Revista Internacional de Sociología 80 (1)
enero-marzo, e201
ISSN: 0034-9712, eISSN: 1988-429X
https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.1.20.121

EFECTOS DEL DESEMPLEO FEMENINO DE LARGA DURACIÓN EN LA FECUNDIDAD DE LAS PAREJAS ESPAÑOLAS, 2005-2019

IMPACTS OF FEMALE LONG-TERM UNEMPLOYMENT ON FERTILITY IN SPANISH COUPLES 2005-2019

Rafael Grande

Universidad de Málaga

https://orcid.org/0000-0001-5108-1478

Alberto del Rey

Universidad de Salamanca

https://orcid.org/0000-0002-4262-5557

Mikolaj Stanek

Universidad de Salamanca

https://orcid.org/0000-0001-6878-2086

Resumen

El objetivo de este trabajo es estudiar el comportamiento reproductivo de las parejas españolas convivientes en las que la mujer se encuentra en desempleo de larga duración, 24 meses o más. La hipótesis de partida plantea que esta relación está mediada por la situación socioeconómica y sociodemográfica de la familia. Por lo que, mientras en determinadas parejas el paro femenino de larga duración reduce la posibilidad de tener hijos, para otras puede constituir una oportunidad para tenerlos. Para el análisis se utilizan los microdatos de la Encuesta de Población Activa del INE durante los años 2005-2019, que abarca los periodos precrisis, crisis y postcrisis. Los resultados apuntan a la importancia de la etapa vital (edad e hijos previos), la situación laboral del cónyuge, el nivel educativo, la duración del paro de la mujer, el subsidio de desempleo y el contexto del ciclo económico como proxys de las expectativas futuras tanto en el mercado laboral como en la fecundidad.

Palabras clave: 
Crisis económica; Desempleo; Familia; Fecundidad; Género
Abstract

The aim of this paper is to explore the reproductive behaviour of Spanish cohabiting couples in which the woman is long-term unemployed (24 months or more). The initial hypothesis is that this relationship is mediated by the socio-economic and socio-demographic situation of the family. Therefore, while in certain couples, long-term female unemployment reduces the possibility of having children, for others it may constitute an opportunity to have children. We take advantage of the Labour Force Survey 2005-2019, covering the pre-crisis, crisis and post-crisis periods. The results show the importance of the life course (age and previous children), the labour situation of the couple, the educational level, the duration of unemployment of women, the unemployment benefit allowance and the context of the economic cycle as proxies for future expectations in the labour market and in family trajectories.

Keywords: 
Economic crisis; Unemployment; Family; Fertility; Gender

Recibido: 14/9/2020. Aceptado: 01/7/2021. Publicado: 08/04/2022

RAFAEL GRANDE es profesor de Sociología en la Universidad de Málaga. Licenciado en Sociología y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Salamanca. Ha realizado estancias de investigación en el Programa de Población de la Universidad de la República de Uruguay, en el Centre d’Estudis Demogràfics de Barcelona y en la Office of Population Research de la Universidad de Princeton. Desde la investigación demográfica, sus líneas de trabajo se centran en la estratificación del mercado laboral, la fecundidad, la migración internacional y el envejecimiento de la población.

ALBERTO DEL REY es profesor en el Departamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca. Doctor en Demografía por la Universitat Autònoma de Barcelona. Ha realizado estancias de investigación en el Population Studies Center de la University of Pennsylvania, en el Max Planck Institute for Demographic Research, el Centre d’Estudis Demogràfics de Barcelona o en el Institut de Recherche pour le Développement (Francia) entre otros. Sus principales líneas de investigación se centran en el estudio de las dinámicas demográficas y económicas de la población inmigrante.

MIKOLAJ STANEK es profesor en el Departamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca. Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Ha realizado estancias en la Universidad de Bradford, en la Universidad de Princeton y en la Universidad de Coímbra. Sus intereses de investigación abarcan, fundamentalmente, la problemática de las migraciones, el mercado laboral y las dinámicas demográficas.

Cómo citar este artículo/Citation: Grande, R.; A. del Rey y M. Stanek. 2022. Efectos del desempleo femenino de larga duración en la fecundidad de las parejas españolas, 2005-2019, Revista Internacional de Sociología 80(1):e201. https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.1.20.121

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

La fuerte interrelación entre situación económica familiar y comportamiento reproductivo presenta una larga trayectoria en los estudios demográficos y sociológicos (Kreyenfeld 2015Kreyenfeld M. 2015. “Economic Uncertainty and Fertility”. KZfSS Kölner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie 67(1): 59-80. https://doi.org/10.1007/s11577-015-0325-6.; Balbo, Billari y Mills 2013Balbo, N., F. C. Billari y M. Mills. 2013. “Fertility in Advanced Societies: A Review of Research”. European Journal of Population 29(1): 1-38. https://doi.org/10.1007/s10680-012-9277-y.; Bengtsson y Saito 2000Bengtsson, T. y O. Saito (2000). Population and Economy: From Hunger to Modern Economic Growth. Oxford: Oxford University Press.). Por un lado, los períodos de expansión o de crisis económica suelen conllevar, respectivamente, incrementos o descensos de los niveles de fecundidad de la población, en los que las expectativas laborales juegan un papel muy importante en la toma de decisiones sobre la descendencia (Adsera 2011Adsera, A. 2011. “Where Are the Babies? Labor Market Conditions and Fertility in Europe”. European Journal of Population 27(1): 1-32. https://doi.org/10.1007/s10680-010-9222-x. ; Sobotka, Skirbekk y Philipov 2011Sobotka, T., V. Skirbekk y D. Philipov. 2011. “Economic Recession and Fertility in the Developed World”. Population and Development Review 37: 267-306. https://doi.org/10.1111/j.1728-4457.2011.00411.x.). Por otro lado, en las sociedades más desarrolladas existía una fuerte asociación entre el aumento de la participación laboral femenina y la limitación de la fecundidad (Bover y Arellano 1995Bover, O. y M. Arellano. (1995). “Female Labour Force Participation in the 1980s: The Case of Spain”. Investigaciones Economicas 19(2): 171-194.; Willis 1987Willis, R. K. 1987. “The Family. What Have We Learned from the Economics of the Family?”. American Economic Review 77(2): 68-81.), aunque recientemente, a nivel micro, en ciertos sectores acomodados una mejor posición laboral va unida a una más alta fecundidad (Myrskylä, Kohler y Billari 2009Myrskylä, M. y H. P. Kohler y F. C. Billari. 2009. “Advances in development reverse fertility declines”. Nature 460(7256): 741-743. https://doi.org/10.1038/nature08230.; Brewster y Rindfuss 2000Brewster K. L. y R. Rindfuss. (2000). “Fertility and Women’s Employment in Industrialized”. Annual Review of Sociology 26: 271-296. https://doi.org/10.1146/annurev.soc.26.1.271.; Bernhardt 1993Bernhardt, E. M. 1993. “Fertility and Employment”. European Sociological Review 9(1): 25-42. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.esr.a036659.). En este sentido, la participación de la mujer en el mercado de trabajo se ha convertido en un requisito a la hora de tener hijos y, por tanto, la precariedad del empleo o la pérdida del trabajo aparecen ahora como inhibidores de la fecundidad (González y Jurado-Guerro 2006Gonzalez, M. J. y T. Jurado-Guerrero. 2006. “Remaining childless in affluent economies: A comparison of France, West Germany, Italy and Spain, 1994-2001”. European Journal of Population 22(4): 317-352. https://doi.org/10.1007/s10680-006-9000-y. ).

En el caso de España, esta relación ha cobrado especial relevancia en las últimas décadas, en primer lugar, por los persistentes muy bajos niveles de fecundidad, inferiores a 1,5 hijos por mujer desde 1988 (Castro-Martín et al. 2018Castro Martín, T., T. Martín García, J. Cordero y M. Seiz. 2018. “El desafío de la baja fecundidad en España”. Pp. 165-228 en Informe España 2018. Coord. A. Blanco, A. Chueca, J.A. López-Ruiz y S. Mora. Madrid: Universidad Pontificia Comillas.). Esta tendencia coincide, no por casualidad, con un progresivo aumento de la participación laboral femenina desde los años ochenta. Sin embargo, como señalaron Ahn y Mira (2002)Ahn, N. y P. Mira. 2002. “A note on the changing relationship between fertility and female employment rates in developed countries”. Journal of Population Economics 15(4): 667-682. https://doi.org/10.1007/s001480100078., existe cierta paradoja en Europa occidental respecto a esa relación, dado que son los países del sur los que tienen comparativamente menores tasas de participación laboral femenina y, al mismo tiempo, presentan niveles de fecundidad más bajos. En segundo lugar, el debate ha ganado notabilidad por la especial virulencia de la crisis económica que estalló en 2008, con un importante aumento y persistencia del desempleo. Los datos agregados muestran un descenso de la fecundidad durante la recesión económica, pasando de 1,44 hijos por mujer en 2008 a 1,27 en 2013, recuperándose hasta alcanzar 1,34 hijos por mujer en 2016, pero descendiendo de nuevo en los últimos años hasta 1,24 en 2019. Gran parte de esa evolución de la fecundidad coyuntural se explica, por un lado, por el efecto calendario como consecuencia del retraso de la fecundidad, en especial en el primer hijo (Vidal y Miret 2017Vidal, E. y P. Miret. 2017. “Características de las madres primerizas y de los padres primerizos en la España del siglo XXI”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 160: 115-138. https://doi.org/10.5477/cis/reis.160.115.). Por otro lado, por el efecto asociado al volumen y comportamiento reproductivo de la población inmigrante: favorable durante los primeros años del siglo XXI y negativo durante la crisis económica, debido especialmente al efecto de las nuevas llegadas y la interrelación de eventos que provoca una mayor fecundidad de las inmigrantes en los años posteriores a su llegada (Del Rey y Grande 2017Del Rey, A y R. Grande. 2017. “El efecto de las condiciones de llegada en la reproducción de las mujeres migrantes”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 159: 113-134. https://doi.org/10.5477/cis/reis.159.113.).

