Revista Internacional de Sociología 80 (1)
enero-marzo, e199
ISSN: 0034-9712, eISSN: 1988-429X
https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.1.20.63

TEORÍA TULLIDA. UN RECORRIDO CRÍTICO DESDE LOS ESTUDIOS DE LA DISCAPACIDAD O DIVERSIDAD FUNCIONAL HASTA LA TEORÍA CRIP

CRIP THEORY. A CRITICAL JOURNEY FROM DISABILITY (FUNCTIONAL DIVERSITY) STUDIES TO CRIP THEORY

Laura Moya

Universidad de Zaragoza

https://orcid.org/0000-0002-8330-4338

Resumen

Los estudios de la discapacidad cuentan con cuatro décadas de historia en las que este campo de conocimiento ha evolucionado y complejizado su análisis sumando nuevos enfoques teóricos y prácticos. En esta ocasión, con el fin de conocer la evolución de estos estudios hasta la teoría crip o teoría tullida, partimos del marco teórico anglosajón que nos permite trazar una genealogía de este campo de conocimiento para, posteriormente, poner esta en diálogo con la producida en nuestro contexto. Dado que los principales análisis del campo apenas han sido traducidos a nuestro idioma y que el mismo no cuenta con una amplia trayectoria en nuestro contexto, este artículo se propone como una breve guía de aproximación al campo de los estudios sobre la discapacidad y, en especial, al surgimiento de la teoría tullida.

Palabras clave: 
Teoría crítica; Discapacidad; Diversidad funcional; Crip; Tullida
Abstract

Disability Studies have four decades of history in which this field of knowledge has evolved and made its analysis more complex, adding new theoretical and practical approaches. This time, and in order to know the evolution of these studies to Crip Theory, we start from the Anglo-Saxon theoretical framework that allows us to draw a genealogy of this field of knowledge and, later, put it in dialogue with it is being developed in our context. Given that this field of studies does not have a long history in our context and that most of these analyzes have not been translated into our language, this article aims to be a brief guide to this field of study and, especially, to the rise of the Crip Theory.

Keywords: 
Critical theory; Disability; Functional diversity; Crip

Recibido: 18.5.2020. Aceptado: 03.4.2021. Publicado: 08.04.2022

LAURA MOYA es investigadora predoctoral FPU (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) en la Universidad de Zaragoza. Sus intereses de investigación son los estudios críticos de la discapacidad, los estudios culturales y la teoría feminista.

Cómo citar este artículo/Citation: Moya, L. 2022. Teoría tullida. Un recorrido crítico desde los estudios de la discapacidad o diversidad funcional hasta la teoría CRIPRevista Internacional de Sociología 80(1):e199. https://doi.org/10.3989/ris.2022.80.1.20.63

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

“Crip is my favorite four-letter word. Succinct and blunt, profane to some, crip packs a punch. Crip is unapologetic. Audacious. Noncompliant. Crip takes pleasure in its boldness and utter disinterest in appearing “respectable” to the status quo. It’s a powerful self-descriptor, a cultural signifier, and a challenge to anyone attempting to conceal disability off in the shadows. Crip is anti-assimilationist and proud of it. Crip is outspoken with no patience for nonsense. Crip is my culture and it’s where I want to be.”

Caitli N. Wood, 2014:7Wood, K. N. (Ed.). 2014. Criptiques. May Day.

La academia no ha ignorado la discapacidad como una categoría de análisis. Sin embargo, la mayor parte de la investigación en torno a esta ha venido de las áreas de las ciencias de la salud y la educación “especial”, que apostaron por un enfoque biomédico-individual-rehabilitador de la discapacidad. Bajo este enfoque, la discapacidad es una deficiencia, falta o patología que requiere ser corregida o curada, lo que conlleva la individualización y medicalización de tal condición (Arnau 2013Arnau, S. 2013. “La Filosofía de Vida Independiente. Una estrategia política noviolenta para una Cultura de Paz”. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva Vol. 7, nº. 1: 93-112.; Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.; Arnau y Toboso 2009Arnau, S. y M. Toboso. 2009. “La IN-dependencia: un nuevo derecho de ciudadanía. Una cuestión de Derechos Humanos”. Pp. 149-163 en: Actas del XVII Congrés Valencià de Filosofia, editado por Enric Casaban. Valencia: Societat de Filosofia del Pais Valenciá.; Ferreira 2010Ferreira, M. A. 2010. “De la minus-valía a la diversidad funcional: un nuevo marco teórico-metodológico”. Política y sociedad 47 (1): 45-65.; Palacios 2008Palacios, A. 2008. El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Madrid: CERMI.; Oliver 1990Oliver, M. 1990. The Politics of Disablement. Basingstoke: Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-349-20895-1.). Es a partir de las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX, gracias al activismo gestado en las décadas anteriores, cuando emergen los estudios de la discapacidad (Disability Studies), aportando otros enfoques de análisis al respecto.

Los estudios de la discapacidad comprenden la discapacidad 1 Se hace uso del término ‘discapacidad’, bien como categoría de análisis (no como referencia a la persona) o bien en el sentido propuesto desde el modelo social (la sociedad discapacita a través de barreras y discriminación), cuando los autores citados así lo refieran. Se hará uso del término diversidad funcional, en referencia a la situación de la persona o al modelo teórico de este mismo nombre. Para más información sobre el término diversidad funcional y su elaboración y uso por una parte del activismo en nuestro contexto, puede leerse Romañach y Lobato (2007). como una categoría social y política que interactúa con todos los aspectos de la sociedad de manera compleja, por lo que analizan dicha interacción desde la interdisciplinariedad. De acuerdo con Longmore (2003)Longmore, P. K. 2003. Why I Burned My Book and Other Essays on Disability. Philadelphia: Temple UP., estos estudios indagan en la intrincada relación entre lo social, lo cultural, lo político y lo económico, centrando su atención en los procesos que le han dado un significado particular a la discapacidad y que han determinado el tratamiento de las personas con discapacidad en la sociedad. Por tanto, los estudios de la discapacidad son más que una respuesta al enfoque biomédico de la discapacidad, ya que, como explicó Linton (1998)Linton, S. 1998. Claiming Disability: Knowledge and Identity. New York: New York University Press., proporcionan una base epistemológica para explicar la discapacidad como un fenómeno social, político y cultural.

Dentro de los estudios de la discapacidad, no obstante, encontramos variedad de enfoques. En esta ocasión, y con la finalidad de recoger en este artículo el camino recorrido en los estudios de la discapacidad hasta la(s) teoría(s) 2 Se utiliza el plural para referirse a esta o estas teorías en su conjunto, puesto que es un campo de estudio emergente en constante transformación. No obstante, a partir de aquí, se hará referencia a este campo de estudios en singular para simplificar la lectura de este texto. crip y su resonancia en nuestro contexto, repasamos la evolución de este campo de estudio. Para ello, partimos de la genealogía y las discusiones contemporáneas de los estudios de la discapacidad anglosajones, con una amplia trayectoria, que nos permiten introducir los principales debates surgidos en este campo para, posteriormente, ponerlos en diálogo con los llevados a cabo en nuestro contexto. Con este fin, iniciamos el trayecto esbozando los principales aspectos del modelo social, el cual ha sido y es clave en el cambio de paradigma sobre la discapacidad, al poner el foco en la sociedad y los procesos de discapacitación que en esta se producen (Oliver 1990Oliver, M. 1990. The Politics of Disablement. Basingstoke: Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-349-20895-1.; Thomas 2007Thomas, C. 2007. Sociologies of Disability and Illness: Contested Ideas in Disability Studies and Medical Sociology. New York: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-137-02019-2.). No obstante, este modelo provocó nuevos debates que ampliaron este campo de estudios, dando lugar, a partir de la década de los años noventa del siglo XX, a los estudios críticos de la discapacidad. Atendiendo a los principales aspectos de dichos estudios críticos, centramos el análisis en las aportaciones de los estudios feministas de la discapacidad (Feminist Disability Studies) y, en particular en los enfoques queer, que dieron lugar al surgimiento de la teoría crip. Por último, y con la finalidad de contrastar la resonancia que dicha teoría está teniendo en nuestro contexto, señalamos el alcance y los debates que se están produciendo actualmente en el ámbito académico español a este respecto.

MODELO SOCIAL: EL CAMBIO DE PARADIGMA

 

El modelo social surge a partir del activismo de la década de los años setenta en el Reino Unido. Entre estos grupos activistas, la UPIAS (Union of Phisically Impaired Against Segregation), elabora una serie de postulados que serán claves en el desarrollo teórico del modelo social. Entre tales postulados, destacamos el siguiente:“In our view it is society which disables physically impaired people. Disability is something imposed on top of our impairments by the way we are unnecessarily isolated and excluded from full participation in society” (UPIAS 1976:14UPIAS. 1976. Fundamental Principies of Disability. Londres, Union of Physically Impaired Against Segregation.).

Con esta premisa, autores del modelo social identificaron los fundamentos estructurales de la opresión hacia las personas discapacitadas, sosteniendo que las barreras o restricciones sociales materiales impuestas por la sociedad incapacitaban a las personas que portaban diferencias corporales o mentales (impedimento). Entre otros, Mike Oliver, Colin Barnes o Vic Finkelstein politizaron la discapacidad prestando atención a las experiencias comunes de opresión y propusieron abordar el problema mediante una mayor participación sociopolítica de las personas discapacitadas. 3 Según explican Oliver y Barnes (2012), el modelo social en ningún momento tuvo la pretensión de convertirse en una teoría social de la discapacidad, más bien, surgió como una forma de articular un movimiento político a través de la vinculación colectiva. A este respecto, autores como Oliver (1983; 2004) o Campbell y Oliver (1986) argumentan que este modelo se ha convertido en una herramienta práctica que ha supuesto un importante avance en materia de política social.

Estos postulados, además, dieron lugar a una férrea división entre el impedimento (entendido como la deficiencia biológica) y la discapacidad (entendida como el resultado de la imposición de restricciones a las personas que portan un impedimento) (UPIASS 1976UPIAS. 1976. Fundamental Principies of Disability. Londres, Union of Physically Impaired Against Segregation.; Oliver 1998Oliver, M. 1998. “Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada”. Pp. 34-58 en Discapacidad y sociedad, coordinado por L. Barton. Madrid: Ediciones Morata.; Oliver y Barnes 2012Oliver, M. y C. Barnes. 2012. The new politics of disablement. Nueva York: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-0-230-39244-1.), lo que redefinió la discapacidad 4 Thomas (2007), redefine dicha opresión denominándola ‘discapacitismo’. En esta reformulación, la autora señala que no todas las experiencias de las personas discapacitadas son de opresión y que, además de la opresión estructural apuntada por autores del modelo social, también se ha de atender a la opresión psicoemocional, es decir, el menoscabo del bienestar psicoemocional. Para una explicación más detallada de este tipo de opresión, puede leerse a Reeve (2012). como “el resultado de una relación opresiva entre las personas con impedimentos y el resto de la sociedad” (Finkelstein 1980: 47Finkelstein, V. 1980. Attitudes and Disabled People: Issues for Discussion. Nueva York, World Rehabilitation Fund.).

Esta redefinición conllevó cambios sustanciales que han influido en el desarrollo posterior de la teoría crip. Por una parte, desde el modelo social y como respuesta directa al modelo biomédico y su análisis de la discapacidad como un problema individual 5 De acuerdo con Oliver y Barnes (2012), es en las sociedades capitalistas modernas donde la discapacidad se produce como un problema individual, apuntalado por la teoría de la tragedia personal. Es decir, una visión médica e individualista que asume que el hecho de vivir con un impedimento implica siempre algún tipo de pérdida o tragedia (Oliver, 1998), lo que da lugar a que se considere que la falta de participación sociopolítica de las personas discapacitadas se debe a dicho “evento traumático”, en vez de a las restricciones impuestas por la sociedad (Oliver, 1986). , se puso el foco en la sociedad, centrando la atención en las condiciones materiales y en las barreras de entorno que discapacitan. Más tarde, este análisis se ha complementado desde el giro cultural de los estudios críticos de la discapacidad y, en especial desde la teoría crip, con investigaciones acerca de los discursos y las representaciones sobre la (dis)capacidad.6 Goodley (2014), alude a la necesidad de investigar la dis/capacidad, haciendo referencia a las formas en las que la discapacidad y la capacidad, el discapacitismo y el capacitismo son mutuamente dependientes, por lo que se hace relevante estudiar su coconstrucción mediante un análisis interseccional. Por ello, de acuerdo con este autor, cabe ir más allá de la categoría ‘discapacidad’ y analizar la producción de la dis/capacidad, en los términos en los que la discapacidad es reproducida como discapacitante y no deseable, mientras el capacitismo es promulgado como lo hipercapaz y deseable. Pese a que este autor hace uso de la barra para expresar tal co-constitución, de acuerdo con lo señalado por el revisor de este texto, en adelante, se hace uso del paréntesis que en castellano indica relación en lugar de la barra que implica opción. Además, el modelo social incidió en la importancia de contextualizar el surgimiento de la discapacidad como categoría problematizada7 El proceso de problematización (Focault, 1990) no se refiere a la creación de algo que anteriormente no existía ni a la mera representación de un objeto preexistente. De acuerdo con Verstraete (2012), la problematización es un proceso que se compone de las prácticas discursivas y no discursivas que introducen un objeto previamente no percibido en el campo de conocimiento, convirtiéndolo, entonces, en objeto de pensamiento. . Autores como Finkelstein (1980)Finkelstein, V. 1980. Attitudes and Disabled People: Issues for Discussion. Nueva York, World Rehabilitation Fund. u Oliver (1990)Oliver, M. 1990. The Politics of Disablement. Basingstoke: Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-349-20895-1. señalaron que la categoría ‘discapacidad’ se volvió significativa en la transición al capitalismo, por los cambios en la organización del trabajo y las relaciones y actitudes sociales hacia las personas discapacitadas. Este marco analítico materialista se ha complementado posteriormente con el análisis proporcionado por la teoría crip en relación con las formas en las que el capitalismo neoliberal instituye el cuerpo normativo y el cuerpo discapacitado como identidades bien diferenciadas (McRuer 2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.). Por último, el modelo social, centrando su atención en las desventajas estructurales impuestas a las personas discapacitadas, señaló que la solución no podía venir de una perspectiva médica que promocionaba la cura. De hecho, desde la teoría crip dicha perspectiva también va a ser criticada, proponiendo “futuros crip” (Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.), en contra de las narrativas curativas de progreso, que imaginan futuros en los que la discapacidad sea mejorada, curada o eliminada.

