia cognitiva de estar en una situación desfavorecida, lo cual ha sido denominado como la “hipótesis de legitimidad del estatus” (Jost and Hunyady 2003Jost, J. y Hunyady, O. 2003. “The Psychology of System Justification and the Palliative Function of Ideology”. European Review of Social Psychology 13(1): 111-53. https://doi.org/10.1080/10463280240000046.). Esta idea también ha recibido apoyo empírico, de modo que los niños en grupos desfavorecidos (vs. más favorecidos) creyeron que el gobierno cumple con sus responsabilidades (Henry y Saul 2006Henry, P. J. y Saul, A. 2006. “The Development of System Justification in the Developing World”. Social Justice Research 19(3): 365-78. https://doi.org/10.1007/s11211-006-0012-x.) y miembros de grupos étnicos minoritarios (vs. de ascendencia europea) perciben más justicia en las relaciones entre grupos étnicos (Sengupta et al. 2014Sengupta, N. K., Osborne, D. y Sibley, C. G. 2014. “The Status-Legitimacy Hypothesis Revisited: Ethnic-Group Differences in General and Dimension-Specific Legitimacy”. British Journal of Social Psychology n/a-n/a. https://doi.org/10.1111/bjso.12080.). Además, un estudio internacional en 19 países de diferentes regiones del mundo mostró que la sociedad fue percibida como más justa y adecuada cuando las personas reportaron un menor estatus económico (Vargas-Salfate et al. 2018Vargas-Salfate, S., Paez, D., Liu, J. H., Pratto, F., y Gil de Zúñiga, H.. 2018. “A Comparison of Social Dominance Theory and System Justification: The Role of Social Status in 19 Nations”. Personality and Social Psychology Bulletin 44(7): 1060-76. https://doi.org/10.1177/0146167218757455.). En este sentido, el estatus socioeconómico no tiene un efecto unívoco sobre el apoyo a la redistribución, sino que depende de procesos psicosociales que dan lugar a otras motivaciones individuales que escapan al interés personal.

Una tercera motivación para desviarse del interés personal en las actitudes sociales se refiere a la política simbólica (symbolic politics) (Sears et al. 1980Sears, D. O., Lau, R. R., Tyler, T. R. y Allen, H. M. 1980. “Self-Interest vs. Symbolic Politics in Policy Attitudes and Presidential Voting”. The American Political Science Review 74(3): 670-84. https://doi.org/10.2307/1958149.). Desde esta perspectiva, las personas responden más ante sus valores y creencias personales que a los cálculos racionales de costos y beneficios. Estas creencias políticas (o ideologías) son entendidas como un conjunto de valores, convicciones y actitudes que permiten comprender el mundo (Converse 2006Converse, P. E. 2006. “The Nature of Belief Systems in Mass Publics (1964)”. Critical Review 18(1-3): 1-74. https://doi.org/10.1080/08913810608443650.). Estas creencias ideológicas cumplen algunas funciones psicológicas, como reducir la incertidumbre, controlar (cognitivamente) potenciales amenazas y facilitar las relaciones con personas que comparten los mismos valores (Jost, Federico y Napier 2009Jost, J. T., Federico, C. M. y Napier, J. L., 2009. “Political Ideology: Its Structure, Functions, and Elective Affinities”. Annual Review of Psychology 60: 307-37. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.60.110707.163600.). Estas creencias ideológicas pueden tener un mayor valor predictivo sobre el apoyo a la redistribución que el estatus socioeconómico (Sears y Funk 1991Sears, D. y Funk, C. L. 1991. “The Role of Self-Interest in Social and Political Attitudes”. Advancees in Experimental Social Psychology 24: 1-91. https://doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60327-5.). Asimismo, hay diferentes tipos de creencias ideológicas que se orientan exclusivamente a justificar la desigualdad, tales como el conservadurismo político, la creencia en el mundo justo, la meritocracia, la creencia en la movilidad social, entre otras (Jost y Hunyady 2005Jost, J. T. y Hunyady, O. 2005. “Antecedents and Consequences of System-Justifying Ideologies”. Current Directions in Psychological Science 14(5): 260-65. https://doi.org/10.1111/j.0963-7214.2005.00377.x.). En el siguiente apartado, se presenta la estructura de este tipo de creencias y su relación con el estatus socioeconómico.

LAS CREENCIAS QUE JUSTIFICAN LA DESIGUALDAD Y EL APOYO A LA REDISTRIBUCIÓN

 

Las ideologías que justifican la desigualdad se definen como sistemas de creencias o ideas compartidas sobre el mundo que racionalizan, naturalizan y legitiman la desigualdad social (Jost y Hunyady 2005Jost, J. T. y Hunyady, O. 2005. “Antecedents and Consequences of System-Justifying Ideologies”. Current Directions in Psychological Science 14(5): 260-65. https://doi.org/10.1111/j.0963-7214.2005.00377.x.). Este tipo de creencias están asociadas con una motivación psicológica para comprender la realidad y percibirla como justa o apropiada (Jost y Banaji 1994Jost, J. T. y Banaji, M. R. 1994. “The Role of Stereotyping in System-Justification and the Production of False Consciousness”. British Journal of Social Psychology 33(1): 1-27.; Lerner 1980Lerner, M. 1980. The Belief in a Just World: A Fundamental Delusion. New York: Springer.). Esta propuesta teórica se fundamenta en postulados de la psicología social que plantean que las personas procuran reducir cognitivamente la incertidumbre e incrementar su sensación de control. Así, cuanto mayor es la necesidad de justificar el sistema, mayor es la adherencia a creencias que legitiman la desigualdad y se oponen al cambio social (Jost et al. 2017Jost, J. T., Langer, M., Badaan, V., Azevedo, F., Etchezahar, E., Ungaretti, J. y Hennes, E, P. 2017. “Ideology and the Limits of Self-Interest: System Justification Motivation and Conservative Advantages in Mass Politics”. Translational Issues in Psychological Science 3(3): 1-26. https://doi.org/10.1037/tps0000127.). Diversas investigaciones empíricas han mostrado que el apoyo a la redistribución es menor cuando las personas se adhieren a ideologías políticas conservadoras, creen en la meritocracia y la movilidad social (García-Sánchez et al. 2020García-Sánchez, E., Osborne, D., Willis, G. B. y Rodríguez-Bailón, Rosa. 2020. “Attitudes towards Redistribution and the Interplay between Perceptions and Beliefs about Inequality”. British Journal of Social Psychology 59(1): 111-36. https://doi.org/10.1111/bjso.12326.; Alesina, Stantcheva y Teso 2018Alesina, A., Stantcheva, S. y Teso, E. 2018. “Intergenerational Mobility and Preferences for Redistribution”. American Economic Review 108(2): 521-54. https://doi.org/10.1257/aer.20162015.; Jost 2017Jost, J. T. 2017. “Ideological Asymmetries and the Essence of Political Psychology”. Political Psychology 38(2): 167-208. https://doi.org/10.1111/pops.12407.; Franko, Tolbert y Witko 2013Franko, W., Tolbert, C. J. y Witko, C. 2013. “Inequality, Self-Interest, and Public Support for ‘Robin Hood’ Tax Policies”. Political Research Quarterly 66(4): 923-37. doi: 10.1177/1065912913485441.; Jaeger 2008Jaeger, M. M. 2008. “Does Left-Right Orientation have a Causal Effect on Support for Redistribution? Causal Analysis with Cross-sectional Data Using Instrumental Variables”. International Journal of Public Opinion Research 20(3): 363-74.). Estas ideologías, no obstante, son diferentes de las actitudes hacia la redistribución, tanto conceptual como empíricamente. Por ejemplo, Jaeger (2008)Jaeger, M. M. 2008. “Does Left-Right Orientation have a Causal Effect on Support for Redistribution? Causal Analysis with Cross-sectional Data Using Instrumental Variables”. International Journal of Public Opinion Research 20(3): 363-74. muestra que la ideología política tiene una relación causal (no endógena) con el apoyo a la redistribución; y Alesina, Stantcheva y Teso (2018)Alesina, A., Stantcheva, S. y Teso, E. 2018. “Intergenerational Mobility and Preferences for Redistribution”. American Economic Review 108(2): 521-54. https://doi.org/10.1257/aer.20162015. muestran experimentalmente que las creencias sobre la movilidad social ascendente aumentan el apoyo a la redistribución para las personas con ideologías liberales (vs. conservadoras).

Las creencias que justifican la desigualdad no solo afectan las actitudes hacia la desigualdad, sino que también pueden condicionar la forma en que se manifiesta el interés personal. Por ejemplo, algunos estudios experimentales han demostrado que el riesgo de perder los recursos propios conduce a las personas con ideologías liberales a proteger su interés personal, pero no así en aquellas con ideologías conservadoras (Esarey, Salmon y Barrilleaux 2012aEsarey, J., Salmon, T. y Barrileaux, C. 2012a. “What Motivates Political Preferences? Self-Interest, Ideology, and Fairness in a Laboratory Democracy”. Economic Inquiry 50(3): 604-24. https://doi.org/10.1111/j.1465-7295.2011.00394.x.). De forma semejante, tener más recursos económicos que el promedio reduce la probabilidad de apoyar la redistribución, especialmente entre la personas con ideologías conservadoras (Armingeon y Weisstanner 2021Armingeon, K. y Weisstanner, D. 2021. “Objective Conditions Count, Political Beliefs Decide: The Conditional Effects of Self-Interest and Ideology on Redistribution Preferences”. Political Studies: 1-14. https://doi.org/10.1177/0032321721993652.; Esarey, Salmon y Barrileaux 2012bEsarey, J., Salmon, T. y Barrilleaux, C. 2012b. “Social Insurance and Income Redistribution in a Laboratory Experiment”. Political Research Quarterly 65(3): 685-98. https://doi.org/10.1177/1065912911411096.). Asimismo, resultados experimentales mostraron que el efecto del estatus socioeconómico objetivo sobre las preferencias redistributivas es mayor que el del estatus socioeconómico subjetivo y, además, este efecto es significativo para las personas con una ideología más conservadora (Weisstanner y Armingeon 2021Weisstanner, D. y Armingeon, K. 2021. “Redistributive Preferences: Why Actual Income Is Ultimately More Important than Perceived Income”. Journal of European Social Policy 0(0): 135-147. https://doi.org/10.1177/09589287211037912. ).