Estas tendencias sugieren una relación más compleja entre el comportamiento laboral y las pautas reproductivas, en las que intervienen las situaciones en el mercado de trabajo de los miembros del hogar, las políticas sociales, la demora en la emancipación y la formación de uniones o el retraso de la maternidad. Por ejemplo, según la Encuesta de Fecundidad 2018 del Instituto Nacional de Estadística (INE), del total de mujeres que han tenido menos hijos de los deseados, un cuarto lo achacan a motivos laborales o de conciliación de la vida familiar y, para un 19 %, se debe principalmente a razones económicas (Esteve y Treviño 2019Esteve, A. y R. Treviño. 2019. “Los grandes porqués de la (in)fecundidad en España”. Perspectives Demogràfiques 015: 1-4.).

En este contexto, cabe preguntarse si la situación de desempleo y, en particular, el desempleo de larga duración, suponen una oportunidad para la fecundidad, en la medida que permite disponer de más tiempo para tareas reproductivas, o un castigo por el empeoramiento de la condición económica familiar. Así, el objetivo de este trabajo es estudiar el efecto que tiene la situación de desempleo mayor o igual a 24 meses en la fecundidad de las mujeres y conocer el perfil de las parejas que sí tienen hijos bajo estas circunstancias laborales. Se estudia el período 2005-2019, lo que permite conocer las variaciones entre las fases de precrisis, crisis y postcrisis en España. Durante estos quince años, la tasa de paro femenino de larga duración (mayor o igual a 24 meses) pasó de ser un 3,6 % en 2005 a un 10,1 % en 2015, para reducirse hasta el 5,4 % en 2019, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). El análisis considera diferentes situaciones familiares que remiten a la situación socioeconómica de la pareja, su etapa vital, educación u origen migrante, comparando los efectos sobre el primer nacimiento y el nacimiento de segundo orden o sucesivos. Para todo ello, se utilizan los microdatos de la EPA.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

 

Vínculos entre situación laboral y fecundidad

 

La asociación entre la situación laboral y el comportamiento reproductivo ha sido ampliamente abordada en la literatura (Bernhardt 1993Bernhardt, E. M. 1993. “Fertility and Employment”. European Sociological Review 9(1): 25-42. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.esr.a036659.). Tradicionalmente, se ha observado una relación negativa entre la participación laboral de las mujeres y el nivel de fecundidad, basada en la supuesta incompatibilidad entre la vida familiar y la laboral (Adsera 2005Adsera, A. 2005. “Vanishing children: From high unemployment to low fertility in developed countries”. American Economic Review 95(2): 189-193. https://doi.org/10.1257/000282805774669763.; Budig 2003Budig. M. J. (2003). “Are women’s employment and fertility histories interdependent? An examination of causal order using event history analysis”. Social Science Research 32(3): 376-401. https://doi.org/10.1016/S0049-089X(03)00012-7.; Brewster y Rindfuss 2000Brewster K. L. y R. Rindfuss. (2000). “Fertility and Women’s Employment in Industrialized”. Annual Review of Sociology 26: 271-296. https://doi.org/10.1146/annurev.soc.26.1.271.). Esta asociación, al no encontrarse una dirección causal clara, se ha explicado por el incremento de los costes de oportunidad directos e indirectos que conlleva tener hijos y la mayor inversión educativa de las mujeres, según el enfoque económico del comportamiento humano (Becker 1960Becker, G. S. 1960. “An economic analysis of fertility”. Pp. 209-240 en Demographic and economic changes in developed countries. Edited by Universities-National Bureau. New York: Columbia University Press.); por el control de la fecundidad como consecuencia del progreso económico y la modernización, que implican una diversidad de modelos familiares y un aumento de necesidades de orden superior, en contraposición con las aspiraciones exclusivas de reproducción desde la perspectiva de la segunda transición demográfica (Van de Kaa 1987Van de Kaa, D. J. 1987. “Europe’s second demographic transition”. Population Bulletin 42(1): 1-59. ), o por una mayor eficiencia en la reproducción humana gracias al aumento de la longevidad, lo cual libera tiempo de las tareas de cuidados favoreciendo una mayor participación laboral de la mujer, como defiende la teoría de la revolución reproductiva (MacInnes y Pérez-Díaz 2008MacInnes, J. y J. Pérez-Díaz. 2008. “La tercera revolución de la modernidad; la revolución reproductiva”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 122: 89-118. https://doi.org/10.2307/40184881.).

Durante las últimas décadas, se ha debilitado la relación negativa entre participación laboral femenina y nivel de fecundidad, incluso observándose, en algunos países europeos, el surgimiento de una relación positiva entre ambos indicadores (Fox, Klüsener y Myrskyla 2019Fox, J., T. Klüsener y M. Myrskyla. 2019. “Is a Positive Relationship Between Fertility and Economic Development Emerging at the Sub-National Regional Level? Theoretical Considerations and Evidence from Europe”. European Journal of Population 35(3): 487-518. https://doi.org/10.1007/s10680-018-9485-1.; Myrskylä, Kohler y Billari 2009Myrskylä, M. y H. P. Kohler y F. C. Billari. 2009. “Advances in development reverse fertility declines”. Nature 460(7256): 741-743. https://doi.org/10.1038/nature08230.; Adsera 2005Adsera, A. 2005. “Vanishing children: From high unemployment to low fertility in developed countries”. American Economic Review 95(2): 189-193. https://doi.org/10.1257/000282805774669763.). Esto es debido a una menor incompatibilidad entre el rol de madre y el rol de trabajadora en las sociedades más desarrolladas (Rindfuss, Guzzo y Morgan 2003Rindfuss, R. R., K. Guzzo y S. P. Morgan (2003). “The changing institutional context of low fertility”. Population Research and Policy Review 22(5-6): 411-438. https://doi.org/10.1023/B:POPU.0000020877.96401.b3.). Sin embargo, como exponen Engelhardt y Prskawetz (2004)Engelhardt, H. y A. Prskawetz. 2004. “On the changing correlation between fertility and female employment over space and time”. European Journal of Population 20(1): 35-62. https://doi.org/10.1023/B:EUJP.0000014543.95571.3b., este cambio del efecto de la participación laboral femenina sobre el comportamiento reproductivo varía entre países, dependiendo principalmente de la estructura del mercado de trabajo y de las políticas sociales y de igualdad de género. Un contexto laboral con altas tasas de desempleo, incertidumbres en el mercado de trabajo y mayor peso de contratos inestables ―más comunes, por ejemplo, en el sur de Europa―, explica la reducción y el retraso en la fecundidad, en particular en países con estados de bienestar más débiles y con mayor presencia de modelos familiares tradicionales (Baizán 2016Baizán, P. 2016. “The Policy Context of Fertility in Spain: Toward a Gender-Egalitarian Model?” Pp. 195-219 en Low Fertility, Institutions, and their Policies. Edited by R. Rindfuss y M. Choe. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-32997-0_8.; Kravdal 2002Kravdal, Ø. 2002. “The impact of individual and aggregate unemployment on fertility in Norway”. Demographic Research 6(10): 263-294. https://doi.org/10.4054/DemRes.2002.6.10.). Por el contrario, la mayor igualdad de género y el desarrollo de instituciones, políticas públicas y normas sociales que ayudan a conciliar la vida laboral y familiar favorecen la fecundidad (Arpino, Esping-Andersen y Pessin 2015Arpino, B., G. Esping-Andersen y L. Pessin. 2015. “How Do Changes in Gender Role Attitudes Towards Female Employment Influence Fertility? A Macro-Level Analysis”. European Sociological Review 31(3): 370-382. https://doi.org/10.1093/esr/jcv002.; Goldscheider, Bernhardt y Lappegard 2015Goldscheider, F., E. Bernhardt y T. Lappegard. 2015. “The gender revolution: A framework for understanding changing family and demographic behavior”. Population and Development Review 41(2): 207-239. https://doi.org/10.1111/j.1728-4457.2015.00045.x.; Baizán 2009Baizán, P. 2009. “Regional child care availability and fertility decisions in Spain”. Demographic Research 21: 803-842. https://dx.doi.org/10.4054/DemRes.2009.21.27.).