Pese a estos planteamientos que han seguido nutriendo los estudios de la discapacidad, el modelo social fue cuestionado en determinados aspectos que favorecieron la ampliación del campo de la investigación sobre la discapacidad. Por una parte, la clara división que marcó este modelo entre el impedimento y la discapacidad y la centralidad de esta última dio lugar a que se ignorasen las experiencias sobre el impedimento (Thomas 2001Thomas, C. 2001. “Feminism and Disability: The Theoretical and Political Significance of the Personal and the Experiential”. en Disability, Politics and the Struggle for Change, editado por L. Barton. London: David Fulton Publications.; French 1993French, S. 1993. “Disability, Impairment or Something in Between”. Pp. 17-25 en Disabling Barriers, Enabling Environments, editado por J. Swain, F. French, C. Barnes y C. Thomas. London: Sage.; Crow 1992Crow, L. 1992. “Renewing the Social Model of Disability”. Coalition Julio: 5-9; 1996Crow, L. 1996. “Nuestra vida en su totalidad. Renovación del modelo social de discapacidad”. pp. 229-250 en ncuentros con desconocidas. Feminismo y discapacidad, editado por J. Morris. Madrid: Narcea S. A. Ediciones.; Morris 1991Morris, J. 1991. Pride Against Prejudice. London: Women’s Press.; 2008Morris, J. 2008. “Lo personal y lo político. Una perspectiva feminista sobre la investigación de la discapacidad física”. Pp. 316-326 en Superar las barreras de la discapacidad, coordinado por Len Barton. Madrid: Ediciones Morata.), y los aspectos corporales quedaron de nuevo anclados en la medicina (Hughes y Paterson 2008Hughes, B. y K. Paterson. 2008. “El modelo social de la discapacidad y la desaparición del cuerpo: hacia una sociología del impedimento”. Pp. 107-123 en Superar las barreras de la discapacidad, coordinado por L. Barton. Madrid, Morata.), sin atender al cuerpo como espacio de lucha política, configurado no solo por lo biológico, sino por los procesos sociales y las relaciones de poder. Y es que, según Oliver (2004)Oliver, M. 2004. “The Social Model in Action: if I had a hammer”. Pp. 18-31 en Implementing the social model of disability: Theory and research, editado por C. Barnes y G. Mercer. Leeds: The Disability Press., desde el modelo social no se prestaba atención a dichas experiencias porque estas constituían una base inadecuada para construir un movimiento político. Pero, además, de acuerdo con Shakespeare y Watson (2001)Shakespeare, T. y N. Watson. 2001. “The Social Model of Disability: An Outdated Ideology?”. Research in Social Science and Disability 2: 9-28. https://doi.org/10.1016/S1479-3547(01)80018-X. y Shakespeare (2006)Shakespeare, T. 2006. “The social model of disability”. Pp. 197-204 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge., dicho movimiento político pretendía basarse en otra división: oprimidos (personas discapacitadas) y opresores (personas no discapacitadas), aludiendo a una identidad esencializada de discapacidad (Verstraete 2012Verstraete, P. 2012. In the shadow of disability: Reconnecting History, Identity and Politics. Berlín-Toronto: Barbara Budrich Publishers Opladen. https://doi.org/10.2307/j.ctvddzz21.; Corker 2008Corker, M. 2008. “Diferencias, fusiones y bases. ¿Son estos los límites de la representación teórica precisa de las experiencias de las personas con discapacidad?”. Pp. 124-141 en Superar las barreras de la discapacidad, coordinado por Len Barton. Madrid: Ediciones Morata.; Tremain 2006Tremain, S. 2006. “On the Government of Disability: Focault, power and the subject of impairment”. Pp.185-196 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge.; Galvin 2003Galvin, R. 2003. “The paradox of disability culture: The need to combine versus the imperative to let go”. Disability & Society 18: 5, 675-690. https://doi.org/10.1080/0968759032000097889.; 2006Galvin, R. 2006. “A genealogy of the disabled identity in relation to work and sexuality”. Disability & Society vol. 21 no. 5: 499-512. https://doi.org/10.1080/09687590600785969.; Liggett 1988Liggett, H. 1988. “Stars are not born; an interpretive approach to the politics of disability”. Disability, Handicap and Society 3, 3: 263- 276. https://doi.org/10.1080/02674648866780261.), en la que no se tenía en cuenta la interseccionalidad de las identidades ni la agencia o resistencia a tal opresión (Sahkespeare 1996Shakespeare, T. 1996. “Disability, Identity, Difference”. Pp. 94-113 en Exploring the Divide: Illness and Disability, editado por C. Barnes y G. Mercer. Leeds: The Disability Press.; 2006Shakespeare, T. 2006. “The social model of disability”. Pp. 197-204 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge.; 2014Shakespeare, T. 2014. Disability Rights and Wrongs Revisited. Londres: Routledge. https://doi.org/10.4324/9781315887456.). Por último, el modelo social, centrado en analizar las condiciones materiales de las personas discapacitadas y acabar con dicha privación, subestima el papel de las prácticas culturales en la sociedad (Waldschmidt 2017Waldschmidt, A. 2017. “Disability Goes Cultural: The Cultural Model of Disability as an analytical tool”. Pp.19-28 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek. https://doi.org/10.14361/9783839425336-003.) y, en particular, que la violencia que se ejerce en la definición de unas personas como “normales” y otras como “anormales” es la base que define el acceso a los recursos materiales, o que delimita quiénes tienen derecho o no a formar parte de la sociedad (Shildrick 2009Shildrick, M. 2009. Dangerous Discourses of Disability, Subjectivity and Sexuality. London: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1057/9780230244641.; Meekosha y Shutlewort 2009Meekosha, H. y R. Shuttlewort. 2009. “What’s so ‘Critical’ About Critical Disability Studies?”. Australian Journal of Human Rights 15.1: 47-76. https://doi.org/10.1080/1323238X.2009.11910861.).

ESTUDIOS CRÍTICOS DE LA DISCAPACIDAD: EXPERIENCIA ENCARNADA, INTERSECCIONALIDAD Y GIRO CULTURAL

 

Con posterioridad a la década de los años noventa del siglo XX, tienen lugar una serie de factores que provocan cambios en los estudios de la discapacidad, haciendo que se comience a hablar de estudios críticos de la discapacidad. Estos factores, de acuerdo con Meekosha y Shutlewort (2009)Meekosha, H. y R. Shuttlewort. 2009. “What’s so ‘Critical’ About Critical Disability Studies?”. Australian Journal of Human Rights 15.1: 47-76. https://doi.org/10.1080/1323238X.2009.11910861., corresponden a la oportunidad de teorizar más allá del modelo social y a desafiar aquellas tendencias dogmáticas que se empezaban a dar en este campo de estudios, lo que se valió de la incorporación de nuevas disciplinas, aquellas de la rama de las humanidades y los estudios culturales, así como de nuevas conexiones de teorías críticas, fusionando las aproximaciones marxistas, desarrolladas hasta el momento, con estudios feministas, posestructuralistas o poscoloniales.

De esta manera, como señala Shildrick (2012)Shildrick, M. 2012. “Critical Disability Studies: Rethinking the Conventions for the Age of Postmodernity”. Pp. 30-41 en Routledge Handbook of Disability Studies, editado por N. Watson, A. Roulstone y C. Thomas. Londres: Routledge., los estudios críticos de la discapacidad cuestionan las verdades aparentes de los estudios de la discapacidad, repensando cómo se imbrican y se desestabilizan las categorías dadas por sentadas hasta el momento. Entre estos desafíos, cabe destacar la introducción del cuerpo y de la experiencia encarnada como elementos clave de estudio, el análisis interseccional de las identidades y el giro cultural que emerge en este campo de estudios.

Así, los estudios críticos de la discapacidad, como indica Shildrick (2012)Shildrick, M. 2012. “Critical Disability Studies: Rethinking the Conventions for the Age of Postmodernity”. Pp. 30-41 en Routledge Handbook of Disability Studies, editado por N. Watson, A. Roulstone y C. Thomas. Londres: Routledge., intentan desestabilizar formas arraigadas de pensar en supuestos dicotómicos, ofreciendo análisis de cómo y por qué se construyen ciertas categorías y cómo estas se mantienen. A este respecto, la dicotomía impedimento-discapacidad defendida por el modelo social, va a ser cuestionada, de manera que la categoría ‘impedimento’ va a entrar en el terreno de la discusión, ya sea para atender a la experiencia sobre el mismo (realismo crítico, Shakespeare 2014Shakespeare, T. 2014. Disability Rights and Wrongs Revisited. Londres: Routledge. https://doi.org/10.4324/9781315887456.; Siebers 2006Siebers, T. 2006. “Disability in Theory: From Social Constructionism to the New Realism of the body”. Pp.173-184 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge.; 2008Siebers, T. 2008. Disability theory. Ann Arbor: University of Michigan Press. https://doi.org/10.3998/mpub.309723.), o como una categoría inestable que cuestiona la división biología-cultura (fenomenología, Paterson 2001Paterson, K. 2001. “Disability Studies and Phenomenology: Finding a Space for both the Carnal and the Political”. Pp. 81-97 en Exploring the body, editado por S. Cunningham y K. Backett. Londres: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1057/9780230501966_5.; Hughes 2000Hughes, B. 2000. “Medicine and the aesthetic invalidation of disabled people”. Disability and Society 15, (3) (Special Issue 2000): 55-68. https://doi.org/10.1080/09687590050058170.; Paterson y Hughes 1999Paterson, K. y B. Hughes. 1999. “Disability studies and phenomenology: The carnal politics of everyday life”. Disability and Society 14 (5): 597-610. https://doi.org/10.1080/09687599925966.; Michalko 1999Michalko, R. 1999. The two-in-one: Walking with smokie, walking with blindness. Filadelfia: Temple University Press.; posestructuralismo, Tremain 2002Tremain, S. 2002. “On the Subject of Impairment”. Pp. 32-47 en Disability/Postmodernity: Embodying Disability Theory, editado por Mairian Corker y Tom Shakespeare. London: Continuum.; 2006Tremain, S. 2006. “On the Government of Disability: Focault, power and the subject of impairment”. Pp.185-196 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge.; Corker 1998Corker, M. 1998. “Disability discourse in a posmoderm world”. Pp. 221-233 en The disability reader. Social science perspectives, editado por Tom Sahkespeare. Londres y Nueva York: Continuum.; Shildrick y Price 1996Shildrick, M. y J. Price. 1996. “Breaking the boundaries of the broken body”. Body & society 2(4): 93-113. https://doi.org/10.1177/1357034X96002004006., y posconvencionalismo, Shildrick 2009Shildrick, M. 2009. Dangerous Discourses of Disability, Subjectivity and Sexuality. London: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1057/9780230244641.; 2015Shildrick, M. 2015. “«Why Should Our Bodies End at the Skin?»: Embodiment, Boundaries, and Somatechnics”. Hypatia 30(1): 13-29. https://doi.org/10.1111/hypa.12114.). De estas últimas perspectivas, es relevante señalar la idea de que, si bien el cuerpo está moldeado por fuerzas sociales, también tiene agencia y desafía dichas fuerzas. Así, el cuerpo “discapacitado” actúa como agente que desafía las ideas normativas sobre los cuerpos, lo que será relevante en la teoría crip.

Por otra parte, más allá de concebir la discapacidad como única categoría de análisis, los estudios críticos de la discapacidad la contemplan en interrelación con otras categorías de diferencia, experiencias de marginalidad y formas de activismo político (Goodley 2017Goodley, D. 2017. “Dis/entangling Critical Disability Studies”. Pp. 81-97 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek. https://doi.org/10.14361/9783839425336-008.). Sin embargo, esta interrelación no supone reunir una serie de marcadores de identidad, sino que trata de cómo cada uno de estos marcadores apoya o desestabiliza la constitución del otro. Por tanto, en los estudios críticos de la discapacidad, incorporar la perspectiva interseccional implica preguntarse cómo discapacidad, género, sexualidad, raza, clase, etc., se imbrican y desestabilizan entre sí. Precisamente, es en el análisis interseccional de la fusión entre los estudios queer y los estudios de la discapacidad en el que se desarrolla la teoría crip.

Por último, la incorporación de nuevas disciplinas a este campo de estudios, como aquellas de la rama de las humanidades y los estudios culturales, provocaron lo que Joshua y Schillmeier (2010)Joshua, E. y M. Schillmeier. 2010. “Introduction”. Pp. 1-13 en Disability in German Literature, Film, and Theater. Edinburgh German Yearbook. Volume 4. Rochester, New York: Camden House. han denominado ‘el giro cultural’, el cual busca analizar la construcción de las actitudes sociales hacia la diferencia, estudiando la presencia de la (dis)capacidad en el discurso y las representaciones culturales. Así, este giro va más allá de la categoría ‘discapacidad’ y cuestiona el otro lado de la dicotomía, la normalidad nunca nombrada, para investigar de qué manera las prácticas de (a)normalización dan lugar a la constitución de ambas categorías (Waldschmidt 2017Waldschmidt, A. 2017. “Disability Goes Cultural: The Cultural Model of Disability as an analytical tool”. Pp.19-28 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek. https://doi.org/10.14361/9783839425336-003.). 8 De acuerdo con Waldschmidt, (2017), el giro o modelo cultural cuenta con cuatro ideas programáticas clave: 1) el impedimento o la discapacidad no son categorías claras de clasificación patológica, más bien, son significantes o conceptos borrosos que dependen de las estructuras de poder; 2) la discapacidad no denota la característica de un individuo, sino una categoría de diferenciación, siempre encarnada; 3) tanto la capacidad como la discapacidad se relacionan con los órdenes simbólicos prevalecientes y las prácticas institucionales de producción de normalidad y desviación, de manera que la discapacidad está relacionada con imperativos sociales específicos que imprimen el deseo de adaptación y cumplimiento de las expectativas normativas, y 4) más allá de prestar atención a las personas con discapacidad, este enfoque atiende a la sociedad y la cultura en general, con el objetivo de comprender cómo se construyen las normalidades y las desviaciones. No problematizando, por tanto, únicamente la categoría ‘discapacidad’, sino más bien la interacción entre normalidad y desviación. De esta manera, como argumenta Müller (2017)Müller, A. 2017. “Crip Horizons, the Cultural Model of Disability, and Bourdieu’s Political Sociology”. Pp. 259-264 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek., esta perspectiva se centra, sobre todo, en las prácticas culturales y los fundamentos normativos que, finalmente, generan patrones culturales que causan exclusión al definir lo que se considera “normal” en una cultura determinada. Pero, además, este análisis permite resignificar la discapacidad como un lugar de resistencia y un puente de agencia cultural que previamente fue reprimida (Snyder y Mitchell 2006Snyder, S. y D. Mitchell. 2006. Cultural locations of disability. Chicago: University of Chicago Press. https://doi.org/10.7208/chicago/9780226767307.001.0001.). Y es que, si bien la (re)producción cultural dominante ubica a las personas clasificadas como discapacitadas como meros destinatarios pasivos de la cultura hegemónica, como señala Goodley (2011)Goodley, D. 2011. Disability Studies. An interdisciplinary introduction. Londres: Sage Publications Ltd. (1ª edición)., el giro o modelo cultural pone su atención en aquellas respuestas que reconstruyen historias de discapacidad, que identifican fantasías de discapacidad y que ofrecen alternativas “crip” o “tullidas”; en definitiva, que desestabilizan las representaciones culturales dominantes de la (dis)capacidad y la (a)normalidad.