El papel moderador de las ideologías también afecta la asociación entre el estatus subjetivo y el apoyo a la redistribución. Por ejemplo, un estudio internacional encontró que las personas con menor estatus subjetivo legitiman el sistema cuando creen en la movilidad social (Brandt et al. 2020Brandt, M. J. et al. 2020. “Subjective Status and Perceived Legitimacy across Countries”. European Journal of Social Psychology 50(5): 921-42. https://doi.org/10.1002/ejsp.2694.). Datos experimentales también confirman que el apoyo a la redistribución es menor cuando las personas se dan cuenta de que son más ricas que lo que pensaban, pero esto solo ocurrió para las personas con una ideología política conservadora (Karadja, Mollerstrom y Seim 2017Karadja, M., Mollerstrom , J. y Seim, D. 2017. “Richer (and Holier) Than Thou? The Effect of Relative Income Improvements on Demand for Redistribution”. The Review of Economics and Statistics 99(2): 201-12. https://doi.org/10.1162/REST_a_00623.). Sin embargo, no hay muchos estudios que examinen la interacción entre el estatus socioeconómico subjetivo y las creencias que justifican la desigualdad en lo relativo al apoyo a la redistribución; además, los que hay se centran en la ideología política (izquierda-derecha, liberal-conservador), la cual se define esencialmente por las actitudes hacia la desigualdad. En este artículo, por tanto, buscamos avanzar en esta línea de investigación al examinar el papel de otro tipo de creencias que justifican la desigualdad en la relación existente entre el estatus socioeconómico (objetivo y subjetivo) y el apoyo a la redistribución en un contexto altamente desigual.

ANTECEDENTES EMPÍRICOS DE LAS ACTITUDES HACIA LA REDISTRIBUCIÓN EN BRASIL

 

La investigación empírica sobre las actitudes hacia la redistribución se concentra en países del norte global, cuyas características económicas, políticas y sociales difieren sustantivamente de las realidades latinoamericanas (Steele y Breznau 2019Steele, L. G. y Breznau, N. 2019. “Attitudes toward Redistributive Policy: An Introduction”. Societies 9(3): 50. https://doi.org/10.3390/soc9030050.). Por tanto, es difícil hacer extrapolaciones directas de estos resultados para comprender las actitudes hacia la redistribución en un contexto como el brasileño. Debido a los altos niveles de desigualdad, en Latinoamérica hay un apoyo generalizado a la redistribución entre las personas con mayores niveles educativos, mientras que no se asocia con la riqueza de las personas (Durakiewicz 2018Durakiewicz, P. 2018. “Reducir la desigualdad en las Américas: ¿qué factores predicen el apoyo público a la redistribución?” AmericasBarometer Insights Series: 132. Nashville:Vanderbilt University.). En Brasil, datos de encuestas de 2008 a 2014 indican que existe un alto grado de apoyo a la redistribución, independientemente del estatus socioeconómico de las personas; de hecho, los cambios leves que se observan en el tiempo muestran que hubo una reducción del apoyo a la redistribución entre las personas más pobres (Arretche y Araújo 2017Arretche, M, y Araújo, V. 2017. “O Brasil Tornou-Se Mais Conservador?”. Novos Estudos. Especial:15-22.). Asimismo, diferentes grupos sociales (e.g., élites brasileñas, sindicales, empresariales, burocráticas y políticas), concuerdan en que el Estado tiene la responsabilidad de reducir la desigualdad y la pobreza, pero no reconocen su papel en ese proceso (e.g., aportando más en impuestos) (Reis 2000Reis, E. P. 2000. “Percepções Da Elite Sobre Pobreza e Desigualdade”. Revista Brasileira de Ciências Sociais 15(42): 143-52. https://doi.org/10.1590/s0102-69092000000100010.). Por tanto, el apoyo a la redistribución parece ser un elemento transversal en las actitudes hacia la desigualdad en Brasil.

Adicionalmente, en el contexto brasileño, la mayoría de personas reconocen que no es fácil escapar de la pobreza y que la suerte es uno de los mayores determinantes de la renta, lo que indica que hay un mayor énfasis en las oportunidades que sobre el mérito personal (Adamczyk y De Mattos 2017Adamczyk, W. B. y Mattos E. J. 2017. “Explicações Comportamentais Para Políticas de Redistribuição de Renda: Uma Revisão Dos Modelos e Evidências”. Economia e Desenvolvimento 28(2): 517-32. https://doi.org/10.5902/1414650926155.). A pesar de esto, algunas creencias que justifican la desigualdad, como la meritocracia y la expectativa de movilidad social ascendente, hacen parte del ethos de las sociedades occidentales (Castillo et al. 2019Castillo, J. C., Torres, A., Atria, J., y Maldonado, L. 2019. “Meritocracy and Economic Inequality: Perceptions, Preferences and Implications”. Revista Internacional de Sociologia 77(1): 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2019.77.1.17.114.; Alesina, Stantcheva y Teso 2018Alesina, A., Stantcheva, S. y Teso, E. 2018. “Intergenerational Mobility and Preferences for Redistribution”. American Economic Review 108(2): 521-54. https://doi.org/10.1257/aer.20162015.). De hecho, aunque las personas en Brasil reconocen ampliamente la influencia del contexto para determinar el progreso personal, los jóvenes de clases más desfavorecidas creen que el éxito personal puede ser ganado a través del esfuerzo individual (Scalon y Oliveira 2012Scalon, C. y Oliveira, P. P. 2012. “A Percepção Dos Jovens Sobre Desigualdades e Justiça Social No Brasil”. Interseções - Revista de Estudos Interdisciplinares 14(2): 408-37. https://doi.org/10.12957/irei.2012.8556.). En este sentido, la meritocracia y la expectativa de movilidad social componen una narrativa compartida que influye en la forma de entender y justificar la desigualdad.

La creencia en la movilidad social juega un papel importante en la formación de actitudes hacia la desigualdad social en Brasil. Méndez y Waltenberg (2016)Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2016. “Aversão à Desigualdade e Preferências Por Redistribuição: A Percepção de Mobilidade Econômica as Afeta No Brasil?”. Estudos Economicos 46(1): 91-125. https://doi.org/10.1590/0101-416146193ymf. muestran que las personas en Brasil son más favorables a la redistribución cuando creen que su situación económica es mejor que la de sus padres (movilidad social pasada) y cuando esperan mejorar su situación personal en el futuro (movilidad social futura). Además, la desigualdad se naturaliza por la creencia en el esfuerzo personal (meritocracia) tanto para adolescentes ricos como pobres, aunque sin dejar de reconocer el papel de la herencia familiar (Melsert y Bock 2015Melsert, A. L. de M. y Bock, A. Me. B. 2015. “Dimensão Subjetiva Da Desigualdade Social: Estudo de Projetos de Futuro de Jovens Ricos e Pobres”. Educação e Pesquisa 41(3): 773-89. https://doi.org/10.1590/S1517-9702201507135302.). En este sentido, ciertos estudios cualitativos sugieren que las personas de clases sociales más bajas tienen mucha incertidumbre sobre su situación y una expectativa de ascenso a corto plazo, lo que hace que adopten mecanismos de legitimación de la clase social de destino (Pla 2017Pla, J. 2017. “Trayectorias de clase y percepciones temporales sobre la posición ocupada en la estructura social. Un abordaje multidimensional de las clases sociales. Argentina (2003-2011)”. Revista Internacional de Sociología 75(3): 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.16.05.). Además, en Brasil también se observa una tendencia a subestimar las diferencias de ingresos en el país y existen amplias brechas entre la posición social objetiva y subjetiva (Rocha y Urani 2007Rocha, R. y Urani, A. 2007. “Posicionamento Social e a Hipótese Da Distribuição de Renda Desconhecida. Brasil: Quão Pobres, Quão Ricos e Quão Desiguais Nos Percebemos?”. Brazilian Journal of Political Economy 27(4): 595-615. https://doi.org/10.1590/S0101-31572007000400006.). En este sentido, el apoyo a la redistribución puede variar según las percepciones subjetivas del estatus y las creencias que justifican la desigualdad, lo cual puede tener matices en un contexto altamente desigual como el brasileño.