A nivel micro, numerosas investigaciones han analizado los efectos de las diversas situaciones laborales ―tanto de la mujer como del hombre― en la fecundidad (Lim 2021Lim, S. 2021. “Socioeconomic differentials in fertility in South Korea”. Demographic Research 44(39): 941-978. https://doi.org/10.4054/DemRes.2021.44.39.; Vignoli, Drefahl y De Santis 2012Vignoli, D., S. Drefahl y G. De Santis. 2012. “Whose job instability affects the likelihood of becoming a parent in Italy? A tale of two partners”. Demographic Research 26(2): 41-62. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.2.; Kreyenfeld 2010Kreyenfeld, M. 2010. “Uncertainties in female employment careers and the postponement of parenthood in Germany”. European Sociological Review 26(3): 351-366. https://doi.org/10.1093/esr/jcp026.; Tölke y Diewald 2003Tölke, A. y M. Diewald. (2003). “Insecurities in employment and occupational careers and their impact on the transition to fatherhood in western Germany”. Demographic Research 9(3): 41-68. https://doi.org/10.4054/DemRes.2003.9.3.), también en el caso español (Baizán 2006Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772.; De la Rica e Iza 2005De La Rica, S. y A. Iza. (2005). “Career planning in Spain: Do fixed-term contracts delay marriage and parenthood?”. Review of Economics of the Household 3(1): 49-73. https://doi.org/10.1007/s11150-004-0979-8.; Ahn y Mira 2001Ahn, N. y P. Mira. 2001. “Job bust, baby bust?: Evidence from Spain”. Journal of Population Economics 14: 505-521. https://doi.org/10.1007/s001480100093.). Aunque no existen hallazgos concluyentes en una única dirección, han remarcado la importancia de las condiciones y modalidades de participación en el mercado de trabajo y la variedad de relaciones según las etapas del ciclo de vida y los rasgos socioeconómicos de la población. Así, el efecto de la participación laboral de la mujer en las decisiones de tener hijos muestra importantes divergencias entre países, según los contextos socioculturales e institucionales (De Laat y Sevilla-Sanz 2011De Laat, J. y A. Sevilla-Sanz. 2011.”The Fertility and Women’s Labor Force Participation puzzle in OECD Countries: The Role of Men’s Home Production”. Feminist Economics 17(2): 87-119. https://doi.org/10.1080/13545701.2011.573484.; Fernández y Flogi 2009Fernández, R. y A. Fogli. 2009. “Culture: An Empirical Investigation of Beliefs, Work, and Fertility”. American Economic Journal: Macroeconomics 1(1): 146-177. https://doi.org/10.1257/mac.1.1.146.) y según modelos familiares (Zuanna y Micheli 2004Zuanna, D. y G. Micheli. 2004. Strong family and low fertility, a paradox?: New perspectives in interpreting contemporary family and reproductive behavior. Springer: Series European Studies of Population 14.). En países del sur de Europa como España, de acuerdo con la teoría tradicional de la división del trabajo doméstico, los modelos familiares con el varón como principal sustentador económico y con inactividad femenina aparecen aún como una situación fuertemente asociada a una mayor fecundidad (Miret 2019Miret, P. 2019. “¿Reacias a la maternidad? Primofecundidad en España a principios del siglo XXI”. Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales 18: a1801. ; Moreno 2012Moreno, A. 2012. “Familia, empleo femenino y reproducción en España: incidencia de los factores estructurales”. Papers 97(2): 461-495. https://doi.org/10.5565/rev/papers/v97n2.224.; Baizán 2006Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772.;). Por contra, en países centroeuropeos y nórdicos se han encontrado evidencias a favor de un efecto positivo sobre la fecundidad de la participación laboral femenina y del modelo de doble ingreso (Kreyenfeld y Andersson 2014Kreyenfeld, M. y G. Andersson. 2014. “Socioeconomic differences in the unemployment and fertility nexus: Evidence from Denmark and Germany”. Advances in Life Course Research 21: 59-73. https://doi.org/10.1016/j.alcr.2014.01.007.; Bernhardt 1993Bernhardt, E. M. 1993. “Fertility and Employment”. European Sociological Review 9(1): 25-42. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.esr.a036659.), explicado por el aumento de los costes de los hijos, la tendencia hacia una mayor igualdad de los roles de género y los progresivos procesos de institucionalización de los cuidados.

Las situaciones de desempleo o precariedad laboral han fomentado un especial interés en las investigaciones sobre las pautas de fecundidad en las sociedades demográficamente posttransicionales. Una mayor inestabilidad en las trayectorias laborales (desempleo, temporalidad, bajos salarios, trabajo a tiempo parcial involuntario, etc.) se asocia con un mayor retraso de la maternidad y una menor intensidad de la fecundidad, como demuestran los análisis empíricos a nivel individual de Miret (2019Miret, P. 2019. “¿Reacias a la maternidad? Primofecundidad en España a principios del siglo XXI”. Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales 18: a1801. ) y Baizàn (2006)Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772. para el caso de España, Ciganda (2015)Ciganda, D. 2015. “Unstable work histories and fertility in France: An adaptation of sequence complexity measures to employment trajectories”. Demographic Research 32 (28): 843-876. https://doi.org/10.4054/DemRes.2015.32.28. para Francia o Vignoli, Tocchioni y Mattei (2020)Vignoli, D.; V. Tocchioni y A. Mattei. 2020. “The impact of job uncertainty on first-birth postponement”. Advances in Life Course Research 45: 100308. https://doi.org/10.1016/j.alcr.2019.100308. para Italia, entre otros. En general, este efecto negativo de la incertidumbre laboral afecta más a las intenciones de agrandar la familia que a la decisión de tener el primer hijo (Alderotti et al. 2021Alderotti, G., D. Vignoli, M. Baccini, y A. Matysiak. 2021, Employment Instability and Fertility in Europe: A Meta-Analysis, Demography 58(3): 871-900. https://doi.org/10.1215/00703370-9164737.).

Sin embargo, cuando se analiza en concreto la relación entre desempleo y fecundidad no se encuentran resultados unidireccionales, subrayando la mayoría de las investigaciones la existencia de un desigual efecto del desempleo de los hombres y de las mujeres sobre las decisiones reproductivas. Por tanto, este vínculo es más complejo cuando se analiza el efecto del desempleo a nivel de la pareja y no solo a nivel individual (Oppenheimer 1976Oppenheimer, V. K. (1976). “The Easterlin hypothesis: Another aspect of the echo to consider”. Population and Development Review 2(3/4): 433-475. https://doi.org/10.2307/1971621.), debido a que la decisión de la pareja de tener hijos es secuencial, por lo que son de gran importancia los eventos intermedios imprevistos, de cualquiera de sus miembros, que pueden provocar cambios en los planes de fecundidad (Udry 1983Udry, J. R. (1983). “Do couples make fertility plans one birth at a time?”. Demography 20(2): 117-128. https://doi.org/10.2307/2061230.).

El desempleo masculino tiende a retrasar y reducir la fecundidad coyuntural como adaptación temporal a la disminución de los ingresos de la pareja y la situación de incertidumbre (Alderotti et al. 2021Alderotti, G., D. Vignoli, M. Baccini, y A. Matysiak. 2021, Employment Instability and Fertility in Europe: A Meta-Analysis, Demography 58(3): 871-900. https://doi.org/10.1215/00703370-9164737.; Pailhé y Solaz 2012Pailhé, A. y A. Solaz. 2012. “The influence of employment uncertainty on childbearing in France: A tempo or quantum effect?” Demographic Research 26(1): 1-40. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.1. ; Kravdal 2002Kravdal, Ø. 2002. “The impact of individual and aggregate unemployment on fertility in Norway”. Demographic Research 6(10): 263-294. https://doi.org/10.4054/DemRes.2002.6.10.; Liefbroer y Corijn 1999Liefbroer, A. y M. Corijn. 1999. “Who, What, Where, and When? Specifying the Impact of Educational Attainment and Labour Force Participation on Family Formation”. European Journal of Population 15(1): 45-75. https://doi.org/10.1023/A:1006137104191.), efecto que se reforzaría entre las parejas con valores familiares más tradicionales, que priman la situación del hombre en la toma de decisiones. Teniendo en cuenta a ambos miembros de la pareja (Baizán 2006Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772.; Vignoli, Drefahl y De Santis 2012Vignoli, D., S. Drefahl y G. De Santis. 2012. “Whose job instability affects the likelihood of becoming a parent in Italy? A tale of two partners”. Demographic Research 26(2): 41-62. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.2.) ―algo que no siempre permiten los datos disponibles―, se observa que ese efecto del desempleo masculino es positivo cuando la mujer se encuentra en situación de inactividad, asociado a un rol de género reproductor y cuidador.

Por su parte, el desempleo femenino no tendría, en general, un efecto tan significativo sobre la fecundidad. Aunque, por un lado, puede relacionarse positivamente con el primer nacimiento, en la medida que funciona como una ventana de oportunidad para tomar la decisión reproductiva por un “efecto sustitución” que tendría un impacto más intenso que la reducción de los ingresos de la pareja, siempre y cuando el hombre mantenga cierta estabilidad laboral (Lim 2021Lim, S. 2021. “Socioeconomic differentials in fertility in South Korea”. Demographic Research 44(39): 941-978. https://doi.org/10.4054/DemRes.2021.44.39.; Pailhé y Solaz 2012Pailhé, A. y A. Solaz. 2012. “The influence of employment uncertainty on childbearing in France: A tempo or quantum effect?” Demographic Research 26(1): 1-40. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.1. ; Schmitt 2012Schmitt, C. 2012. “Labour market integration, occupational uncertainties, and fertility choices in Germany and the UK”. Demographic Research 26(12): 253-292. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.12.; Kreyenfeld 2010Kreyenfeld, M. 2010. “Uncertainties in female employment careers and the postponement of parenthood in Germany”. European Sociological Review 26(3): 351-366. https://doi.org/10.1093/esr/jcp026.; Özcan, Mayer y Luedicke 2010Özcan, B.; K. U. Mayer y J. Luedicke. 2010. “The impact of unemployment on the transition to parenthood”. Demographic Research 23(29): 807-846. https://doi.org/10.4054/DemRes.2010.23.29.). Por otro lado, el desempleo femenino tiene un vínculo débil en los nacimientos de segundo orden y sucesivos, debido al efecto selectivo del tipo de participación laboral de las mujeres tras el primer hijo (De Wachter y Neels 2010De Wachter, D. y K. Neels. 2010. “Educational differentials in fertility intentions and outcomes: family formation in Flanders in the early 1990”. Vienna Yearbook of Population Research 9(1): 227-258.https://doi.org/10.1553/POPULATIONYEARBOOK2011S227 ) y a una probable tendencia a intentar minimizar las penalizaciones asociadas con largas interrupciones de la carrera laboral (Kreyenfeld 2002Kreyenfeld, M. 2002. “Time Squeeze, Partner Effect or Self-Selection?: An Investigation into the Positive Effect of Women’s Education on Second Birth Risks in West Germany”. Demographic Research 7(2): 15-48. https://doi.org/10.4054/DemRes.2002.7.2.). En suma, el efecto negativo del desempleo es más intenso cuando ambos miembros de la pareja están activos en el mercado laboral y siguen un modelo de doble ingreso por la influencia en las decisiones reproductivas de la incapacidad, a corto plazo, y la incertidumbre, a medio plazo, para asegurar el nivel económico de la familia, de acuerdo a la teoría de la privación de recursos.