Por todo ello, de acuerdo con Goodley (2013Goodley, D. 2013. “Dis/entangling critical disability studies”. Disability & Society 28:5: 631-644. https://doi.org/10.1080/09687599.2012.717884 ; 2017)Goodley, D. 2017. “Dis/entangling Critical Disability Studies”. Pp. 81-97 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek. https://doi.org/10.14361/9783839425336-008., los estudios críticos de la discapacidad van más allá de las aproximaciones materialistas en las que estaban centrados los estudios de la discapacidad, enfatizando lo cultural y los fundamentos discursivos y relacionales de la experiencia de (dis)capacidad.

ESTUDIOS FEMINISTAS EN DISCAPACIDAD Y ENFOQUE QUEER

 

Fueron las feministas discriminadas por su diversidad funcional las que, en la década de los años noventa del siglo XX, expusieron su inconformidad con algunos postulados del modelo social. Aunque bajo distintos enfoques, autoras como Morris (1991)Morris, J. 1991. Pride Against Prejudice. London: Women’s Press., Crow (1992)Crow, L. 1992. “Renewing the Social Model of Disability”. Coalition Julio: 5-9, French (1993)French, S. 1993. “Disability, Impairment or Something in Between”. Pp. 17-25 en Disabling Barriers, Enabling Environments, editado por J. Swain, F. French, C. Barnes y C. Thomas. London: Sage., Wendell, (1996)Wendell, S. 1996. The rejected body. Feminist philosophical reflections on disability. Nueva York y Londres: Routledge., Thomas (2001)Thomas, C. 2001. “Feminism and Disability: The Theoretical and Political Significance of the Personal and the Experiential”. en Disability, Politics and the Struggle for Change, editado por L. Barton. London: David Fulton Publications., Corker (2001)Corker, M. 2001. “Sensing Disability”. Hypatia Vol. 16, No. 4, Feminism and Disability, Part 1: pp.34-52. https://doi.org/10.1111/j.1527-2001.2001.tb00752.x. o Reeve (2004)Reeve, D. 2004. “Psycho-emotional dimensions of disability and the social model”. Pp. 83-100 en Implementing the Social Model of Disability: Theory and Research, editado por C. Barnes y G. Mercer. Leeds: The Disability Press., fueron pioneras en incorporar nuevos análisis que ampliaron el campo de estudios sobre la discapacidad. A partir de estas primeras aportaciones, aludiendo al lema feminista “lo personal es político”, se prestó atención a la experiencia sobre el impedimento y se puso el cuerpo en el centro del debate, entendiéndolo como parte de la historia, la cultura, el lenguaje… y no como un objeto de la medicina, ahistórico, presocial y puramente natural. Pero, además, estas y otras autoras, comenzaron a analizar el sistema de (dis)capacidad en interrelación con el sistema de género, dando lugar a los estudios feministas de la discapacidad (Feminist Disability Studies).

Los estudios feministas de la discapacidad son más que la suma de sus partes, es decir, más que los estudios de la discapacidad y los estudios feministas en su conjunto. Como explican Garland-Thomson (2006)Garland-Thomson, R. 2006. “Integrating Disability, transforming Feminist Theory”. Pp. 257-274 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge. y Hall (2011)Hall, K. Q. (Ed.). 2011. Feminist Disability Studies. Bloomington: Indiana University Press., los estudios feministas de la discapacidad hacen que se transformen ambos campos de estudio, puesto que exploran las conexiones conceptuales y vividas entre género y discapacidad, atendiendo, además y de manera más amplia, a las intersecciones entre múltiples marcadores de identidad.

De hecho, desde los estudios feministas de la discapacidad, se teoriza sobre la identidad entendida no en términos esencialistas, si no como producto de complejas construcciones sociales que se cruzan y tienen implicaciones políticas (apoyan y desestabilizan la opresión y el privilegio). Y es precisamente este análisis interseccional (en la intersección de la (dis)capacidad y el género, pero también en interacción con la raza, la sexualidad, la clase, etc.) el que, como indica Garland-Thomson (2005)Garland-Thomson, R. 2005. “Feminist Disability Studies”. Signs: Journal of Women in Culture and Society vol. 30, no. 2: 1557-1587. https://doi.org/10.1086/423352., provocó la reflexión en torno a la relación entre cuerpos e identidad, 9 De acuerdo con Garland-Thomson (1994), los estudios feministas de la discapacidad se ubican en los ámbitos más amplios de la política de identidad y el cuerpo constituido como “anormal” mediante la representación cultural y las instituciones disciplinarias. Para esta autora (2005), estos estudios se encargan de analizar la discapacidad como representación cultural de la variación humana, descubrir comunidades e identidades que los cuerpos así catalogados han creado, revelar las actitudes y prácticas discriminatorias que han sido dirigidas a estos cuerpos, exponer la discapacidad como una categoría social de análisis y enmarcar la discapacidad como efecto de las relaciones de poder. haciendo que la discapacidad favoreciera nuevas formas de pensar sobre la identidad encarnada. Y es que, de acuerdo con Silvers (2021)Silvers, A. 2021. “Feminist Perspectives on Disability”. The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2021 Edition), editado por Edward N. Zalta. Último acceso: 3 de mayo de 2021. (https://plato.stanford.edu/archives/spr2021/entries/feminism-disability/). y Garland-Thomson (2006: 267)Garland-Thomson, R. 2006. “Integrating Disability, transforming Feminist Theory”. Pp. 257-274 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge., incorporar la discapacidad profundiza, expande y desafía la teoría feminista, por ejemplo, al revelar el dinamismo esencial de la identidad, dado que “la discapacidad atenúa la creencia cultural de que el cuerpo es el ancla inmutable de identidad”. A este respecto, estos estudios ponen el cuerpo en el centro del debate, reflexionando críticamente acerca de los procesos de (a)normalización de los cuerpos y de la configuración cultural de la anormalidad de la variación corporal. Y, aún más allá, se proponen formas de reimaginar estos cuerpos y las formas de encarnación posibles (Garland-Thomson 2005Garland-Thomson, R. 2005. “Feminist Disability Studies”. Signs: Journal of Women in Culture and Society vol. 30, no. 2: 1557-1587. https://doi.org/10.1086/423352.).

En este mismo tiempo, la década de los años noventa del siglo XX, aparecen los estudios queer, de la mano del activismo del mismo nombre que emerge en la década anterior. Este activismo, de acuerdo con Sáez (2005)Sáez, J. 2005. “El contexto sociopolítico de surgimiento de la teoría queer. De la crisis del sida a Focault”. Pp. 67-76 en:Teoría queer. Políticas maricas, bolleras, mestizas, editado por D. Córdoba, J. Saéz y P. Vidarte. Barcelona: Editorial Egales., surge como respuesta a una serie de crisis sociopolíticas que acontecen en esta etapa: la crisis del sida, la crisis del feminismo heterocentrado, blanco y colonial y la crisis de la asimilación capitalista de la incipiente cultura gay. Además, a nivel teórico, textos postestructuralistas que destacan los efectos productivos del discurso y cuestionan las identidades esencializadas, así como los desarrollos críticos de teorías feministas en torno al discurso heterocentrado, y el sistema sexo-género, van a provocar nuevas reflexiones teóricas que se van a denominar ‘teoría o estudios queer’ (Saéz 2004Sáez, J. 2004. Teoría queer y psicoanálisis. Madrid: Editorial Síntesis.; Córdoba 2005Córdoba, D. 2005. “Teoría queer: Reflexiones sobre sexo, sexualidad e identidad. Hacia una politización de la sexualidad”. Pp. 21-66 en Teoría queer. Políticas maricas, bolleras, mestizas, editado por D. Córdoba, J. Saéz y P. Vidarte. Barcelona: Editorial Egales.).

Estos estudios van a llegar al campo de los estudios sobre la discapacidad en la década de los años dos mil, dando lugar a los estudios queer de la discapacidad (Queer Disability Studies), los cuales evolucionarán hacia los estudios tullidos o teoría crip (Sandahl 2003Sandahl, C. 2003. “Queering the crip or cripping the queer. Intersections of queer and crip identities in solo autobiographical performance”. GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies Volume 9, Number 1-2: 25-56. https://doi.org/10.1215/10642684-9-1-2-25.; Goodley 2016Goodley, D. 2016. Disability Studies: An interdisciplinary introduction. Londres: SAGE Publications Ltd. (2ª Edición).). Dicha fusión entre los estudios feministas queer y los estudios sobre la discapacidad fue posible debido a que ambas aproximaciones teóricas comparten una serie de aspectos clave (Sherry, 2004Sherry, M. 2004. “Overlaps and Contradictions between Queer Theory and Disability Studies”. Disability & Society 19.7: 769-783. https://doi.org/10.1080/0968759042000284231.).

En primer lugar, ambos campos de estudio problematizan las categorías de identidad esencializadas y fijas. Desde los estudios queer, se problematizó la categoría ‘mujer’ como una identidad esencializada dentro de un sistema binario, exponiendo y debatiendo sus efectos excluyentes. Pero, además, se cuestionaron las identidades sexuales en el sentido de entenderlas como esencias inmutables. Y es que, más bien, la identidad se entiende como un proceso abierto a transformaciones, lo que hace posible mostrar su inestabilidad y, así, disolver los dispositivos de normalización. Como hemos explicado, desde los estudios sobre la discapacidad se problematiza la identidad de discapacidad esencializada (Corker 2008Corker, M. 2008. “Diferencias, fusiones y bases. ¿Son estos los límites de la representación teórica precisa de las experiencias de las personas con discapacidad?”. Pp. 124-141 en Superar las barreras de la discapacidad, coordinado por Len Barton. Madrid: Ediciones Morata.; Galvin 2003Galvin, R. 2003. “The paradox of disability culture: The need to combine versus the imperative to let go”. Disability & Society 18: 5, 675-690. https://doi.org/10.1080/0968759032000097889.; 2006Galvin, R. 2006. “A genealogy of the disabled identity in relation to work and sexuality”. Disability & Society vol. 21 no. 5: 499-512. https://doi.org/10.1080/09687590600785969.; Tremain 2002Tremain, S. 2002. “On the Subject of Impairment”. Pp. 32-47 en Disability/Postmodernity: Embodying Disability Theory, editado por Mairian Corker y Tom Shakespeare. London: Continuum.; 2006Tremain, S. 2006. “On the Government of Disability: Focault, power and the subject of impairment”. Pp.185-196 en The Disability Studies Reader, editado por L. Davis. Nueva York: Routledge.; Liggett 1988Liggett, H. 1988. “Stars are not born; an interpretive approach to the politics of disability”. Disability, Handicap and Society 3, 3: 263- 276. https://doi.org/10.1080/02674648866780261.) a partir de cuestionar el esencialismo de la categoría ‘impedimento’, enmarcada en la dicotomía impedimento-discapacidad propuesta por el modelo social. Es precisamente el cuestionamiento de los binarismos, otro aspecto que comparten ambos campos de estudio.

Así, en segundo lugar, encontramos que, mientras desde los estudios queer se argumenta que los entendimientos dicotómicos del género y la identidad son perjudiciales y han de ser ampliados a la variedad de vidas que no se suscriben a estos, desde el campo de estudios de la discapacidad se expone que las distinciones duales no se ajustan a la experiencia encarnada de la discapacidad, por ejemplo, desde perspectivas como la fenomenológica o la posconvencionalista.

En tercer lugar, desde ambos campos de estudio se indaga en la performatividad, es decir, en cómo el discurso produce los efectos que nombra y que, sin ser un acto deliberado, logra dichos efectos mediante una práctica reiterativa. Si desde los estudios queer se mostró que la performatividad del dispositivo discursivo de género producía la categoría ‘sexo’ como una categoría naturalizada, desde los estudios sobre la discapacidad se indaga en la performatividad del dispositivo discursivo de (dis)capacidad que produce el impedimento como una categoría también naturalizada. Así, una de las primeras autoras en profundizar en los efectos de la performatividad del dispositivo de discapacidad fue Samuels (2002Samuels, E. 2002. “Critical Divides: Judith Butler’s Body Theory and the Question of Disability”. NWSA Journal Vol. 14, No. 3, Feminist Disability Studies (Autumn): 58-76. https://doi.org/10.2979/NWS.2002.14.3.58.; 2014)Samuels, E. 2014. Fantasies of identification: Disability, gender, race. Nueva York: NYU Press..

En cuarto lugar, ambos estudios abogan por una crítica frontal a la normalización. Si bien se reconoce que la política de derechos supone avances para los grupos minorizados, tanto desde los estudios queer como desde una parte de los estudios sobre la discapacidad se analiza cómo este tipo de políticas siguen dejando de lado a un “otro” excluido 10 Mitchell y Snyder (2015), señalan que los procesos de normalización que buscan la asimilación de las personas discapacitadas en la sociedad capacitista dominante acaban configurando inclusionismo o falsa inclusión, por la que se premia a aquellos “discapacitados capaces” (able disabled) que pueden/quieren aceptar los valores dominantes, dejando en la periferia a aquellos que no concuerdan con estos valores. , por lo que se trata de impulsar la transformación de las estructuras dominantes heteronormativas y capacitistas.11 Campbell (2009: 44 y ss.) expone que el capacitismo es “la red de creencias, procesos y prácticas que producen un particular tipo de sujeto y cuerpo (el estándar corporal), que es proyectado como el perfecto, típico de la especie y, por tanto, esencial y completamente humano”.