LA PRESENTE INVESTIGACIÓN

 

El objetivo de este estudio es examinar la interacción entre el estatus socioeconómico y las creencias que justifican la desigualdad en lo relativo al apoyo a la redistribución. Para lograr este objetivo, primero evaluamos el efecto del estatus socioeconómico (objetivo y subjetivo) y las creencias que justifican la desigualdad en el mayor o menor apoyo a la redistribución. Segundo, examinamos si las creencias que justifican la desigualdad condicionan el efecto del estatus socioeconómico en el apoyo a la redistribución. Este abordaje permite responder dos interrogantes. Por un lado, si hay un efecto único e independiente del estatus socioeconómico objetivo y subjetivo en el apoyo a la redistribución. Por otro lado, permite identificar cuál es el papel de las variables ideológicas en la formación de actitudes hacia la redistribución. Es decir, si las creencias ideológicas influencian directamente el apoyo a la redistribución o si su efecto depende de la posición social de las personas.

En general, esperamos que tanto el estatus socioeconómico objetivo como el estatus subjetivo sean predictores del apoyo a la redistribución; pero, al mismo tiempo, proponemos que esta relación estará condicionada por las creencias que justifican la desigualdad. Así, nuestras hipótesis de trabajo son (ver figura 1):

Figura 1.  Hipótesis del modelo propuesto.
medium/medium-RIS-80-03-e210-gf1.png
Fuente: elaboración propia
  • Hipótesis 1: el estatus socioeconómico objetivo (SES) y el estatus socioeconómico subjetivo (SSS) tendrán un efecto negativo sobre el apoyo a la redistribución.

  • Hipótesis 2: las creencias que justifican la desigualdad tendrán un efecto negativo sobre el apoyo a la redistribución.

  • Hipótesis 3: las creencias que justifican la desigualdad aumentarán el efecto negativo del estatus socioeconómico (objetivo y subjetivo) sobre el apoyo a la redistribución.

MÉTODO

 

Datos (participantes)

 

Los datos utilizados en el presente estudio corresponden a la encuesta realizada por el Núcleo de Estudios de la Violencia de la Universidad de São Paulo (NEV-USP), que investiga actitudes, valores y experiencias personales con las instituciones públicas. Los datos se recolectaron entre enero y abril de 2017 en ocho áreas clave de la ciudad de São Paulo. Las áreas clave seleccionadas representan los diferentes patrones urbanos de la ciudad identificados a través de un agrupamiento del territorio basado en la homogeneidad intragrupal, considerando límites territoriales, consolidación urbana y accesos a diferentes servicios públicos1 La división se realizó con base en variables sensibles a las condiciones y cambios poblacionales, ambientales, penales, habitacionales, de movilidad y expansión urbana. (Nery, Souza y Adorno 2019Nery, M. B., Souza, A. A. L. y Adorno, S. 2019. “Os Padrões Urbano-Demográficos Da Capital Paulista”. Estudos Avançados 33(97): 5-36. https://doi.org/10.1590/s0103-4014.2019.3397.002.). Los datos fueron recolectados a través de entrevistas cara a cara en el domicilio del entrevistado.

Para garantizar la representatividad de cada una de las ocho áreas clave de la ciudad, se utilizó un muestreo técnico en dos etapas. Al principio, se seleccionaron al azar diez secciones censales en cada área utilizando la Probability Proportional to Size (PPS) en encuestados que tenían al menos 16 años y vivían en las áreas clave. Luego, se estableció un número fijo de entrevistas para cada sector seleccionado, mediante la aplicación de cuotas demográficas, con base en datos del Censo Brasileño, en relación con la edad, sexo, educación y ocupación. En el estudio participaron 928 personas.

Variables

 

La variable dependiente en este estudio es el apoyo a la redistribución, que se operacionalizó mediante un indicador proxy ampliamente utilizado en la literatura que abarca el deseo de las personas de que el gobierno intervenga para reducir la desigualdad: “En un país como Brasil, es obligación del gobierno reducir las diferencias entre los muy ricos y los muy pobres”. La escala de respuesta fue de tipo Likert con cinco opciones, desde 1 (“totalmente de acuerdo”) hasta 5 (“totalmente en desacuerdo”). La escala de respuesta fue recodificada, de modo que los valores más altos significan un mayor apoyo a la redistribución.

En cuanto a las variables predictoras, incluimos las variables de estatus socioeconómico, las creencias que justifican la desigualdad y variables de control. Para medir el estatus socioeconómico, incluimos indicadores de estatus objetivo y subjetivo. El estatus socioeconómico objetivo fue calculado como la media de los ingresos familiares y el nivel educativo del participante, siguiendo las recomendaciones de Diemer et al. (2013)Diemer, M. A., Mistry, R. S., Wadsworth, M. E., López, I. y Reimers, F. 2013. “Best Practices in Conceptualizing and Measuring Social Class in Psychological Research”. Analyses of Social Issues and Public Policy 13(1): 77-113. https://doi.org/10.1111/asap.12001.. El ingreso familiar se midió en una escala de 6 puntos que representaba diferentes rangos de ingresos del hogar: 1, “más de 20 salarios mínimos (SM)”; 2, “entre 10 y 20 SM”; 3, “entre 5 y 10 SM”; 4, “entre 2 y 5 SM”; 5, “entre 1 y 2 SM”, y 6, “hasta un SM”. Esta variable fue recodificada, de modo que los valores más altos significan mayores ingresos económicos. El nivel educativo se midió con una escala de respuesta de 12 puntos, desde 0 (“analfabeto”) hasta 12 (“graduado completo”). Estas variables fueron transformadas para que tuvieran la misma escala de medida antes de calcular la media de los ítems (entre 0 y 1).

El estatus socioeconómico subjetivo se refiere a la posición en que las personas se perciben a sí mismas en la escala social (Brown-Iannuzzi et al. 2015Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. Kay. A. C. y Payne, B. K. 2015. “Subjective Status Shapes Political Preferences”. Psychological Science 26(1): 15-26. https://doi.org/10.1177/0956797614553947.). Se midió a través de un ítem en el que las personas debían identificar en qué parte de la estructura social creían encontrarse: “Imagine una escala del 1 al 11, en la que ‘1’ son las personas más pobres y ‘11’ son las personas más ricas de la ciudad de São Paulo. ¿Dónde estarías ubicado?”. Este indicador fue transformado para que tomara valores entre 0 y 1, de modo que 1 representa el valor más alto y 0 el valor más bajo.

En cuanto a las creencias que justifican la desigualdad, utilizamos un indicador proxy que capta varias ideas sobre un programa de redistribución de renta en Brasil (llamado “Bolsa Familia”): “Programas como Bolsa Família hacen que la gente se establezca y no quiera trabajar más”. Este indicador representa una creencia ideológica que justifica la desigualdad, en tanto que combina tres elementos usados comúnmente para legitimar las disparidades sociales: la idea de que los programas de ayudas sociales son inútiles; que las personas pobres son “perezosas” y que “no quieren trabajar”, y que los programas de ayudas sociales amenazan el principio meritocrático del “trabajo duro”. En conjunto, estas ideas forman parte de un discurso ideológico que justifica la desigualdad, lo que es diferente de las actitudes hacia la redistribución. Es decir, las personas pueden aceptar este tipo de creencias ideológicas y, al mismo tiempo, apoyar la reducción de la desigualdad. La diferencia radica en que las creencias ideológicas se enfocan en los medios (e.g., el tipo de medidas, la justificación de algunos programas), mientras que las actitudes hacia la redistribución se orientan hacia los fines (e.g., reducir la desigualdad) (Hing et al. 2019Hing, L. S. S., Wilson, A. E., Gourevitch, P., English, J. y Sin, P. 2019. “Failure to Respond to Rising Income Inequality: Processes That Legitimize Growing Disparities”. Daedalus 148(3): 105-35. https://doi.org/10.1162/DAED_a_01752.). Este ítem utilizó una escala tipo Likert con cinco opciones de respuesta (de 1, “muy de acuerdo” a 5, “muy en desacuerdo”). Esta escala fue recodificada, de modo que los valores más altos representan un mayor apoyo a estas creencias.

También incluimos indicadores sociodemográficos para mantener constante la posible influencia de algunas variables de diferencias individuales y contextuales. A nivel sociodemográfico, incluimos el sexo (0 “hombre”, 1 “mujer”), la etnia (0, “blanca”, 1 “no blanca”) y la edad (en años). Además, considerando que la movilidad social es un indicador que suele estar asociado a actitudes políticas y económicas, incluimos un indicador para controlar por la experiencia de la persona en la movilidad social: “¿Con qué frecuencia usted siente que su calidad de vida es mejor que la de sus padres?”. Este ítem fue evaluado en una escala Likert con cinco opciones de respuesta (de 1, “siempre” a 5, “nunca”). Los valores se recodificaron, de modo que los valores más altos significan una percepción de movilidad social ascendente. También incluimos los efectos fijos de las áreas clave, utilizando el área clave 5 (Vila Matilde) como área de referencia, ya que se considera como un sector principalmente de clase media trabajadora (Nery, Souza y Adorno 2019Nery, M. B., Souza, A. A. L. y Adorno, S. 2019. “Os Padrões Urbano-Demográficos Da Capital Paulista”. Estudos Avançados 33(97): 5-36. https://doi.org/10.1590/s0103-4014.2019.3397.002.). Los estadísticos descriptivos para todas las variables están disponibles en la tabla 1.