Como las decisiones reproductivas se toman teniendo en cuenta no solo las condiciones actuales, sino también las perspectivas futuras de ambos miembros de la pareja, para abordar de una forma más precisa los posibles efectos de esa incertidumbre económica algunas investigaciones introducen la duración del desempleo, el número acumulado de meses en desempleo o la cantidad de periodos en paro. También en este caso, las teorías y los resultados son ambiguos, conviviendo dos hipótesis contrapuestas. Una primera idea defiende que las situaciones de inestabilidad duradera en las trayectorias laborales empujarían a una “trampa del desempleo”, en términos de expectativas futuras y descenso de los ingresos familiares, especialmente en parejas con un modelo de doble ingreso, que retrasa las transiciones a la maternidad, sobre todo en edades fértiles tempranas, y puede acabar afectando negativamente al número final de hijos. Esta relación negativa parece confirmarse, por ejemplo, en Estados Unidos para el desempleo femenino de larga duración durante las etapas más jóvenes (Currie y Schwandt 2014Currie, J. y H. Schwandt. 2014. “Short- and long-term effects of unemployment on fertility”. Proceedings of the National Academy of Sciences 111(41): 14734-14739. https://doi.org/10.1073/pnas.1408975111. ) y para la persistencia del paro en hombres, pero de forma mucho más débil en mujeres de países europeos como Francia (Ciganda 2015Ciganda, D. 2015. “Unstable work histories and fertility in France: An adaptation of sequence complexity measures to employment trajectories”. Demographic Research 32 (28): 843-876. https://doi.org/10.4054/DemRes.2015.32.28.; Pailhé y Solaz 2012Pailhé, A. y A. Solaz. 2012. “The influence of employment uncertainty on childbearing in France: A tempo or quantum effect?” Demographic Research 26(1): 1-40. https://doi.org/10.4054/DemRes.2012.26.1. ) o Italia (Busetta, Mendola y Vignoli 2019Busetta, A., D. Mendola y D. Vignoli. 2019. “Persistent joblessness and fertility intentions”. Demographic Research 40: 185-218. https://doi.org/10.4054/DemRes.2019.40.8.). Frente a esta visión, una segunda idea defiende que el desempleo de larga duración podría provocar un efecto desalentador en las mujeres que tratan de introducirse o reincorporarse al mercado de trabajo, reduciendo sus aspiraciones profesionales o aceptando a medio plazo peores trabajos, con un cierto “regreso” a la división de roles de género tradicionales (Friedman, Hechter y Kanazawa 1994Friedman, D., M. Hechter y S. Kanazawa. 1994. “A theory of the value of children”. Demography 31(3): 375-401. https://doi.org/10.2307/2061749.) que acabaría fomentando la fecundidad. Esta hipótesis de desempleo como “efecto sustitución” o ventana de oportunidad para la fecundidad solo es coherente si la mujer asume un periodo largo de paro, mientras que si su perspectiva es un periodo de desempleo inferior a un año es más probable que opten por retrasar el embarazo. Bajo ambas premisas, la duración del desempleo femenino afectaría positivamente a la fecundidad, sobre todo en la transición al primer nacimiento, como se ha confirmado en Noruega (Kravdal 2002Kravdal, Ø. 2002. “The impact of individual and aggregate unemployment on fertility in Norway”. Demographic Research 6(10): 263-294. https://doi.org/10.4054/DemRes.2002.6.10.) o Alemania Oriental (Özcan, Mayer y Luedicke 2010Özcan, B.; K. U. Mayer y J. Luedicke. 2010. “The impact of unemployment on the transition to parenthood”. Demographic Research 23(29): 807-846. https://doi.org/10.4054/DemRes.2010.23.29.).

La importancia de las expectativas personales y el grado de incertidumbre laboral hace que resulte necesario evaluar el impacto de los ciclos económicos y los periodos de crisis en la compleja relación entre desempleo y fecundidad. A nivel agregado, la fecundidad tiene un comportamiento procíclico (Campisi et al. 2020Campisi, N, H. Kulu, J. Mikolai, S. Klüsener y M. Myrskylä. 2020. “Spatial variation in fertility across Europe: Patterns and determinants”. Population, Space and Place 26(4): e2308. https://doi.org/10.1002/psp.2308.), por lo que correlaciona negativamente con las tasas de desempleo (Örsal y Goldstein 2010Örsal, K. y J. Goldstein. 2010. “The Increasing Importance of Economic Conditions on Fertility”. MPIDR Working Paper WP 2010-014: 1-15. https://doi.org/10.4054/MPIDR-WP-2010-014.). A nivel micro, los contextos de recesión económica aumentan la influencia de las situaciones individuales de desempleo y de desempleo de larga duración en el aplazamiento temporal de los nacimientos, como mecanismo de respuesta ante la inestabilidad (Matysiak, Sobotka y Vignoli 2021Matysiak, A.; T. Sobotka y D. Vignoli. 2021. “The Great Recession and Fertility in Europe: A Sub-national Analysis”. European Journal of Population 37(1): 29-64. https://doi.org/10.1007/s10680-020-09556-y.; Comolli 2017Comolli, C. L. 2017. “The fertility response to the Great Recession in Europe and the United States: Structural economic conditions and perceived economic uncertainty”. Demographic Research 36: 1549-1600. https://doi.org/10.4054/DemRes.2017.36.51.). Este efecto se da, sobre todo, entre los más jóvenes y para el primer hijo, como se ha evidenciado en Europa a raíz de la crisis de 2008 (Caltabiano, Comolli y Rosina 2017Caltabiano, M.; C. L. Comolli y A. Rosina. 2017. “The effect of the Great Recession on permanent childlessness in Italy”. Demographic Research 40: 185-218. https://doi.org/10.4054/DemRes.2017.37.20.; Kreyenfeld 2015Kreyenfeld M. 2015. “Economic Uncertainty and Fertility”. KZfSS Kölner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie 67(1): 59-80. https://doi.org/10.1007/s11577-015-0325-6.) y, más recientemente, en una revisión negativa de los planes de maternidad de las parejas durante la pandemia de Covid-19 (Luppi, Arpino y Rosina 2020Luppi, F., B. Arpino y A. Rosina. 2020. “The impact of COVID-19 on fertility plans in Italy, Germany, France, Spain, and the United Kingdom”. Demographic Research 43: 1399-1412. https://doi.org/10.4054/DemRes.2020.43.47.). Estas preocupaciones económicas tendrían un impacto en la reducción final de la fecundidad solo cuando son percibidas por las mujeres y en parejas que ya tienen hijos, para las que un retraso puede acabar significando una reducción final del número de hijos (Hofmann y Hohmeyer 2013Hofmann, B. y K. Hohmeyer. 2013. “Perceived Economic Uncertainty and Fertility: Evidence from a Labor Market Reform”. Journal of Marriage and Family 75(2): 503-521. https://doi.org/10.1111/jomf.12011.). En cambio, la gran recesión de la pasada década habría provocado, al mismo tiempo, el efecto contrario en las mujeres fértiles de mayor edad, especialmente entre las que no tenían hijos previos, aumentando su fecundidad como una “última” oportunidad ante la imposibilidad de retrasar más su maternidad, como se ha observado en las mujeres de más de 40 años en Estados Unidos (Comolli y Bernardi 2015Comolli, C. L. y F. Bernardi. 2015. “The causal effect of the great recession on childlessness of white American women”. IZA Journal of Labor Economics 4(21): 1-24. https://doi.org/10.1186/s40172-015-0037-1. ). En España, recientes investigaciones muestran un descenso de la fecundidad vinculado al periodo de crisis durante la pasada década (Puig-Barrachina et al. 2020Puig-Barrachina V., M. Rodríguez-Sanz, M. F. Domínguez-Berjón, U. Martín, M. Á. Luque, M. Ruiz y G. Perez. 2020. “Decline in fertility induced by economic recession in Spain”. Gaceta Sanitaria 34(3): 238-244. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2019.05.011. ), destacando que, debido a la larga duración de la recesión económica, sus implicaciones pueden ir más allá del aplazamiento de la maternidad (Castro-Martín et al. 2015Castro-Martín, T., T. Martín-García, A. Abellán, R. Pujol y D. Puga. 2015. “Tras las huellas de la crisis económica en la demografía española”. Panorama Social 22: 43-60.).

Finalmente, asumiendo la enorme selectividad de la población desempleada, para analizar el impacto de las situaciones de paro sobre las pautas de fecundidad es necesario abordar otros factores que interaccionan diferencialmente en ese vínculo, en especial el nivel educativo, uno de los aspectos más debatidos en la literatura.