De esta manera, por último, es necesario desnaturalizar la categoría no marcada. Para ello, desde los estudios queer se analiza la heterosexualidad obligatoria (Rich 1986Rich, A. 1986. “Compulsory Heterosexualíty and Lesbian Existence”. Pp. 23-75 en Ead., Blood, Bread, and Poetry. Selected Prose 1979-1985. Nueva York y Londres: Norton.) o heteronormatividad (Berlant y Warner 2002Berlant, L. y M. Warner. 2002. “Sexo en público”. pp.229-264 en Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer, editado por Rafael Mérida. Barcelona: Icaria.), es decir, mediante qué formas (instituciones, estructuras de pensamiento o prácticas) la heterosexualidad se convierte en algo privilegiado. Por su parte, desde los estudios sobre la discapacidad, más en concreto, desde los estudios o teoría crip, se indaga en la integridad corporal (Moscoso 2009Moscoso, M. 2009. “La “normalidad” y sus territorios liberados”. Dilemata 1: 57-70.) o cuerpomente 12 Se hace referencia al cuerpomente, en el sentido del concepto “bodymind”, empleado por Price (2015), con la intención de no ignorar diversidades funcionales no visibles y no dicotomizar la interrelación entre cuerpo y mente. capaz obligatorio (McRuer 2002McRuer, R. 2002. “Compulsory Ablebodiedness and queer/disability existence”. Pp. 88-100 en: Disability Studies: Enabling the Humanities, J. B. Brueggemann, S. L. Snyder y R. Garland-Thomson. Nueva York: Modern Language Association.; 2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.; Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.), es decir, a través de qué instituciones o prácticas la capacidad se convierte en algo naturalizado y privilegiado.

ESTUDIOS O TEORÍA CRIP: ASPECTOS CLAVE

 

Resignificar la discapacidad, por tanto, permitió reclamar la identidad de discapacidad más allá de los discursos dominantes que la categorizan como patología, deficiencia o falta. 13 A partir de la Modernidad tienen lugar una serie de procesos de medicalización y patologización de aquello que se denominó ‘discapacidad’, los cuales dan lugar a prácticas sociales de normalización y abyección hacia aquellos que son considerados normativos y no-normativos, respectivamente. Para conocer cómo se ejercen estos procesos y las posibilidades de subversión de los mismos, puede leerse Moya (2021). Y, además, permitió reclamar la identidad mediante una autodenominación que devela, provoca y subvierte la norma, siendo un poderoso posicionamiento antiasimilacionista.

Crip’, diminutivo del término inglés ‘cripple’, se ha traducido como ‘tullido/a’ y su reapropiación por parte de aquellos que fueron así insultados es una contestación radical a la norma, en concreto, a la integridad corporal o cuerpomente capaz obligatorio. Aunque el término crip es un anglicismo que en ocasiones se utiliza en nuestra lengua sin traducción, el mismo hace referencia al proceso de reapropiación de palabras que fueron y son utilizadas como insultos en nuestra cultura cotidiana, tales como cojo, enana, loco, cegata, manco, etc. (García-Santesmases 2020García-Santesmases, A. 2020. “crip, WHAT?? Enunciaciones, tensiones y apropiaciones en torno a la reivindicación de lo tullido en el contexto español”. Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research vol 2 (septiembre): papel 232. https://doi.org/10.1387/pceic.21027.; Guzmán y Platero 2014Guzmán, F. y L. Platero. 2014. “The critical intersections of disability and non-normative sexualities in Spain”. Annual Review of Critical Psichology, Gender and sexuality 11: 359-387.). Este uso del “lenguaje de la injuria para reivindicar la resistencia” (Preciado 2008: 236Preciado, P. B. 2008. Texto yonki. Madrid: Espasa Calpe.) mediante la reapropiación y autodenominación, implica el rechazo tanto del discurso médico dominante, que relaciona la discapacidad con patologías, deficiencias, etc., como de los intentos neoliberales de embellecer el lenguaje bajo una falsa inclusión con términos como ‘necesidades especiales’, ‘capacidades diferentes’, etc. Y es que, de acuerdo con Mairs (1986)Mairs, N. 1986. “On Being a Cripple”. Pp. 9-21 en Plaintext: Essays by Nancy Mairs. Tucson: University of Arizona Press., crip o tullida está libre de eufemismos y tiene la capacidad de perturbar. El uso de estos términos, que denotan hostilidad, como señalan Platero y Rosón (2012)Platero, L. y M. Rosón. 2012. “De la ‘parada de los monstruos’ a los monstruos de lo cotidiano: la diversidad funcional y la sexualidad no normativa”. Revista Feminismo/s, núm 19, “Mirada/s trans/identitarias”: 127-142. https://doi.org/10.14198/fem.2012.19.08., permite, sin embargo, a partir de su reapropiación por los sujetos así interpelados, generar cultura y, en definitiva, resignificar aquello a lo que se ha denominado ‘discapacidad’, desafiando los valores de la sociedad capacitista dominante. Porque, en palabras de Butler (2002: 64)Butler, J. 2002. “Críticamente subversiva”. Pp. 55-78 en Sexualidades trasgresoras: Una antología de estudios queer, editado por Rafael Mérida. Barcelona: Icaria., pese a que estos apelativos nacen con la intención de degradar al sujeto no- normativo, su reapropiación por parte de este hace que se conviertan “en un espacio de resistencia, en la posibilidad de una significación social y política efectiva”.

Estos posicionamientos, que emergieron en el activismo y el ámbito artístico (Moya, Bergua y Casas 2020Moya, L., J. Á. Bergua y M. Casas. 2020. “Arte y activismo crip. La solución está en lo (im)posible”. Imaginación o Barbarie vol. 22: 144-171.; Sandahl 2003Sandahl, C. 2003. “Queering the crip or cripping the queer. Intersections of queer and crip identities in solo autobiographical performance”. GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies Volume 9, Number 1-2: 25-56. https://doi.org/10.1215/10642684-9-1-2-25.; Snyder y Mitchell 1995Snyder, S. y D. Mitchell. 1995. Documental: “Vital Signs: Crip culture talks back”. Último acceso: 28 de octubre de 2019. (https://www.youtube.com/watch?v=r5rWHA0KcFc). https://doi.org/10.1037/e502492006-001.), han estado acompañados por los estudios o teoría crip, que surgen en las dos últimas décadas como un campo académico interdisciplinario (Sandahl 2003Sandahl, C. 2003. “Queering the crip or cripping the queer. Intersections of queer and crip identities in solo autobiographical performance”. GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies Volume 9, Number 1-2: 25-56. https://doi.org/10.1215/10642684-9-1-2-25.; Goodley 2016Goodley, D. 2016. Disability Studies: An interdisciplinary introduction. Londres: SAGE Publications Ltd. (2ª Edición).). Estos estudios analizan y desafían las formas en que el capitalismo neoliberal (sistema económico-cultural dominante) instituye el cuerpo normativo, en concreto, el cuerpomente capaz, como una identidad no marcada, “natural”, que produce la discapacidad bajo parámetros de deficiencia y patología, adoptando, además, una postura radical hacia cualquier régimen de normalidad. De hecho, estos estudios tratan de desnaturalizar el imperativo de integridad corporal o cuerpomente capaz, aludiendo a cómo este se entrelaza con otros imperativos de normalidad, como la heterosexualidad obligatoria (Elman 2012aElman, J. 2012a. “‘Nothing feels as real’: teen sick-lit, sadness, and the condition of adolescence”. Journal of Literary & Cultural Disability Studies 6(2): 175-191. https://doi.org/10.3828/jlcds.2012.15.; 2012bElman, J. 2012b. “Cripping safe sex. Life Goes On’s queer/disabled alliances”. Bioethical Inquiry 9(3): 317-326. https://doi.org/10.1007/s11673-012-9379-6.). De acuerdo con McRuer (2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.), crip hace referencia tanto al proyecto intelectual como político de identificación y crítica de la obligatoriedad de la integridad corporal o cuerpomente capaz, o las múltiples prácticas institucionalizadas de normalización que presentan la capacidad y la heterosexualidad como el orden natural no marcado de las cosas; a la vez que se pone en el centro a los cuerpos tullidos, sus placeres y deseos. De hecho, como lo expresa Goodley (2016)Goodley, D. 2016. Disability Studies: An interdisciplinary introduction. Londres: SAGE Publications Ltd. (2ª Edición)., los estudios crip celebran el potencial anárquico de la discapacidad para desestabilizar los centros normativos de la sociedad y la cultura. Así, como indica Sykes (2009: 250)Sykes, H. 2009. “The qBody Project: from lesbians in physical education to queer bodies in/out of school”. Journal of Lesbian Studies 13(3): 238-254. https://doi.org/10.1080/10894160902876671., de lo que se trata es de “reemplazar la narrativa de la abyección por la narrativa del ataque”. Para ello, estos estudios profundizan en los siguientes aspectos clave:

  1. Cuestionamiento de los binarismos a partir de la categoría no marcada: el dispositivo discursivo de (dis)capacidad, mediante la reiteración constante de un conjunto de normas, materializa y jerarquiza los cuerposmentes “capacitados” y “discapacitados”, a partir de la naturalización de la “capacidad” y el “impedimento”. Y es precisamente, ya no solo mediante el análisis de la naturalización del impedimento, sino también de los procesos que naturalizan la categoría no marcada (la capacidad), lo que permite mostrar cómo opera tal dispositivo para poder subvertirlo. Ya en 1997, Garland-ThomsonGarland-Thomson, R. 1997. Extra-ordinary Bodies: Figuring Physical Disability in American Culture and Literature. New York: Columbia University Press. designó este centro no examinado como “normado”, para nombrar a ese sujeto velado, perfilado por la variedad de otros cuerpos “desviados”. Nombrar, por tanto, a este “normado”, permite indagar en las relaciones de poder que no solo definen aquello que se ha configurado como discapacidad, sino de qué formas se ha (re)producido la capacidad como categoría privilegiada. 14 Explica Schalk (2013) que la desidentificación es una forma de ubicarse, tomar y (re)usar representaciones y teorías de maneras que originalmente no se pretendía, pero, aun así, no es la única estrategia política útil ni puede ser la apropiada para todos los sujetos y situaciones.

  2. Proceso de desidentificación: con el fin de desafiar los imperativos de normalidad, se hace necesario analizar y mostrar la inestabilidad de las categorías dicotómicas, tales como capacidad-discapacidad, mediante procesos de desidentificación. 15 No obstante, la táctica de este reclamo, independientemente de la propia encarnación, corre el riesgo de apropiación, pese a seguir ofreciendo una resistencia significativa hacia binomios como capacitado-discapacitado (McRuer, 2006). Por ello, el cuestionamiento de los binarismos no tiene por qué implicar dejar de nombrar la categoría ‘discapacidad’, puesto que, como indican Linton (1998) o Bone (2017), enunciarla es necesario para poner la atención en la discriminación por discapacidad, pero explorar las posibilidades, oportunidades y peligros de tal reclamo, como apunta Kafer (2013), puede facilitar el análisis crítico de estas categorías. De hecho, dicho análisis no debe ignorar de qué manera se produce e instaura el trato diferencial entre unos cuerposmentes y otros en relación a la posición que se les otorga en tales dicotomías, lo que, sin duda, tiene efectos en las condiciones no solo simbólicas, sino también materiales. De acuerdo con Aulombard, Chamorro y Puiseux (2019)Aulombard, N., E. Chamorro, y C. Puiseux. 2019. “Discapacidad y capacidad, entre binarismo y continuum. Las aportaciones de la teoría crip”. Último acceso: 8 de abril de 2021. (https://charlottepuiseux.weebly.com/discapacidad-y-capacidad-entre-binarismo-y-continuum-las-aportaciones-de-la-teoriacutea-crip.html). , este proceso de desidentificación desafía el imaginario capacitista que traza una frontera y jerarquiza a los cuerposmentes capacitados y discapacitados. Dado que el imperativo de integridad corporal o cuerpomente capaz obligatorio requiere de repetición para el mantenimiento de la capacidad como norma, pero dicha repetición es insostenible en el tiempo, son, entonces, tales inestabilidades las que generan la posibilidad de desidentificación (McRuer 2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.). Así, pensar la capacidad y la discapacidad en términos de desidentificación, permite resituarlas en un continuum (Aulombard, Chamorro y Puiseux 2019Aulombard, N., E. Chamorro, y C. Puiseux. 2019. “Discapacidad y capacidad, entre binarismo y continuum. Las aportaciones de la teoría crip”. Último acceso: 8 de abril de 2021. (https://charlottepuiseux.weebly.com/discapacidad-y-capacidad-entre-binarismo-y-continuum-las-aportaciones-de-la-teoriacutea-crip.html). ). De tal manera que la discapacidad escaparía de una definición estática, mostrando su constitución contingente a las normas capacitistas que materializan a los cuerpos como “discapacitados”. Por ello, como indica Kafer (2013: 15 y ss.)Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press., reclamar las palabras tullida, coja, loca, etc., es enunciarse con un término que va más allá del binarismo capacitados-discapacitados. Así, en palabras de McRuer, este proceso que se vuelve identitario y antidentitario al mismo tiempo, desafía el capacitismo porque:

    “Crip often has the fabulous potential to be simultaneously flamboyantly identitarian (as in, we are crip and you will acknowledge that!) and flamboyantly anti-identitarian (as in, we reject your categories or the capacity of languages saturated in ableism to describe us!)” McRuer (2018: 24-25)McRuer, R. 2018. Crip times: Disability, globalization and resistance. Nueva York: NYU Press. https://doi.org/10.2307/j.ctt1pwt9nj..