Tabla 1.  Estadísticos descriptivos de las variables de estudio
Variable N Media DT Mediana Min.-Max.
Variable dependiente
Apoyo a la redistribución de recursos 919 4.23 1.20 5 1-5
Variables independientes
Estatus social objetivo 928 0.50 0.22 0.5 0-1
Estatus social subjetivo 928 0.43 0.19 0.4 0-1
Creencias que justifican la desigualdad 926 3.52 1.52 4 1-5
Variables de control
Género (mujer) 928 0.46 0.50 0 0-1
Etnia (no blanca) 928 0.50 0.50 0 0-1
Edad (en años) 928 41.90 16.34 40 16-89
  Movilidad social 920 3.40 1.37 3 1-5

ESTRATEGIA ANALÍTICA

 

Para responder a nuestros objetivos de investigación, primero realizamos análisis descriptivos y comparación de medias (pruebas t) para determinar si el apoyo a la redistribución difería por las características sociodemográficas. Asimismo, los análisis descriptivos nos permiten identificar si los indicadores de estatus socioeconómico están relacionados de forma consistente entre sí. Además, utilizamos análisis de regresión ordinal logística para evaluar nuestras hipótesis sobre el efecto del nivel socioeconómico y las creencias que justifican la desigualdad en el apoyo a la redistribución. Este método es apropiado para analizar variables ordinales que no cumplen con los supuestos estadísticos de los modelos lineales y utiliza la variabilidad de todo el rango de respuestas de la escala (Bürkner y Vuorre 2019Bürkner, P. C., y Vuorre, M. 2019. “Ordinal Regression Models in Psychology: A Tutorial”. Advances in Methods and Practices in Psychological Science 2(1): 77-101. https://doi.org/10.1177/2515245918823199.). A partir de estos análisis, examinamos la interacción y visualizamos los efectos marginales condicionales Los datos fueron analizados con el software R (versión 4.0.2) (R Core Team 2020R Core Team. 2020. R: A Language and Environment for Statistical Computing. Vienna: R Foundation for Statistical Computing.). Los datos, archivos para reproducir los análisis y el material suplementario de este artículo se encuentran disponibles en [https://osf.io/6yft7/].

RESULTADOS

 

Análisis preliminares

 

En general, las personas reportaron un alto grado de apoyo a la redistribución del gobierno para reducir las desigualdades económicas (M = 4.23, SD = 1.2). Así, la mayoría de la gente está total (59.85 %) o parcialmente (23.29 %) de acuerdo con esta afirmación; mientras que una menor proporción de personas son indiferentes (16.87 %), están parcial (12.62 %) o completamente (7.07 %) en desacuerdo. El apoyo a la redistribución no tuvo diferencias significativas por sexo (t(887) = -0.770, p = .442, M Hombres=4.20, SD = 1.18, MMujeres= 4.27, SD = 1.22); ni por etnia (t(910) = 1.04, p = .299, MBlancos= 4.27, SD = 1.16, MNo-blancos= 4.19, SD = 1.24). Por otro lado, las correlaciones de Pearson sugieren que el apoyo a la redistribución estuvo asociado positivamente con el estatus socioeconómico objetivo, pero no con el subjetivo (ver tabla 2).

Tabla 2.  Correlaciones bivariadas de Pearson entre las variables incluidas en el estudio
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
1. Apoyo a la redistribución
2. Estatus socioeconómico objetivo (SES) 0.186***
3. Estatus socioeconómico subjetivo (SSS) 0.006 0.341***
4. Creencias que justifican la desigualdad 0.037 0.083* 0.002
5. Sexo (mujer) 0.026 0.071* 0.006 0.052
6. Etnia (no blanca) -0.028 -0.267*** -0.156*** -0.036 0.024
7. Edad (en años) -0.078* -0.147*** -0.035 0.060 -0.006 -0.094**
8. Percepción de movilidad social 0.068* 0.096** 0.088** 0.037 0.038 -0.017 0.224***

Nota: Correlaciones bivariadas de orden cero con los datos completos; ***p<.001, ** p < .01, *p < .05

También encontramos una asociación positiva y estadísticamente significativa entre el estatus objetivo y subjetivo (r = .341). Además, las personas reportaron, en promedio, tener un estatus socioeconómico objetivo mayor (M = 0.50, DT= 0.22) a su estatus socioeconómico subjetivo (M = 0.43, DT= 0.19), t(927) = 9.423, p < .001, dCohen = 0.31, IC 95 % = [0.24, 0.38] (ver figura 2).

Figura 2.  Diagramas de cajas para los indicadores del estatus socioeconómico objetivo y subjetivo.
medium/medium-RIS-80-03-e210-gf2.png
Fuente: elaboración propia

Análisis principales

 

En relación con la primera hipótesis de trabajo, encontramos que el estatus socioeconómico estuvo asociado con el apoyo a la redistribución, pero sus efectos fueron diferentes. Por un lado, confirmamos la hipótesis de que el estatus socioeconómico subjetivo tuvo un efecto negativo sobre el apoyo a la redistribución (ver M1 en la tabla 3). Por otro lado, encontramos que el estatus socioeconómico objetivo tuvo un efecto opuesto al hipotetizado. Es decir, cuanto mayor estatus objetivo, mayor fue el apoyo a la redistribución. En otras palabras, la probabilidad de apoyar la redistribución aumenta 4.99 veces para las personas con mayor estatus objetivo, pero se reduce 0.56 veces para las personas con mayor estatus subjetivo.

Tabla 3.  Coeficientes de regresión ordinal (con odds ratio) sobre el apoyo a la redistribución
Predictores M0 M1 M2 M3
b (SE) OR b (SE) OR b (SE) 9OR b (SE) OR
Sexo (mujer) 0.211 1.235 0.155 1.236 0.163 1.237 0.139 1.238
(0.134) (0.135) (0.135) (0.135)
Etnia (no blanca) 0.026 1.026 0.069 1.071 0.070 1.073 0.083 1.087
(0.142) (0.144) (0.144) (0.144)
Edad -0.014** 0.987 -0.007 0.993 -0.005 0.995 -0.006 0.994
(0.004) (0.005) (0.005) (0.005)
Movilidad social 0.126* 1.135 0.116* 1.122 0.111* 1.117 0.105* 1.111
(0.051) (0.051) (0.051) (0.052)
Estatus socioeconómico objetivo (SES) 1.608*** 4.993 1.772*** 5.883 1.657*** 5.244
(0.439) (0.445) (0.440)
Estatus socioeconómico subjetivo (SSS) -0.828* 0.437 -0.860* 0.423 -0.975* 0.377
(0.388) (0.391) (0.392)
Creencias que justifican la desigualdad (CJD) 0.017 1.017 -0.010 0.990 0.014 1.014
(0.046) (0.048) (0.046)
SES x CJD -0.723*** 0.485
(0.213)
SSS x CJD -0.791*** 0.453
(0.232)
R2 .059 .086 .100 .097

Nota: OR = Odds ratio; * p<.05, ** p<.01, *** p<.001; los modelos incluyen los efectos fijos de las áreas geográficas claves del muestreo

En cuanto a la hipótesis 2, no encontramos evidencia que apoye la relación negativa entre las creencias que justifican la desigualdad y el apoyo a la redistribución. Es decir, la idea general de que el programa Bolsa Familia desalienta a las personas a trabajar no tuvo un efecto estadísticamente significativo sobre el apoyo a la redistribución.

En cuanto a la tercera hipótesis de trabajo, nuestros resultados confirmaron que hubo una interacción significativa entre el estatus socioeconómico y las creencias que justifican la desigualdad (ver modelos 2 y 3 de la tabla 2). Es decir, las creencias que justifican la desigualdad condicionaron el efecto del estatus socioeconómico objetivo y subjetivo en lo relativo al apoyo a la redistribución. En el caso del estatus socioeconómico objetivo, el efecto positivo se redujo en la medida que las personas se adherían más a creencias que justifican la desigualdad. De hecho, el efecto del estatus objetivo sobre el apoyo a la redistribución fue positivo y estadísticamente significativo para las personas que están en desacuerdo con esas creencias que justifican la desigualdad (b = 3.59, IC 95 % = [4.96, 2.14]) y deja de ser significativo cuando las personas están completamente de acuerdo con estas creencias (b = 0.70, IC 95 % = [1.63, -0.27]) (ver panel A de la figura 3).

Figura 3.  Efectos marginales del estatus socioeconómico objetivo (izquierda) y subjetivo (derecha) en diferentes niveles de aceptación de las creencias que justifican la desigualdad.
medium/medium-RIS-80-03-e210-gf3.png

En relación con el estatus socioeconómico subjetivo, encontramos que su efecto sobre el apoyo a la redistribución fue negativo y estadísticamente significativo solo para las personas que estuvieron de acuerdo con las creencias que justifican la desigualdad. En este caso, el estatus subjetivo no estuvo asociado con el apoyo a la redistribución para las personas que rechazan completamente las creencias que justifican la desigualdad (b = 0.57, IC 95 % = [1.30, -0.15]), mientras que su efecto fue negativo y estadísticamente significativo para las personas que estuvieron de acuerdo con este tipo de creencias (b = -1.22, IC 95 % = [-0.57, -1.85]) (ver panel B de la figura 3).