Por un lado, las teorías clásicas sobre los procesos de formación familiar (Bongaarts 2003Bongaarts, J. 2003. “Completing the Fertility Transition in the Developing World: The Role of Educational Differences and Fertility Preferences”. Population Studies 57(3): 321-335. https://doi.org/10.1080/0032472032000137835.; Hoem 1986Hoem, J. M. 1986. “The Impact of Education on Modern Family-Union Initiation”. European Journal of Population / Revue Européenne De Démographie 2(2): 113-133.) y la teoría del valor de los hijos (Friedman, Hechter y Kanazawa 1994Friedman, D., M. Hechter y S. Kanazawa. 1994. “A theory of the value of children”. Demography 31(3): 375-401. https://doi.org/10.2307/2061749.) evidencian una relación inversa entre educación y fecundidad. Las mujeres menos educadas, cuando sus parejas están ocupadas, pueden encontrar en el desempleo una oportunidad alternativa a sus carreras laborales, bien idealizando una fácil reincorporación posterior al mercado de trabajo o bien como una posibilidad de transitar a la inactividad. Pero para las que han alcanzado estudios superiores, más allá de la situación del cónyuge, los costos de oportunidad de la maternidad prevalecen, dada su mayor inversión en capital humano, viéndose así más afectadas por la situación de incertidumbre laboral que las incentiva para posponer la maternidad, esperando una mejora de las condiciones de empleo como condición previa a tener hijos o espaciar los nacimientos como estrategia para reducir las penalizaciones laborales (Hanappi et al. 2017Hanappi, D., V. Ryser, L. Bernardi y J. M. Le Golf. 2017. “Changes in Employment Uncertainty and the Fertility Intention-Realization Link: An Analysis Based on the Swiss Household Panel”. European Journal of Population 33(3): 381-407. https://doi.org/10.1007/s10680-016-9408-y.; Woods y Neels 2017Wood, J. y K. Neels. 2019. “Does Mothers’ Parental Leave Uptake Stimulate Continued Employment and Family Formation? Evidence for Belgium”. Social Science 8(10): 292. https://doi.org/10.3390/socsci8100292. ; Kreyenfeld y Andersson 2014Kreyenfeld, M. y G. Andersson. 2014. “Socioeconomic differences in the unemployment and fertility nexus: Evidence from Denmark and Germany”. Advances in Life Course Research 21: 59-73. https://doi.org/10.1016/j.alcr.2014.01.007.). En España, este mecanismo es especialmente notable entre las mujeres jóvenes, debido a las incertidumbres del mercado cuando han realizado una gran inversión en capital humano, lo cual conlleva grandes expectativas laborales (González y Jurado-Guerro 2006Gonzalez, M. J. y T. Jurado-Guerrero. 2006. “Remaining childless in affluent economies: A comparison of France, West Germany, Italy and Spain, 1994-2001”. European Journal of Population 22(4): 317-352. https://doi.org/10.1007/s10680-006-9000-y. ) y un contexto poco favorable para la conciliación familiar (Cordero 2009Cordero, J. 2009. “El espaciamiento de los nacimientos, una estrategia para conciliar trabajo y familia en España”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 128: 11-33.). En este sentido, el estudio de Bono, Weber y Winter-Ebmer (2014)Bono, E. D.; A.Weber y R. Winter-Ebmer. 2014. “Fertility and economic instability: the role of unemployment and job displacement”. Journal of Population Economics 28(2): 463-478. https://doi.org/10.1007/s00148-014-0531-y. evidencia que la falta de efecto del desempleo en la fecundidad de las mujeres austriacas con alto nivel educativo se debe, en realidad, a una mayor renuncia a sus carreras laborales.

Por otro lado, en las últimas décadas la evidencia empírica ha mostrado una cada vez mayor relación directa entre educación, bienestar y fecundidad (Raymo, Musick e Iwasawa 2015Raymo, J. M.; K. Musick y M. Iwasawa. 2015. “Gender Equity, Opportunity Costs of Parenthood, and Educational Differences in Unintended First Births: Insights from Japan”. Population Research and Policy Review 34(2): 179-199. https://doi.org/10.1007/s11113-014-9348-3.; Myrskyla, Kohler y Billari 2009Myrskylä, M. y H. P. Kohler y F. C. Billari. 2009. “Advances in development reverse fertility declines”. Nature 460(7256): 741-743. https://doi.org/10.1038/nature08230.). Para personas con un nivel medio y bajo de educación, las restricciones materiales asociadas al desempleo pueden retrasar o impedir que se cumplan sus intenciones de tener hijos ante el creciente coste de estos, dinámica más común entre parejas que han optado por un modelo familiar de doble ingreso. En cambio, un nivel educativo alto otorga recursos que minimizan la incertidumbre laboral y, generalmente, va asociado a un regreso al mercado laboral más rápido tras el parto (Adsera 2011Adsera, A. 2011. “Where Are the Babies? Labor Market Conditions and Fertility in Europe”. European Journal of Population 27(1): 1-32. https://doi.org/10.1007/s10680-010-9222-x. ; Liefbroer y Corijn 1999Liefbroer, A. y M. Corijn. 1999. “Who, What, Where, and When? Specifying the Impact of Educational Attainment and Labour Force Participation on Family Formation”. European Journal of Population 15(1): 45-75. https://doi.org/10.1023/A:1006137104191.), por lo que el desempleo es más fácilmente visto como una oportunidad para la fecundidad. Del mismo modo, la decisión de tener hijos también se ve favorecida por un mayor control subjetivo sobre el trabajo y los diseños flexibles de la carrera laboral, tendencia que ha aumentado en las últimas décadas, especialmente para las mujeres altamente educadas (Begall y Mills 2011Begall, K. y M. Mills. 2011. “The impact of subjective work control, job strain and work-family conflict on fertility intentions”. European Journal of Population 2: 433-456. https://doi.org/10.1007/s10680-011-9244-z.), transformando así la relación entre educación y fecundidad.

En definitiva, el panorama que nos presenta la literatura es extremadamente diverso. No existen relaciones claras y unívocas de la participación laboral femenina y la situación de desempleo con la fecundidad, puesto que dicha asociación parece mediada por el contexto, las características personales y la situación del cónyuge, lo que nos ofrece la oportunidad de seguir explorando y midiendo su impacto.

Hipótesis

 

Debido a los divergentes ciclos económicos durante el periodo de estudio (2005-2019) y por su desigual impacto entre subgrupos poblacionales, nuestra hipótesis de partida es que el impacto, a nivel individual o de pareja, ha sido muy diverso en función de la situación laboral particular: consideramos que, para ciertas parejas, la pérdida de empleo de la mujer supone una oportunidad para ser padres, especialmente para tener el primer hijo, pero que a otras les ha privado o conllevado un retraso en dicha transición, algo que esperamos sea más intenso en los nacimientos de segundo orden y superior. Con base en la revisión de la literatura descrita anteriormente, se formulan distintas hipótesis de trabajo sobre el efecto del desempleo de larga duración en la fecundidad de las parejas.

  • H1. Esperamos que el desempleo femenino afecte positivamente a la probabilidad de tener el primer hijo y, de manera particular, en los casos de desempleo de larga duración de la mujer. Ahora bien, dicho efecto puede desaparecer en el caso de desempleo o inactividad del hombre.

  • H2. En el caso del efecto del desempleo femenino en los nacimientos de segundo orden y superior, esperamos efectos mixtos. Por un lado, dependiendo de la situación económica de la familia y de la situación laboral de la pareja, el efecto puede oscilar de positivo, cuando hay una situación económica estable, a negativo, en situaciones económicas y laborales familiares adversas. Por otro lado, esperamos que el desempleo de larga duración -y el número de meses en paro- afecte negativamente a la fecundidad en las parejas con hijos previos.

  • H.3. La crisis económica, al generar una gran incertidumbre en el empleo, produce un retraso de la fecundidad, esperándose menores probabilidades de tener hijos en las parejas con la mujer en paro de larga duración durante los años de recesión, de forma más intensa para los nacimientos de segundo orden y superior. Esperamos que la presencia de subsidios de desempleo ayude a minimizar esa incertidumbre y favorezca la fecundidad bajo esas condiciones.

METODOLOGÍA

 

Fuente de datos

 

Para la consecución de los objetivos planteados se utilizan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE durante el periodo 2005-2019. Esta fuente es un panel de hogares trimestral que tiene un gran potencial para la investigación por ofrecer una serie continua de datos, por la riqueza de información disponible, en especial en lo referente al ámbito laboral, y por el gran tamaño muestral, que permite poner el foco de estudio en rasgos particulares sin perder representatividad. No obstante, su uso tiene el inconveniente de que no está diseñada para analizar la fecundidad, aunque recientemente ya ha sido utilizada para este objetivo (por ejemplo, Miret 2019Miret, P. 2019. “¿Reacias a la maternidad? Primofecundidad en España a principios del siglo XXI”. Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales 18: a1801. ; Vidal y Miret 2017Vidal, E. y P. Miret. 2017. “Características de las madres primerizas y de los padres primerizos en la España del siglo XXI”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 160: 115-138. https://doi.org/10.5477/cis/reis.160.115.). Debido a que cada hogar solo permanece en la muestra durante un año y medio (seis olas), no abarca el período de tiempo suficiente que conllevaría, primero, entrar en desempleo, la posterior toma de decisiones sobre tener hijos bajo la condición de desempleo de larga duración y que, después, transcurran los 9 meses para que se produzca el nacimiento y pueda ser registrado en la EPA el recién nacido. Debido a esta limitación, hemos optado por trabajar con datos anuales de carácter transversal, reconstruyendo las trayectorias laborales y reproductivas previas, considerando un período de desempleo superior a 24 meses y en que se registra un niño de 0 años, lo que nos permite tener la certidumbre de un nacimiento concebido en situación de desempleo de la mujer 1 La EPA no tiene información sobre nacimientos ni permite identificar los hijos adoptados, pero, al considerar, a través de la relación de parentesco, los hijos con 0 años, se reduce a mínimas excepciones los posibles casos de hijos adoptados antes de cumplir 1 año. . Se ha tomado como referencia para la situación laboral el segundo semestre de cada año, debido a que es el menos influenciado por la fuerte estacionalidad del mercado de trabajo español. En los casos en que una misma observación aparece en dos años, se mantiene únicamente la primera.

Para construir la muestra de interés, se transforman los ficheros de microdatos individuales en un fichero en que cada registro corresponde a una pareja. Al ser una encuesta de hogares, la información sobre las parejas solo está disponible cuando se convive, por lo que el análisis se limita a ellas y se omiten otras tipologías, no pudiendo tampoco distinguir los tipos de uniones dado que la EPA solo pregunta por el estado civil legal. Además, dado que hay un interés por analizar las relaciones de género solo se consideran las parejas heterosexuales y se omiten las homosexuales. Finalmente, se seleccionan solo las parejas con mujeres de 20 a 44 años de edad, por ser estas las edades fértiles en que cobra interés la interacción entre desempleo y fecundidad.

A partir de esa trasformación se seleccionan dos submuestras en línea con los objetivos planteados. Por un lado, una submuestra general ―con un total de 216.262 parejas― que incluye todas las situaciones laborales de ambos miembros de la pareja con el objetivo de conocer el efecto desempleo femenino de larga duración sobre la fecundidad en comparación con otras situaciones laborales. Por otro lado, una submuestra ―compuesta por 34.649 registros― con las parejas en las que la mujer está en desempleo de larga duración, 24 o más meses en paro y habiendo trabajado previamente.