  3. Desafío de la integridad corporal o cuerpomente capaz obligatorio y su entrelazamiento con otros imperativos de normalidad: la constitución de dicotomías, como hemos visto, está inmersa en relaciones de poder por las que un elemento es privilegiado frente a otro. Este valor diferencial hace que ambas categorías queden sujetas a imperativos socioculturales que imprimen el deseo de adaptación y cumplimiento de las expectativas normativas. Así, en relación con la dicotomía capacidad-discapacidad, el imperativo de integridad corporal (Moscoso 2009Moscoso, M. 2009. “La “normalidad” y sus territorios liberados”. Dilemata 1: 57-70.) o cuerpomente capaz (Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.; McRuer 2002McRuer, R. 2002. “Compulsory Ablebodiedness and queer/disability existence”. Pp. 88-100 en: Disability Studies: Enabling the Humanities, J. B. Brueggemann, S. L. Snyder y R. Garland-Thomson. Nueva York: Modern Language Association.; 2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.), hace referencia al “conjunto común de significados que a través del habla y las prácticas institucionales generan la expectativa y la necesidad de una normalidad orgánica y funcional constitutiva, al tiempo que penalizan las desviaciones con respecto a esta corporalidad canónica y normativa” (Toboso y Guzmán 2009: 8Toboso, M. y F. Guzmán. 2009. “Diversidad funcional: Hacia la deconstrucción del cuerpo socialmente normativo”. Ponencia presentada al simposio Cultura, cuerpo género. Incorporar la desigualdad, Congreso SIEG 2009 Elche.). Este imperativo, de acuerdo con McRuer (2002McRuer, R. 2002. “Compulsory Ablebodiedness and queer/disability existence”. Pp. 88-100 en: Disability Studies: Enabling the Humanities, J. B. Brueggemann, S. L. Snyder y R. Garland-Thomson. Nueva York: Modern Language Association.; 2006)McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press., se entrelaza estrechamente con la heterosexualidad obligatoria (Rich 1986Rich, A. 1986. “Compulsory Heterosexualíty and Lesbian Existence”. Pp. 23-75 en Ead., Blood, Bread, and Poetry. Selected Prose 1979-1985. Nueva York y Londres: Norton.), para producir heterosexualidad capaz como identidad ideal a alcanzar. Sin embargo, estas categorías (heterosexualidad y capacidad), se definen a partir de su exterior co-constitutivo, lo queer-crip que no se contiene y que aprovecha la inestabilidad de la repetición de tales imperativos para interrumpir el heterosexismo y el capacitismo. Y es que, diariamente, en la identificación de tales categorías e intentos de reproducción de tales imperativos, se encuentra tanto la sujeción a la norma como su inestabilidad y, por tanto, la posibilidad de transformación.

  4. Desestabilización de los discursos normativos a partir de cripistemologías: en el sistema capacitista-capitalista, como señala Goodley (2014)Goodley, D. 2014. Dis/ability studies: Theorising disablism and ableism. Nueva York: Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203366974 , todos los cuerposmentes son potencialmente crip, dado que están destinados al fracaso de encarnar la integridad corporal o cuerpomente capaz obligatorio todo el tiempo. En palabras de Puar (2009)Puar, J. 2009. “Prognosis time: towards a geopolitics of affect, debility and capacity”. Women & Performance: a journal of feminist theory 19(2): 161-172. https://doi.org/10.1080/07407700903034147., el sistema capitalista neoliberal produce cuerpos que nunca son lo suficientemente capaces y, por lo tanto, siempre están en un estado debilitado con respecto a lo que se imagina que es la capacidad. Sin embargo, desde los estudios crip, como apuntan Kolářová (2014)Kolářová, K. 2014. “The Inarticulate Post-Socialist Crip: On the Cruel Optimism of Neoliberal Transformations in the Czech Republic”. Journal of Literary & Cultural Disability Studies Volume 8, Issue 3: 257-274. https://doi.org/10.3828/jlcds.2014.22. o Goodley (2016)Goodley, D. 2016. Disability Studies: An interdisciplinary introduction. Londres: SAGE Publications Ltd. (2ª Edición)., se reivindica un arte crip del fracaso (crip art of failure), es decir, se pone de manifiesto que estos “fracasos”, ahora leídos como oportunidades de desafiar el centro normativo, nos llaman a un modo de política más amplia que desestabiliza la producción de lo normativo. Es entonces cuando estas experiencias de diferencia encarnada emergen del borde cultural, convirtiéndose en cripistemologías (McRuer y Johnson 2014McRuer, R. y M. L. Johnson. 2014. “Proliferating cripistemologies. A virtual rountable”. Journal of Literary & Cultural Disability Studies vol.8, num. 2: 149-170. https://doi.org/10.3828/jlcds.2014.13.), cuando se trastoca el capacitismo y lo que culturalmente se impone como lo plenamente humano, a la vez que se replantean “otros” modos de estar y ser en el mundo.

  5. Resignificación de la discapacidad como lugar de resistencia: si bien el imperativo de integridad corporal o cuerpomente capaz aprecia que los cuerpos tullidos simulen el mandato de normalidad y oculten o minimicen su diferencia (manejo tradicional del estigma, Goffman 2006Goffman, E. 2006. Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu Editores. ), al tomar un posicionamiento crip, es decir, al salir como tullido (coming out crip), la diferencia no solo se visibiliza sino que se hace alarde de la misma. De esta manera, mediante este posicionamiento, como indica Goodley (2016)Goodley, D. 2016. Disability Studies: An interdisciplinary introduction. Londres: SAGE Publications Ltd. (2ª Edición)., se resignifica la discapacidad como un lugar de resistencia que desestabiliza las representaciones culturales dicotómicas de normalidad versus anormalidad. Esta resignificación también tiene lugar en el ámbito artístico, mediante lo que Sandahl (2003)Sandahl, C. 2003. “Queering the crip or cripping the queer. Intersections of queer and crip identities in solo autobiographical performance”. GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies Volume 9, Number 1-2: 25-56. https://doi.org/10.1215/10642684-9-1-2-25., ha denominado cripping, es decir, subvertir el estigma mediante una crítica irónica de la normalización.

  6. Alianzas con otras posiciones de resistencia a la normalización: si bien en la actualidad, como indican Mitchell y Snyder (2015)Mitchell, D. y S. Snyder. 2015. The biopolitics of disability: Neoliberalism, ablenationalism, and peripheral embodiment. Ann Arbor: University of Michigan Press. https://doi.org/10.3998/mpub.733136.6 , la discapacidad forma parte de la excepcionalidad neoliberal, sujeta a la rehabilitación cultural, es decir, a las prácticas de normalización a través de las cuales se trata de domesticar a los cuerpos no normativos (no productivos) para convertirlos, mediante la intervención neoliberal, en útiles para la extracción de mercado, las resistencias crip forjan discursos no -normativos en contraste con dichas prácticas de estandarización, producción, consumo, etc., las cuales ofrecen posibilidades de acción política colectiva a escala global. Son entonces estas políticas de atipicidad (Mitchell y Snyder 2015Mitchell, D. y S. Snyder. 2015. The biopolitics of disability: Neoliberalism, ablenationalism, and peripheral embodiment. Ann Arbor: University of Michigan Press. https://doi.org/10.3998/mpub.733136.6 ) o políticas crip 16 Particularmente, Schalk (2013) comprende los procesos de desidentificación como una táctica de supervivencia por/de/ para los sujetos con múltiples intersecciones de identidades marginadas que se cruzan, es decir, como una postura de identificación que se abre como una tercera vía en la que el sujeto se enfrenta a la ideología dominante y se niega a conformarse por completo o a resistir por completo. (McRuer 2018McRuer, R. 2018. Crip times: Disability, globalization and resistance. Nueva York: NYU Press. https://doi.org/10.2307/j.ctt1pwt9nj.) las que desarrollan tácticas de insurgencia anticapitalista en torno a la discapacidad en distintas partes del mundo, desmontando las falsas promesas de llegada a nuevas normatividades neoliberales.

  7. Desde horizontes crip, imaginar futuros tullidos: desde estas políticas de alianzas se proponen horizontes tullidos (crip horizonts) (McRuer 2018McRuer, R. 2018. Crip times: Disability, globalization and resistance. Nueva York: NYU Press. https://doi.org/10.2307/j.ctt1pwt9nj.; Kolářová 2014Kolářová, K. 2014. “The Inarticulate Post-Socialist Crip: On the Cruel Optimism of Neoliberal Transformations in the Czech Republic”. Journal of Literary & Cultural Disability Studies Volume 8, Issue 3: 257-274. https://doi.org/10.3828/jlcds.2014.22.; Devlieger 2005Devlieger, P. 2005. “Generating a Cultural Model of Disability”. Ponencia presentada al FEAPDA Congress, 14-16 octubre 2005, Ginebra.), es decir, posibilidades alternativas en las que la discapacidad, sus marcos interpretativos, epistemologías y ontologías se vuelven deseables y se cuestiona profundamente las estructuras normativas que la rodean. Estos horizontes desafían la narrativa del éxito global del capitalismo basado en narrativas curativas según las cuales la discapacidad es un no -futuro. Este no -futuro, de acuerdo con Kafer (2013: 28)Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press., se manifiesta en entender la discapacidad solo como un estado hacia la cura,

    “In our disabled state, we are not part of the dominant narratives of progress, but once rehabilitated, normalized, and hopefully cured, we play a starring role: the sign of progress… Within this frame of curative time, then, the only appropriate disabled mind/body is one cured or moving toward cure”.

    Sin embargo, desde estos horizontes tullidos se propone desafiar dichas narrativas imaginando futuros tullidos (Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.; Fritsch 2015Fritsch, K. 2015. “Desiring Disability Differently: Neoliberalism, Heterotopic Imagination and Intracorporeal Reconfigurations”. Foucault Studies Number 19, Special Issue: New Work on Foucault and Disability: 43-66. https://doi.org/10.22439/fs.v0i19.4824.). Estos futuros tullidos no son futuros en los que lo normativo se abre para integrar la discapacidad con promesas de salud, funcionalidad, normalidad o prosperidad y con metas de rehabilitación o curación, sino, como indica Kafer (2013)Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press., son futuros que abrazan a las personas clasificadas como discapacitadas, que imaginan la discapacidad de manera diferente y que respaldan múltiples formas de ser y estar en el mundo.

¿TEORÍA TULLIDA? APROXIMACIONES DESDE NUESTRO CONTEXTO

 

Una vez expuesta la genealogía anglosajona de los estudios sobre la discapacidad hasta llegar a los estudios o teoría crip, veamos a continuación las aportaciones teóricas que han posibilitado, de manera incipiente, dicha teoría en nuestro contexto.

Atendiendo al cambio de paradigma que supuso el modelo social, algunos autores incorporaron el análisis de dicha dimensión social de la discapacidad, no sin dejar de señalar aquellos “olvidos” del modelo social, los cuales impulsaron su ampliación.

Como apuntamos, uno de sus iniciales olvidos fue ignorar los procesos sociales y las relaciones de poder que configuran el cuerpo clasificado como discapacitado. A este respecto, se remarcó la importancia de considerar de qué manera operan los discursos y las tecnologías normalizadoras en los cuerpos (Ferreira 2010Ferreira, M. A. 2010. “De la minus-valía a la diversidad funcional: un nuevo marco teórico-metodológico”. Política y sociedad 47 (1): 45-65.; Rodríguez y Ferreira 2010Rodríguez, S. y M. Á. Ferreira. 2010. “Desde la dis-capacidad hacia la diversidad funcional”. Revista Internacional de Sociología vol. 68. nº. 2: 289-309. https://doi.org/10.3989/ris.2008.05.22.) y el papel del habitus 17 Nótese que esta propuesta va más allá de entender la experiencia de la discapacidad en términos únicamente de opresión, puesto que el habitus, si bien está determinado por el contexto sociocultural, él mismo es modificado por el efecto práctico de nuestros actos. en las interacciones cotidianas18 De acuerdo con Ferreira (2008a; 2008b), si el modelo social apunta a una causa material (estratificación social), de un hecho ideológico (que afecta a la identidad social), es necesario incluir en el análisis un aspecto micro, como lo son las interacciones cotidianas. (Ferrante y Ferreira 2011Ferrante, C. y M. Á. Ferreira. 2011. “Cuerpo y habitus: el marco estructural de la experiencia de la discapacidad”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico 5(2): pp. 85-101.; Ferreira 2008aFerreira, M. Á. 2008a. “Una aproximación sociológica a la discapacidad desde el modelo social: apuntes caracteriológicos”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS) 124(1): 141-174. https://doi.org/10.2307/40184909.; 2008bFerreira, M. Á. 2008b. “La construcción social de la discapacidad: habitus, estereotipos y exclusión social”. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences 17(1): pp. 221-232.). Ambos planos, disciplinario e interaccional, tienen su interconexión en las experiencias cotidianas de las personas clasificadas como discapacitadas y, de ahí, la relevancia que tuvo a partir de este momento el analizar el sentido que la discapacidad tiene para las propias personas que la experimentan, atendiendo a sus experiencias encarnadas (Ferrante y Ferreira 2011Ferrante, C. y M. Á. Ferreira. 2011. “Cuerpo y habitus: el marco estructural de la experiencia de la discapacidad”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico 5(2): pp. 85-101.; Ferreira 2010Ferreira, M. A. 2010. “De la minus-valía a la diversidad funcional: un nuevo marco teórico-metodológico”. Política y sociedad 47 (1): 45-65.; Ferreira 2008aFerreira, M. Á. 2008a. “Una aproximación sociológica a la discapacidad desde el modelo social: apuntes caracteriológicos”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS) 124(1): 141-174. https://doi.org/10.2307/40184909.; López González 2006López González, M. 2006. “Modelos teóricos e investigación en el ámbito de la discapacidad. Hacia la incorporación de la experiencia personal” Docencia e Investigación nº. 6 (versión digital), nº. 16 (versión impresa): 215-240.).