Sometimos estos resultados a varias pruebas de robustez para asegurarnos de que no hubiera diferencias sustantivas debido a decisiones metodológicas. Por una parte, los resultados fueron replicados usando modelos de regresión lineal y logística, lo que sugiere que el método de estimación de los parámetros no afecta los resultados (ver tabla S1 del material suplementario). Por otra parte, las variables tuvieron un relación baja entre ellas y ninguno de los valores VIF (Variance Inflation Factor) fue mayor de 10 (ver tabla S2 del material suplementario), lo que sugiere que no hay problemas de colinealidad en el modelo estimado (James et al. 2021James, G., Witten, D., Hastie, T. y Tibshirani, R. 2021. An Introduction to Statistical Learning. New York, NY: Springer US.). Adicionalmente, dada la aparente similitud entre las creencias que justifican la desigualdad y el apoyo a la redistribución, realizamos el test de Hausman para verificar la existencia de endogeneidad entre estas dos variables. Los resultados de esta prueba (usando la movilidad social como variable instrumental2 La prueba de Hausman fue replicada usando diferentes variables instrumentales, como la edad o la zona de residencia, sin afectar los resultados.) indican que no hubo una asociación estadísticamente significativa entre los errores residuales de las creencias que justifican la desigualdad y el apoyo a la redistribución (Test Hausman = 2.74, gl = 906, p = .098); es decir, estos resultados sugieren que no hubo evidencia de endogeneidad entre estas variables.

Finalmente, con respecto a las variables de control, el modelo final mostró que ninguna de ellas tuvo asociaciones estadísticamente significativas con el apoyo a la redistribución, excepto la percepción de movilidad social ascendente. Así, la probabilidad de apoyar la redistribución fue mayor para las personas que reportan haber ascendido en la escala social con respecto a sus padres.

DISCUSIÓN

 

Las actitudes hacia la desigualdad dependen de diferentes motivaciones ligadas con variables estructurales e individuales. En este estudio, examinamos el efecto de la interacción entre el estatus socioeconómico y las creencias que justifican la desigualdad sobre el apoyo a la redistribución en São Paulo, Brasil. De este modo, revisamos cómo las motivaciones basadas en el interés personal (teorías del intercambio social y la decisión racional) (Emerson 1976Emerson, R. M. 1976. “Social Exchange Theory”. Annual Review of Sociology 2(1): 335-62. https://doi.org/10.1146/annurev.so.02.080176.002003.; Sears and Funk 1991Sears, D. y Funk, C. L. 1991. “The Role of Self-Interest in Social and Political Attitudes”. Advancees in Experimental Social Psychology 24: 1-91. https://doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60327-5.) pueden estar condicionadas por aquellas motivaciones basadas en las creencias ideológicas sobre el sistema (teorías del razonamiento motivado, creencias en el mundo justo) (Jost and Banaji 1994Jost, J. T. y Banaji, M. R. 1994. “The Role of Stereotyping in System-Justification and the Production of False Consciousness”. British Journal of Social Psychology 33(1): 1-27.; Lerner 1980Lerner, M. 1980. The Belief in a Just World: A Fundamental Delusion. New York: Springer.). A continuación, discutimos tres resultados sobresalientes.

El primer resultado es de tipo descriptivo y tiene que ver con las diferencias significativas entre los indicadores de estatus socioeconómico. Nuestros hallazgos sugieren que el estatus objetivo fue más alto que el estatus subjetivo. Es decir, los participantes reportaron, en promedio, un estatus subjetivo más bajo que el que tenían objetivamente. Estos hallazgos replican resultados de investigaciones previas que muestran que una gran cantidad de personas se posiciona en la mitad inferior de la escala social (Rocha y Urani 2007Rocha, R. y Urani, A. 2007. “Posicionamento Social e a Hipótese Da Distribuição de Renda Desconhecida. Brasil: Quão Pobres, Quão Ricos e Quão Desiguais Nos Percebemos?”. Brazilian Journal of Political Economy 27(4): 595-615. https://doi.org/10.1590/S0101-31572007000400006.). Una posible interpretación de este resultado es que en las sociedades altamente desiguales el estatus social se hace más saliente y hay una exacerbada comparación social hacia arriba, lo que lleva a percibir una posición social inferior (Peters et al. 2021Peters, K., Jetten, J., Tanjitpiyanond, P., Wang, Z., Mols, F. y Verkuyten, M. 2021. “The Language of Inequality: Evidence Economic Inequality Increases Wealth Category Salience”. Personality and Social Psychology Bulletin 00(0): 1-16. https://doi.org/10.1177/01461672211036627.).

El segundo resultado corresponde a los efectos diferenciados de los indicadores de estatus socioeconómico en el apoyo a la redistribución. Nuestros resultados muestran que el estatus socioeconómico objetivo y subjetivo tuvieron efectos opuestos sobre el apoyo a la redistribución. Así, el apoyo a la redistribución estuvo asociado positivamente con el estatus objetivo y negativamente con el estatus subjetivo. Es decir, el apoyo a la redistribución fue mayor cuando las personas reportaron mayores niveles de ingresos y de educación, y cuando se percibieron con un menor estatus subjetivo. En este sentido, el estatus socioeconómico subjetivo (pero no el objetivo) se mostró consistente con la motivación de proteger el interés personal. Estos resultados son acordes con literatura previa que señala que la percepción de la posición social determina las actitudes hacia la redistribución de forma única e independiente del estatus objetivo (Brown-Iannuzzi, Lundberg y McKee 2021Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2021. “Economic Inequality and Socioeconomic Ranking Inform Attitudes toward Redistribution”. Journal of Experimental Social Psychology 96(May): 104180. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2021.104180.; Brown-Iannuzzi et al. 2015Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. Kay. A. C. y Payne, B. K. 2015. “Subjective Status Shapes Political Preferences”. Psychological Science 26(1): 15-26. https://doi.org/10.1177/0956797614553947.). Esto es debido a que la percepción subjetiva de la posición social produce sesgos en la percepción de la estructura social y de la desigualdad en el país (Rocha y Urani 2007Rocha, R. y Urani, A. 2007. “Posicionamento Social e a Hipótese Da Distribuição de Renda Desconhecida. Brasil: Quão Pobres, Quão Ricos e Quão Desiguais Nos Percebemos?”. Brazilian Journal of Political Economy 27(4): 595-615. https://doi.org/10.1590/S0101-31572007000400006.). Además, un estatus socioeconómico subjetivo más alto está asociado a la atribución de mayor relevancia al esfuerzo personal y a un mejor funcionamiento del sistema meritocrático, que contribuye a legitimar la desigualdad y rechazar la redistribución (Brown-Iannuzzi, Lundberg y McKee 2021Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2021. “Economic Inequality and Socioeconomic Ranking Inform Attitudes toward Redistribution”. Journal of Experimental Social Psychology 96(May): 104180. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2021.104180.; Castillo et al. 2019Castillo, J. C., Torres, A., Atria, J., y Maldonado, L. 2019. “Meritocracy and Economic Inequality: Perceptions, Preferences and Implications”. Revista Internacional de Sociologia 77(1): 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2019.77.1.17.114.)

Por otra parte, rechazamos la hipótesis de que el estatus objetivo estaría relacionado negativamente con el apoyo a la redistribución. De hecho, encontramos lo opuesto. Aunque este resultado contradice los supuestos de las teorías de decisión racional, no son completamente arbitrarios en el contexto brasileño. El estatus socioeconómico objetivo no solo se reduce a tener recursos materiales y culturales, sino que también conlleva una serie de valores y creencias sobre la realidad (Manstead 2018Manstead, A. 2018. “The Psychology of Social Class: How Socioeconomic Status Impacts Thought, Feelings, and Behaviour”. British Journal of Social Psychology 57(2): 267-91. https://doi.org/10.1111/bjso.12251.). Algunas aproximaciones teóricas indican que las personas responden más a sus valores personales que a sus intereses materiales (Sears et al. 1980Sears, D. O., Lau, R. R., Tyler, T. R. y Allen, H. M. 1980. “Self-Interest vs. Symbolic Politics in Policy Attitudes and Presidential Voting”. The American Political Science Review 74(3): 670-84. https://doi.org/10.2307/1958149.). Por tanto, la asociación positiva entre el estatus objetivo y el apoyo a la redistribución en el contexto brasileño puede tener varias explicaciones. Primero, en Brasil, hay un apoyo generalizado a la redistribución y no hay grandes diferencias entre grupos sociales (Méndez y Waltenberg 2018Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2018. “Desigualdade de Renda e Demanda Por Redistribuição Caminham Juntas Na América Latina No Período 1997-2015”. Dados 61(4): 341-84. https://doi.org/10.1590/001152582018162.). Esto hace que, en un contexto altamente desigual, haya un gran consenso en la necesidad de reducirla y la responsabilidad de las instituciones para hacerlo (Silva y Figueiredo 2013Silva, C. R. y Figueiredo, E. A. 2013. “Social Mobility and Preferences for Redistribution in Latin America”. Cepal Review 110: 67-82. https://doi.org/10.1353/eco.2008.0003.; Scalon y Oliveira 2012Scalon, C. y Oliveira, P. P. 2012. “A Percepção Dos Jovens Sobre Desigualdades e Justiça Social No Brasil”. Interseções - Revista de Estudos Interdisciplinares 14(2): 408-37. https://doi.org/10.12957/irei.2012.8556.).

Segundo, tener acceso a recursos económicos y educación conlleva procesos de socialización política que suelen estar relacionados con un pensamiento crítico y mayor eficacia política. De ahí que las grandes movilizaciones sociales en Brasil (como en otros países latinoamericanos) en los años recientes suelen estar protagonizadas por estudiantes universitarios y personas con mayores niveles educativos. Adicionalmente, el nivel socioeconómico objetivo se relaciona con una mayor percepción de la desigualdad económica y, por tanto, las personas son más conscientes de la desigualdad y apoyan medidas para reducirla (García-Sànchez et al. 2018García-Sánchez, E., Willis , G. B., Rodríguez-Bailón, R., Sañudo, J. P., Polo, J. D. y Pérez, E. R. 2018. “Perceptions of Economic Inequality and Support for Redistribution: The Role of Existential and Utopian Standards”. Social Justice Research 31(4): 335-54. https://doi.org/10.1007/s11211-018-0317-6.; Castillo 2011Castillo, J. C. 2011. “Legitimacy of Inequality in a Highly Unequal Context: Evidence from the Chilean Case”. Social Justice Research 24(4): 314-40. https://doi.org/10.1007/s11211-011-0144-5.).