Variables dependientes e independientes

 

El fenómeno estudiado en esta investigación es la probabilidad de tener un hijo durante el año anterior a la observación por parte de las parejas españolas que conviven. Del total de parejas de la submuestra general, un 15,7 % habían tenido un hijo durante el último año, mientras que en la submuestra de las parejas en que la mujer se encuentra en desempleo de larga duración, el 14,4 % habían tenido un hijo en los últimos 12 meses. En consonancia con la literatura demográfica, se analizan por separado las parejas que no tienen hijos previos; por tanto, están expuestas a tener un primer nacimiento, y las parejas con hijos previos, cuya exposición es al nacimiento de segundo orden o superior. Para obtener el número de hijos de cada pareja, se consideran tanto los hijos de ambos cónyuges como los aportados por uno solo de los miembros cuando conviven en el hogar, debido a que el efecto en la economía familiar es similar. De la submuestra general, el 27,5 % de las parejas no habían tenido hijos previos, cifra que contrasta con el 12,3 % en las parejas con la mujer en paro de larga duración.

Las tablas 1 y 2 presentan, respectivamente, los datos descriptivos de la submuestra general y de la submuestra formada por las parejas en las que la mujer está en situación de desempleo de larga duración según las variables independientes consideradas. Un primer bloque agrupa las características sociodemográficas tanto de las mujeres como de los hombres de cada pareja: edad, nivel educativo y origen inmigrante, incluyendo la adquisición o no de la nacionalidad española.

Tabla 1.  Descriptivos de parejas que conviven, 2005-2019
Sin hijos previos Con hijos previos
% N % N
Mujeres 20-24 6.4 3,831 1 1,597
25-29 23.6 14,063 5.1 8,007
30-34 34.6 20,575 16.7 26,165
35-39 22.1 13,184 34.3 53,833
40-44 13.2 7,878 42.8 67,129
Estudios Primarios 5.2 3,099 10.5 16,519
Estudios Secundarios 46.4 27,645 58.4 91,515
Estudios Superiores 48.4 28,787 31.1 48,697
Nativas 84.4 50,231 84.8 132,892
Inmigrantes con nacionalidad 3.7 2,226 4.6 7,207
Inmigrantes sin nacionalidad 11.9 7,074 10.6 16,632
Ocupadas 49.5 29,473 42.9 67,238
Subempleadas 23.6 14,042 17.5 27,455
Desempleadas<24 9.7 5,796 8.9 13,953
Desempleadas>24 2.8 1,644 5.5 8,612
Inactivas 14.4 8,576 25.2 39,473
Hombres <25 2.5 1444 0.3 481
25-29 15.3 9,129 2.5 3,860
30-34 32.8 19,526 10.7 16,721
35-39 26.2 15,620 26.7 41,873
40-44 13.7 8,183 35.3 55,296
>44 9.4 5629 24.5 38500
Estudios Primarios 7.6 4,503 13.3 20,833
Estudios Secundarios 57 33,934 61.7 96,761
Estudios Superiores 35.4 21,094 25 39,137
Nativos 87.2 51,926 86.3 135,314
Inmigrantes con nacionalidad 3.1 1,862 4.4 6,819
Inmigrantes sin nacionalidad 9.6 5,743 9.3 14,598
Ocupados 65.6 39,077 68.1 106,715
Subempleados 21.1 12,546 17.7 27,764
Desempleados<24 8.2 4,874 8.2 12,779
Desempleados>24 1.6 949 2.2 3,463
Inactivos 3.5 2,085 3.8 6,010
Parejas Evento (nacimiento último año) 26.8 15,927 11.6 18,132
2005-2007 20.8 12,354 21.8 34,184
2008-2010 22.7 13,520 22.1 34,642
2011-2013 21.6 12,848 20.9 32,759
2014-2016 18.1 10,764 18.5 28,961
2017-2019 16.9 10,045 16.7 26,185
Total 100 59,531 100 156,731

Fuente: elaboración propia a partir de Encuesta de Población Activa (EPA)

Tabla 2.  Descriptivos de parejas en las que la mujer se encuentra en desempleo desde hace 2 o más años, pero que han trabajado antes, 2005-2019.
Sin hijos previos Con hijos previos
% N % N
Mujeres 20-24 4.9 210 0.7 217
25-29 15.1 643 4.9 1,490
30-34 28 1,190 16.1 4,909
35-39 26.7 1,137 33.2 10,106
40-44 25.2 1,072 45 13,675
Estudios Primarios 9.9 422 12 3,654
Estudios Secundarios 61.6 2,619 69.8 21,224
Estudios Superiores 28.5 1,211 18.2 5,519
Nativas 79.8 3,394 87.3 26,545
Inmigrantes con nacionalidad 5.4 230 4.3 1,293
Inmigrantes sin nacionalidad 14.8 628 8.4 2,559
Meses en desempleo (media) 32.8 4,252 48.9 30,397
Subsidio de desempleo (sí) 7.7 326 6.5 1,966
Hombres <25 1.7 76 2.5 755
25-29 8.9 378 9.8 2,991
30-34 22 934 25.4 7,730
35-39 27.1 1,151 36.3 11,044
40-44 20.3 865 20.1 6,111
>44 19.8 848 5.8 1766
Estudios Primarios 11.5 487 14 4,253
Estudios Secundarios 62.3 2,649 65.3 19,841
Estudios Superiores 26.2 1,116 20.7 6,303
Nativos 86.8 3,692 89.5 27,218
Inmigrantes con nacionalidad 3.8 161 3.7 1,136
Inmigrantes sin nacionalidad 9.4 399 6.7 2,043
Ocupados 61.4 2,609 68.9 20,941
Subempleados 19.3 820 17.3 5,260
Desempleados<24 10 425 7.4 2,250
Desempleados>24 3.9 165 2.6 788
Inactivos 5.5 233 3.8 1,158
Subsidio de desempleo (sí) 8.3 350 7.2 2,182
Parejas Evento (nacimiento el último año) 34.4 1,463 11.6 3,537
2005-2007 19.4 827 25.4 7,717
2008-2010 17.5 743 21.9 6,657
2011-2013 23.9 1,018 21.3 6,478
2014-2016 23.2 985 18.5 5,633
2017-2019 16 679 12.9 3,912
Total 100 4,252 100 30,397

Fuente: elaboración propia a partir de Encuesta de Población Activa (EPA)

Un segundo bloque reúne las variables relativas a la situación de los miembros de la pareja en el mercado de trabajo. La situación laboral de hombres y mujeres se ha recodificado en 5 categorías: primero, el grupo de personas ocupadas con contrato indefinido y a tiempo completo o parcial voluntario; segundo, los ocupados denominados ‘subempleados’ por tener un contrato temporal o por insuficiencia de horas -trabajo a tiempo parcial involuntario-; tercero, las personas desempleadas durante menos de 24 meses; cuarto, los desempleados de larga duración, marcando la definición en 2 años o más, y quinto, las personas que se encuentran en distintas situaciones de inactividad. Además, para la submuestra de parejas con mujeres en paro de larga duración, se incorporan como variables independientes los meses que lleva en desempleo la mujer y, para ambos miembros, si se recibe o no algún tipo de prestación o subsidio por desempleo -censurando, en el caso de los hombres, solo para los que se encuentran en dicha situación-. Esta variable dicotómica no guarda una relación directa con los meses en desempleo, dado que incluye tanto las prestaciones contributivas como los subsidios de carácter asistencial asociados a determinadas circunstancias personales y familiares.

Estrategia analítica

 

El análisis se lleva acabo estimando modelos de regresión logística para obtener la probabilidad de que ocurra el evento (nacimiento en el último año) en función de las distintas variables de control y de varias interacciones. Por tanto, la probabilidad de tener un hijo durante el último año varía de 0 a 1 en función de un conjunto de variables explicativas.

Para conocer mejor el efecto del desempleo femenino en las pautas reproductivas de las parejas, es necesario considerar la interacción entre las situaciones laborales de ambos miembros. Para ello, se estiman, junto al modelo general, los modelos con interacciones entre la situación laboral de la mujer y la situación laboral del hombre en la probabilidad de tener un hijo en el último año.

RESULTADOS

 

Se presentan dos tipos de resultados: primero, las probabilidades de nacimiento en función de las diferentes situaciones laborales de ambos miembros de la pareja y sus interacciones, controlando por el efecto del resto de variables independientes; segundo, los resultados de los modelos de regresión en las parejas con la mujer en desempleo de larga duración.

4.1. El efecto de la situación laboral en la probabilidad de tener hijos

 

Como cabría esperar, la inactividad de la mujer en la pareja favorece la fecundidad cualquiera que sea la situación laboral del hombre y tanto para el primer nacimiento (tabla 3) como para los de orden superior (tabla 4), aunque más intensamente en la probabilidad de tener un primer hijo. También, independientemente del orden de nacimiento, se confirma el efecto negativo de la ocupación bajo situaciones de precariedad (subocupados), tanto en el caso de los hombres como, especialmente, en el caso de las mujeres.