Por otra parte, si bien desde los estudios críticos de la discapacidad se puso en cuestión la dicotomía capacidad-discapacidad, aludiendo al carácter co-constitutivo de ambas categorías, en nuestro contexto el modelo de diversidad funcional 19 No obstante, tanto el modelo de diversidad funcional como el neologismo que lo acompaña se han cuestionado en varios aspectos. Por una parte, Jiménez y Serrato (2014), señalan que esta terminología puede estar invisibilizando la escasez o carencia de medios para lograr la autodeterminación que se persigue y que se enmarca en una perspectiva de elección individual que puede estar perdiendo el contacto con las discriminaciones y las desigualdades palpables. En relación al concepto de diversidad, Moscoso (2011), indica que el concepto es tan amplio (puesto que abarca a toda persona, si bien hace referencia al colectivo que es discriminado por su diversidad funcional), que pierde utilidad operativa. Por su parte, Pié (2011), aunque reconoce su carácter epistemológicamente trasgresor, apunta que es un término que puede conllevar riesgos, como “borrar” las diferencias, enmascarar situaciones de desigualdad o encubrir ideologías de asimilación o normalización (como sucede con el abuso del uso de este término en las políticas neoliberales). Una propuesta que indica un carácter resistente, puede ser el uso del término “disidencia funcional” acuñado por el grupo activista Acción Mutante (2018) y por Ramajo (2020). (Romañach y Palacios 2008Romañach, J. y A. Palacios. 2008. “El modelo de la diversidad: una nueva visión de la bioética desde la perspectiva de las personas con diversidad funcional (discapacidad)”. Intersticios: revista sociológica de pensamiento crítico 2 (2): 37-48.; Palacios y Romañach 2006Palacios, A. y J. Romañach. 2006. El modelo de la diversidad: la bioética y los derechos humanos como herramientas para alcanzar la plena dignidad en la diversidad funcional. A Coruña: Diversitas.), impulsó el cambio de foco más allá de la capacidad. De acuerdo con Arnau (2013)Arnau, S. 2013. “La Filosofía de Vida Independiente. Una estrategia política noviolenta para una Cultura de Paz”. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva Vol. 7, nº. 1: 93-112. y Toboso (2018)Toboso, M. 2018. “Diversidad funcional: hacia un nuevo paradigma en los estudios y en las políticas sobre discapacidad”. Política y Sociedad 55(3): 783-804. https://doi.org/10.5209/POSO.56717., este modelo permitió abandonar el ámbito discursivo de la capacidad, el cual es incompatible con la diversidad intrínseca de las personas, para poner de manifiesto que dichas “capacidades” son atribuidas de manera normativa a los cuerpos20 Un aspecto clave de este modelo es la investigación del cuerpo con diversidad funcional en las reflexiones bioéticas hegemónicas, introduciendo otras perspectivas al respecto (Arnau, 2008: 2012; Romañach, 2009; Guibet y Romañach, 2010). (Toboso y Guzmán 2010Toboso, M. y F. Guzmán. 2010. “Cuerpos, capacidades, exigencias funcionales... y otros lechos de Procusto”. Política y Sociedad 47(1): 67-83.), desafiando así el capacitismo21 Según señala Toboso (2018), este giro implica un ataque frontal al capacitismo, ya que se desafía la consideración de que el conjunto de capacidades que se atribuyen al cuerpo sean inherentes al mismo. Esto se realiza mediante la crítica a la imposición del funcionamiento único como estándar que se convierte en criterio de normalidad y norma reguladora sobre cuerpos y entornos. (Toboso 2018Toboso, M. 2018. “Diversidad funcional: hacia un nuevo paradigma en los estudios y en las políticas sobre discapacidad”. Política y Sociedad 55(3): 783-804. https://doi.org/10.5209/POSO.56717.).

Así mismo, los estudios feministas de la discapacidad también se abrieron camino en nuestro contexto. Con un carácter interseccional y desmontando los binarios tales como masculino-femenino, salud-enfermedad o normalidad-desviación, estos estudios han ido más allá de centrar su objeto de estudio en las mujeres con discapacidad. De manera que, de acuerdo con López González (2007)López González, M. 2007. “Discapacidad y género. Estudio etnográfico sobre mujeres discapacitadas”. Educación y Diversidad. Anuario Internacional de Investigación sobre Discapacidad e Interculturalidad (I): 137-171., Balza (2011)Balza, I. 2011. “Crítica feminista de la discapacidad: El monstruo como figura de la vulnerabilidad y exclusión”. DILEMATA 3(7): 57-76. y Gómez Bernal (2014)Gómez Bernal, V. 2014. “Análisis de la discapacidad desde una mirada crítica: Las aportaciones de las teorías feministas”. Estudios pedagógicos (Valdivia) 40(2): 391-407. https://doi.org/10.4067/S0718-07052014000300023., se ha analizado la discapacidad a partir de las propuestas teóricas feministas 22 Sin embargo, estas relaciones no han sido siempre tan fructuosas, ya sea por el olvido de las teorías feministas con respecto a la discapacidad (Moscoso, 2007) o por los desencuentros entre feminismo y discapacidad, tanto desde el plano teórico como activista (García-Santesmases, 2017b; López González, 2007). , atendiendo a las estructuras de dominación y discriminación que conforman el orden social. Así, una de sus apuestas fundamentales ha sido desnaturalizar la discapacidad, investigando cómo se ha ido constituyendo el paradigma de la normalidad y el sujeto desviado. Y dado que las marcas de “desviación” están inscritas en el cuerpo, la corporalidad ha cobrado especial relevancia en estos estudios. Porque, como apunta Pié (2005)Pié, A. 2005. “Dona, cossos i diskapacitats”. Temps d’Educació, num.29: 313-321., son estos cuerpos, los que han sido marcados como desviados, los que desvelan el orden, lo desafían y muestran otras posibilidades. De ahí, la importancia de recuperar las vivencias de estos cuerpos, entendidos como lugar de dominación, pero también como espacio de resistencia, para conocer cómo se constituye la (dis)capacidad y la experiencia de la misma. Así, los estudios feministas de la discapacidad han denunciado la dominación, pero también han mostrado las posibilidades de resistencia a partir de la narración de las propias experiencias encarnadas, como las descritas por Allué (1996Allué, M. 1996. Perder la piel. Barcelona: Six Barral.; 2008)Allué, M. 2008. La piel curtida. Barcelona: Edicions Bellaterra. o Gómez Bernal (2018)Gómez Bernal, V. 2018. “Una investigación encarnada sobre la discapacidad: experiencia investigadora y retos epistemológicos”. Disparidades. Revista de Antropología 73(1): 107-125. https://doi.org/10.3989/rdtp.2018.01.004.. En concreto, estas experiencias se han investigado con respecto al autoconcepto y las relaciones interpersonales (García-Santesmases 2015García-Santesmases, A. 2015. “El cuerpo en disputa: cuestionamientos a la identidad de género desde la diversidad funcional”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico 9(1): 41-63.), al deporte (García Grados 2019García Grados, C. 2019. Las líneas del Goalball: trazados para la (re) construcción de cuerpos sexuados con (dis) capacidad visual. Tesis doctoral, Universidad del País Vasco.), a la violencia de género (Gomiz 2015Gomiz, M. P. 2015. Violencia contra las mujeres con discapacidad. Tesis doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia.; 2017Gomiz, M. P. 2017. “The invisible nature of violence inflicted on women with disabilities: An analysis of the situation in Spain”. Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad - RELACES, num. 24: 83-97.; Arenas 2015Arenas, M. 2015. “Una Mirada Interseccional a la Violencia contra las Mujeres con Diversidad Funcional”. Oñati Socio-legal Series 5 (2): 367-388.; Pié y Riú 2014Pié, A. y C. Riú. 2014. “Violència, dona i diversitat funcional. La vulnerabilitat augmentada”. Educació social. Revista d’intervenció socioeducativa (58): 41-60.; Shum, Conde y Portillo 2006Shum, G., Á. Conde e I. Portillo. 2006. Mujer, discapacidad y violencia. El rostro oculto de la desigualdad. Madrid: Instituto de la Mujer.) y, en particular, a la violencia sexual y reproductiva (Serrato, Delgado y Díaz 2020Serrato, M., Mª. Á. Delgado y R. Díaz. 2020. “Systematized Review and Meta-synthesis of the Sterilization of Women with Disabilities in the Field of Social Science: from Macroeugenics to Microeugenics”. Sexuality Research and Social Policy: 1-19. https://doi.org/10.1007/s13178-020-00488-0.; Arnau 2017aArnau, S. 2017a. “Políticas eugenésicas y derechos reproductivos. Una mirada desde la bioética (feminista) de/desde la diversidad funcional”. Filanderas. Revista Interdisciplinar de Estudios Feministas (2): 29-51. https://doi.org/10.26754/ojs_filanderas/fil.201722308.;) y a la maternidad (Gomiz 2016Gomiz, M. P. 2016. “La sexualidad y la maternidad como factores adicionales de discriminación (y violencia) en las mujeres con discapacidad”. Revista Española de Discapacidad, 4 (2): 123-142.; Peláez Narváez, Martínez Ríos y Leonhardt Gallego 2009Peláez Narváez, A., B. Martínez Ríos y M. Leonhardt Gallego. 2009. Maternidad y discapacidad. Madrid: CERMI, Barclays Fundación y Ediciones Cinca.; López González 2008López González, M. 2008. Mujeres con discapacidad. Mitos y realidades en las relaciones de pareja y la maternidad. Madrid: Narcea.).

Atendiendo de forma más específica a los aspectos señalados en el apartado anterior con respecto a los estudios crip, encontramos que, en nuestro contexto, pese a tratarse de una perspectiva incipiente, comienza a contarse con aportaciones relevantes.

Desde un enfoque histórico, los trabajos de Martínez-Pérez y del Cura (2013Martinez-Peréz, J. y M. Del Cura. 2013. “Work injuries, scientific management and the production of disabled bodies in Spain, 1920-1936”. Pp. 191-214 en The Imperfect Historian. Disability Histories in Europe, editado por S. Barsch, A. Klein y P. Verstraete. Frankfurt-Main: Peter Lang GmbH.; 2015)Martínez-Pérez, J. y M. del Cura. 2015. “Bolstering the Greatness of the Homeland: Productivity, Disability and Medicine in Franco’s Spain, 1938-1966”. Social History of Medicine 28 (4): 805-824. https://doi.org/10.1093/shm/hkv060., Cayuela y Martínez-Pérez (2018)Cayuela, S. y J. Martínez-Pérez. 2018. “El dispositivo de la discapacidad en la España del tardofranquismo (1959-1975): una propuesta de análisis”. Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 70(2): 232-244. https://doi.org/10.3989/asclepio.2018.16. y Cayuela (2017Cayuela, S. 2017. “Hacia una biopolítica de las discapacidades. La cristalización de un dispositivo en el seno de la gubernamentalidad neoliberal”. Eikasia. Revista de Filosofía 75: pp. 113-138.; 2020)Cayuela, S. 2020. “Espacios de discapacidad durante la España del tardofranquismo y la transición democrática. La invención del “sujeto discapacitado””. Papeles del CEIC, International Journal on Collective Identity Research (2), 4: papel 233. https://doi.org/10.1387/pceic.20916., nos muestran cómo se configuró un dispositivo de (dis)capacidad que ha conformado al sujeto clasificado como discapacitado mediante distintos discursos y estrategias de gobierno durante el siglo XX en el Estado español. Estas aportaciones nos permiten conocer cuándo y de qué manera se ha problematizado en nuestro contexto la categoría ‘discapacidad’, pudiendo rastrear las formas en las que la categoría ‘capacidad’ emerge como elemento privilegiado.

Por otra parte, como argumentan Correa-Urquiza et al. (2018)Correa-Urquiza, M., Pié, A., Coll-Florit, M., Hernández, E. y Climent, S. 2020. “Orgullo loco y metáforas para una disidencia: un análisis lingüístico y simbólico”. Salud Colectiva 16: e2886. https://doi.org/10.18294/sc.2020.2886., el campo del lenguaje es territorio de generación de sentidos y se vuelve relevante para aquellos que han sido excesivamente nombrados por otros, de manera que el nombrarse se convierte en un elemento clave para recuperar la agencia política. De ahí, la relevancia que toma la subversión de las palabras, la inversión de su sentido o la reapropiación del insulto. A este respecto, el uso del insulto como forma de reapropiación, lejos de buscar la aceptación o asimilación, provoca y desestabiliza la norma mediante la recreación en la incomodidad que produce aquello que se ha considerado como abyecto. En concreto, García-Santesmases (2020)García-Santesmases, A. 2020. “crip, WHAT?? Enunciaciones, tensiones y apropiaciones en torno a la reivindicación de lo tullido en el contexto español”. Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research vol 2 (septiembre): papel 232. https://doi.org/10.1387/pceic.21027., traza el recorrido del uso táctico de “crip” o “tullido” 23 Como señala García-Santesmases (2020), el efecto performativo del lenguaje está marcado por la identificación emocional con la lengua, por lo que traducciones literales como “tullido” no están exentas de tensiones. De ahí, la necesidad de contextualizar dicha reapropiación con términos locales, como nos recuerdan Platero y Rosón (2012), en lugar de mediante la importación de anglicismos. en los encuentros entre el activismo de vida independiente y el activismo transfeminista en el Estado español. Estas alianzas, de acuerdo con la autora, han dado lugar a la movilización de nuevos términos e invención de otros a partir de estos encuentros tullidotransfeministas o queer-crip.

Precisamente, en la intersección entre sexualidad y discapacidad se encuentra la posibilidad de subvertir los imperativos de heterosexualidad obligatoria e integridad corporal o cuerpomente capaz obligatorio, tan fuertemente entrelazados. De acuerdo con García-Santesmases (2017a)García-Santesmases, A. 2017a. Cuerpos (im) pertinentes: un análisis queer-crip de las posibilidades de subversión desde la diversidad funcional. Tesis doctoral, Universitat de Barcelona., los cuerpos clasificados como discapacitados desafían la supuesta universalidad de las categorías sexuales y de género estables, puesto que a menudo sus gestos, comportamientos, etc., no concuerdan con la definición normativa de masculinidad o feminidad (performatividad normativa de los géneros) y, por extensión, se los considera sin sexo. Pero, cuando estos cuerpos ponen en el centro sus placeres y deseos, redefinen géneros y sexualidades, desmontando la norma capacitista y mostrándose como sujetos sexuales: deseantes y deseables (Guzmán y Platero 2012Guzmán, F. y L. Platero. 2012. “Passing, enmascaramiento y estrategias identitarias: diversidades funcionales y sexualidades no-normativas”. Pp. 125-158 en Intersecciones: cuerpos y sexualidades en la encrucijada, editado por R. Lucas Platero. Barcelona: Bellaterra. 2014Guzmán, F. y L. Platero. 2014. “The critical intersections of disability and non-normative sexualities in Spain”. Annual Review of Critical Psichology, Gender and sexuality 11: 359-387.; Centeno 2014Centeno, A. 2014. “Simbolismes i aliances per a una revolta dels cossos”. Educació social. Revista d’intervenció socioeducativa (58): 101-118.; García-Santesmases 2016García-Santesmases, A. 2016. “Yes, we fuck! El grito de la alianza queer-crip”. Revista Latino-americana de Geografía e Genero, Ponta Grossa v. 7, n. 2: 226 - 242. https://doi.org/10.5212/Rlagg.v.7.i2.0015.; Arnau 2018aArnau, S. 2018a. “¿Sexualidad en la diversidad o diversidad en la sexualidad? Nuevos retos para una nueva cultura sexual”. Journal of Feminist, Gender and Women Studies (7): 27-36. https://doi.org/10.15366/jfgws2018.7.003.).