Una tercera explicación puede estar asociada con la hipótesis de legitimidad del estatus confirmada por otros autores (Buchel, Luijkx y Achterberg 2020Buchel, O., Luijkx, R., y Achterberg, P.. 2020. “Objective and Subjective Socioeconomic Status as Sources of Status-Legitimacy Effect and Legitimation of Income Inequality”. Political Psychology 0(0): 463-481. https://doi.org/10.1111/pops.12707.; Vargas-Salfate et al. 2018Vargas-Salfate, S., Paez, D., Liu, J. H., Pratto, F., y Gil de Zúñiga, H.. 2018. “A Comparison of Social Dominance Theory and System Justification: The Role of Social Status in 19 Nations”. Personality and Social Psychology Bulletin 44(7): 1060-76. https://doi.org/10.1177/0146167218757455.; Sengupta et al. 2014Sengupta, N. K., Osborne, D. y Sibley, C. G. 2014. “The Status-Legitimacy Hypothesis Revisited: Ethnic-Group Differences in General and Dimension-Specific Legitimacy”. British Journal of Social Psychology n/a-n/a. https://doi.org/10.1111/bjso.12080.), en el que las personas más desfavorecidas, económica y educativamente, pueden llegar a apoyar menos la redistribución que las personas más aventajadas. Este resultado se ha esbozado en Brasil, de modo que las clases más desfavorecidas han reducido ligeramente su apoyo a la redistribución entre 2008 y 2014, en parte debido a la poca confianza política (Arretche y Araújo 2017Arretche, M, y Araújo, V. 2017. “O Brasil Tornou-Se Mais Conservador?”. Novos Estudos. Especial:15-22.).

El tercer resultado central para discutir se refiere al papel de las creencias que justifican la desigualdad en el apoyo a la redistribución. La ausencia de un efecto directo de las creencias que justifican la desigualdad sobre el apoyo a la redistribución no significa que no sea importante. Así, las creencias ideológicas atienden a una motivación individual que puede alterar los intereses personales. Nuestros resultados aportan evidencia en esta dirección, en tanto que el efecto del estatus objetivo y subjetivo sobre la redistribución dependió del grado de aceptación de las creencias que justifican la desigualdad. Por un lado, el efecto negativo entre el estatus subjetivo y la redistribución ocurrió solo para las personas que apoyan estas creencias que justifican la desigualdad. Por otro lado, la relación positiva entre el estatus objetivo y el apoyo a la redistribución solo fue significativa para las personas que rechazaron estas creencias.

Estos resultados van en la línea de estudios previos que muestran que el efecto del estatus socioeconómico sobre el apoyo a la redistribución está condicionado por diferencias individuales de tipo ideológico (Armingeon y Weisstanner 2021Armingeon, K. y Weisstanner, D. 2021. “Objective Conditions Count, Political Beliefs Decide: The Conditional Effects of Self-Interest and Ideology on Redistribution Preferences”. Political Studies: 1-14. https://doi.org/10.1177/0032321721993652.; Esarey, Salmon y Barrileaux 2012aEsarey, J., Salmon, T. y Barrileaux, C. 2012a. “What Motivates Political Preferences? Self-Interest, Ideology, and Fairness in a Laboratory Democracy”. Economic Inquiry 50(3): 604-24. https://doi.org/10.1111/j.1465-7295.2011.00394.x.). Asimismo, las creencias en la meritocracia y la igualdad de oportunidades también reduce el efecto de la percepción de la desigualdad sobre el a apoyo la redistribución (García-Sánchez et al. 2020García-Sánchez, E., Osborne, D., Willis, G. B. y Rodríguez-Bailón, Rosa. 2020. “Attitudes towards Redistribution and the Interplay between Perceptions and Beliefs about Inequality”. British Journal of Social Psychology 59(1): 111-36. https://doi.org/10.1111/bjso.12326.), lo que sugiere que las ideologías regulan la motivación de las personas por proteger su interés personal. Es decir, las preferencias redistributivas no siempre están ligadas al interés propio, sino que dependen de las creencias ideológicas sobre su realidad.

Adicionalmente, las creencias ideológicas que justifican la desigualdad combinan una serie de ideas, prejuicios o atributos que sirven para legitimar las diferencias económicas. En el caso de este estudio, estas creencias giraron en torno al programa Bolsa Familia, que es un programa de transferencia de renta implementado en Brasil. Esta creencia conjuga el prejuicio hacia los pobres, la amenaza a la meritocracia y el descrédito de las ayudas sociales, lo que predispone a las personas a rechazar la redistribución. Esta creencia recoge algunos discursos ideológicos propagados recientemente, que plantean que las ayudas sociales tienen un “efecto pereza” que hace que las personas no quieran trabajar (Oliveira y Soares 2013Oliveira, L. y Soares, S. 2013. “‘Efeito Preguiça’ Em Programas De Transferência De Renda?”. Pp. 341-358 en Campello, T., Neri, M. C. Programa Bolsa Família: uma décadad de inclusión e cidadania. Brasilia: IPEA.). Además, en Brasil, el público objetivo de Bolsa Familia puede ser visto como “oportunista”, sacando provecho de su relación con el Estado, lo que genera rechazo a las políticas redistributivas (Lavinas et al. 2014Lavinas, L., Waltenberg, F. D., Veiga, A. y Méndez, Y. S. 2014. Percepções Sobre Desigualdade e Pobreza: O Que Pensam Os Brasileiros Da Política Social? Brasilia: Letra e Imagem Editoroa e Produções.). Además, el programa Bolsa Familia está directamente vinculado a las políticas implementadas por el Partido de los Trabajadores durante el gobierno del expresidente Inácio Lula Da Silva. De este modo, considerando que el Programa Bolsa Familia tuvo un impacto significativo en las elecciones presidenciales de 2006 (Abensur, Cribari-Neto y Menezes 2007Abensur, T. C., Cribari-Neto F. y Menezes, T. A. 2007. “Impactos Do Programa Bolsa Família Nos Resultados Das Eleições Presidenciais No Brasil Em 2006”. Pp.1-15. Anais Do XXXV Encontro Nacional de Economia [Proceedings of the 35th Brazilian Economics Meeting], 51: Associação Nacional dos Centros de Pós-graduação em Economia (ANPEC): Niterói, Rio de Janeiro.), el apoyo a la redistribución también puede estar influenciado por la alineación política con gobiernos de izquierda o derecha.

Este estudio también presenta varias limitaciones. En primer lugar, nuestros datos se limitan a la región metropolitana de São Paulo, por lo que no sería posible generalizarlos a todo Brasil, debido a las diferencias sociales, políticas y económicas entre regiones. Por tanto, sería importante replicar estos resultados a nivel nacional para comprobarlos y examinar si hay diferencias entre Estados ligadas a las condiciones materiales de cada uno de ellos. Otra limitación tiene que ver con las propiedades de las mediciones realizadas en este estudio, puesto que las medidas se basaron en mediciones de un único ítem. Además, el apoyo a la redistribución usado capta las preferencias redistributivas como una disposición general para reducir la desigualdad, pero no especifica cómo hacerlo. Por tanto, no es posible determinar el grado de apoyo a las políticas públicas específicas orientadas a la redistribución. Esto significa que futuros estudios podrían incorporar baterías de ítems para saber cuáles son las medidas más populares a la hora de apoyar la redistribución de recursos. Otra limitación a tener en cuenta es la posible existencia de endogeneidad entre las creencias que justifican la desigualdad y el apoyo a la redistribución. Aunque esto sea posible, creemos que no es el caso en este estudio, tal como lo corroboró el test de endogeneidad y las pruebas de robustez de los análisis. De hecho, las investigaciones previas han demostrado que la ideología política tiene un efecto causal (no endógeno) con el apoyo a la redistribución (Jaeger 2008Jaeger, M. M. 2008. “Does Left-Right Orientation have a Causal Effect on Support for Redistribution? Causal Analysis with Cross-sectional Data Using Instrumental Variables”. International Journal of Public Opinion Research 20(3): 363-74.), al igual que otras creencias que justifican la desigualdad; Alesina, Stantcheva y Teso 2018Alesina, A., Stantcheva, S. y Teso, E. 2018. “Intergenerational Mobility and Preferences for Redistribution”. American Economic Review 108(2): 521-54. https://doi.org/10.1257/aer.20162015.). Sin embargo, futuros estudios experimentales y longitudinales podrían ayudar a evaluar con mayor precisión las relaciones causales entre las ideologías y el apoyo a la redistribución.

Finalmente, consideramos que este estudio contribuye a comprender mejor las actitudes hacia la redistribución en un contexto altamente desigual como el brasileño. Como hemos discutido, el apoyo a la redistribución no se reduce a la protección de intereses personales materiales, sino que son el producto de la interacción entre las condiciones materiales a nivel social y las creencias subjetivas sobre la realidad social. Por tanto, es importante integrar diferentes perspectivas sociológicas y psicológicas para comprender mejor las actitudes hacia la desigualdad y las motivaciones de las personas para reducirla.