Tabla 3.  Probabilidad de un 1.er nacimiento según interacción de la situación laboral de ambos miembros de la pareja. España, 2005-2019
Hombres Total (modelo sin interacción)
Ocupados Sub-ocupados Desempleo <24m Desempleo >24m Inactivos
Mujeres Ocupadas 1.000 (ref.) 0.808*** 0.839** 0.656** 0.715*** 1.000 (ref.)
Subocupadas 0.623*** 0.539*** 0.591*** 0.496*** 0.424*** 0.632***
  • Desempleo

  • <24 meses

0.869** 1.010 0.965 0.957 0.524** 0.982
  • Desempleo de

  • larga duración

1.158* 1.347** 1.017 0.588** 0.341** 1.197**
Inactivas 2.707*** 2.872*** 2.609*** 2.442*** 0.891 2.809***
Total (modelo sin interacción) 1.000 (ref.) 0.909*** 0.916* 0.759** 0.533***

Notas: Odds ratio. Significatividad: *** p<0.001, ** p<0.01, * p<0.1
Variables de control: hijos previos, edad de la mujer y del hombre, origen inmigrante de la mujer y del hombre, nivel educativo de la mujer y del hombre, año de la encuesta. R2=0,095
Fuente: elaboración propia

Tabla 4.  Probabilidad de un nacimiento de 2.º orden o superior según interacción de la situación laboral de ambos miembros de la pareja. España, 2005-2019
Hombres Total (modelo sin interacción)
Ocupados Sub-ocupados Desempleo <24m Desempleo >24m Inactivos
Mujeres Ocupadas 1.000 (ref.) 0.910* 0.880* 1.095 0.813* 1.000 (ref.)
Subocupadas 0.688*** 0.530*** 0.648*** 0.681** 0.497*** 0.646***
  • Desempleo

  • <24 meses

0.817*** 0.784*** 0.835** 0.841* 0.586** 0.814***
  • Desempleo

  • larga duración

0.682*** 0.765** 0.978 0.932 0.956 0.783***
Inactivas 1.657*** 2.004*** 2.028*** 2.001*** 1.430*** 1.788***
Total (modelo sin interacción) 1.000 (ref.) 0.995 1.052 1.118 0.827***

Notas: Odds ratio. Significatividad: *** p<0.001, ** p<0.01, * p<0.1
Variables de control: hijos previos, edad de la mujer y del hombre, origen inmigrante de la mujer y del hombre, nivel educativo de la mujer y del hombre, año de la encuesta. R2=0,126
Fuente: elaboración propia

Las diferencias respecto al desempleo, objetivo de esta investigación, son más interesantes. El desempleo masculino está asociado a una menor probabilidad de tener hijos, sea el primero o de orden superior, con independencia de la situación de la mujer. Aunque esta asociación negativa es más intensa cuando el desempleo masculino es de larga duración y cuando la mujer se encuentra en condiciones de precariedad laboral, concordando estos resultados con la teoría de la privación de recursos en las familias.

Por su parte, ceteris paribus, el desempleo femenino presenta relaciones divergentes según la presencia de hijos previos y la duración del paro. Para el primer nacimiento, que la mujer haya estado en paro menos de 24 meses no presenta un efecto significativo en el conjunto de parejas, pero sí disminuye la probabilidad de tener un hijo cuando el hombre está ocupado o inactivo. Esta relación negativa del desempleo femenino es más intensa para el segundo nacimiento y sucesivos en todas las situaciones laborales del hombre. Respecto a las parejas en que ambos miembros están ocupados (categoría de referencia), el desempleo de larga duración de la mujer va asociado significativamente a la fecundidad para las parejas sin hijos, pero la disminuye para las parejas que ya tenían hijos previamente. Lo relevante del análisis es que este cambio de dirección se da cuando el hombre se encuentra ocupado en ambas situaciones. Es decir, estando el hombre ocupado, aunque sea en condiciones precarias, el paro femenino de larga duración aparece como una oportunidad para tener el primer hijo a pesar de las posibles restricciones económicas, pero se convierte en un freno para tener sucesivos hijos, debido posiblemente al mayor impacto de la limitación de recursos. Así, de acuerdo con lo señalado por Baizán (2006)Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772., tras el primer nacimiento la combinación de la situación de la pareja pasa a primar por encima de la situación de uno solo de los miembros de la pareja.

Por último, como se esperaba, cuando el desempleo de larga duración lo padecen ambos miembros de la pareja la probabilidad de tener un primer hijo disminuye muy significativamente, como también ocurre cuando la mujer lleva 24 meses o más en paro y el hombre es inactivo, lo que remitiría de nuevo a la falta de recursos. Para el segundo nacimiento y siguientes, la combinación de desempleo de larga duración femenino con el desempleo masculino no presenta un comportamiento reproductivo diferente al de las parejas con ambos miembros ocupados.

Determinantes de la fecundidad en parejas con la mujer en desempleo de larga duración

La tabla 5 presenta la probabilidad de tener un hijo durante el último año para las parejas con la mujer en desempleo de larga duración según distintas características individuales, estimando separadamente un modelo para las parejas sin hijos previos y otro para las parejas expuestas a tener un segundo hijo o de orden superior.

Tabla 5.  Probabilidad de nacimientos según el orden en parejas con la mujer en situación de desempleo de larga duración, 2005-2019.
Nacimiento de 1.er orden Nacimiento de 2.º orden o superior
Mujeres 20-24 1.431** (0.260) 1.105 (0.189)
25-29 1.053 (0.118) 1.325*** (0.095)
30-34 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
35-39 0.856 (0.084) 0.593*** (0.029)
40-44 0.389*** (0.053) 0.205*** (0.015)
Estudios Primarios 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
Estudios Secundarios 1.262* (0.181) 0.954 (0.065)
Estudios Superiores 1.415** (0.226) 1.390*** (0.111)
Nativas 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
Inmigrantes con nacionalidad 0.981 (0.167) 1.177* (0.112)
Inmigrantes sin nacionalidad 0.805* (0.102) 1.041 (0.089)
Meses en paro 0.988*** (0.001) 0.993*** (0.000)
Subsidio de desempleo (sí) 3.948*** (0.551) 1.191** (0.078)
Hombres < 24 0.599* (0.163) 1.204 (0.348)
25-29 0.642** (0.089) 0.954 (0.096)
30-34 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
35-39 0.887 (0.089) 0.902* (0.051)
40-44 0.557*** (0.070) 0.580*** (0.039)
>44 0.323*** (0.051) 0.401*** (0.035)
Estudios Primarios 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
Estudios Secundarios 1.231 (0.173) 0.974 (0.063)
Estudios Superiores 1.065 (0.163) 1.275** (0.097)
Nativos 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
Inmigrantes con nacionalidad 1.217 (0.229) 1.035 (0.105)
Inmigrantes sin nacionalidad 1.394* (0.205) 1.240* (0.113)
Ocupados 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
Subempleados 0.903 (0.085) 1.030 (0.052)
Desempleados <24m 0.517*** (0.087) 1.038 (0.097)
Desempleados >24m 0.448*** (0.103) 1.025 (0.124)
Inactivos 0.443*** (0.099) 0.998 (0.114)
Subsidio de desempleo (sí) 1.368* (0.248) 0.941 (0.092)
Periodo 2005-2007 1.461*** (0.163) 1.153* (0.067)
2008-2010 1.177 (0.133) 1.254*** (0.073)
2011-2013 1.0 (ref.) 1.0 (ref.)
2014-2016 0.844 (0.090) 1.190** (0.073)
2017-2019 1.080 (0.130) 1.323*** (0.090)
Constante 1.097 (0.224) 0.456*** (0.046)
R2 0.166 0.147
Observations 4,242 30,391

Notas: Odds ratio y entre paréntesis errores estándar. Significatividad: *** p<0.001, ** p<0.01, * p<0.1
Fuente: elaboración propia

En primer lugar, una mayor edad de ambos miembros se asocia con una menor probabilidad de nacimientos, tanto para las parejas con hijos como sin hijos. Respecto a los grupos quinquenales de 30-34, la asociación con la edad se torna negativa en hombres y mujeres a partir de los 35 años para las parejas que tienen hijos previos, pero solo es significativa a partir de los 40 años para el primer hijo, seguramente por la imposibilidad de aplazar más tiempo el primer nacimiento si se quiere cumplir el deseo de la maternidad/paternidad. Por el contrario, las mujeres en desempleo de larga duración más jóvenes encuentran, en mayor medida, en esta situación una oportunidad para tener hijos. Sin embargo, en los hombres los grupos más jóvenes tienen significativamente menor probabilidad de tener un primer hijo, en relación con la vulnerable estabilidad familiar en esas etapas del ciclo vital y las diferentes relaciones entre edad y género en la formación de uniones.

En segundo lugar, los resultados muestran una relación directa entre el nivel educativo y la fecundidad bajo la condición de desempleo femenino de larga duración. Es decir, las mujeres con estudios superiores son las que presentan una mayor probabilidad de tener hijos llevando en paro 24 o más meses. La educación de los hombres tiene menor efecto, pero sí se observa una mayor probabilidad para los hombres con estudios superiores de tener un segundo o siguientes hijos. Esta asociación se explica por la menor incertidumbre laboral de estas mujeres como resultado de su inversión en capital humano, pese a que su coste de oportunidad podría ser mayor.

En tercer lugar, el origen inmigrante de la mujer no presenta grandes diferencias respecto a la población nativa cuando se está en desempleo de larga duración, vinculado esto a un cierto efecto igualador de los procesos de integración y los mecanismos de protección social, y a la fuerte heterogeneidad del colectivo migrante según sus orígenes y concepciones de la maternidad (González-Ferrer et al. 2017González-Ferrer, A., T. Castro, E. K. Kraus y T. Eremenko. 2017. “Childbearing patterns among immigrant women and their daughters in Spain: Over-adaptation or structural constraints?”. Demographic Research 37(19): 599-634. https://doi.org/10.4054/DemRes.2017.37.19.). Respecto a las mujeres nativas, ser inmigrante con nacionalidad española no tiene diferencias en el primer hijo, pero sí se asocia a una mayor probabilidad de tener el segundo hijo y sucesivos; mientras que ser mujer inmigrante sin nacionalidad presenta un menor riesgo en el primer hijo, pero no en el segundo. En el caso de los hombres, con o sin hijos previos, se observa que los inmigrantes sin nacionalidad española tienen una mayor probabilidad de tener hijos estando sus parejas en paro de larga duración, lo que se pueden explicar por la primacía de valores más tradicionales en sus sociedades de origen.