Son, entonces, estos cuerpos los que, a partir de sus conocimientos encarnados (cripistemologías), desafían las ontologías capacitistas que definen lo que es o no un ser humano. Y es que las experiencias de estos cuerpos rompen con la noción normativa de autosuficiencia, mostrando la vulnerabilidad y la dependencia como características constitutivas (Planella 2013Planella, J. 2013. “Pedagogía social y diversidad funcional: de la rehabilitación al acompañamiento”. Educatio Siglo XXI Vol. 31 núm. 2: 113-128.; Pié 2011Pié, A. 2011. “Els ‘Disability Studies’i el gir hermenèutic de la discapacitat”. Temps d’Educació, num. 40: 243-262.; 2014Pié, A. 2014. Por una corporeidad postmoderna. Barcelona: Editorial UOC.; 2019Pié, A. 2019. La insurrección de la vulnerabilidad. Para una pedagogía de los cuidados y la resistencia. Barcelona: Ediciones de la Universidad de Barcelona.). Así entendidas, la vulnerabilidad y la dependencia se transforman en potencia política (Pié y Solé 2018Pié, A. y J. Solé. 2018. Políticas del sufrimiento y la vulnerabilidad. Barcelona: Icaria Editorial.) que desafía la producción de lo normativo, impulsando alianzas con aquellos que han sido hipercorporizados por su diferencia encarnada, a partir de la cual recuperan su agencia. De esta manera, las tácticas de resistencia de aquellos que han sido clasificados como discapacitados (Planella, Moyano y Pié 2020Planella, J., S. Moyano y A. Pié. 2020. “Activismo y lucha encarnada por los derechos de las personas con dependencia en España: 1960-2010”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico 14(2/2): 277-295.; Pié y Planella 2012Pié, A. y J. Planella. 2012. Militancia y diversidad funcional. Barcelona: Editorial UOC.) se conjugan con las puestas en práctica por los feminismos (García-Santesmases y Pié 2015García-Santesmases, A. y A. Pié. 2015. “De resistencias y violencias. Una aproximación teórica a las luchas de mujeres con diversidad funcional”. Pp. 45-73 en Ciutats y persones. Genere y diversitat funcional: Una violencia invisible, coordinado por M. Freixenet. Barcelona: Institut de Ciences Polítiques y Socials.; Riú 2012Riú, C. 2012. “El feminismo y las políticas de la dependencia”. Pp. 127-156 en Deconstruyendo la dependencia. Propuestas para una vida independiente, coordinado por A. Pié. Barcelona: Editorial UOC.) o los activismos trans (Arnau 2018bArnau, S. 2018b. “Lo trans y lo diverso funcional. Alianzas subversivas para nuevas miradas en bioética”. Pp.180-191 en Juicio moral y democracia. Retos de la ética y la filosofía política, editado por Andrés Richart, Marina García-Granero, Cesar Ortega y Lidia de Tienda. Granada: Comares, ), poniendo el cuerpo en el centro a partir de una lucha encarnada (Pié y Planella 2015Pié, A. y J. Planella. 2015. Políticas, prácticas y pedagogías trans. Barcelona: UOC.). Es precisamente, esta politización del cuerpo la que tiene lugar en las luchas encarnadas que emergen de la precariedad común que produce el neoliberalismo. Estas luchas, que se evidencian en el 15M (Arenas y Pié 2014Arenas, M. y A. Pié. 2014. “Las comisiones de diversidad funcional en el 15M español”. Política y Sociedad 51(1): 227-245. https://doi.org/10.5209/rev_POSO.2014.v51.n1.42459.), son resistencias crip que se oponen a las normatividades neoliberales.

Por último, cabe señalar aquellos posibles futuros tullidos que, lejos de tratar de “integrar” bajo metas de rehabilitación o curación, plantean otras formas de estar y ser en el mundo. A este respecto, el trabajo de Sanmiquel (2020)Sanmiquel, L. 2020. “Los Estudios de la Dis/capacidad: una propuesta no individualizante para interrogar críticamente la producción del cuerpo-sujeto discapacitado”. Papeles del CEIC, International Journal on Collective Identity Research (2), 4: papel 231. https://doi.org/10.1387/pceic.20974. trae teorías postconvencionales para, a partir de los cuestionamientos que provoca el posthumanismo (hacia la autosuficiencia, por ejemplo), indagar en las posibilidades de agencia que se establecen en las conexiones afectivas con los otros. Desde un plano similar, Moya y Bergua (2018)Moya, L. y J. Á. Bergua. 2018. “Crip posthumanism and Native American Indian postanthropocentrism: keys to a bodily perspective in science”. International Review of Sociology 28(3): 492-509. https://doi.org/10.1080/03906701.2018.1478688 apuestan por una perspectiva postantropocéntrica que desafía las concepciones occidentales de entender la corporalidad y que, como señalan Pié y Planella (2020)Pié, A. y J. Planella. 2020. “Queer, Crip and Social Pedagogy. A Critical Hermeneutic Perspective”. Pp. 65-80 en Queer Epistemologies in Education. Luso-Hispanic Dialogues and Shared Horizons, editado por Moira Pérez y Gracia Trujillo. Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_5., abre la posibilidad a pensar en la centralidad del cuerpo y su papel en la transformación del mundo, rompiendo la noción de humanidad que se ha perpetuado en Occidente. Otro aspecto a considerar hacia estos futuros tullidos son las cripistemologías que narran temporalidades disidentes. Así, el trabajo de Méndez (2020)Méndez, Dresda E. 2020. “Vivir a destiempo. Hacia una temporalidad irreverente de vivir con dolor cronificado”. Papeles del CEIC, International Journal on Collective Identity Research (2), 4: papel 235. https://doi.org/10.1387/pceic.20969., propone la noción de “vivir a destiempo” como una temporalidad que trasgrede el régimen normativo del tiempo (Kafer 2013Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press.; Baril 2016Baril, A. 2016. ““Doctor, Am I an Anglophone Trapped in a Francophone Body?” An intersectional analysis of “trans-crip-t time” in ableist, cisnormative, Anglonormative societies”. Journal of Literary & Cultural Disability Studies Volume 10, Issue 2: 155-172. https://doi.org/10.3828/jlcds.2016.14.).

CONCLUSIONES

 

En este artículo, hemos esbozado el recorrido de los estudios sobre la discapacidad hasta llegar a los estudios o teoría crip, prestando atención a cómo se está trazando esta evolución en nuestro contexto. Si bien la reapropiación del insulto como forma de autodenominación está vigente en los activismos, y particularmente en el de discapacidad-diversidad-disidencia funcional se va abriendo paso conforme aumenta la politización, desde un plano teórico, las aportaciones en nuestro contexto son todavía incipientes. Es más, dejan entrever tensiones por la importación de conceptos o procesos como el de ‘desidentificación’ , que genera interrogantes (García-Santesmases 2017aGarcía-Santesmases, A. 2017a. Cuerpos (im) pertinentes: un análisis queer-crip de las posibilidades de subversión desde la diversidad funcional. Tesis doctoral, Universitat de Barcelona.; Moscoso 2011Moscoso, M. 2011. “La discapacidad como diversidad funcional: los límites del paradigma etnocultural como modelo de justicia social”. Dilemata 3(7): 77-92. ;). Y es que, si bien McRuer (2006)McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press. señala que el término ‘crip’ no alude únicamente a las personas clasificadas por la biomedicina como discapacitadas, siendo consciente de los riesgos de apropiación, Moscoso (2011)Moscoso, M. 2011. “La discapacidad como diversidad funcional: los límites del paradigma etnocultural como modelo de justicia social”. Dilemata 3(7): 77-92. es clara en advertir que la identificación se ha de fundamentar en desventajas comparativas como resultado de una organización social poco respetuosa con la propia constitución psíquico-física.

Por tanto, pese a los primeros impulsos de estos estudios en nuestro contexto, queda profundizar en las formas en las que esta nueva perspectiva toma o no sentido en las experiencias cotidianas más cercanas. Además, en este proceso de continuar indagando en nuestra genealogía “tullida” será necesario prestar atención a los nuevos modos de resistencia que emergen en nuestro contexto y a las formas en las que se dibujan esos futuros “tullidos”, que nos permitan reimaginar la (dis)capacidad desde perspectivas otras.

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NOTAS

 
[1]

Se hace uso del término ‘discapacidad’, bien como categoría de análisis (no como referencia a la persona) o bien en el sentido propuesto desde el modelo social (la sociedad discapacita a través de barreras y discriminación), cuando los autores citados así lo refieran. Se hará uso del término diversidad funcional, en referencia a la situación de la persona o al modelo teórico de este mismo nombre. Para más información sobre el término diversidad funcional y su elaboración y uso por una parte del activismo en nuestro contexto, puede leerse Romañach y Lobato (2007)Romañach, J. y M. Lobato. 2007. “Diversidad funcional. Nuevo término para la lucha por la dignidad de la diversidad del ser humano”. en Comunicación y discapacidades. Actas del Foro Internacional, coordinado por L. Álvarez Pousa et al. Galicia: Observatorio Gallego de Medios. Colegio profesional de Periodistas de Galicia..

[2]

Se utiliza el plural para referirse a esta o estas teorías en su conjunto, puesto que es un campo de estudio emergente en constante transformación. No obstante, a partir de aquí, se hará referencia a este campo de estudios en singular para simplificar la lectura de este texto.

[3]

Según explican Oliver y Barnes (2012)Oliver, M. y C. Barnes. 2012. The new politics of disablement. Nueva York: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-0-230-39244-1., el modelo social en ningún momento tuvo la pretensión de convertirse en una teoría social de la discapacidad, más bien, surgió como una forma de articular un movimiento político a través de la vinculación colectiva. A este respecto, autores como Oliver (1983Oliver, M. 1983. Social Work with Disabled People. Basingstoke: Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-349-86058-6.; 2004)Oliver, M. 2004. “The Social Model in Action: if I had a hammer”. Pp. 18-31 en Implementing the social model of disability: Theory and research, editado por C. Barnes y G. Mercer. Leeds: The Disability Press. o Campbell y Oliver (1986)Campbell, J. y M. Oliver. 1996. Disability Politics: Understanding Our Past, Changing Our Future. London: Routledge. argumentan que este modelo se ha convertido en una herramienta práctica que ha supuesto un importante avance en materia de política social.

[4]

Thomas (2007)Thomas, C. 2007. Sociologies of Disability and Illness: Contested Ideas in Disability Studies and Medical Sociology. New York: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-1-137-02019-2., redefine dicha opresión denominándola ‘discapacitismo’. En esta reformulación, la autora señala que no todas las experiencias de las personas discapacitadas son de opresión y que, además de la opresión estructural apuntada por autores del modelo social, también se ha de atender a la opresión psicoemocional, es decir, el menoscabo del bienestar psicoemocional. Para una explicación más detallada de este tipo de opresión, puede leerse a Reeve (2012)Reeve, D. 2012. “Psycho-emotional disablism: The missing link?”. Pp. 78-92 en Routledge Handbook of Disability Studies, editado por N. Watson, A. Roulstone y C. Thomas. London: Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203144114-13..

[5]

De acuerdo con Oliver y Barnes (2012)Oliver, M. y C. Barnes. 2012. The new politics of disablement. Nueva York: Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-0-230-39244-1., es en las sociedades capitalistas modernas donde la discapacidad se produce como un problema individual, apuntalado por la teoría de la tragedia personal. Es decir, una visión médica e individualista que asume que el hecho de vivir con un impedimento implica siempre algún tipo de pérdida o tragedia (Oliver, 1998Oliver, M. 1998. “Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada”. Pp. 34-58 en Discapacidad y sociedad, coordinado por L. Barton. Madrid: Ediciones Morata.), lo que da lugar a que se considere que la falta de participación sociopolítica de las personas discapacitadas se debe a dicho “evento traumático”, en vez de a las restricciones impuestas por la sociedad (Oliver, 1986Oliver, M. 1986. “Social policy and disability: some theoretical issues”. Disability, Handicap & Society Vol. 1, n.° 1: 5-18. https://doi.org/10.1080/02674648666780021.).

[6]

Goodley (2014)Goodley, D. 2014. Dis/ability studies: Theorising disablism and ableism. Nueva York: Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203366974 , alude a la necesidad de investigar la dis/capacidad, haciendo referencia a las formas en las que la discapacidad y la capacidad, el discapacitismo y el capacitismo son mutuamente dependientes, por lo que se hace relevante estudiar su coconstrucción mediante un análisis interseccional. Por ello, de acuerdo con este autor, cabe ir más allá de la categoría ‘discapacidad’ y analizar la producción de la dis/capacidad, en los términos en los que la discapacidad es reproducida como discapacitante y no deseable, mientras el capacitismo es promulgado como lo hipercapaz y deseable. Pese a que este autor hace uso de la barra para expresar tal co-constitución, de acuerdo con lo señalado por el revisor de este texto, en adelante, se hace uso del paréntesis que en castellano indica relación en lugar de la barra que implica opción.

[7]

El proceso de problematización (Focault, 1990Focault M. 1990. “The concern for truth”. pp.255-270 en Politics, philosophy and culture: Interviews and other writings 1977-1984, editado por L. D. Kritzman. New York: Routledge.) no se refiere a la creación de algo que anteriormente no existía ni a la mera representación de un objeto preexistente. De acuerdo con Verstraete (2012)Verstraete, P. 2012. In the shadow of disability: Reconnecting History, Identity and Politics. Berlín-Toronto: Barbara Budrich Publishers Opladen. https://doi.org/10.2307/j.ctvddzz21., la problematización es un proceso que se compone de las prácticas discursivas y no discursivas que introducen un objeto previamente no percibido en el campo de conocimiento, convirtiéndolo, entonces, en objeto de pensamiento.