FINANCIACIÓN

 

Esta investigación fue financiada por la Fundación de Investigación de São Paulo (FAPESP), beca postdoctoral otorgada al primer autor [N.º 2019/10046-4] dentro del proyecto Building Democracy in daily-life (N.º 2013/07923-7).

DECLARACIÓN DE DISPONIBILIDAD DE DATOS

 

El material suplementario, los datos brutos y los archivos utilizados para el procesamiento y análisis de la información están disponibles en el siguiente enlace: https://osf.io/6yft7/

NOTAS

 
[1]

La división se realizó con base en variables sensibles a las condiciones y cambios poblacionales, ambientales, penales, habitacionales, de movilidad y expansión urbana.

[2]

La prueba de Hausman fue replicada usando diferentes variables instrumentales, como la edad o la zona de residencia, sin afectar los resultados.

REFERENCIAS

 

Abensur, T. C., Cribari-Neto F. y Menezes, T. A. 2007. “Impactos Do Programa Bolsa Família Nos Resultados Das Eleições Presidenciais No Brasil Em 2006”. Pp.1-15. Anais Do XXXV Encontro Nacional de Economia [Proceedings of the 35th Brazilian Economics Meeting], 51: Associação Nacional dos Centros de Pós-graduação em Economia (ANPEC): Niterói, Rio de Janeiro.

Adamczyk, W. B. y Mattos E. J. 2017. “Explicações Comportamentais Para Políticas de Redistribuição de Renda: Uma Revisão Dos Modelos e Evidências”. Economia e Desenvolvimento 28(2): 517-32. https://doi.org/10.5902/1414650926155.

Adler, N. E., Epel, E. S., Castellazzo, G. y Ickovics, J. R. 2000. “Relationship of Subjective and Objective Social Status with Psychological and Physiological Functioning: Preliminary Data in Healthy, White Women”. Health Psychology 19(6): 586-92. https://doi.org/10.1037/0278-6133.19.6.586.

Alesina, A., Stantcheva, S. y Teso, E. 2018. “Intergenerational Mobility and Preferences for Redistribution”. American Economic Review 108(2): 521-54. https://doi.org/10.1257/aer.20162015.

Alvaredo, F., Chancel, L., Piketty, T., Saez, E. y Zucman, G. 2018. World Inequality Report 2018. Cambridge: Harvard University Press.

Armingeon, K. y Weisstanner, D. 2021. “Objective Conditions Count, Political Beliefs Decide: The Conditional Effects of Self-Interest and Ideology on Redistribution Preferences”. Political Studies: 1-14. https://doi.org/10.1177/0032321721993652.

Arretche, M, y Araújo, V. 2017. “O Brasil Tornou-Se Mais Conservador?”. Novos Estudos. Especial:15-22.

Atkinson, A. B. 2015. Inequality. What Can Be Done? London, England: Harvard University Press.

Brandt, M. J. 2013. “Do the Disadvantaged Legitimize the Social System? A Large-Scale Test of the Status-Legitimacy Hypothesis”. Journal of Personality and Social Psychology 104: 765-85. https://doi.org/10.1037/a0031751.

Brandt, M. J. et al. 2020. “Subjective Status and Perceived Legitimacy across Countries”. European Journal of Social Psychology 50(5): 921-42. https://doi.org/10.1002/ejsp.2694.

Breznau, N. y Hommerich, C. 2019. “No Generalizable Effect of Income Inequality on Public Support for Governmental Redistribution among Rich Democracies 1987-2010”. Social Science Research 81: 170-91. https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2019.03.013.

Brown-Iannuzzi, J. L., Dotsch. R., Cooley, E. y Payne, B. K. 2017. “The Relationship Between Mental Representations of Welfare Recipients and Attitudes Toward Welfare”. Psychological Science 28(1): 92-103. https://doi.org/10.1177/0956797616674999.

Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. Kay. A. C. y Payne, B. K. 2015. “Subjective Status Shapes Political Preferences”. Psychological Science 26(1): 15-26. https://doi.org/10.1177/0956797614553947.

Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B., Kay, A. C. y Payne, B. K. 2021. “A Privileged Point of View: Effects of Subjective Socioeconomic Status on Naïve Realism and Political Division”. Personality and Social Psychology Bulletin 47(2): 241-56. https://doi.org/10.1177/0146167220921043.

Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2017. “The Politics of Socioeconomic Status: How Socioeconomic Status May Influence Political Attitudes and Engagement”. Current Opinion in Psychology 18: 11-14. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.06.018.

Brown-Iannuzzi, J. L., Lundberg, K. B. y McKee, S. 2021. “Economic Inequality and Socioeconomic Ranking Inform Attitudes toward Redistribution”. Journal of Experimental Social Psychology 96(May): 104180. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2021.104180.

Buchel, O., Luijkx, R., y Achterberg, P.. 2020. “Objective and Subjective Socioeconomic Status as Sources of Status-Legitimacy Effect and Legitimation of Income Inequality”. Political Psychology 0(0): 463-481. https://doi.org/10.1111/pops.12707.

Bürkner, P. C., y Vuorre, M. 2019. “Ordinal Regression Models in Psychology: A Tutorial”. Advances in Methods and Practices in Psychological Science 2(1): 77-101. https://doi.org/10.1177/2515245918823199.

Caricati, L. 2017. “Testing the Status-Legitimacy Hypothesis: A Multilevel Modeling Approach to the Perception of Legitimacy in Income Distribution in 36 Nations”. Journal of Social Psychology 157(5): 532-40. https://doi.org/10.1080/00224545.2016.1242472.

Castillo, J. C., Torres, A., Atria, J., y Maldonado, L. 2019. “Meritocracy and Economic Inequality: Perceptions, Preferences and Implications”. Revista Internacional de Sociologia 77(1): 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2019.77.1.17.114.

Castillo, J. C. 2011. “Legitimacy of Inequality in a Highly Unequal Context: Evidence from the Chilean Case”. Social Justice Research 24(4): 314-40. https://doi.org/10.1007/s11211-011-0144-5.

Converse, P. E. 2006. “The Nature of Belief Systems in Mass Publics (1964)”. Critical Review 18(1-3): 1-74. https://doi.org/10.1080/08913810608443650.

Cruces, G., Perez-Truglia, R. y Tetaz, M. 2013. “Biased Perceptions of Income Distribution and Preferences for Redistribution: Evidence from a Survey Experiment”. Journal of Public Economics 98: 100-112. https://doi.org/10.1016/j.jpubeco.2012.10.009.

Dallinger, U. 2010. “Public Support for Redistribution: What Explains Cross-National Differences?”. Journal of European Social Policy 20(4): 333-49. https://doi.org/10.1177/0958928710374373.

Dawtry, R. J., Sutton , R. M. y Sibley, C. G. 2015. “Why Wealthier People Think People Are Wealthier, and Why It Matters”. Psychological Science 26(9): 1389-1400. https://doi.org/10.1177/0956797615586560.

Diemer, M. A., Mistry, R. S., Wadsworth, M. E., López, I. y Reimers, F. 2013. “Best Practices in Conceptualizing and Measuring Social Class in Psychological Research”. Analyses of Social Issues and Public Policy 13(1): 77-113. https://doi.org/10.1111/asap.12001.

Durakiewicz, P. 2018. “Reducir la desigualdad en las Américas: ¿qué factores predicen el apoyo público a la redistribución?” AmericasBarometer Insights Series: 132. Nashville:Vanderbilt University.

Emerson, R. M. 1976. “Social Exchange Theory”. Annual Review of Sociology 2(1): 335-62. https://doi.org/10.1146/annurev.so.02.080176.002003.

Esarey, J., Salmon, T. y Barrileaux, C. 2012a. “What Motivates Political Preferences? Self-Interest, Ideology, and Fairness in a Laboratory Democracy”. Economic Inquiry 50(3): 604-24. https://doi.org/10.1111/j.1465-7295.2011.00394.x.

Esarey, J., Salmon, T. y Barrilleaux, C. 2012b. “Social Insurance and Income Redistribution in a Laboratory Experiment”. Political Research Quarterly 65(3): 685-98. https://doi.org/10.1177/1065912911411096.

Franko, W., Tolbert, C. J. y Witko, C. 2013. “Inequality, Self-Interest, and Public Support for ‘Robin Hood’ Tax Policies”. Political Research Quarterly 66(4): 923-37. doi: 10.1177/1065912913485441.

García-Sánchez, E., Willis , G. B., Rodríguez-Bailón, R., Sañudo, J. P., Polo, J. D. y Pérez, E. R. 2018. “Perceptions of Economic Inequality and Support for Redistribution: The Role of Existential and Utopian Standards”. Social Justice Research 31(4): 335-54. https://doi.org/10.1007/s11211-018-0317-6.

García-Sánchez, E., Osborne, D., Willis, G. B. y Rodríguez-Bailón, Rosa. 2020. “Attitudes towards Redistribution and the Interplay between Perceptions and Beliefs about Inequality”. British Journal of Social Psychology 59(1): 111-36. https://doi.org/10.1111/bjso.12326.

Gimpelson, V. y Treisman, D. 2018. “Misperceiving Inequality”. Economics & Politics 30(1): 27-54. https://doi.org/10.1111/ecpo.12103.