En cuarto lugar, la situación laboral del cónyuge es la que presenta una mayor significatividad. Como se esperaba, la situación laboral del hombre es altamente significativa al encontrarse la mujer en desempleo de larga duración para las parejas sin hijos previos. Para el primer nacimiento, no se observan diferencias entre los hombres ocupados y los hombres subocupados, lo cual lleva a pensar que el mantenimiento de cierto umbral de ingresos sería una condición suficiente frente a otras situaciones laborales. El desempleo o inactividad del hombre significativamente supone un freno para tomar la decisión de tener un primer hijo estando la mujer en desempleo de larga duración. En cambio, la situación laboral del hombre no tiene ninguna relación significativa en el modelo para las parejas con hijos previos. Es decir, bajo la difícil situación de desempleo de larga duración de la mujer, la ocupación del hombre puede tornar esa “dificultad” laboral en oportunidad para iniciar el proyecto reproductivo, pero prevalece como “freno” para los siguientes nacimientos porque los hijos previos aumentan el coste económico y de cuidados, por lo que es más probable el retraso o abandono de los planes reproductivos como respuesta a una situación de inseguridad económica. Concuerda así con los resultados presentados en el primer ejercicio, favoreciendo el desempleo femenino de larga duración tener un primer hijo, siendo la estabilidad laboral del hombre una condición suficiente; pero reduciendo las opciones de tener un segundo hijo o sucesivos en la medida en que, en estos casos, prima más la combinación de la situación de la pareja en las decisiones reproductivas

Se observa una asociación muy significativa entre el aumento de los meses en desempleo de las mujeres y la menor probabilidad de tener hijos, tanto de primer como de segundo orden o superior. Una situación particular durante el desempleo de larga duración es el hecho de que se esté recibiendo un subsidio. Que la mujer reciba un subsidio en la situación de paro de larga duración está asociado a una mayor probabilidad de tener hijos, de forma más intensa para el primer nacimiento. Que lo reciba el hombre tiene el mismo impacto, aunque con menor intensidad y solo para el primer nacimiento. Este hallazgo refuerza la importancia de la disponibilidad de recursos para la fecundidad en general y para el primer hijo en particular, el mismo resultado que el obtenido por Baizán (2006)Baizán, P. 2006. “El efecto del empleo, el paro y los contratos temporales en la baja fecundidad española de los años 1990”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas 115: 223-253. https://doi.org/10.2307/40184772.. Por lo tanto, mientras que el desempleo de larga duración proporciona el tiempo para ser madre, el subsidio proporcionaría los recursos económicos necesarios para tener el primer hijo, pero no para seguir ampliando la familia bajo esas circunstancias.

Por último, la relación entre desempleo de larga duración y fecundidad está marcada por el efecto de los ciclos económicos para las parejas con hijos previos, pero no tiene una asociación significativa en el primer nacimiento, que solo muestra un efecto positivo durante el periodo de fuerte crecimiento económico entre 2005-2007. De acuerdo con la hipótesis planteada, los mayores efectos de la crisis económica, que se produjeron en el período 2011-2013, aparecen asociados a una reducción de los nacimientos de segundo orden o superior, en comparación con el periodo previo de boom económico y con la posterior recuperación económica a partir de 2014, momento en que las tasas de paro empezaron lentamente a reducirse en España. Estos resultados apuntan a un posible aplazamiento o renuncia a tener un segundo o sucesivos hijos cuando la mujer sufre desempleo de larga duración en contextos de crisis económica que aumentan la incertidumbre hacia el futuro laboral.

CONCLUSIONES

 

Los resultados muestran, como cabría esperar, la importancia de las condiciones económicas en el proceso reproductivo; es decir, disponer de recursos es un importante requisito para tener hijos en la práctica totalidad de las familias. Ahora bien, al interior de las parejas se encuentran situaciones particulares que definen situaciones especiales para transitar a la paternidad o maternidad, o completar la descendencia con más hijos. Ambas situaciones responden a diferentes equilibrios entre el deseo de tener un hijo y la situación económica-laboral.

En primer lugar, uno de los principales hallazgos del presente estudio es que muestra la diferencia que conlleva, en la interferencia entre desempleo y fecundidad, la transición al primer nacimiento o a tener un segundo o posterior hijo. El desempleo femenino de larga duración aparece como una oportunidad para ser madre en parejas sin hijos, pero es un freno para aquellas que ya tenían descendencia. Dada la tardía edad de la maternidad en España, el paro de larga duración coloca a las mujeres y a sus parejas en una situación extrema, en el sentido de que no cuentan con mucho tiempo para seguir retrasando el nacimiento del primer hijo, por lo que priman el nacimiento de este primer hijo sobre la situación laboral e incluso sobre las expectativas laborales. Esto, sobre todo, se produce con más probabilidad entre las mujeres más educadas, quienes a la vez suelen ser quienes tienen el primer hijo a edades más tardías, como mecanismo para ajustar su vida familiar y sus obligaciones o expectativas laborales (Mynarska et al. 2015Mynarska, M., A. Matysiak, A. Rybińska, V. Tocchioni y D. Vignoli. 2015. “Diverse paths into child- lessness over the life course”. Advances in Life Course Research 25: 35-48. https://doi.org/10.1016/j.alcr.2015.05.003.; Van Balen, Verdurmen y Ketting 1997Van Balen, F.; J. E. Verdurmen y E. Ketting. 1997. “Age, the desire to have a child and cumulative pregnancy rate”. Human Reproduction 12(3): 623-627. https://doi.org/10.1093/humrep/12.3.623.). Sin embargo, en las parejas que ya han tenido hijos la inseguridad económica-laboral asociada a largos periodos de desempleo de la mujer limita tener un hijo más, lo cual puede traducirse, en muchos casos, en no alcanzar su número ideal de hijos al final del periodo reproductivo (Castro-Martín et al. 2018Castro Martín, T., T. Martín García, J. Cordero y M. Seiz. 2018. “El desafío de la baja fecundidad en España”. Pp. 165-228 en Informe España 2018. Coord. A. Blanco, A. Chueca, J.A. López-Ruiz y S. Mora. Madrid: Universidad Pontificia Comillas.).

En este sentido, conviene subrayar el diferente significado para las decisiones reproductivas del desempleo en general y del desempleo de larga duración en particular. Mientras el paro de larga duración fomenta o frena la fecundidad, según las etapas del ciclo de vida familiar y las características socioeconómicas de la pareja, periodos de paro inferiores suponen una interrupción de los planes familiares que se espera sobreponer encontrando un nuevo empleo, por lo que, como respuesta, serviría un aplazamiento de la maternidad. En contra, de acuerdo con la hipótesis planteada, un aumento de los meses en desempleo de la mujer en paro de larga duración reduce la probabilidad de tener hijos, ya sea el primero o sucesivos, en consonancia con las teorías de la privación de recursos y el aumento de la incertidumbre laboral (penalización sobre la carrera laboral de la mujer y mayor riesgo de no reincorporación).

En segundo lugar, se observa un diferente efecto de la situación laboral de la mujer con respecto al hombre. En general, el nacimiento de un hijo va unido a una situación de empleo del padre como proveedor de recursos bajo la pervivencia de un modelo de reproducción tradicional. En las parejas con la mujer en desempleo de larga duración, la situación laboral del hombre tiene una influencia significativa para tener un primer hijo, pero no es relevante para los hijos de orden superior, para los que entra en juego la situación de la pareja y, posiblemente, intervienen otras situaciones familiares al margen de las estrictamente laborales.

Por último, los resultados han mostrado el efecto negativo sobre la fecundidad de la fase más dura de la pasada crisis económica, entre 2011 y 2013, como consecuencia de las peores expectativas económicas de las familias. Entre las parejas con la mujer en desempleo de larga duración, esta relación se evidencia de forma más significativa para las parejas con hijos previos que, como consecuencia, han postergado o renunciado a ampliar y completar su descendencia. La combinación de un empleo de larga duración con la recepción de un subsidio aparece como una situación que ha facilitado ser madre o padre, pero es insuficiente para tener un hijo más. Así, las transferencias directas con base en medidas de protección laboral, como los subsidios por desempleo, abonarían los mecanismos positivos de la situación de paro de larga duración sobre las pautas de fecundidad, debido a que minimizan la pérdida abrupta de recursos y la incertidumbre hacia el futuro de la economía familiar. Cabría esperar, a la luz de estos resultados, que las medidas de protección social y familiar, como, por ejemplo, los programas de renta básica universal, ejercieran un efecto positivo sobre la fecundidad y redujesen el espaciamiento entre los nacimientos, como han evidenciado investigaciones previas en otros contextos (Yonzan, Timilsina y Kelly 2020Yonzan, N., Timilsina, L. e I. R. Kelly. (2020). “Economic Incentives Surrounding Fertility: Evidence from Alaska’s Permanent Fund Dividend”. NBER Working Papers 26712, National Bureau of Economic Research, Inc.; Brezis 2014Brezis, E. (2014). “Paid Basic Income, Fertility Rates and Economic Growth”. Working Papers 2014-10. Bar-Ilan University, Department of Economics. ). Estos mecanismos podrían ayudar también a reducir la infecundidad que afecta en la actualidad en España a 1 de cada 4 mujeres que alcanzan la edad de 40 años, de acuerdo a los datos de la Encuesta de Fecundidad de 2018 del INE.

FINANCIACIÓN

 

Este trabajo forma parte de los proyectos de investigación “Convergencias y divergencias demográficas entre nativos e inmigrantes en España” (Referencia: RTI2018-098455-A-C22) del programa nacional I+D+i del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y “Baja fecundidad e infecundidad: un análisis de los factores causales de la pérdida de nacimientos en España y Castilla y León en perspectiva comparada” (Referencia: SA047G19), de la Junta de Castilla y León.

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NOTAS

 
[1]

La EPA no tiene información sobre nacimientos ni permite identificar los hijos adoptados, pero, al considerar, a través de la relación de parentesco, los hijos con 0 años, se reduce a mínimas excepciones los posibles casos de hijos adoptados antes de cumplir 1 año.