[8]

De acuerdo con Waldschmidt, (2017)Waldschmidt, A. 2017. “Disability Goes Cultural: The Cultural Model of Disability as an analytical tool”. Pp.19-28 en Culture - Theory - Disability Encounters between Disability Studies and Cultural Studies, editado por A. Waldschmidt, H. Berressem y M. Ingwersen. Bielefeld: The Deutsche Nationalbibliothek. https://doi.org/10.14361/9783839425336-003., el giro o modelo cultural cuenta con cuatro ideas programáticas clave: 1) el impedimento o la discapacidad no son categorías claras de clasificación patológica, más bien, son significantes o conceptos borrosos que dependen de las estructuras de poder; 2) la discapacidad no denota la característica de un individuo, sino una categoría de diferenciación, siempre encarnada; 3) tanto la capacidad como la discapacidad se relacionan con los órdenes simbólicos prevalecientes y las prácticas institucionales de producción de normalidad y desviación, de manera que la discapacidad está relacionada con imperativos sociales específicos que imprimen el deseo de adaptación y cumplimiento de las expectativas normativas, y 4) más allá de prestar atención a las personas con discapacidad, este enfoque atiende a la sociedad y la cultura en general, con el objetivo de comprender cómo se construyen las normalidades y las desviaciones. No problematizando, por tanto, únicamente la categoría ‘discapacidad’, sino más bien la interacción entre normalidad y desviación.

[9]

De acuerdo con Garland-Thomson (1994)Garland-Thomson, R. 1994. “Redrawing the Boundaries of Feminist Disability Studies”. Feminist Studies 20(3): 583-595. https://doi.org/10.2307/3178189., los estudios feministas de la discapacidad se ubican en los ámbitos más amplios de la política de identidad y el cuerpo constituido como “anormal” mediante la representación cultural y las instituciones disciplinarias. Para esta autora (2005Garland-Thomson, R. 2005. “Feminist Disability Studies”. Signs: Journal of Women in Culture and Society vol. 30, no. 2: 1557-1587. https://doi.org/10.1086/423352.), estos estudios se encargan de analizar la discapacidad como representación cultural de la variación humana, descubrir comunidades e identidades que los cuerpos así catalogados han creado, revelar las actitudes y prácticas discriminatorias que han sido dirigidas a estos cuerpos, exponer la discapacidad como una categoría social de análisis y enmarcar la discapacidad como efecto de las relaciones de poder.

[10]

Mitchell y Snyder (2015)Mitchell, D. y S. Snyder. 2015. The biopolitics of disability: Neoliberalism, ablenationalism, and peripheral embodiment. Ann Arbor: University of Michigan Press. https://doi.org/10.3998/mpub.733136.6 , señalan que los procesos de normalización que buscan la asimilación de las personas discapacitadas en la sociedad capacitista dominante acaban configurando inclusionismo o falsa inclusión, por la que se premia a aquellos “discapacitados capaces” (able disabled) que pueden/quieren aceptar los valores dominantes, dejando en la periferia a aquellos que no concuerdan con estos valores.

[11]

Campbell (2009: 44 y ss.)Campbell, F. 2009. Contours of ableism. The production of Disability and Abledness. Londres: Palgrave McMillan. https://doi.org/10.1057/9780230245181. expone que el capacitismo es “la red de creencias, procesos y prácticas que producen un particular tipo de sujeto y cuerpo (el estándar corporal), que es proyectado como el perfecto, típico de la especie y, por tanto, esencial y completamente humano”.

[12]

Se hace referencia al cuerpomente, en el sentido del concepto “bodymind”, empleado por Price (2015)Price, M. 2015. “The body mind problem and the possibilities of pain”. Hypatia vol.30, no.1: 268-284. https://doi.org/10.1111/hypa.12127 , con la intención de no ignorar diversidades funcionales no visibles y no dicotomizar la interrelación entre cuerpo y mente.

[13]

A partir de la Modernidad tienen lugar una serie de procesos de medicalización y patologización de aquello que se denominó ‘discapacidad’, los cuales dan lugar a prácticas sociales de normalización y abyección hacia aquellos que son considerados normativos y no-normativos, respectivamente. Para conocer cómo se ejercen estos procesos y las posibilidades de subversión de los mismos, puede leerse Moya (2021)Moya, L. 2021. “De las teorías críticas a la teoría crip. Nombrar el eje de la capacidad para desmontarlo”. pp.55-94 en Tramando coaliciones anticapacitistas, coordinado por D. I. Munevar. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia..

[14]

Explica Schalk (2013)Schalk, S. 2013. “Coming to claim crip: Disidentification with/in disability studies”. Disability Studies Quarterly 33, 2: N.P. https://doi.org/10.18061/dsq.v33i2.3705. que la desidentificación es una forma de ubicarse, tomar y (re)usar representaciones y teorías de maneras que originalmente no se pretendía, pero, aun así, no es la única estrategia política útil ni puede ser la apropiada para todos los sujetos y situaciones.

[15]

No obstante, la táctica de este reclamo, independientemente de la propia encarnación, corre el riesgo de apropiación, pese a seguir ofreciendo una resistencia significativa hacia binomios como capacitado-discapacitado (McRuer, 2006McRuer, R. 2006. Crip theory: Cultural signs of queerness and disability. Nueva York: NYU Press.). Por ello, el cuestionamiento de los binarismos no tiene por qué implicar dejar de nombrar la categoría ‘discapacidad’, puesto que, como indican Linton (1998)Linton, S. 1998. Claiming Disability: Knowledge and Identity. New York: New York University Press. o Bone (2017)Bone, K. 2017. “Trapped behind the glass: crip theory and disability identity”. Disability & Society, 32:9: 1297-1314. https://doi.org/10.1080/09687599.2017.1313722., enunciarla es necesario para poner la atención en la discriminación por discapacidad, pero explorar las posibilidades, oportunidades y peligros de tal reclamo, como apunta Kafer (2013)Kafer, A. 2013. Feminist, queer crip. Bloomington: Indiana University Press., puede facilitar el análisis crítico de estas categorías. De hecho, dicho análisis no debe ignorar de qué manera se produce e instaura el trato diferencial entre unos cuerposmentes y otros en relación a la posición que se les otorga en tales dicotomías, lo que, sin duda, tiene efectos en las condiciones no solo simbólicas, sino también materiales.

[16]

Particularmente, Schalk (2013)Schalk, S. 2013. “Coming to claim crip: Disidentification with/in disability studies”. Disability Studies Quarterly 33, 2: N.P. https://doi.org/10.18061/dsq.v33i2.3705. comprende los procesos de desidentificación como una táctica de supervivencia por/de/ para los sujetos con múltiples intersecciones de identidades marginadas que se cruzan, es decir, como una postura de identificación que se abre como una tercera vía en la que el sujeto se enfrenta a la ideología dominante y se niega a conformarse por completo o a resistir por completo.

[17]

Nótese que esta propuesta va más allá de entender la experiencia de la discapacidad en términos únicamente de opresión, puesto que el habitus, si bien está determinado por el contexto sociocultural, él mismo es modificado por el efecto práctico de nuestros actos.

[18]

De acuerdo con Ferreira (2008aFerreira, M. Á. 2008a. “Una aproximación sociológica a la discapacidad desde el modelo social: apuntes caracteriológicos”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS) 124(1): 141-174. https://doi.org/10.2307/40184909.; 2008b)Ferreira, M. Á. 2008b. “La construcción social de la discapacidad: habitus, estereotipos y exclusión social”. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences 17(1): pp. 221-232., si el modelo social apunta a una causa material (estratificación social), de un hecho ideológico (que afecta a la identidad social), es necesario incluir en el análisis un aspecto micro, como lo son las interacciones cotidianas.

[19]

No obstante, tanto el modelo de diversidad funcional como el neologismo que lo acompaña se han cuestionado en varios aspectos. Por una parte, Jiménez y Serrato (2014)Jiménez-Pérez, G. y M. Serrato. 2014. “Del padecimiento a la diversidad: un camino hermenéutico”. Revista Española de Discapacidad (REDIS) 2(2): 185-206. https://doi.org/10.5569/2340-5104.02.02.10., señalan que esta terminología puede estar invisibilizando la escasez o carencia de medios para lograr la autodeterminación que se persigue y que se enmarca en una perspectiva de elección individual que puede estar perdiendo el contacto con las discriminaciones y las desigualdades palpables. En relación al concepto de diversidad, Moscoso (2011Moscoso, M. 2011. “La discapacidad como diversidad funcional: los límites del paradigma etnocultural como modelo de justicia social”. Dilemata 3(7): 77-92. ), indica que el concepto es tan amplio (puesto que abarca a toda persona, si bien hace referencia al colectivo que es discriminado por su diversidad funcional), que pierde utilidad operativa. Por su parte, Pié (2011)Pié, A. 2011. “Els ‘Disability Studies’i el gir hermenèutic de la discapacitat”. Temps d’Educació, num. 40: 243-262., aunque reconoce su carácter epistemológicamente trasgresor, apunta que es un término que puede conllevar riesgos, como “borrar” las diferencias, enmascarar situaciones de desigualdad o encubrir ideologías de asimilación o normalización (como sucede con el abuso del uso de este término en las políticas neoliberales). Una propuesta que indica un carácter resistente, puede ser el uso del término “disidencia funcional” acuñado por el grupo activista Acción Mutante (2018)Acción Mutante. 2018. “Quiénes somos? Acción mutante. Disidencia funcional”. Último acceso: 14 de mayo de 2021 (https://www.facebook.com/287317208563301/posts/287376965223992/). y por Ramajo (2020)Ramajo, A. 2020. Ponencia presentada en Diversidad funcional y educación interseccional. 17 de noviembre, Madrid..

[20]

Un aspecto clave de este modelo es la investigación del cuerpo con diversidad funcional en las reflexiones bioéticas hegemónicas, introduciendo otras perspectivas al respecto (Arnau, 2008Arnau, S. 2008. “La mirada bioética: o, la bioética observada desde voces diferentes”. Pp. 261-274 en INterDependencia: del bienestar a la dignidad, T. Ausín y R. R. Aramayo. Madrid: Plaza y Valdés.: 2012Arnau, S. 2012. “Bioética de la diversidad funcional. Una voz desconocida”. Pp.75-88, en Deconstruyendo la Dependencia. Propuestas para una Vida Independiente, coordinado por A. Pié. Barcelona: Editorial UOC.; Romañach, 2009Romañach, J. 2009. Bioética al otro lado del espejo. La visión de las personas con diversidad funcional y el respeto a los Derechos Humanos. A Coruña: Ediciones Diversitas-AlES.; Guibet y Romañach, 2010Guibet, C. y J. Romañach. 2010. “Éticas de la diversidad. Una alternativa a la ética de Peter Singer”. Dilemata 2(3): 95-116.).

[21]

Según señala Toboso (2018)Toboso, M. 2018. “Diversidad funcional: hacia un nuevo paradigma en los estudios y en las políticas sobre discapacidad”. Política y Sociedad 55(3): 783-804. https://doi.org/10.5209/POSO.56717., este giro implica un ataque frontal al capacitismo, ya que se desafía la consideración de que el conjunto de capacidades que se atribuyen al cuerpo sean inherentes al mismo. Esto se realiza mediante la crítica a la imposición del funcionamiento único como estándar que se convierte en criterio de normalidad y norma reguladora sobre cuerpos y entornos.

[22]

Sin embargo, estas relaciones no han sido siempre tan fructuosas, ya sea por el olvido de las teorías feministas con respecto a la discapacidad (Moscoso, 2007Moscoso, M. 2007. “Menos que mujeres: los discursos normativos del cuerpo a través del feminismo y la discapacidad”. Pp. 185-195 en Estudios sobre cuerpo, cultura y tecnología, J. Arpal e I. Mendiola. Donostia: Servicio editorial de la Universidad del País Vasco.) o por los desencuentros entre feminismo y discapacidad, tanto desde el plano teórico como activista (García-Santesmases, 2017bGarcía-Santesmases, A. 2017b. “Anudando luchas: la vida, los cuidados y la asistencia sexual”. Viento sur: Por una izquierda alternativa (152): 103-111.; López González, 2007López González, M. 2007. “Discapacidad y género. Estudio etnográfico sobre mujeres discapacitadas”. Educación y Diversidad. Anuario Internacional de Investigación sobre Discapacidad e Interculturalidad (I): 137-171.).

[23]

Como señala García-Santesmases (2020)García-Santesmases, A. 2020. “crip, WHAT?? Enunciaciones, tensiones y apropiaciones en torno a la reivindicación de lo tullido en el contexto español”. Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research vol 2 (septiembre): papel 232. https://doi.org/10.1387/pceic.21027., el efecto performativo del lenguaje está marcado por la identificación emocional con la lengua, por lo que traducciones literales como “tullido” no están exentas de tensiones. De ahí, la necesidad de contextualizar dicha reapropiación con términos locales, como nos recuerdan Platero y Rosón (2012)Platero, L. y M. Rosón. 2012. “De la ‘parada de los monstruos’ a los monstruos de lo cotidiano: la diversidad funcional y la sexualidad no normativa”. Revista Feminismo/s, núm 19, “Mirada/s trans/identitarias”: 127-142. https://doi.org/10.14198/fem.2012.19.08., en lugar de mediante la importación de anglicismos.

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Un debate actual al respecto en nuestro contexto es el derecho a la asistencia sexual, para el que puede consultarse los textos de García-Santesmases y Branco de Castro (2016)García-Santesmases, A. y C. Branco de Castro. 2016. “Fantasmas y fantasías: controversias sobre la asistencia sexual para personas con diversidad funcional”. Pedagogia i Treball Social. Revista de Ciències Socials Aplicades Vol. 5. Núm. 1: 3-34. https://doi.org/10.33115/udg_bib/pts.v5i1.22161. y Arnau (2017b)Arnau, S. 2017b. “El modelo de asistencia sexual como derecho humano al auto-erotismo y el acceso al propio cuerpo: un nuevo desafío para la plena implementación de la filosofía de vida independiente”. Intersticios. Revista sociológica de pensamiento crítico 11(1): 19-48..