Gonthier, F. 2017. “Parallel Publics? Support for Income Redistribution in Times of Economic Crisis”. European Journal of Political Research 56(1): 92-114. doi: 10.1111/1475-6765.12168.

Hauser, O. P. y Norton, M. I., 2017. “(Mis)Perceptions of Inequality”. Current Opinion in Psychology 18: 21-25. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.07.024.

Henry, P. J. y Saul, A. 2006. “The Development of System Justification in the Developing World”. Social Justice Research 19(3): 365-78. https://doi.org/10.1007/s11211-006-0012-x.

Hing, L. S. S., Wilson, A. E., Gourevitch, P., English, J. y Sin, P. 2019. “Failure to Respond to Rising Income Inequality: Processes That Legitimize Growing Disparities”. Daedalus 148(3): 105-35. https://doi.org/10.1162/DAED_a_01752.

Jaeger, M. M. 2008. “Does Left-Right Orientation have a Causal Effect on Support for Redistribution? Causal Analysis with Cross-sectional Data Using Instrumental Variables”. International Journal of Public Opinion Research 20(3): 363-74.

James, G., Witten, D., Hastie, T. y Tibshirani, R. 2021. An Introduction to Statistical Learning. New York, NY: Springer US.

Jost, J. y Hunyady, O. 2003. “The Psychology of System Justification and the Palliative Function of Ideology”. European Review of Social Psychology 13(1): 111-53. https://doi.org/10.1080/10463280240000046.

Jost, J. T. 2017. “Ideological Asymmetries and the Essence of Political Psychology”. Political Psychology 38(2): 167-208. https://doi.org/10.1111/pops.12407.

Jost, J. T. y Banaji, M. R. 1994. “The Role of Stereotyping in System-Justification and the Production of False Consciousness”. British Journal of Social Psychology 33(1): 1-27.

Jost, J. T., Federico, C. M. y Napier, J. L., 2009. “Political Ideology: Its Structure, Functions, and Elective Affinities”. Annual Review of Psychology 60: 307-37. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.60.110707.163600.

Jost, J. T. y Hunyady, O. 2005. “Antecedents and Consequences of System-Justifying Ideologies”. Current Directions in Psychological Science 14(5): 260-65. https://doi.org/10.1111/j.0963-7214.2005.00377.x.

Jost, J. T., Langer, M., Badaan, V., Azevedo, F., Etchezahar, E., Ungaretti, J. y Hennes, E, P. 2017. “Ideology and the Limits of Self-Interest: System Justification Motivation and Conservative Advantages in Mass Politics”. Translational Issues in Psychological Science 3(3): 1-26. https://doi.org/10.1037/tps0000127.

Karadja, M., Mollerstrom , J. y Seim, D. 2017. “Richer (and Holier) Than Thou? The Effect of Relative Income Improvements on Demand for Redistribution”. The Review of Economics and Statistics 99(2): 201-12. https://doi.org/10.1162/REST_a_00623.

Kraus, M. W. y Park, J. W. 2017. “The Structural Dynamics of Social Class”. Current Opinion in Psychology 18: 55-60. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2017.07.029.

Lavinas, L., Waltenberg, F. D., Veiga, A. y Méndez, Y. S. 2014. Percepções Sobre Desigualdade e Pobreza: O Que Pensam Os Brasileiros Da Política Social? Brasilia: Letra e Imagem Editoroa e Produções.

Lerner, M. 1980. The Belief in a Just World: A Fundamental Delusion. New York: Springer.

Luebker, M. 2014. “Income Inequality, Redistribution, and Poverty: Contrasting Rational Choice and Behavioral Perspectives”. Review of Income and Wealth 60(1): 133-54. https://doi.org/10.1111/roiw.12100.

Manstead, A. 2018. “The Psychology of Social Class: How Socioeconomic Status Impacts Thought, Feelings, and Behaviour”. British Journal of Social Psychology 57(2): 267-91. https://doi.org/10.1111/bjso.12251.

Melsert, A. L. de M. y Bock, A. Me. B. 2015. “Dimensão Subjetiva Da Desigualdade Social: Estudo de Projetos de Futuro de Jovens Ricos e Pobres”. Educação e Pesquisa 41(3): 773-89. https://doi.org/10.1590/S1517-9702201507135302.

Meltzer, A. H. y Richard, S. F. 1981. “A Rational Theory of the Size of Government”. Journal of Political Economy 89(5): 914-27.

Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2016. “Aversão à Desigualdade e Preferências Por Redistribuição: A Percepção de Mobilidade Econômica as Afeta No Brasil?”. Estudos Economicos 46(1): 91-125. https://doi.org/10.1590/0101-416146193ymf.

Méndez, Y. S. y Waltenberg, F. D. 2018. “Desigualdade de Renda e Demanda Por Redistribuição Caminham Juntas Na América Latina No Período 1997-2015”. Dados 61(4): 341-84. https://doi.org/10.1590/001152582018162.

Nery, M. B., Souza, A. A. L. y Adorno, S. 2019. “Os Padrões Urbano-Demográficos Da Capital Paulista”. Estudos Avançados 33(97): 5-36. https://doi.org/10.1590/s0103-4014.2019.3397.002.

Oliveira, L. y Soares, S. 2013. “‘Efeito Preguiça’ Em Programas De Transferência De Renda?”. Pp. 341-358 en Campello, T., Neri, M. C. Programa Bolsa Família: uma décadad de inclusión e cidadania. Brasilia: IPEA.

Peters, K., Jetten, J., Tanjitpiyanond, P., Wang, Z., Mols, F. y Verkuyten, M. 2021. “The Language of Inequality: Evidence Economic Inequality Increases Wealth Category Salience”. Personality and Social Psychology Bulletin 00(0): 1-16. https://doi.org/10.1177/01461672211036627.

Pla, J. 2017. “Trayectorias de clase y percepciones temporales sobre la posición ocupada en la estructura social. Un abordaje multidimensional de las clases sociales. Argentina (2003-2011)”. Revista Internacional de Sociología 75(3): 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.16.05.

R Core Team. 2020. R: A Language and Environment for Statistical Computing. Vienna: R Foundation for Statistical Computing.

Reis, E. P. 2000. “Percepções Da Elite Sobre Pobreza e Desigualdade”. Revista Brasileira de Ciências Sociais 15(42): 143-52. https://doi.org/10.1590/s0102-69092000000100010.

Rocha, R. y Urani, A. 2007. “Posicionamento Social e a Hipótese Da Distribuição de Renda Desconhecida. Brasil: Quão Pobres, Quão Ricos e Quão Desiguais Nos Percebemos?”. Brazilian Journal of Political Economy 27(4): 595-615. https://doi.org/10.1590/S0101-31572007000400006.

Scalon, C. y Oliveira, P. P. 2012. “A Percepção Dos Jovens Sobre Desigualdades e Justiça Social No Brasil”. Interseções - Revista de Estudos Interdisciplinares 14(2): 408-37. https://doi.org/10.12957/irei.2012.8556.

Schmidt-Catran, A. W. 2016. “Economic Inequality and Public Demand for Redistribution: Combining Cross-Sectional and Longitudinal Evidence”. Socio-Economic Review 14(1): 119-40. https://doi.org/10.1093/ser/mwu030.

Sears, D. y Funk, C. L. 1991. “The Role of Self-Interest in Social and Political Attitudes”. Advancees in Experimental Social Psychology 24: 1-91. https://doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60327-5.

Sears, D. O., Lau, R. R., Tyler, T. R. y Allen, H. M. 1980. “Self-Interest vs. Symbolic Politics in Policy Attitudes and Presidential Voting”. The American Political Science Review 74(3): 670-84. https://doi.org/10.2307/1958149.

Sengupta, N. K., Osborne, D. y Sibley, C. G. 2014. “The Status-Legitimacy Hypothesis Revisited: Ethnic-Group Differences in General and Dimension-Specific Legitimacy”. British Journal of Social Psychology n/a-n/a. https://doi.org/10.1111/bjso.12080.

Silva, C. R. y Figueiredo, E. A. 2013. “Social Mobility and Preferences for Redistribution in Latin America”. Cepal Review 110: 67-82. https://doi.org/10.1353/eco.2008.0003.

Steele, L. G. y Breznau, N. 2019. “Attitudes toward Redistributive Policy: An Introduction”. Societies 9(3): 50. https://doi.org/10.3390/soc9030050.

Van Heuvelen, T. 2017. “Unequal Views of Inequality: Cross-National Support for Redistribution 1985-2011”. Social Science Research 64: 43-66. https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2016.10.010.

Vargas-Salfate, S., Paez, D., Liu, J. H., Pratto, F., y Gil de Zúñiga, H.. 2018. “A Comparison of Social Dominance Theory and System Justification: The Role of Social Status in 19 Nations”. Personality and Social Psychology Bulletin 44(7): 1060-76. https://doi.org/10.1177/0146167218757455.

Weisstanner, D. y Armingeon, K. 2021. “Redistributive Preferences: Why Actual Income Is Ultimately More Important than Perceived Income”. Journal of European Social Policy 0(0): 135-147. https://doi.org/10.1177/09589287211037912.

Wilkinson, R. G. y Pickett, K. E. 2017. “The Enemy between Us: The Psychological and Social Costs of Inequality”. European Journal of Social Psychology 47(1): 11-24. https://doi.org/10.1002/ejsp.2275.

World Inequality Database. 2021. “Income Inequality, Brazil, 1980-2021”. Consulta 30 de diciembre de 2021 (https://wid.world/country/brazil/).